sábado, 8 de febrero de 2020

FAMILIA, RELIGIÓN Y DELINCUENCIA

Publicare el presente trabajo con la consciencia de que no lo he concluido en su análisis. Por ello posteriormente haré una corrección o complemento del mismo.

FAMILIA[1], RELIGIÓN Y DELINCUENCIA

Sigmund Freud (1926) afirmaba que en el proceso del análisis es fundamental el apego del analizado por la regla de la asociación libre, de donde se obtendrá el material sobre la vida del neurótico y de lo cual se podría extraer el material para interpretar la dinámica de la enfermedad y para elaborar la interpretación que se habrá de comunicar al paciente en proceso analítico. Ahora bien, dicho método resumido de la técnica analítica es aplicable a otros fenómenos humanos como son: los mitos, los cuentos, las leyendas, el folklor, los sucesos sociales o grupales, etc. Por ello es relevante el trabajo clínico que se realiza con un sujeto determinado. Donde se involucra la contraparte del analista que corresponde a la atención flotante. Así como se le exige al analizado que no centre su atención sobre alguna tópica en particular, el analista no debe centrar su atención en comunicación alguna de lo comunicado por el paciente. El beneficio de ello es grande, ya que permite la comunicación de inconsciente a inconsciente, develándose de esta manera lo que acontece en el ser humano. Aún de aquello que parecía insignificante o sin importancia emerge el material que podrá explicarlos[2].

Por ello al trabajar en psicoterapia de grupo con internos sentenciados por diversos delitos, la atención flotante es fundamental para escuchar lo que dicen estos. Es importante acotar, que en múltiples ocasiones se escucha alguna comunicación pero esta pasa desapercibida para el terapeuta, a pesar de su entrenamiento como psicoterapeuta. Sin embargo, la persistencia en un método de trabajo, tarde o temprano reditúa frutos, como ocurrió el 28 de Septiembre del 2004. Uno de los integrantes del grupo, sentenciado por robo de auto relata con respecto a su delito, que el día de los hechos fue aprendido en Oaxaca, Oaxaca, por la policía federal de caminos. Por tal motivo se comunica con su familia a la ciudad de México para informarles de su detención y el porque no había regresado a su casa después de varios días. El interno recuerda, que muchas veces ocurre de esa manera, se avisa a la familia que saldrá pero no saben si regresaran pronto o mucho tiempo después, como en su caso por una sentencia de más de diez años. La manera en que relata esto el sujeto, se le hace saber así, es como si hubiera pedido permiso para ausentarse de la casa. Después de todo era hijo de familia. Esto genera que se haga referencia a la importancia de la familia para ellos. Familia por la cual están “dispuestos” hasta matarse en reclusión si son afectados por otros internos.

En una sesión previa, probablemente dos años antes, en un caso similar y probablemente coacusado del interno referido, otro de los integrantes de otro grupo terapéutico mencionaba la importancia de la familia. Tema derivado de la comunicación, análisis y cuestionamiento de su versión del delito. En este caso se concluía con la siguiente interpretación: Si la familia es tan importante, que incluía a su esposa e hijas, por que no se había ido a pasear con ellos a Oaxaca, Oaxaca, donde había sido detenido por la policía federal y de donde había surgido su delito de robo de auto, por el cual estaba sentenciado a dieciséis años de prisión. En esa ocasión se le interpretaba como posibilidad, de lo que había ocurrido, que el sujeto andaba de “parranda” con sus amigos, sus coacusados con los que fue detenido, o que se andaba portando “mal”; esto último como una alusión, a que él si estaba involucrado en el delito y que tal vez había algo más. La respuesta del interno fue el silencio; posteriormente, el ausentarse por varios meses de la psicoterapia grupal; y finalmente, observarse un cambio en su semblante y actitud cuando saluda a su terapeuta y le comunica que ya esta trabajando. Actividad (trabajo) que anteriormente se había negado a realizar y época en que su actitud era hostil, negativista, defensivo, desconfiada y suspicaz. Cabe agregar, que el interno también había avisado a su familia que saldría con sus amigos, aunque no les había mencionado lo que haría. Como en múltiples casos, la familia da por hecho que se irán con los amigos y no preguntan más.

De los anteriores casos descritos, se hace evidente una característica frecuente en los “delincuente”, que consiste, en que con frecuencia, cuando ellos se involucran en un comportamiento delictivo, antes de esto solicitaron el permiso a su familia o antes de salir de su casa incluso solicitaron la bendición de madre, para que estuvieran protegidos de todo “mal”. No decían a donde iban o lo que iban a hacer; pero ellos sabían perfectamente que se involucraban en delitos. De esta manera y a modo de interpretación se les hacia dicha indicación a los integrantes del grupo trabajado terapéuticamente, a fin de reflexionar sobre dicha curiosidad. Parecía intrascendente, pero como se verá después, tiene gran relevancia en su dinámica personal.

En la reflexión personal de tal hecho emerge el corrido de Valente Quintero, en el cual, dentro de su letra dice, que su madre le despide y él le pide su permiso y bendición para irse a un baile. Con múltiples enemigos, el riesgo de que fuera agredido e incluso muerto, como efectivamente ocurrió, era alta. Sin embargo, dicho personaje le dice a su madre solo, que para que cuidarse tanto. Acto seguido se va al mencionado baile donde se da la tragedia. Una segunda reflexión se enfila hacia los aspectos religiosos, ya que en la tradición cristiana existe San Dimas el santo de los ladrones, al cual estos mismos se encomiendan cuando van a realizar sus fechorías.

¿Cual es común denominador de las cuatro experiencias relatadas? Parece ser la pregunta consecuente. Pues bien, en el primer caso se refieren al permiso solicitado por el delincuente antes salir a cometer un delito. En este primer caso agregamos, que esto ocurría con frecuencia ya que el se dedicaba al robo de autos. El interno se involucra en esto al parecer por invitación de unos amigos y por dinero fácil que obtenía. Al menos ese es el motivo manifiesto. Al inicio solo era intermediario, pero después decide tener mayor participación económica, por lo cual se involucra directamente en los robos; de esta manera obtenía la ganancia por ser intermediario y por el robo directo. Su vida delictiva se fue complicando paulatinamente. En el segundo caso esta la petición hacia la familia de un “permiso” o su “protección”; lo cual es parecido en el tercer caso y en el cuarto. En todos los casos se dirige tal petición hacia alguien o hacia algo; hacia la madre o hacia un santo. Por ello el común denominador es una petición de “permiso” o “protección”. Desde esta perspectiva, surge una cuestión más, que se relaciona con la confesión de tipo religiosa. En ella no se da permiso, pero el delincuente se confiesa y de tal de tal manera esta absuelto del pecado de robo, al menos así lo ve el sujeto mismo. Sin embargo, ello no lo detiene o previene de los nuevos delitos. Incluso, seguramente el confesor le dijo al confesado que no continúe robando; lo cual por supuesto no obedeció. Cercano a ello, parece ser la anécdota, de cuando el Obispo cercano a un reclusorio visita este y al poner la mano sobre un interno, que se autoacusa de sus delitos y por el hecho de haber pecado, le dice que no vuelva a pecar absolviéndolo de sus pecados. Se decía que el interno parecía después de ello un “iluminado”. Considerando los aspectos religiosos de tipo católicos sobresale que uno de sus mandamientos es “no mataras y no robaras”, actos que es frecuente que sean realizado por el ser humano. Con respecto a la severidad de los castigos por tales delitos, en otras culturas, se observa que el homicida puede ser ajusticiado, en una aplicación de la Ley del Talión, o escarmentado con el cercenamiento de la mano que robo; la mayor crueldad del castigo es que ante la reincidencia se da la amputación de la segunda mano. Más ello tampoco ha disuadido a los delincuentes de cometer un delito. De esto se tiene tal conocimiento, que es uno de los motivos de discusión de la aplicación o aprobación de la pena de muerte. Pero regresemos al planteamiento inicial ¿qué significa tal petición de “permiso” o “protección”? ¿Puede esta petición de “permiso” o “protección” relacionarse con el sentimiento de culpa? Algo que es cierto, es que el delincuente tiene la conciencia de que va a cometer un delito cuando se despide de la familia o que reincidirá en el comportamiento delictivo, cuando hace la mencionada petición. ¿Acaso pide perdón antes de cometer el ilícito?

Avanzando en el análisis propuesto, puede decirse que una divinidad religiosa a las cual se encomiendan los delincuentes, no solo es San Dimas, también esta la santísima Muerte y en el norte de la República Mexicana, un santo al cual se encomiendan los narcotraficantes. Una primera corrección que se debe plantear es con respecto a San Dimas. Si bien dicho personaje era un delincuente en la época de la crucifixión de Jesucristo, por ello se le crucificaba, es redimido y absuelto por lo que dice estando en la cruz; “cállate insensato, dirigiéndose a Gestas, nosotros hemos pecado y robado, bien merecido tenemos este castigo, pero él (Jesús), que mal ha hecho. Señor (dirigiéndose a Jesús), acuérdate de mi cuando estés en tu reino”. Dada la crucifixión de Dimas, podemos suponer que el mismo se arrepiente de sus pecados, de sus delitos, pero no los vuelve a ejecutar. Cuestión muy diferente a cuando un delincuente se confiesa y solicita la absolución de sus delitos, pero puede y de hecho lo lleva acabo, vuelve a delinquir. ¿Acaso se solicita el favor de San Dimas por que habiendo sido ladrón el mismo, sería un intermediario adecuado con Dios, para el perdón que se busca? De hecho, no es inusual que el criminal al estar en la iglesia o ante un altar, solicita a las deidades correspondientes, que sea perdonado por lo que va a hacer. De antemano sabe y esta firme en continuar con el comportamiento delictivo. No acude al templo religioso como una manera de evitar del comportamiento delincuencial y con frecuencia se acto seguido es el delito. Esto recuerda las tramas de las películas de la mafia italiana en los Estados Unidos de Norteamérica o en Italia, donde se les ubica a tales gansters, como profundamente religiosos sin importar que ellos viven de la prostitución, el contrabando, el narcotráfico, el asesinato, la estafa, el robo, la corrupción, etc.[3] Regresando a San Dimas, dicho personaje no es abogado de ningún delincuente ni intercesor de nadie ante Dios, para que se obtenga la absolución a pesar de delinquir. En realidad San Dimas es un ejemplo de la capacidad de perdón cuando existe el claro, firme y sincero arrepentimiento por el comportamiento inadecuado del pasado. Continuando el análisis es importante observar la oración a dicho santo, que es como sigue:

ORACION DE SAN DIMAS

Doy una mirada señor a mi pasado
Y me estremezco cuantas culpas cuaritas
Gracias perdidas.
El infierno a la verdad
Merezco más
No quiero agregar nuevos pecados
Desconfiando de ti
Salvador mío
Solo quiero decirte
A cada hora corazón de Jesús
En vos confío
Que mi plegaría
Ascienda hasta tu trono
Y por María consiga
Lo que anhelo
Reparar, consolarte y amarte mucho
Con ese amor
Con que se alcanza el cielo[4]

La oración es de importancia, por que al menos en su texto no hay frases o palabras que impliquen que el delincuente se encomiende al santo para que lo proteja en sus delitos. Solo el texto “En vos confío/ Que mi plegaría/ Ascienda hasta tu trono/ Y por María consiga/ Lo que anhelo” se podría interpretar como un pedimento de protección durante el acto delictivo. Pero solo sería eso, una interpretación y a la vez una distorsión de un pensamiento benévolo. Y si nos confirma que en ningún momento se da una intersección, ni siquiera para el perdón del delito que se va a cometer o para la protección cuando se ejecuta un acto delincuencial. Además, el delito se da de manera intencional, sabiendas de que se comete un pecado, según la religión católica. Lo cual hace que sea de mayor gravedad. Cuando se da tal gravedad, es quizás por ello que un sacerdote, en realidad fueron dos, negaron la absolución a un homicida. A este se le adjudicaban la ejecución de tres personas. La gravedad no solo radica en la repetición, sino en la manera en que ejecutan el crimen. Arrodillan a la víctima y le hieren en el cráneo y a “quemarropa”; estando esas víctima en total estado de indefensión. Intencionalidad agravad por el hecho de que, además, eran policías. Sin embargo, tales sujetos también pensaban que la simple confesión religiosa debía bastar para ser absueltos. Sorpresa cuando se enfrentan a la negativa de un sacerdote para la absolución. Desde una perspectiva religiosa es congruente en otros casos, cuando en uno de los diez mandamientos se consigan como pecado moral el robar.

Retomando la importancia de la familia, en varios grupos, tanto fármaco-dependientes como de no fármaco-dependientes surgía como común denominador tal preocupación por la familia. En dichos grupos había internos sentenciados por diversos delitos como el fraude, el robo, homicidios, violaciones, etc. Así mimos era heterogéneo en cuanto a la edad, pero en un rango entre los dieciocho años y los cincuenta años de edad. Del contenido de la sesión grupal surge como elemento curioso la preocupación de los internos por sus familiares que acudían a visitarlos. Se había difundido el rumor de que algunos sujetos en el exterior se dedicaban robar a los pasajeros de los microbuses que circulaban por la zona cercana al reclusorio. Ello era factible ya que incluso el rumor indicaba, de que probablemente se trataba de una banda organizada por pre-liberados. La indignación de los internos se refería a que su familia se veía expuesta a la agresión de tales personas. De ello se derivaba el comentario de que se debía hacer conciencia por los delincuentes, con respecto a que tal vez muchos de los pasajeros de los vehículos asaltados podrían ser familiares de internos del reclusorio. Por una parte, parecía que ellos reafirmaban la importancia que tiene para ellos la familia. Misma por la cual puede ser que se arriesguen a morir, si es necesario, con tal de protegerla. Cuestión que en la sesión grupal dio una afirmación unánime. En este caso la interpretación era acertada y parte de la discusión de la sesión se centra sobre ello. De este dialogo se derivan cuatro observaciones que son curiosas por su contenido y que son:  
1.      El primero se refiere a tal importancia que se señala con gran frecuencia en la reclusión y que permite la distinción de la misma con su preocupación de la familia antes de la reclusión. Muy evidente en los casos de fármacodependencia, se relatan varias experiencias. Así por ejemplo, cuando la madre de familia, en particular, sale por la madrugada en busca del hijo fármacodependiente. ¿Acaso en ese momento dicho personaje no se expone a peligros? La respuesta es afirmativa, pero parece que entonces la preocupación no existía. Tal búsqueda implica acercarse a los amigos del hijo o a los delincuentes que se dedican a realizar sus actividades por la noche. En tales casos, como la madre de familia era conocida por los amigos o por la “banda”, parece que el individuo confía en que nada le pasará. De cierto modo se respeta a dicha figura, porque es la madre de uno de los integrantes de la “banda” y por el simple hecho de ser una madre de familia, como la que probablemente todos los integrantes de la “banda” tienen o aquellos que carecen de la misma, quisieran tener. También es usual que ante la búsqueda de la madre, esta se tope con el ocultamiento por parte de los integrantes de la “banda”. Son ellos mismo quienes ponen en alerta al fármacodependiente de que su madre lo anda buscando. Advertencia que le da la posibilidad de ocultarse para no ser encontrado. Pero también de mantenerse como observador de la búsqueda de la madre. No le evita la preocupación de esta, sino que se mantiene expectante cuando ella habla con sus amigos. Sin importar que ella se enfrente a ellos, que los insulta, que les reclame duramente que “perviertan” a su hijo o que llore, el fármacodependiente no se hace presente o le evita dicha situación. Pero ello tampoco moviliza algo en los integrantes de la “banda” para que se entregue o haga su aparición del sujeto buscado. Este sufrimiento de la madre tampoco provoca que dichas escenas no se vuelvan a repetir. Por el contrario es “el pan de cada día” en la vida del fármacodependiente. Ahora bien, tal vez ligeramente más atenuada la situación se repite en los casos de no fármacodependientes que tiene comportamiento inadecuado y el cual es de conocimiento de la familia.
2.      El segundo consiste en que el sujeto no están con la familia que dice añorar y extrañar tanto. Durante mucho tiempo, en ocasiones por años, nunca esta presente con la familia. Evita las reuniones familiares y prefiere irse con sus amigos. Es con frecuencia el gran ausente en las reuniones familiares. Una de sus justificaciones, es que en tales reuniones siempre terminan llamándole la atención los familiares reunidos. Entonces, para evitar esto no se presentan o al poco tiempo abandona la casa. En realidad demuestran gran desesperación por irse de la reunión y estar con sus amigos. El se va sin importar la preocupación o el llanto de los familiares. En un caso diferente, el interno, quien decía que su familia (esposa e hijas) eran lo primero para él, fue aprendido en Oaxaca en compañía de su amigos y coacusados ahora. Ante esto, en la sesión grupal se le interpretaba, que sic”…o nadaba con sus amigos de <<parranda[5]>> o estaba haciendo cosas que no eran permitidas…”. Comentario en relación a la pregunta de que ¿que hacia por Oaxaca sin la familia? Y a la cual no pudo responder.
3.      En tercer lugar, es curioso el planteamiento de que los delincuentes del exterior deberían tener en consideración de que sus crímenes los realizan cercas de un reclusorio y que por tanto las víctimas pueden ser familiares de internos de tal institución. ¿Qué significa este comentario? Era la pregunta consecuente e interpretativa. ¿Acaso se retoma la ley de los presos con respecto a que la familia es objeto del máximo respeto o que en caso contrario el que contravenga tal ley se arriesga a morir? Se les cuestionaba que tal protección hacia la familia era curiosa, ya que ahora parece ser que los delincuentes deben subirse a un vehículo con la intención de robar; pero antes deben preguntar quienes tienen familiares en reclusión, por que a ellos no se les robaría. En tono irónico se les decía que ahora iban a tener que decir: “las personas que tienen un familiar en reclusión se colocan del lado derecho y los que no tengan tal familiar hacia la izquierda por que son estos últimos los que serán asaltados”. Cuestión que de llevarse acabo en realidad sería de mucho más riesgo para tales familiares. De evitarse que a ellos los robaran, los asaltados se enojarían y los considerarían cómplices, involucrándose de tal manera en un problema delictivo. ¿Pues no que su objetivo era protegerlos? Además de que tal opción esta matizada de irrealidad y fantasía.
4.      En cuarto lugar, en la reclusión se da una opción diferente que consiste en la visita de los familiares. La misma se transforma en un tormento para el familiar. Al ingresar ellos están al tanto de cómo se encuentran. Sobretodo aquellos que continúan siendo problemáticos no reparan en la preocupación de sus familiares al verlos intoxicados, golpeados o encontrarlos segregados. Son familiares que no comentan nada pero que se dan cuenta de que el comportamiento inadecuado y de riesgo continúa presente. Pero también esta presente cuando ellos solo están poco tiempo con sus familiares y se alejan con prontitud de ellos, terminando de manera prematura la reunión y visita familiar. ¿A donde se fueron estos? Con frecuencia con sus amigos de reclusión con los cuales se involucran en situaciones de riesgo o de conflicto. Pero también esta presente otra actitud, que implica las llamadas con gran urgencia por que están amenazados de muerte por otros internos. El motivo de esto, son sus deudas económicas o por su compra de sustancias tóxicas. Ellos solicitan el dinero que deben y algo más, pero sin importarles la manera en que los familiares los conseguirán. Esto tampoco evita que nuevamente se endeuden y que otra vez sean amenazados. “un círculo vicioso” que con gran frecuencia se repite y que provoca gran angustia en la familia. Esto último no parece ser tomado en cuenta por el interno. El comportamiento inadecuado se mantiene a pesar de las familia, e incluso con madres ancianas que realizan la visitan. No es inusual que el recluso continúe con su involucramiento en situaciones de riesgo o de conflicto así mismo que se exponga a ser lesionado o trasladado, sin importarles que su madre, de edad considerable tenga grandes dificultades o carencias para acudir a la visita. En un caso determinado, no le importaba al interno a pesar de que había alguien de la institución que con constancia le hacía ver esto. También existen los casos, donde el mismo interno, en complicidad con otros compañeros de reclusión fingen la extorsión o su autosecuestro en la reclusión. Todo ello para obtener dinero de los familiares. A otro interno, no le importa la muerte de su padre en un asalto a su casa y que su medre de setenta y cinco años de edad, fue lesionada gravemente en el cuello y casi asesinada. Lo que le interesaba es que ella, quien le había prometido, pagara sus deudas de drogas. Tal ausencia de preocupación por ella llego al límite de que recién se había hecho la promesa de pagar las drogas, pero no se habían pagado, él le solicita a los traficantes de drogas que le den más. Al negarse esto, porque decían que él no pagaba, les responde, señalando que su madre ya quedo de acuerdo con ellos para pagarles. Respuesta consecuente del traficante de drogas fue, sic. “si a ti no te importa tu madre, porque me ha de importar a mí”. Acto seguido le dio las drogas solicitadas.

Ejemplo de lo anterior es útil el relato del siguiente interno, por que es similar a otros tantos de ellos, y es como sigue: sic. “Ahora que estoy en la cárcel he tenido mucho tiempo para pensar, algo que nunca o pocas veces había hecho. Tal vez ello es por que ahora tenemos tiempo de sobra y en el exterior solo nos dedicábamos a otras cosas”. Uno de tales aspectos que meditan en la reclusión se refiere a la familia. Por ejemplo, el interno dice que ahora se da cuenta de lo “mal” que siempre trato a su esposa. Misma que no le daba motivo para tal trato, pero que el no evito ni podía comprender. Sin embargo, ahora en la situación que actualmente tienen, la visita constante y el que teniendo todas las opciones no lo abandona, les hace arrepentirse de cómo fue en el pasado la relación con la esposa o con los familiares. Incluso ante ello suele mostrar asombro con respecto a la actitud de ellas puesto que creen que ahora deberían o tendrían todos los motivos para dejarlos. Dicen que hasta ellos comprenderían si tomaran tal alternativa y sin mayor remedio tendrían que aceptarlo; por que nada pueden hacer o por que se lo tienen merecido. Suelen en tales comentarios compadecerse de estos familiares por que después del maltrato a que los sometieron los apoyan fielmente sin importarles los sufrimientos para acudir al reclusorio o las dificultades para la revisión al ingresar a la institución. Es a partir de este momento que su trato hacia ellos cambia, fomentando la comunicación hacia estos e incluso confesándoles que efectivamente cometieron el delito. Algunos afirman que tal cambio en su forma de ser, lo habían intentado, con anterioridad pero nunca lo pudieron mantener. Siempre volvían a la agresividad o frialdad en el trato. Por ello y como consecuencia hay que preguntar ¿por cuánto tiempo se mantiene este cambio indicado? Al parecer en la reclusión tiene mayor permanencia. Lo cual no ocurre en el externamiento. Con frecuencia y casi de inmediato retorna el comportamiento que la reclusión había motivado.

Una nueva cita bíblica es de interés en relación a nuestra temática. El interno la indica al finalizar una de las sesiones psicoanalíticas. El sujeto esta a acusado y sentenciado pro el delito de robo. Mismo que de manera inicial niega. Adjudicando toda la culpa del mismo a su compañero de causa. Afirma que el sabía, que este se dedicaba al robo. El día de los hechos le dice que lo espere y que va a una casa cercana. Afirma que el no sabía que se introduciría en la misma para robar. Posteriormente sale de la casa y al parecer detrás de él, la dueña de la casa, gritaba que lo detuvieran. Pasa a un lado del interno pero no se hablan. A su compañero de causa lo detienen. Procediéndose a la detención de el por que al parecer otros de los vecinos lo había visto en compañía de su causa. Por eso, aunque el no robo si lo relacionan con el y por ellos también se le detiene. Tiempo después confirma en una nueva versión de su delito, que sabía lo que hacia su compañero y que en realidad el lo esperaba a distancia para que le entregara lo que se había sustraído de la casa. En realidad ese era el procedimiento compartido para los robos. El interno afirma que así lo confiesa, por que ya ha entendido que si quiere hacer bien las cosas no debe mentir. Aceptando de tal manera su delito. Su versión inicial indicaba que el solo había ido a la lavandería, cercana a la casa donde se efectúo el robo; desconociendo lo que su coacusado pretendía.
En las últimas sesiones el interno se ha referido en su retorno a la religión. Aunque fue bautizado e hizo su primera comunión, por mucho tiempo estuvo alejado de la religión. Ahora suele rezar con fervor cuando tiene conflictos, y ello le ha dado la solución a los mismos. No sabe como, pero ahora cree en el poder de la oración. Con ello ha evitado robos, riñas, le han regresado lo que le habían robado o a provocado desconcierto en las personas con las que tenía conflictos. No sabe como pasa ello, pero para él es efectivo y una demostración del poder de Dios. En estas sesiones con frecuencia se da el uso del pensamiento mágico del interno en múltiples formas. Una demostración más de la intervención divina le parece que fue el abrir la Biblia y encontrar un pasaje que le llama la atención y que le hace ver cosas de su vida. Ejemplo de esto es el pasaje siguiente:

Mateo 6: 19: 21
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino haceros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Por que donde esta vuestro tesoro, ahí estará también vuestro corazón.

 El primer intento por analizar el contenido de la cita ofrece una dificultad inicial, que se relaciona con “…la polilla…”. ¿Qué significado tiene? ¿Es un término que parece descontextualizado del resto de la cita? Es por ello que se da la motivación para buscar el significado de la polilla en el diccionario y que es como sigue:

Polilla: f. mariposa nocturna, cuya larva destruye los tejidos. Fig. Lo que destruye progresiva e insensiblemente algo: la polilla del juego.

Analicemos algunos de los simbolismos al respecto. El primero se relaciona con el uso de la primera persona “…os…” y en seguida la aplicación de una acción hacia uno mismo “…hagáis…”. “…tierra…” simbolismo de la madre o la mujer. En tanto que “…tesoros…” desde el psicoanálisis lo referimos en su asociación al las heces fecales. Sin embargo, puede tener un segundo significado. Al ser alo que se encuentra dentro de la tierra, simbolismo de a madre o la mujer, también puede aludir a los hijos que las mismas pueden procrear.
Hablar del “…orín…” nos refiere a la presencia de la uretra, mediante la cual se da la micción o se arroja el orín. Presente dicho órgano en ambos sexos. Y de interés en el análisis del paciente. Probablemente a los ocho años de edad, entra al baño, a la regadera, donde sus padres se aseaban. Situación que el interno le parece de interés. En las sesiones, dice que él lo entendió, por que su madre es de una cultura Sudamericana, nativa del Uruguay y estaba interesada en que no se crearan fantasías o distorsiones con respecto a la sexualidad. Ella no tenía inconveniente de que un niño observara desnudos a sus padres. Que el niño viera las diferencias anatómicas del hombre y la mujer. Sin embargo, al parecer el sujeto mira alternativamente al padre y a la madre, mostrando en el relato una cara de asombro. Ante ello, al parecer la madre sin esperar pregunta del niño, le dice: sic. “…pero las mujeres también tenemos uno”. Con ello concluye el relato de la experiencia infantil. ¿Qué había ocurrido y cual fue el efecto de tal comentario? Dejemos las respuestas para más adelante.
Un simbolismo más, relacionado con la orina, es con respecto a la relación sexual; y específicamente en el hombre, con respecto a la eyaculación. No es infrecuente la relación de la micción con la misma sensación de querer orinar, cuando en el hombre se da la eyaculación o en la mujer se da la excitación de la vagina o el clítoris. De hecho, en la cultura popular, se asocia la relación sexual con la fantasía femenina de haber sido orinada por el hombre, o de que este orine a la mujer al eyacular. Siguiendo dicha línea de investigación, nos relacionamos con la excitación del genital, concretamente, por el sexo del paciente, del pene. Pero no necesariamente, con la sexualidad adulta. En especial nos interesa la masturbación. Desde la misma religión, se le considera como uno de los “vicios” que el ser humano de combatir, por que ello degenera la moral y la vida de los hombres. En la cultura se hace alusión a la importancia de evitar la masturbación, por que como decían los “abuelitos”, le podrían salir “pelos en la mano o esta se le podría secar”, por ceder a los impulsos onanistas. Además de que ello evidenciaría al infractor, en caso de que realizará dicho acto en el secreto y en la soledad. Pero con todo ello parece ser que en la cita bíblica se alude a dicho corrupción., al “…corrompe…”. Una asociación que se suele dar, esta relacionada con el hurtar, lo cual se considera como una alusión a la masturbación. Seguro a la sexualidad inadecuada, lo cual se evidencia por los signos de las pruebas proyectivas. En ellas se habla de inadecuación o conflictos en la sexualidad. Por último, el “…minan…” parece aludir a la disminución de las fuerzas del ser humano, como uno de los efectos de la conscupicencia o la masturbación. Por ello se intenta evitar la sexualidad el ejercicio de la misma. En nuestro paciente, se da la relación constante con la sexualidad. Así por ejemplo constantemente habla de su gran interés por el sexo y por tener una vagina o una “vulvita”, como lo dice el interno.
Pero, ¿cómo explicar la polilla? Solo al revisar la definición surge el significado posible. Inicialmente se hace memoria de que la misma destruye la ropa. Así mismo de que estas son atraídas por la luz y específicamente por el fuego. En esta última opción, se produce la muerte de dicha mariposa. Lo primero que se ve afectada en ella son sus alas que se incendian. De momento solo se alude como interpretación a otros de los simbolismos del fuego. Se le relaciona con el calor y a la vez con la excitación sexual. ¿Pero que importancia tiene el término de corromper con la polilla? La definición de la polilla, nos hace ver que ella procede de una larva. Misma que es en realidad la que se come o destruye la ropa o las telas. Al considerar a la larva, hay que recordar una representación caricaturizada de cómo los vicios corroen a los hombre, concretamente a su alma. Esto se asocia con un gusano o larva, debemos decir, que carcome el alma al igual que los tejidos textiles. En este caso, podemos relacionar la larva de la polilla con aquello que corrompe o destruye y que sería la conscupicencia humana. Una segunda experiencia sexual del interno referido, se relaciona con la observación de mujeres jóvenes. A los trece años aproximadamente, le dice a una niña de ocho años, que se baje las pantaleta. Solo observa su pubis y afirma que no hay intentos por tocarla. La niña al parecer se encuentra recostada y con las piernas abiertas. A los catorce años, realiza una situación similar con otra niña. Al respecto se le cuestiona, ¿Por qué eligió niñas pequeñas y no adolescentes? Su respuesta inicial es: sic. “por que ellas no se dejarían”, no sin antes afirmar con asombro que es una buena pregunta y no sabe por que. Con la segunda niña al parecer tampoco hay intentos por tocarla.
Desde el punto de vista religioso, no hay que olvidar la relación que se hace de la corrupción con el pecado. Lo cual obviamente no estaría en el cielo, donde los “…ladrones no minan ni hurtan”. Cuestión que parece aludir a la abstinencia sexual y al celibato. Lo cual retrae otro fragmento de la historia del paciente. Sus padres, casados tiene otra característica particular, el padre fue sacerdote y colaboro en Centroamérica como tal. Una vez casado, de momento se desconoce si el padre abandono el sacerdocio o solo abandono su celibato y se dedico a otra actividad. Pero hay que tener presente otro dato del interno. Este se refiere a la dificulta de los padres para procrear descendencia. El es hijo único, de un total de dieciocho embarazos; catorce previos al interno y tres posteriores. Todos esos embarazos concluyeron en abortos al parecer espontáneos. De tal situación, se deriva un equivoco en el interno. En una sesión se le hace la indicación, de que su discurso parece plantear la pregunta de ¿Por qué nací?, en relación a que si hubo tantos abortos, por que el sobrevivió. Sin embargo, el interno señala con molestia, que era difícil escuchar de su psicólogo, que dijera sic. “Por que nació”. En ambas frases, la diferencia es que una es afirmación y la otra una pregunta. Concluyendo la última con una letra o. Las asociaciones consecuentes parecen aclarar a que se refería el interno. Específicamente, el interno decía que pare el era como si su psicólogo dijera que no valía la pena que el viviera. Después de todo era un delincuente y un drogadicto. Sentido que nunca fue dado y frase que no fue pronunciada por el psicólogo. ¿Qué significa dicho equivoco?



[1] El delincuente siempre asegura, que el daría su vida por su familia. Que nadie se meta con ellos, porque entonces es capaz de matar a quien sea. De la crónica de una entrevista, un interno señala que en realidad no fue un motín contra las normas establecidas o contra la autoridad penitenciaria, lo ocurrido en un reclusorio hace varios años. Se inicia la violencia dentro del reclusorio, porque la población estaba enojada y “harta” de los abusos de la Banda “Purpura”. Sus integrantes robaban, violaban y amedrentaban a los familiares de los reclusos. En el conflicto y desorden, más de uno, así se dice, había un grupo de internos, que recorrían el penal, con lista en mano, para localizar a los integrantes de la banda “Purpura”. Su objetivo: matarlos. Así lo hicieron. E incluso cuando uno de ellos se “atrinchera” en su celda, solamente se vierte solventes en la misma celda y se le prende fuego.
[2] Resumen de la técnica psicoanalítica de Sigmund Freud (1926).
[3] Película de “El padrino I, II y III”. Francis Capotola.
[4] Anónimo
[5] <<parranda>>, alusión a situaciones de diversión en especial entre los hombres, sin la presencia de familiares y si con amigos. En ellas con frecuencia se combina el consumo de alcohol o la convivencia con otras mujeres ajenas a la familia o con prostitutas.

lunes, 3 de febrero de 2020

INDÍGENA LACANDONA

Me el transporte colectivo de San Juan Teotihuacán al pueblo de Otumba, subió una mujer joven, que de inmediato al observar su rostro recordé la máscara de Jade de Takal. Por ello pensé, ese rostro lo conozco.Indudable que era una mujer bonita. Desde ese día recordé ese rostro y partiendo del modelo de la máscara, lo feminise y este fue el resultado. La modelo no existe. Todo es imaginación.

INDÍGENA LACANDONA
TECNICA: Lápiz de de grafito en papel fabriano
29cm. X 41.7cm.
FECHA: Enero 2, 2020
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira