miércoles, 1 de julio de 2020

¿CANIBALISMO MESOAMERICANO?

En este mes de Julio de 2020, aprovecho para retomar un viejo tema de mi interés personal, sobre las declaraciones de Bernal Díaz del Castillo, su texto "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva ESpaña", en torno al CANIBALISMO en los pueblos prehispánicos, es especial los Aztecas. Espero lo disfruten.


¿CANIBALISMO MESOAMERICANO?

MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
Marzo 21, 2020

(Una visión desde la perspectiva del relato del español, Bernal Díaz del Castillo en su texto: “Historia Verdadera de la Conquistad el Nueva España”)

Realizar análisis de comunicados de los protagonistas de un evento, debe ser considerados con cautela. Dependiendo, como dice el dicho, “de cómo le fue en la feria, será como vea lo que ocurre”, por ello la credibilidad de algún argumento puede ser puesto en entredicho. De esto no será una excepción Bernal Días del Castillo. Personaje que acompaño a Hernán Cortez durante la invasión de las tierras mexicanas. Lo cual concluyo con la indudable derrota del pueblo Azteca en 1521.
Como todo ser humano, en los españoles también tenía que estar presente su justificación, para dispensar las atrocidades que hicieron en el período de lucha y posteriormente, durante la dominación española. Son intentos de legitimar una acción, a pesar de la consciencia de lo reprobable de la misma. Es por ello, que el Rey de España, en el 2018, se atreve a afirmar en los medios de comunicación mundial: “Que los mexicanos deberían pedir perdón a los españoles por aquellos que murieron durante la lucha invasora de 1521”.
Dos son los argumentos básicos para tal justificación. El primero de contenido religioso, ya que la iglesia católica legitimaba la necesidad de la invasión con el pretexto de la evangelización, el “rescate de almas para el cielo católico”. Y el segundo la eliminación de prácticas salvajes[1] de los indígenas mesoamericanos, relacionadas con su religión, como lo era su “canibalismo”.
Temática, que de manera personal he abordo en otras ocasiones[2], específicamente en relación al pueblo mexica
Después de leer la versión de Bernal Díaz del Castillo, de los acontecimientos de la guerra contra los aztecas en 1521, surgen citas de dicho autor de interés con respecto al canibalismo de los pobladores prehispánicos del México antiguo. Una referencia primera de interés es la siguiente:

“…y halló sacrificados en unos cúes[3] hombres y muchachos, y las paredes y altares de sus ídolos con sangre, y los corazones presentados a los ídolos; y también hallaron las piedras sobre que los sacrificaban, y los cuchillazos de pedernal con que los abrían por los pechos para sacarles los corazones. Dijo Pedro de Alvarado habían hallado a todos los más de aquellos cuerpos muertos sin brazos y piernas, y que dijeron otros indios que los habían llevado para comer, de lo cual nuestros soldados se admiraron mucho de tan grandes crueldades…” (pág. 74).

La primera parte nos parece una excelente condensación de una practica “cotidiana” entre los antiguos pobladores de México, el sacrificio humano. Que por cierto no ha sido exclusivo de los pueblos mesoamericanos si se considera a Frazer[4], en su texto “La Rama Dorada”, quien hace un amplio análisis de la antropofagía, entre los pueblos europeos y asiáticos. En fin, la descripción que hace Bernal Díaz del Castillo, es completa en relación al lugar y los implementos necesarios para llevar a cabo los sacrificios humanos. Se puede tener una breve visión, incluso, del procedimiento del sacrificio de seres humanos. Pero la segunda parte de la cita, parece sospechosa en sus argumentaciones. Bernal Díaz del Castillo se refiere a lo que le dijo Pedro de Alvarado, a quien otros indígenas le dijeron. Pero no cualquier indígena, sino seguramente uno de sus actuales aliados y no comedores de la carne humana. Al menos en el momento en que se da la comunicación verbal, aunque si tal vez antes de que se conocieran. Esto según, otra cita, de Bernal Díaz del Castillo, donde menciona:

“…y ahora lo digo asimismo a vos, Olintecle, y a todos los demás caciques que aquí estáis, que dejéis vuestros sacrificios y no comáis carne de vuestros prójimos, ni hagáis sodomía, ni las cosas feas que soléis hacer, porque así lo manda Nuestro Señor Dios…” (pág. 104).

Si esos indígenas eran o no comedores de otros seres humanos no lo podemos saber. Solo se puede suponer que ya no lo eran, después de que ellos lo ordenaron y lo prohibieron. Esto crea la suposición de que si lo eran antes de la llegada de los españoles. ¿Acaso su palabra era tan “divinas[5]” que bastaba solo que lo dijeran para que dejaran las practicas canibalisticas? Lo que parece más veraz, es que ellos repudiaban a sus enemigos, en base a un argumento que sabían ellos tenía y que era reprobado por los nuevos amigos. Que “…tenían…” no lo sabemos, pero si era argumentativo. Con ello se aseguraba la imposibilidad de una posible alianza o reconciliación con ellos. La enemistad se mantendría. Con ello se mantenía el encono de los españoles contra el pueblo de Aztlán, su acérrimo enemigo. Argumento que permitía racionalizar las atrocidades que los españoles realizarían en la lucha con el pueblo Azteca.  En la cita se observa un término que no se debe dejar de analizar, que es el prójimo:

PRÓJIMO: m. cualquier persona, como miembro de la comunidad humana, en relación a otra.// Los otros.// Despectivo, sujeto, tipo.// Prostituta (pág. 780)[6].

Existiendo tal animosidad de los españoles hacia los indígenas del México antiguo, es extraña la introducción de dicho término en el texto de un español, como lo era Bernal Díaz del Castillo. Comúnmente el prójimo se puede interpretar como un semejante, como una persona igual a uno mismo. Por ello en la religión católica una de sus mandamientos dice: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. Mandamiento vigente para los españoles en la guerra contra los antiguos mexicanos, pero no practicado para con los indígenas. Después de, su carencia de “alma” o de bautismo los hacia diferentes a los católicos españoles. Y como ellos debían rescatar esas “almas” para el reino de Dios se decía estaba justificada su intervención militarizada. En nombre de la fese justificaba su invasión y se toleraban sus atrocidades. Claro que no era suficiente ese argumento, por lo cual se promovió la existencia de otra “atrocidad” practicada por los mexicas, los sacrificios humanos y por ende el canibalismo, que ellos argumentaron y que apoyaban en las comunicaciones de los enemigos del imperio Azteca. Por eso es extraña dicha palabra en una comunicación de un español. Y por ello se daba credibilidad sin cuestionamiento a las comunicaciones de los enemigos de los Aztecas. Para ellos no se requería de corroboración o que les constaran dichas prácticas canibalísticas.
 Partiendo de estos argumentos, se hace relevante otra cita de Bernal Díaz del Castillo, que a la letra dice:

“…como entre ellos hay muchas diversidades de lenguas y tienen guerra unos con otros; como son idólatras, y se sacrifican y matan en sacrificios muchos hombres y niños y mujeres, y comen carne humana y usan otras torpedades… También enviamos cuatro indios que quitamos en Cempoal, que tenían a engordar en unas jaulas de madera, que después de gordos sacrificarlos y comérselos” (pág. 92).

La segunda parte de la cita es la que adquiere relevancia aquí. En el proceso de comunicación se da una inversión de ambos textos (primera y segunda parte de la cita). Es indudable que debió capturar su atención y extrañarlos grandemente el encontrar “…a cuatro indios que quitamos en Cempoal… que tenían en unas jaulas de madera…” algo que seguramente les hizo preguntar de cual sería el objetivo de tal enjaulamiento de seres humanos.  En especial si se les veía bien alimentados, ”…gordos…”. Para los españoles, la única conclusión lógica es que los iban a sacrificar y a comerlos, después de todo así lo creían y sus nuevos aliados indignas, así se los habían hecho saber.  Más por el análisis de la cita, no se puede confirmar dicha conclusión.
Además de la guerra armada, se puede decir que había una guerra “propagandística” en donde la imagen de unos y otros se denigraba o se matizaba de calificativos, que hacían justificable la guerra e incluso el exterminio. Por ello es de interés otra referencia recopilada por Bernal Díaz del Castillo y que señala:

“hallaron que éramos hombres de hueso y carne, y que comíamos gallinas y perros y pan y fruta, cuando lo teníamos; y que no comíamos carnes de indios ni corazones de los que matábamos, porque, según pareció, los indios amigos que traíamos  de Cempoal les hicieron creer que éramos teules y que comíamos corazones de los indios y que las lombardas echaban rayos como caen del cielo, y que el lebrel que era tigre o león, y que los caballos eran para alcanzar a los indios cuando los queríamos matar…” (pág. 114).

Los indígenas amigos de los españoles hacían esto, para tratar de amedentrar a sus enemigos indígenas, lo cual hacían propositivamente, a pesar de que conocían bien que no eran caníbales los españoles. Pero en la guerra “todo se vale” y por ello se usaban dichos argumentos. No es importante en este momento la veracidad de ellos. En el caso de los Aztecas, simplemente no se desmentían y podía tener el efecto amenazante que se esperaba de ellos[7]. Argumentos similares se han difundido en todas las guerras de la humanidad o a fin de lograr mantener una distancia entre potenciales enemigos. Algo que es útil y eficaz no solo en la guerra, sino también en las relaciones humanas conflictivas. Así, por ejemplo, en un conflicto entre vecinos, uno de ellos estigmatizaba al familiar de otro al señalar que el estaba en prisión. Ante lo cual obtuvo como respuesta, que entonces ya sabía de lo que el familiar preso era capaz, pues es de todos conocidos la “mala” conducta de los presidiarios. De esta manera el conflicto fue solventado. En otro conflicto entre vecinos, solo basto dejar evidente que uno de ellos trabajaba en tribunales, con ministeriales, jueces, agentes federales, ejercito, policías judiciales, para el gobierno, por una parte y por la otra que conocía a delincuentes de bandas delictivas, como “la mano con ojos”, la “familia michoacana”, el “cartel del golfo”, etcétera, para que se repensara las consecuencias y el conflicto se terminara. Usar el conocimiento y la manera en que este se usa tendrá el efecto esperado. Sin ser importante en ello la veracidad de los hechos.
Un comentario recopilado por Bernal Díaz del Castillo es de gran interés, pues parece ya no ese objetivo “propagandístico” o racionalización de los motivos para la guerra es la siguiente:

“Dejemos de contar del volcán, que ahora que sabemos qué cosa es y cómo y hemos visto otro volcanes, como son los de Nicaragua y los de Guatemala, se podían haber callado los de Guaxalcingo sin poner en relación, y diré como hallamos en este pueblo de Tlaxcala casas de madera hechas de redes y llenas de indios e indias que tenían dentro encarcelados y a cebo, hasta que estuvieran gordos para comer y sacrificar, las cuales cárceles les quebramos y deshicimos para que se fuesen los presos que en ellas estaban, y los tristes indios no osaban ir a cabo ninguno, sino estarse ahí con nosotros, y así escaparon las vidas, y de ahí en adelante en todos los pueblos que entrábamos lo primero que mandaba nuestro capitán era quebrarles las tales cárceles y echar afuera los prisioneros, y comúnmente en todas estas tierras los tenían. Y como Cortés y todos nosotros vimos aquella gran crueldad, mostró mucho enojo de los caciques de Tlaxcala y se lo riñó bien enojado, y prometieron que desde ahí adelante que no matarían ni comerían de aquella manera más indios…” (pág. 136 y 137).

La relevancia de la cita es que se da la ubicación de donde fueron localizadas las jaulas de madera donde se tenían recluidos a los próximos humanos a sacrificar, que en tanto se llegaba esa fecha eran bien alimentados y engordados. Los VOLCANES o a las faldas de los volcanes. Situación que no era exclusiva de México sino de otras localidades como Nicaragua y Guatemala. ¿Qué importancia tiene esto? Si retomaos el misticismo prehispánico. Los volcanes en su mitología eran Dioses, a los cuales les debían adoración. Los desastres que provocaban ante sus erupciones eran asociadas con la ira y la furia desencadenada de los mismos. Por esto, en su misticismo se incluían sus intentos por tranquilizarlos, mantenerlos “calmados”. Y ¿cómo hacían esto?, pues bien, ofreciéndoles sacrificios humanos; mujeres, hombres o niños. De esta manera se arrojaban en los cráteres las víctimas humanas. Lo cual sería una explicación más plausible de porque encontraron jaulas de madera cercanas a los volcanes o a las faldas de los mismos. En cuanto a que estaban gordos o eran bien alimentados, no es porque se preparan para posterior al sacrificio comerlos, sino para dar un “platillo suculento” a esos Dioses de los volcanes. No sería lógico, místicamente, darles un platillo famélico y huesudo. Siendo una deidad a quien le harían un sacrificio, debía de estar en las mejores condiciones.
Antes de concluir el presente análisis, es pertinente un comentario más. Mismo del que posteriormente habría que buscar el sustento, tal vez en el relato que hace Fray Bernardino de Sahagún, en su “Historia General de las Cosas de la Nueva España”. Se manera grotesca se relata, qué en los templos Mexicas, se inmolaban a seres humanos; extrayéndoles el corazón que era lo que se ofrecía a los Dioses. Acto seguido se arrojaba el cadáver del sacrificado por las escalinatas de los templos. Llegando los cuerpos al populacho, que se encontraba al pie de las escalinatas. De esta manera destrozaban los cuerpos y los que podían llevaban a sus casas, partes de cuerpos humanos, que posteriormente cocinaban y daban de comer a los habitantes de sus casas. Pero en realidad, lo que ocurría es que los cuerpos de los sacrificados eran incinerados. Contándose una vez con las cenizas, estas podían ser repartidas entre la población. Llevándose de esta manera parte del sacrificado a sus casas. Cenizas que probablemente si eran utilizadas en la preparación de platillos, en especial el TAMAL. Alimentos preparados para otras festividades religiosas. De esta manera los cuerpos de los sacrificados eran consumidos, como un condimento más en algunos alimentos preparados de manera especial. No es como lo decían los españoles en sus comunicaciones, para lo cual es de utilidad observar la cita siguiente:

 “…que tienen cercas de allí, en unas barrancas, muchas capitanías de guerreros esperándonos, creyendo que habíamos de ir por aquel camino a México, para hacer la traición que tienen acordada con otras muchas gentes de guerra que esta noche se han juntado con ellos. Qué pues como en pago de que venimos  a tenerlos por hermanos y decirles lo que Dios Nuestro Señor y el rey manda, que nos querían matar y comer nuestras carnes, que ya tenían aparejadas las ollas, con sal y ají y tomates, que si estos querían hacer, que fuera mejor que nos dieran guerra como esforzados y buenos guerreros, en los campos, como hicieron sus vecinos tlaxcaltecas (se refiere a los cholultecas)…” (pág. 148).

Lo que es indudable, es que los Mexicas, estaban interesados en apresar con vida a los españoles, además de sus caballos, para sacrificarlos y ofrecerlos a los Dioses prehispánicos. Cuestión que agregaba una dificultad más a la guerra que ellos hacían a los españoles. No solo les interesaba matar españoles, sino capturarlos vivos, para posteriormente ser sacrificados.
Por último, solo hay que anotar un comentario más. Se decía que se infundía temor a los indígenas, presentando a los españoles como caníbales; comedores de indios. Situación que no debía atemorizarlos tanto, ya que si combatieron a los españoles y sus aliados, casi derrotándolos en la famosa “Noche Triste”, fecha en que fueron expulsados los españoles de Tenochtitlán y casi exterminados.
No abandonare este análisis sin hacer notar, qué en un libro de más de seiscientas páginas, redactas por Bernal Díaz del Castillo solo localice treinta alusiones al canibalismo de los Aztecas, sin una descripción clara de dicha práctica antropofágica. Lo cual no debe dejar de extrañar, pues esa era una de las principales argumentaciones para llevar acabo la invasión del México antiguo.

BIBLIOGRAFÍA

1.      Bernal Díaz del Castillo. (2002). Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España. 7ª ed.  México Ed. Porrúa. “Sepan cuentos...” Núm 5.
2.      Fabela A. A. (1992) ¿Canibalismo? Inédito. Maestría en antropología. Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). México. https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6736471220288410763#editor/target=post;postID=742600235910916780;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=11;src=postname (Consultado en 18 de Marzo2020).
3.      Fabela A. A. (199i) El canibalismo en los Nueve libros de la Historia de Heródoto. Inédito. Maestría en antropología. Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). México. https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6736471220288410763#editor/target=post;postID=4172848539215781380;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=22;src=postname
4.      Fray Bernardino de Sahagún. (1975). Historia general de las cosas de la Nueva España. 7ª ed.  México Ed. Porrúa. “Sepan cuentos...” Núm 300.
5.      Frazer, J.C. (1981). La Rama Dorada. Magia y religión. (Trads. Elizabeth y Tadeo I. Campuzano) FCE. México.
6.      [1] Grijalbo: Diccionario práctico de la lengua española. (1988). (2a. ed.). Barcelona. Grijalbo.

MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
7.       Marzo 21, 2020
8.       E-mail: jaliscoafa@yahoo.com.mx




[1] “…que nos envió a estas partes para quitar que no sacrifiquen ni maten hombres, ni coman carne humana, ni hagan las torpedades que suelen hacer…” (pág. 106).
[2] Fabela A. A. (1992) ¿Canibalismo? Inédito. Maestría en antropología. Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). México. https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6736471220288410763#editor/target=post;postID=742600235910916780;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=11;src=postname (Consultado en 18 de Marzo2020). Fabela A. A. (199i) El canibalismo en los Nueve libros de la Historia de Heródoto. Inédito. Maestría en antropología. Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). México. https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6736471220288410763#editor/target=post;postID=4172848539215781380;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=22;src=postname
[3] Templos.
[4] Frazer, J.C. (1981). La Rama Dorada. Magia y religión. (Trads. Elizabeth y Tadeo I. Campuzano) FCE. México.
[5] Si bien no eran “divinas” si provenían de la divinidad: “…porque así lo manda Nuestro Señor Dios…” (pág. 104).
[6] Grijalbo: Diccionario práctico de la lengua española. (1988). (2a. ed.). Barcelona. Grijalbo.
[7] “Y vinieron tan medrosos de lo que habían visto y oído, que no lo acertaban a decir, porque según dijeron, cuando estaban presos, que los amenazaban y decían: <<ahora hemos de matar a esos que llamáis teules, y comer sus carnes, y veremos si son tan esforzados como publicáis; y también comeremos vuestras carnes, pues venís con traiciones y con embustes de aquel traidor de Montezuma” (pág. 106).

MOVIMIENTO FEMENINO

Una publicación más de los ensayos del dibujo de la figura humana. Complicada por las torsiones del cuerpo, pero una vez más creo que lograda
MOVIMIENTO FEMENINO
TECNICA: Lápiz de de grafito en papel bond
19cm. X 21cm.
FECHA: Mayo 03, 2020
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira