lunes, 16 de marzo de 2020

ENSAYOS DE CUERPO HUMANO EN MOVIMIENTO


El presente trabajo representa el primer ensayo de bosquejos del cuerpo humano pero con movimiento, trascendiendo los cuerpos estáticos. Seguimos avanzando en el dibujo artístico.

TORSO MASCULINO
TECNICA: Lápiz de de grafito en papel bond
19cm. X 21cm.
FECHA: Febrero 9, 2020
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira


CUERPO FEMENINO
TECNICA: Lápiz de de grafito en papel fabriano
19cm. X 21cm.
FECHA: Enero 22, 2020
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira



FANTASÍAS DE ENCARCELAMIENTO


Con el presente documento, doy forma a mi publicación del mes de Marzo de 2020. temática de interés no porque el fantaseador este en prisión, sino porque los seres humanos, ante su acontecer psíquico, pueden con frecuencia fantasear que si han sido recluidos o que merecen una reclusión en prisión. Espero que sea de utilidad para los lectores de este blogger.


FANTASÍA DE ENCARCELAMIENTO
Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira
Enero de 2020
CPRRS Ecatepec

Abordar esta temática, me cuestiona de la manera siguiente: ¿fantasía de encarcelamiento o fantasías en el encarcelamiento? Como respuesta a la primera, tal vez coincida con la comunicación de un interno en análisis. Afirma, que cuando era niño, como a los ocho años de edad, su padre lo llevaba a lo alto del cerro cercano al reclusorio de Ecatepec. Cerro falso, pues fue formado a lo largo de varios años y por acumulación de basura. El mismo funciono por muchos años como basurero municipal. Es por ello que internos con sentencias altas, vieron el crecimiento del mencionado cerro. De esta manera, los internos afirmaban que no era un cerro lo que crecía, sino que era un volcán[1]. Después de todo, por las noches veían como se desprendían nubes de gases sobre él. Ello les confirmaba que no era un cerro lo que crecía, sino un volcán. Para ellos, esos vapores eran fumarolas de la actividad del volcán en crecimiento. Pero en este caso, los gases se explicaban por aquellos que se deprenden de la basura en descomposición. Era el metano producto de la basura. Pero volviendo a la fantasía del niño, este afirmaba que el sentía gran curiosidad por saber que había dentro del reclusorio. ¿Qué hacían las personas que veía desde lo alto del cerro? ¿Qué ocurría dentro de los muros de la institución penitenciaría? Es por esto que se le preguntaba, ¿si acaso cometer el delito significaba, darse la oportunidad de entrar a la cárcel y comprobar lo que había? Esta sería, así la podemos denominar, más bien una fantasía de conocimiento/desconocimiento.
Pero ¿hay otras fantasías de encarcelamiento? Sí, así lo podemos inferir y de momento las llamaremos “fantasía de merecimiento… de su encarcelamiento”, por sus fantasías y deseos personales. O como los llamaba Sigmund Freud[2], delincuentes por sentimientos de culpa. Los segundos llegan a la reclusión, por la necesidad de un castigo, por sus “viejos deseos o fantasías”, con frecuencia hacia los progenitores. Pero con respecto a las primeras, son como los casos presentados por las pacientes con delirios sensitivos de relación de Kretschmer[3], como lo fue Helen Renner[4], en 1887. En los casos de estas mujeres, se daba el conflicto, entre sus deseos sexuales y su moral sexual, lo que marcaba el sentimiento de que las personas que los rodeaban, podían percibir dichos deseos y fantasías conscientes e inconscientes. BUSCAR CITAS ADECUADAS. O como en los casos de los masturbadores ( el paciente entrevistado Bruhn, Brenner[5]) de Kretschmer[6])
Desde una perspectiva diferente, Charles Odier (1961)[7], condensa algunos casos de interés en relación a las fantasías de encarcelación, sobre los cual dice:

-“Fantasías de encarcelación (pág. 241)”
-“Ya sea en un crimen imaginario o de manera real o simbólica, el que sueña despierto es puesto en prisión” (pág. 241).
-“Me veo en mi celda…completamente solo. Pero siento un alivio indecible. Es como una liberación total, absoluta. Ya no más preocupaciones ni más dificultades…se acabaron las responsabilidades. Ninguna necesidad más de <<sudar>> por mi mujer y por mi hijo. Llego el momento, al fin, de que se ocupen de mí…etcétera” (pág. 241). 
-“La fantasía de encarcelación no es un fenómeno raro. Su simbólica propia tiene dos aspectos” (pág. 241).
-“Desde luego la prisión es la seguridad absoluta. Suprime la lucha, los fracasos. Hace imposible las comparaciones. Notable contraste entre esta seguridad reencontrada en la irresponsabilidad total, y la inseguridad y la devaloración masiva, que acaba de provocar la pérdida del objeto” (pág. 241).
-“En segundo lugar, los cuidados materiales son asegurados solo si no se conoce la vida en reclusión, donde las carencias son enormes y es peligros vivir en la cárcel. Abuso sexual y violación. Y esta certeza (no la hay) hace pasable su insuficiencia. La prisión se hace el símbolo de la solicitud maternal (más bien de lugar para exculpar o pagar culpas, más relacionado con la Ley del padre). “que Elena se ocupe del pequeño todo lo que quiera…yo tengo mi carcelero (petición de amor homosexual o paterna). Además es muy amable. Comprende mi desgracia. Tiene atenciones particulares. Me hace favores…Formamos un par de buenos amigos (fantaseo con la homosexualidad y el sometimiento sexual de un hombre porotro hombre)… etcétera” (pág. 241)
-“El amable carcelero ha reparado el abandono de la malvada esposa” (pág.241).

La referencia a “…puesto en prisión…”, confirma que esa fantasía no se refiere a las de un preso, por lo cual es fácil cotejar que se relaciona con deseos o fantasía previas a una posible trasgresión, que ameritaría una reclusión o castigo. El pensamiento o el acto prohibido se da, entonces se le castiga o se autocastiga. ¿A qué fantasía o deseo se refiere? Es inevitable pensar en las fantasías de masturbación de Freud en su interpretación de los sueños (1900)[8] o tres ensayos de teoría sexual (1905)[9], solo que de manera invertida. En dichos sueños, la desfiguración hace que el sujeto en el sueño este rodeado de mucha gente. Cuando en el contenido latente significa que está solo. Lo cual es confirmado por Odier (1961), cuando señala que el sujeto está “…completamente solo…” lo que le provoca el “…siento un alivio indecible…” sentimiento que provoca el acto onanista al producir la eyaculación y decrementar la tensión generada por la excitación sexual. Pero ¿cuál sería el significado del “…Ya no más preocupaciones ni más dificultades…se acabaron las responsabilidades. Ninguna necesidad más de <<sudar>> por mi mujer y por mi hijo”? El significado sería doble. Por una parte, hay que tomar literal la “…no más preocupaciones…” por dificultades, responsabilidades y necesidades, en la vida, con relación al hijo y la mujer. Desde un punto de vista lógico, así sería. Pero es extraño el señalamiento del “…<<sudar>> por mi mujer y por mi hijo…”. Si se le traduce a lo consciente, se entendería las necesidades y requerimientos de la manutención y convivencia con dos seres humanos, que generan dificultades, responsabilidades, necesidades y estrés. Pero si se piensa que ello puede ser imaginarizado o simbolizado, las palabras pueden adquirir un significado diferente[10]. El “…<<sudar>>…” puede ser relacionado con la excitación sexual por la mujer, por la necesidad homosexual e incluso por la relación incestuosa homosexual. Qué de ser correcta dicha interpretación, implicaría el sentido de las palabras y el uso del desplazamiento en el lenguaje manifiesto y latente[11]. [12]. El “…<<sudar>>…” es un término que se introduce de manera extraña y aislada, lo cual no puede ser al azar; y del que se debe meditar su determinismo[13]. De ahí su importancia para la interpretación arriesgada.
De una manera diferente, aunque con menor frecuencia, pero no inevitable, se puede dar la fantasía, el deseo, el sueño o el “temor” en las personas privadas ya de la libertad. El lugar ahora de reclusión, se refiere a las celdas de aislamiento (“de castigo”) o a los módulos de alta seguridad; o como se les suele llamar de conductas especiales. ¿Por qué una nueva reclusión o como se diría una cárcel en la cárcel más? Esto es diferente de aquellos internos problemáticos, que por su misma conducta se generan aislamientos continuos. La diferencia con lo señalado en la cita, es que se relaciona con personas no solo que están recluidas, sino que se además si están dormidas. En ellos no se da en estado despierto o de ensoñación. Pero si es imaginarizado o simbolizado. Desde lo imaginarizado y desde las personas ajenas al soñante, se podría apoyar que esto se da por “temor”, pues “ya saben lo que ocurre” en el castigo. Extraoficialmente un sujeto afirmaba que temía el castigo, porque ahí era obligado a cantar lo más fuerte que podía alguna canción o el himno Nacional. En caso contrario era golpeado en el vientre con los puños cerrados o con los pies. Cantar que debían realizar de pie y hasta que los otros internos castigados les permitieran dejar de hacerlo. De otros decían que eran torturados, colocándolos en tinas de agua, donde introducían cables de luz eléctrica para generar toques eléctricos. Luz que obtenían de enchufes, apagadores o focos del lugar de castigo. Otros tenían que dormir de pie, de lo contrario recibían múltiples golpes. Antes de continuar el análisis hay que señalar la indicación de Odier (1961) de “…el que sueña despierto…”, ya que parece ser una indicación extraña, en ella hace referencia a los ensueños de los seres humanos. Fantasías, ideas o imágenes que se tienen en la vigilia o entre el despertar y el dormir. ¿Pero en este texto que significado tendría? No hay que olvidar que los mismos mecanismos de la formación de los sueños intervienen en su formación (desplazamiento, condensación, desfiguración y elaboración secundaria).
El “…puesto en prisión…” por “…un crimen imaginario o de manera real o simbólica …” es de interés y en un caso clínico explicaba incluso la reincidencia delictiva. El sujeto había estado recluido ya por segunda vez cuando se le entrevista. En ambos casos por robo. Entre sus antecedentes, esta, el consumo de drogas, por tal vez casi treinta y tres años. Su droga básica la marihuana. En su análisis personal es de importancia como se da la relación con este. A todas las sesiones se presentaba con un cubreboca. Que de manera inmediata se explica o por padecimientos respiratorios o la presencia de la gripe aviar, tan común en dicha época. Se había declarado una epidemia en el área metropolitana de la ciudad de México, Específicamente en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. Por tal motivo se recomendaba el uso de cubreboca para atenuar los riesgos de contagio. La gravedad de la enfermedad implico en la ciudad, incluso la suspensión de clases y trabajos por casi una semana. Sin embargo, avanzando el análisis se conoció otro motivo para el uso del cubreboca. El interno presentaba alucinaciones auditivas, con las cuales conversaba. Pero el “hablar solo”, significaría para él, el estar “loco”. Así lo verían los que lo rodeaban. Más encontró una solución para ello. Poder hablar con las voces en voz baja, inaudible para los demás, sin hacerlo evidente ante las personas que lo rodeaban. Por ello uso el cubreboca. Esclarecida esta conducta sintomática, emergió otra. De manera voluntaria e instantánea prescindió del uso de la marihuana. Sin mayores complicaciones logro lo que no es usual entre los farmacodependientes. Dejar de esa manera las drogas era algo positivo, pero que requería de explicación. El interno termina por relacionar esto con una idea que tuvo, que es como sigue: “mata a tus perritos”. El ser humano, indudablemente, es frecuente que considere a sus mascotas, por el aprecio que hacia ellas dirige, incluso, simbólicamente las considera parte de su familia. Pero ¿cómo para dejar de “tajo” las drogas? Más bien habría que dudar de ello. Por ejemplo, no necesariamente la preocupación por la familia es el motivante para dejar el consumo de las sustancias tóxicas. Así, un paciente drogadicto, inhalaba solventes en una lata, movía constantemente su brazo para retirar la lata de su boca y nariz y colocarla de nuevo en ellas, para aspirar el mencionado solvente. Su pequeña hija, de cuatro años de edad, detiene su movimiento, agarrando su brazo y diciéndolo sic. “ya no papá”. Baja inicialmente el brazo y acto seguido continua su inhalación de los solventes. ¨Por otra parte el llanto de la madre de los farmacodependientes, casi nunca es motivante para dejar de intoxicarse. Esto ocurre sin importar, que ellos afirman, que la familia es lo que más quieren y por la cual serían capaces de matar o dejarse matar.
Más la mencionada duda en el analista del sujeto genera el recuerdo de la trama de Abraham, en la Biblia, cuando Dios le pide que sacrifique a su hijo para saber si sería capaz de obedecerlo. Siendo detenido por un ángel, cuando está a punto de ejecutar el sacrificio. Dios no quería que matara a su hijo y si solo si sería capaz de obedecerlo. A pesar de este recuerdo, hay que tener presente que el análisis es del paciente no del analista, por lo cual se da continuidad[14] a la regla de la asociación libre[15] con el sujeto. La espera valió la pena, pues si había otro significado. La idea original era: “mata a tu hijo”. Motivo que era más congruente con su abandono inmediato del consumo de drogas. Pero a la vez, determinante de su conducta delictiva, lo cual se esclareció posteriormente. La fantasía se relacionaba con la idea de que necesitaba la cárcel para no matar a su hijo. En ella estaba cuidado por la institución y los custodios. De esta manera no mataría a su hijo. Situación que por supuesto no era real. Si deseaba matar a su hijo, no habría tiempo para que se lo impidieran los custodios. Pero, una vez externado, ante la persistencia de la idea de matar a su hijo, regreso a prisión por un segundo delito. La preocupación entonces era si cada vez que terminara su sentencia cometería un nuevo delito para reingresar a prisión y así protegerse de su fantasía. Ello sería un ciclo neurótico interminable. Por esto se confronta al paciente con los hechos siguientes: a).- No es el primero ni el último que tenga esas fantasías de muerte hacía un ser querido. B).- La presencia de tales fantasías de muerte implican un deseo, pero ello no es sinónimo de que las deba realizar. Y c).- Que la presencia de tales fantasías no lo hacen ser el peor ser humano, aunque si pasaron debe abandonarlas y continuar su vida. Ya se dieron, pero ello no debe ser impedimento para continuar una vida. Esto genera un periodo de tranquilidad en el interno y permite la emergencia de otra fantasía, tal vez más antigua.
En este caso, la conducta sintomática era la siguiente: El invitaba a sus amigos a consumir drogas en su casa. El cuarto donde se reunían era al fondo de un pasillo. Este se comunicaba por una puerta, con el resto de la casa. El sujeto se colocaba en esa puerta y dejaba que los amigos entraran, asegurándose que ninguno quedara disperso. Habiendo entrado todos al cuarto, después de entrar él, ponía llave y la resguarda muy bien. Nuevamente en la asociación libre emerge ahora su desconfianza hacia sus amigos. Los vigilaba para que no se desviarán y fueran a otras recamaras, donde estaría sus familiares, específicamente las mujeres, como se deslindó posteriormente. De ahí se deriva un recuerdo que pudo comunicar. Este era el siguiente: viendo de espaldas a una de sus hijas mayores, pensó que ya era una mujer y se excito con su imagen. Siendo un “pervertido sexual[16]” tal vez podría haber satisfechos sus deseos incestuosos con su hija. Pero no lo haría si estaba en la cárcel, cuidado por esta y por los custodios.
Con respecto a ese calificativo de “perverso sexual”, en consulta externa, una madre de familia plantea sus dudas. Externa sus temores de que ella tiene que salir de su casa para trabajar. Esto provocaría que su hija menor de edad se quede sola en su casa. Su inquietud, es que también en esa casa se quedaba su hijo usuario de marihuana. Esta situación ocurría porque su pareja[17] se había ausentado de la casa, desde hacia tiempo, y no había quien sustentara los gastos del hogar. Efectivamente ella tenía que trabajar para mantenerse, pero se le cuestionaba que esto no explicaba sus dudas. Después de la insistencia, plantea que las dudas se relacionan con la drogadicción de su hijo. Apegándose a la fantasía de que su hijo es drogadicto y por lo tanto un “vicioso[18]”. Denominación, moralista, que incluye el significado de que dichos sujetos son “pervertidos sexuales”.
REQUIERE DE MUCHOS COMENTARIOS A PESAR DE SER UNA FANTASÍA.
CONTINUAR ANÁLISIS DE LA CITA

Es tiempo de retomar otra sección de la cita que nos proporciona Chales Odier (1961), en ella afirma lo siguiente:

-“Desde luego la prisión es la seguridad  absoluta. Suprime la lucha, los fracasos. Hace imposible las comparaciones. Notable contraste entre esta seguridad reencontrada en la irresponsabilidad total, y la inseguridad y la devaloración masiva, que acaba de provocar la pérdida del objeto” (pág. 241).

Pero, ¿seguridad absoluta de qué? Hablar de esa absolutez, o es una exageración del mencionado autor o tiene que ver con la fantasía del fantaseador. En el primer caso no es relevante, salvo como cuestión contratransferencial.  Por eso el término de absoluto adquiere relevancia. De esta manera, si se comparte esas fantasías de encarcelamiento, las interpretaciones se parcializan o se hacen dudosas. Pero, ¿Por qué el analista fantasearía contratrasferencialmente con el encarcelamiento? Pues bien, siguiendo la trama de la cita, porque como seres humanos estamos sujetos a los mismos deseos incestuosos señalados. De esta manera el término de absoluto es de importancia, a manera de reafirmación y aseguramiento. Pues, nada más complicado, como es el cumplimiento del Edipo o del incesto. Es probable, que bajo el deseo de la hija o la mujer prohibida se oculte la misma madre, después de todo serían, ambas, de la misma serie dinámica. De igual manera, en cómo el interno lo hacía, con la serie del pensamiento de “mata a tus perritos” y el “mata a tu hijo”. Es decir, que adjudica esa absolutez a los fantaseadores de encarcelamiento, para tramitar la fantasía inconsciente de tipo incestuosa. Importante mencionar esto, para que se proceda a su elaboración y así permitir el análisis de las fantasías de encarcelamiento.
Desde la segunda opción, fantasías del fantaseador, se involucra el desconocimiento de la ”realidad” de la prisión y el deseo inconsciente de “aseguramiento” del no cumplimiento del deseo que alguna vez fue consciente en el sujeto. Así, el interno, al estar en la cárcel no podía matar a su hijo o no podría intimar con su hija, a quien había visto como mujer y no como hija. Trascendiendo de esta manera él incesto padre hija. Aseguramiento que tiene que ver con el inconsciente y no con la seguridad personal. Por ello es pertinente la cita donde afirma “…seguridad reencontrada en la irresponsabilidad total…” En la “irresponsabilidad”, porque lo que protege es estar en la cárcel por haber cometido un delito, una transgresión a las leyes y normas establecidas. Desde esta perspectiva, “irresponsabilidad” desde la consciencia, pero no desde el inconsciente. Desde este último, no habría “irresponsabilidad”, sino protección y aseguramiento, pues no permite la satisfacción de los deseos prohibidos. Lográndose de esta manera la existencia de contradicciones inconscientes en el Ellos, algo característico en esta estructura psíquica[19]. Por esto, a pesar de la irresponsabilidad si se da un aseguramiento y una protección. El interno ya mencionado, fantaseaba que no podría matar a su hijo o intimar con su hija, porque los custodio, el área de vigilancia se lo impediría. Después de todo ellos están para proteger que se transgredan las leyes y las normas establecidas. Pero en la irrealidad. Pues si se observa con lógica, no habría tal protección. Si es sorprendido por los custodios de las torres de vigilancia, infringiendo las prohibiciones, en tanto hablan a control de vigilancia o a sus compañeros custodio, al menos el homicidio de su hijo podía ser perpetrado. Sin embargo, para el interno funcionaba en la fantasía y se aseguraba que no podría infligir la ley.
Desde una perspectiva, ese desconocimiento ha que se hace referencia de la prisión, involucra los conflictos a que se ven sometidos los internos al ingresar a reclusión. Mismas en la que son robados, extorsionados, golpeados, insultados, con riesgos de violación o abuso sexual, vejación de sus familiares (esposas, madres, hijas y hermanas), abandono familiar, infidelidad de sus parejas, abandono por sus familiares, carencias alimenticias, infecciones y enfermedades, lesiones, homicidios, pérdidas económicas, castigos, aislamiento, incomodidades, hacinamiento, etcétera. Con todas estas pérdidas, es claro que hay en la “inseguridad y devaluación total”. Pero ¿Por qué “reencontrada”? Más bien es “…encontrada…” ya que no se tenía, al menos desde que se tuvieron dichos deseos prohibidos.
También hay que analizar otro fragmento de la cita, donde se consigna: “…Suprime la lucha, los fracasos. Hace imposible las comparaciones…” Algo de lo más irreal, ya que estar en la cárcel, solo favorece la comparación, entre lo “bueno” y lo “malo”. Después de todo, en la dinámica familiar de los internos, es una condición para que el resto de la familia pueda ser “buena”. Cuando se compara la conducta negativa del interno, con la conducta de los demás integrantes de la familia, su malignidad, hace más favorable la conducta de sus familiares, o menos maligna cuando menos. Con respecto a la supresión de esa “…lucha…” así es efectivamente, pues una vez calificado de “malo” los demás son “buenos”, sin mayores discusiones. Ya no se cuestiona la veracidad de esa fantasía. Nuevamente aquí se compara la conducta y se dice que los demás, cuando menos, son menos “malos”. Así por ejemplo es válida la comparación de una madre de familia, de “es preferible ser borracho que marihuano”; preferible ser “ratero” que violador. En cuanto a la “supresión de los fracasos”, ya no tienen esto importancia, pues se les ha “etiquetado” como fracasados y así será como vivirán a partir de su reclusión. Dignos solo de lastima y la familia dedicada a cuidarlos porque no se les da capacidad de enfrentar la vida. Comparados con aquellos, otros familiares, que se hacen cargo de su propia vida. Aunque esto no sea real. Dinámicamente es posible encontrar familiar completamente disfuncionales, no solo por el interno, sino por la patología que tienen los diferentes miembros de la familia. Contándose entonces con las familias patológicas[20]. Mismas en las que su disfuncionalidad es su equilibrio, claro que es, patológico.
Que decir de la parte final de la cita, en donde se consigna “…que acaba de provocar la pérdida del objeto…”. Pero ¿cuál pérdida? Y ¿qué objeto? Si hay fantasía, entonces no hay perdida “total”, sino solo sustitución del objeto. Nunca se le perdió, solo desde la consciencia pues permanecer en la fantasía y bajo un “disfraz”. La fantasía de encarcelamiento se manifiesta porque es necesaria, pero a su vez ella mantiene presentificada la imagen de ese supuesto objeto perdido. Pero ¿a qué objeto se hace referencia? Solo tras el análisis se puede inferir que a la madre y a los que son representantes de los deseos prohibidos. Representantes de las sería de imagos paternas; tal como el interno que reclamaba sus conflictos con la autoridad, peleando con los custodios del reclusorio, del director del centro penitenciario, el residente municipal, el gobernador y el presidente de la Republica. Cuando en realidad al cuestionarle sobre el conflicto con dichas figuras, tras meditarlo, refiere su reclamo a su padre cuando era niño.
Curioso, de inicio, el comentario de Odier (1971), de que la cárcel pasa a ser “…símbolo de la solicitud maternal…” pues ello conduce de nuevo a la irrealidad de la prisión y la vivencia en la reclusión. Donde no “…, los cuidados materiales <<no son >>[21] son asegurados…”, desconociéndose por los neófitos las enormes carencias que se tienen ante falta de vestimenta, alimentación deficiente, precios elevados de los productos que se comercializan, consumo de drogas, gastos de abogados y la corrupción presente en cada momento. Limitando la disponibilidad de recursos económicos, agotados en el proceso y la reclusión, con enormes deudas de la familia al invertir en protección de sus familiares recluidos, pago de alimentación extra, de estancias, extorsiones, pagada a otros internos o vigilantes. Las familias de dichos internos no solo pagan lo que se les pide por su familiar, sino terminan con deudas considerables, que impedirían todo “…los cuidados materiales… asegurados…”. Con ello se carecede toda “…certeza…”, de la suficiencia de los recursos materiales y económicos. Así por ejemplo, un interno, acusado de robo, en buena disponibilidad se adjudica las deudas de su sobrino, recién ingresado, por consumo de drogas y comida. Situación que provoca que nadie lo ayude, pues la familia lo abandona temporalmente, sin importar su buena fe y disponibilidad. Misma que se transforma en un constante hostigamiento y amenazas a su integridad personal y su vida. De hecho, ocho internos, más había procedido de manera decida a quitarle la vida por no poder pagar las deudas. El confiaba en el apoyo de los padres de su sobrino y su familia primaria y secundaria personal. Pero ante su petición de ayuda, esta le es negada e incluso bloquean la recepción telefónica. En prisión se pierde esa “…solicitud y protección simbólica de tipo maternal”. Se puede quedar en total desprotección y peligro inminente. Con todos estos contratiempos y contrariedad, no puede hacerse “…pasable su insuficiencia…” o carencias, por muy presente el “simbolismo materno”. En el caso de los reclusos no hay esa protección materna, que es disfuncional o insuficiente. Eso sin considera que el interno mismo, conociendo a su madre y familia, cae en aprovechamiento de su “debilidad”, el interno recluido. Siendo más probable lo que decía otro sujeto. En una sesión grupal, afirmaba haberse dado cuenta de algo que no había observado antes. El pensaba que los demás internos eran sus enemigos, porque robaban y agredían a su familia. Había llegado a la conclusión de que el primero que roba y extorsiona a su familia, es él mismo. Cada vez que pone la mano para recibir dinero de la familia eso es lo que hace, robarla y extorsionarla. Una verdad desagradable, pero totalmente cierta, aunque se escuche “feo”. Conociendo la dinámica de los presos en una cárcel, no hay seguridad que se busque en ella el sustituto de la protección y aseguramiento materno. Sino que ante la Ley del Padre, la reclusión se transforma en el precio por la transgresión de la Ley, el castigo. De esta manera el reclusorio es el lugar de expiación de dicha culpa por los deseos prohibidos fantaseados y queridos. Esto recuerda que la transgresión de la Ley implica la participación del Superyo, como entidad psíquica prohibitiva, punitiva y castigadora. La cárcel puede ser el símbolo de esa figura paterna[22].
Continuando con la cita, son extraños dos aspectos de la misma. El primero corresponde al señalamiento de un nombre: “Elena” y dos palabras más “la malvada esposa”. Consideramos que ambos aspectos serían buenos sinónimos de la mujer, pareja del interno recluido. Denotando la ambivalencia hacía dicha figura. Elena, como una descalificación, en lugar de la tal vez “querida esposa”. Demostrando ahí su ambivalencia por no estar con el sujeto. Que formalidad para referirse de quien será la encargada del sujeto y con quien ha compartido una vida en unión libre o en matrimonio; para quien le ha dado hijos; y para quien lo visitara semanalmente o le otorgara la visita intima. Expresándose mejor el sentimiento hacia ella al final, con el calificativo de “malvada esposa”. Sin importar el hostigamiento y la persecución que se realizará una vez ejecutada la reclusión. Entonces serán más importantes las exigencias de ropa, comida, dinero, etcétera; la fidelidad, ante lo cual con gran frecuencia se molestan, se irritan y se enojan porque tardan en contestar las llamadas telefónicas o en ser localizadas en sus casas. Sospechando con esto, que el estar en libertad, ellas, tienen la opción de nuevas parejas sexuales. Reclamo de manera diferente, pero en las series femeninas y “maternas” ya que la madre no está en disponibilidad inmediata; en el constante temor de ser abandonado por esta. Esto se da sin importar la irresponsabilidad del interno ante sus hijos. Su disculpa, que en reclusión no hay manera de trabajar y por lo tanto no hay opciones para aportar económicamente para el cuidado y manutención de los hijos y la misma pareja[23]. Pero esto solo es aparente y tal vez es más realista el comentario de una madre de familia. Ella reclamaba a su hijo, el buscar el embarazo de su mujer y la evitación de hacerse cargo de su mujer e hijos. Después de todo, en dos ocasiones, una vez embarazada la pareja el era recluido por ocho años de prisión por delito de robo. En un caso diferente otro interno maldecía su estancia en la cárcel. El motivo, es que su esposa se presenta con él en el centro penitenciario con zapatos rotos. Sin embargo, una vez externado su enojo con su pareja, ejerce su derecho a la visita intima con su mujer. ¿Y qué paso con su molestia? Cabe destacar en dicho sujeto, su problemática de farmacodependencia; el haberse involucrado en trafico de sustancias en reclusión; y la negativa de su madre para aceptarle dinero, que ella consideraba “sucio”, por proceder de actividades ilícitas del hijo.
Por otra parte, en la cita se puede observar que se enaltece la relación, no de la figura paterna, al menos así lo parece, sino del carcelero. Este si “…Además es muy amable. Comprende mi desgracia. Tiene atenciones particulares. Me hace favores… Formamos un par de buenos amigos…”. ¿Acaso el argumento moderno de que todo padre debe ser amigo de su hijo, después de todo ese es el simbolismo de la figura de autoridad, el carcelero? No lo creo. Mas parece un dialogo, un comentario o una argumentación de amigos. Sin olvidar dos aspectos presentes en la cárcel, la convivencia casi exclusiva de solo hombres. Y la interpretación psicoanalítica de la amistad, donde se le considera una sublimación del impulso homosexual. No hay que olvidar que en la relación de amistad, tanto masculina como femenina se ama a una persona del mismo sexo. Por eso amistad masculina, al igual que entre mujeres, simboliza los impulsos homosexuales sublimados[24]. De esta manera son explicables tantos elogios hacia el carcelero o hacia los técnicos de la institución, como en uno de tantos casos. La persona privada de la libertad se acerca a un psicólogo, diciéndole que fue lesionado en el vientre con un ”piquete[25]” de una “punta[26]”, por lo cual fue operado. Ahora que sale del hospital se acerca a todos los profesionales técnicos, excepto a los carceleros, para pedir su apoyo. Con ha trabajado apoyando a las áreas técnicas y los considera sus amigos, les pide diversos productos y dinero. Como antecedente importante es homosexual activo y declarado así. De manera diferente, otra persona privada de la libertad, trata de relacionarse con su psicólogo, en apariencia heterosexual, pero con frecuencia le dice a su psicólogo, “que bonitos ojos tiene” o bien elogia el buen gusto para vestirse. Cuando en la cita se afirma que son “…buenos amigos…”, no hay que omitir que esto se da por un intento de establecer una relación de intimidad entre el preso y su “carcelero”. ¿Acaso relación de sometimiento, donde se adhiere pasivamente el interno a su custodio o vigilante? De esta manera es congruente hablar de esa reparación, afectiva y homosexual, provocada por la separación de la “esposa malvada” o madre sustituta, sin importar que el sustituto sea una persona de su mismo sexo.

Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira
Enero de 2020
CPRRS Ecatepec



[1] ¿Alusión al nacimiento de Paricutín en estado de Michoacán en 1943?
[2] Freud, S. (1916). Obras completas: “Algunos tipos de carácter dilucidado por el trabajo psicoanalítico”. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 14.
[3] Kretschmer, E. (1959). Delirio sensitivo paranoide: aportaciones al problema de la paranoia y a la caracterología psiquiátrica. (Dr. José Solé Sagarra, trad.). Barcelona. Labor.
[4] Como antecedentes en relación a las ideas enfermas esta la siguiente: “…vivencia juvenil no totalmente olvidada: el tío… se había acostado alguna vez en la cama de ella, de un modo algo dudoso, pero sin que se produjera ninguna acción deshonesta; ella tenía doce años, y ya entonces se había hecho muchos reproches interiores y había tenido la oscura preocupación de estar embarazada” (pág. 56). En alguna de sus crisis patógenas “Se mantenía retirada en su habitación, tumbada apáticamente sobre el diván. En su cerebro oía: <<todos tienen que ser encerrados>> (en la cárcel)” (pág. 60). “Durante la menstruación surgía obsesivamente la antigua idea de tener que ir a parar a la cárcel, pero inmediatamente se daba cuenta de lo absurdo que era esto e intentaba reprimirla” (pág. 64).
[5] “Bernhard Brenner… fue llevado por su padre a la Clínica de Tubinga, el 26 de Septiembre de 1913. Ya había sido enviado antes por un abogado, pues el paciente le pregunto si podía ser castigado por haber sido visto tres años antes masturbándose… Cierta tarde de Domingo, en la primavera de 1913, creyó haber hablado mal de una vecina, mientras estaba borracho, lo hizo porque ella se había referido a su masturbación. Desde entonces lo sobrecogió otra vez una gran intranquilidad, y estaba temiendo que dicha vecina lo acusaría de difamación, por lo que sería encarcelado en Rotterburg…” (pág. 110).
[6] Kretschmer, E. (1959). Delirio sensitivo paranoide: aportaciones al problema de la paranoia y a la caracterología psiquiátrica. (Dr. José Solé Sagarra, trad.). Barcelona. Labor.
[7] Odier, Ch. (1961). Angustia y pensamiento mágico. México. F.C.E. Biblioteca de Psicología y Psicoanálisis
[8] Freud, S. (1905). Obras completas: Tres ensayos de teoría sexual. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 7.
[9] Freud, S. (1900). Obras completas: La interpretación de los sueños. (José Luis Etcheverry, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 4 y 5.
[10] Lacan
[11] Freud, S. (1900). Obras completas: La interpretación de los sueños. (José Luis Etcheverry, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 4 y 5. Freud, S. (1901). Obras completas: Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error). (José Luis  Etcheverry, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol.6. Lacan, J. (2005). Escritos I: Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. (discurso de Roma de 1953. (Tr. Tomas Segovia). 23ª ed. México. Siglo XXI. Psicología y etología.
[12] Lacan
[13] Freud, S. (1901). Obras completas: Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error). (José Luis  Etcheverry, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol.6. Freud, S. (1926). Obras completas: ¿Pueden los legos ejercer el análisis? (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 20. Freud, S. (1937). Obras completas: Construcciones en el análisis. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 23.
[14] Freud (1900 y 1920), afirmaba que aún ante los símbolos universales, con el sol símbolo del padre, se debe aplicar a este la regla de la asociación libre, para determinar, si se está usando el simbolismo universal, u otro diferente por el mismo paciente.
[15] Freud, S. (1900). Obras completas: La interpretación de los sueños. (José Luis Etcheverry, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 4 y 5. Freud, S. (1926). Obras completas: ¿Pueden los legos ejercer el análisis? (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 20.
[16] En un viejo caso, en consulta externa, en una institución especializada en problemas de farmacodependencia se dio otro caso. Una madre de familia externaba sus temores por tener una hija menor de edad a la cual debía dejar sola en su casa. No tenía marido y tenía que salir a trabajar. Sin embargo, su situación personal no explicaba su temor por su hija. La necesidad de dejarla sola si era explicable, no así su desconfianza y temor. Solo tras mucho insistir, relaciona su temor con la existencia de un hijo adolescente farmacodependiente. Insistiendo dicha madreen la situación de su hijo. Concluyendo posteriormente de que si su hija se quedaba solo con este, el mismo le podría hacer algo estando intoxicado. Concretamente temía que el abusará sexualmente de la niña. En ella pesaba una de las concepciones del farmacodependientes, como “vicioso”, de que los usuarios de droga y específicamente de marihuana, son degenerados sexuales. Por esto es que dicha mujer se preocupaba tanto detener un hijo drogadicto y tener que dejar a su hija con él.
[17] Su pareja era el padre de sus dos hijos.
[18] Desde la definición de diccionario, dicho término incluye las palabras siguientes: imperfección, defecto, falsedad, falta de rectitud, malo, libertinaje, perjudicial, débil, carente de voluntad, degenerado, mal hábito.
[19] Freud, S. (1923). Obras completas: El yo y el Ello. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 19.
[20] Ehrenwald, J. (1977). Neurosis en la familia. (Tr. Julieta Campos). 3a ed. México. Siglo XXI. Psicología y etología.Ackerman, N. W. (1994). Diagnóstico de las relaciones familiares: Psicodinamismos de la vida familiar. (10a. ed.). (Hebe Friedenthal y Jorge Pereyra Hogan, trads.). Buenos Aires. Horme. Psicología de hoy: teorías y métodos de la psicoterapia, 2.
[21] Palabras insertadas en la cita de Odier (1971).
[22] Freud, S. (1923). Obras completas: El yo y el Ello. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 19.
[23] Du Plexsix Gray, F. (2002). El marqués de Sade: una vida. (Abel Debritto y Merce Diago, Trads.). Buenos Aires. Punto de lectura.
[24]Freud, S. (1905). Obras completas: Tres ensayos de teoría sexual. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 7. Freud, S. (1910). Obras completas: Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 11.

[25] Perforación con una varilla con punta afilada en un extremo, que se introduce y extrae del cuerpo del lesionado.
[26] Objeto metálico, varilla, a la cual se le afila la punta en uno de sus extremos. Usada como arma blanca.