El presente escrito fue elaborado hace ya varios años, pero en los últimos tres años donde he generado publicaciones en este blogger, lo había pospuesto. solo en este mes de Octubre de 2010 lo doy a la publicidad. Espero lo disfruten
REFLEXIONES SOBRE EL TEMA DE LA
VIOLACION
“A Dios gracias, no todos los
analistas caen en este enredo. Muchos analistas a quienes les den informaciones
biográficas tan interesantes como Pero los padres no se entendían, había
desavenencias conyugales, eso lo explica todo, les responderán, incluso a
aquellos con quienes no siempre estamos de acuerdo –¿Y que? Esto no
demuestra absolutamente nada. No debemos esperar ninguna clase de efecto
particular- y estamos en lo cierto” (pág. 171). LACAN
Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira
jaliscoafa@yahoo.com.mx
bogsb86@gmail.com
INTRODUCCION
De acuerdo a los planteamientos
freudianos, de la teoría psicoanalítica, uno de sus pilares es el principio de
determinismo[1].
Situación que establece, que nada de lo que acontece al ser humano ocurre al
azar. Existiendo un motivo desde el inconsciente[2]
que establece que tal o cual evento ocurra. Desde esta perspectiva, debe
suponerse que la ejecución de una comisión delictiva presenta igual
determinación. Es decir, que no es al azar, que un sujeto cometa uno u otro
delito. Ni que el mismo se de en un tiempo o época determinada del sujeto o que
sea descubierto por “casualidad”. Ello tampoco es ajeno, por
supuesto, si este delito corresponde
específicamente a la violación, que es el tema que aquí nos interesa. Es
indudable que son múltiples las facetas que involucra el estudio de tal
fenómeno. Así por ejemplo, aunque en esencia hay cierta similitud, se afirma
que el hombre violador, intenta ejercer el control sobre su víctima, un menor
de edad, independientemente de su sexo, o una mujer, tradicional y
culturalmente considerada más débil que el varón en fortaleza física. Pero
abordar desde tal punto de vista dicho delito, parece presentar dentro de su
dinámica, la relación entre victima y victimario[3].
Sin embargo, parece que nos dice poco sobre este último, en relación a su
dinámica personal y previa. Evidencia el lado manifiesto de tal delito, por lo
cual, no satisfechos en nuestra curiosidad científica, incursionamos a partir
de los planteamientos freudianos en el tema. Por ello no partiremos del
análisis del concepto de violación o de la dinámica de dicho fenómeno.
Intentaremos dilucidar algo más de lo que ocurre en dichos sujetos, ejecutores
de tales delitos, sin tomar partido “moralizante”[4]
con respecto a la relación víctima-victimario. Relación que por supuesto no
carece de interés y que puede ser analizable.
HIPOTESIS DE TRABAJO
Retomando el tema del masoquismo
femenino, analizado según Sigmund Freud, emerge la pregunta siguiente: ¿Podría
considerarse que ello esta presente en los internos acusados de violación? ¿Su
obediencia y cumplimiento en lo que se les indica, podría ser interpretado como
sometimiento y masoquismo femenino?
Sigmund Freud (1924) decía:
“…las fantasías de personas masoquistas (y a
menudo por eso impotentes), que o desembocan en el acto onanista o figuran por
si sola la satisfacción sexual. Las escenificaciones reales de los perversos
masoquistas responden punto por punto a esas fantasías, ya sean ejecutadas como
un fin en sí mismas o sirven para producir la potencia o iniciar el acto
sexual. En ambos casos –ya que aquellos no son sino la realización escénica de
las fantasías- el contenido manifiesto es el mismo: ser amordazado, atado,
golpeado dolorosamente, azotado, maltratado de cualquier modo, sometido a
obediencia incondicional, ensuciado, denigrado. Es mucho más raro que dentro de
este contenido se incluyan mutilaciones; cuando suceden, se les imponen grandes
limitaciones. La interpretación más inmediata y fácil de obtener es que el
masoquista quiere ser tratado como un niño pequeño, desvalido y dependiente,
pero, en particular, como un niño díscolo…Pero…las fantasías masoquistas…ponen
a la persona en una situación características de la feminidad, vale decir,
significan ser castrados, ser poseídos sexualmente o parir…” (pág. 167 y 168)
El primer punto a destacar es “…y a menudo por eso impotentes…”, lo
cual el autor coloca entre paréntesis. Por ello debemos suponer que esta
condición en el masoquista no es la condición indispensable. De hecho, Sigmund
Freud lo plantea como una alternativa en la cual pude desembocar dicho
masoquismo. Sin embargo, ello es de importancia si queremos extrapolar la cita
a los sujetos acusados de violación o que efectivamente han perpetrado dicho
delito[5].
De no hacerlo así, sería una de las principales objeciones a nuestra
concepción. Prácticamente ello estaría presente ya que el entrevistado
seguramente negaría la presencia de alguna alteración de su potencia sexual.
Pero no debemos quedarnos con el reporte de los mismos. Habría que profundizar
la encuesta con los mismos. De momento solo afirmaremos, que algunos de ello
presentan lo que podría ser una sexualidad inhibida como diagnóstico[6].
Si bien hay una practica sexual, heterosexual, no es frecuente la referencia
sobre la masturbación o cierta frecuencia de relaciones sexuales. El tema de la
sexualidad más bien parece ser evitado con frecuencia. Algunos casos donde ha
sido posible incursionar en tal temática son:
1.
El interno (Rafael L.G.) que se le acusa de violación e
incesto, refiere que su hija es quien se presenta ante el y después de permitir
las caricias se retira. Regresa habiéndose cambiado el pantalón por faldas.
Acto seguido se levanta la falda y el interno observa que no tiene pantaletas.
De esta manera se verifica la relación sexual con su hija. Entre los
antecedentes, dice el paciente que lo encierran por dicho delito, por que fue
más fácil para su esposa denunciarlo a él que a su propio hermano; según el
paciente el había sorprendido a su hija y al tío de esta, teniendo relaciones
sexuales, situación la cual fue de conocimiento y verificación por su esposa.
Otro antecedente de interés se relaciona con las primeras relaciones sexuales
con su esposa. Al respecto señala que ella fue quien tomo la iniciativa. Un buen
día ella le baja el cierre del pantalón, detrás de un zaguán, estimulándolo
hasta tener una erección; acto seguido, colocándose de espaldas a nuestro
sujeto, se levanta la falda, baja sus pantaletas y se da la penetración; sic. “ella era la que se movía”. Sobre ello
el interno manifiesta que esto fue para el una sorpresa[7].
Por otra parte, afirma que el siempre fue una persona correcta en su
comportamiento: así por ejemplo, aún cuando hubo oportunidad de “aprovecharse” de su esposa, una vez que
esta lo visito en su departamento por toda la noche, el la respeto. Por último,
el interno conoce a otro hombre, del cual se hace un gran amigo; mismo quien lo
visita durante su reclusión y relación que cuando se observa o se escucha no
deja a otro comentario de “que parecen
novios”. Una referencia del grado al cual había llegado la relación, se
menciona que el interno cuido a dicho personaje durante la convalecencia de una
enfermedad y que él fue el encargado incluso de ayudarlo a bañarse, a pesar de
que el mismo contaba con su esposa, la intermediaria para que se conocieran[8].
2.
Otro interno (Ángel A.H.), menciona entre sus
antecedentes el haber sido una persona opacada y tímida, hasta que crece y
físicamente se desarrolla. En esa época el jugaba fut bol “llanero” y dice que era exitoso. Esto lo lleva a ser buscado por
las mujeres de su colonia o las asistentes al fut bol. Ello le permitió tener
hasta varías novias a la vez o que solo las viera en pocas ocasiones y las
dejara, Menciona que en tales casos nunca llego a mantener relaciones sexuales
con las mismas, sic“…solo eran novias…”.
Refiere que por muchos años, siete aproximadamente, tuvo una novia a la cual
quiso mucho, pero con la cual nunca formalizo su relación para casarse. Un buen
día la misma se va con un militar del cual se embaraza. Tal situación dice que
fue difícil para él por la manera en que se dio, después de que se suponía ella
era su novia de años. Ante tal relato experimenta malestar y rabia[9] al
recordar dicha situación. Reacción emotiva momentánea y cambiándola con rapidez
por despreocupación. Posteriormente conoce a su esposa, la madre de sus hijos.
Cuando se entrevista al interno la misma ya lo había abandonado y ya tenía otra
pareja. Dicha relación parece ser que al darse, es la misma quien parece ser la
que toma la iniciativa, tanto para establecer como para terminar la relación.
3.
Un caso más (Ricardo G. P.), el interno niega su
comisión delictiva, pero ello no es de importancia. Entre sus antecedentes
refiere que la acusación de violación se da por que se pretendía cubrir la
infidelidad de la esposa o por el temor
de que la misma pudiera ser agredida por el paciente, quien logro que le
confesara que lo había engañado. Sospechando el interno de que su mujer le era
infiel la presiona para que declare su desliz. Ello lo logra cuando aprovecha
la preocupación de la misma por una enfermedad de su hija y ante la imagen de
la Virgen de Guadalupe, le dice que se lo niegue ante ella si el esta
equivocado y que no ha ocurrido nada. Considerando que la esposa es muy
religiosa la presiona. Después de esto, la mujer confiesa que efectivamente
tenía una segunda pareja. Posteriormente afirma que el jamás le habría hecho
algo o que no se cree capaz de agredirla, como no lo hizo en su momento.
En el caso de Adrián S.S. el
delito es perpetrado con su hijastra, la cual era hija de su concubina y de la
cual se había separado recientemente. Dicha concubina e hijastra, se habían
quedado a vivir en el mismo terreno donde el interno construyo un cuarto para él
y con lo cual se mantenía a distancia de su concubina, con quien había
mantenido por cierto tiempo relaciones sexuales, pero a quien ahora ya no
quería. No podía “correrla”, por ello la dejo vivir en dicho sitio. El
debía hacerse cargo de ellas y así se lo hizo saber. El delito se da, por que
la hijastra, al saber la terminación de la relación de su madre con el interno,
lo busca en su cuarto y a solas. Refiriendo que incluso ella se le insinuaba o
le decía directamente que deseaba mantener relaciones sexuales con él. Este
era, además el motivo por el cual negaba que hubiera cometido un delito. Sin
embargo, por tipificación legal, al tener dieciséis años la victima, ser menor
de edad, ya era delito de violación. Aunque en el había una practica sexual no
parecía ser abundante. Continuando
con las asociaciones libres del interno este afirma, con un dejo de entusiasmo,
su interés por el área educativa, donde se le mostró bibliografía sobre el tema
de la sexualidad. Al cuestionarle sobre tal interés y entusiasmo, afirma que
tiene dos motivos para ello. Uno por que el texto le hace ver aspectos
relacionando con el aparato reproductor y genito-urinario de la mujer y del
hombre; información que dice, que él no poseía. El segundo motivo, es, por que
a través de tal lectura, trataba de buscar información que le aclara por que se
le acuso de violación. Tales motivos permanecen por varias sesiones en su
discurso. Inicialmente se le cuestiona acerca de cómo esto le podría aclarar su
calificación delictiva, no puede responder. Ante la insistencia de tales
argumentos se le plantean tres opciones para avanzar en su caso, que son: ¿Cómo
la información revisada sobre la anatomía le esclarecería una situación
legal? ¿Efectivamente, si lo que buscaba
era la determinación de la calificación de su condición delictiva, ello lo
debía consultar en un texto jurídico? ¿Cuál era el entusiasmo e interés
manifestado por la revisión de la información anatómica de la sexualidad? Desde
el punto de vista legal dichas dudas del interno tenían una solución fácil. La
consideración de la edad de la víctima, de catorce años, permite la
consignación y la tipificación del delito de violación en su caso. Resuelto
esto, el interno se mantiene por varias semanas con la insistencia en por que
se le acusa de violación, a pesar de que siempre recuerda que la edad es el
factor determinante y sin lugar a dudas para ello. Ante esta duda, parece que
en realidad no era la tipificación del delito lo que preocupaba al interno. Su
entusiasmo por la información enseñada en el área educativa solo tenía como
hipótesis, la existencia de otra pregunta, pero no en relación directa con el
delito, sino con el tema de la sexualidad. Avanzando en el análisis de este
sujeto, explicita la manera en que se dan sus relaciones de pareja. Las cuales
tienen como común denominador, la iniciativa de las mujeres para estar con él.
Así, la madre de la victima de su delito y su concubina por un tiempo fue quien
propuso la relación de amasiato. Con otra pareja previa, fue ella quien le
pidió tener las relaciones sexuales Y en
el caso de su hijastra, dice que ella lo busco y piensa que ella ya había
tenido relaciones sexuales por su comportamiento. Dicha mujer, afirma que lo
avienta a la cama y lo desnuda, desabrochándole la camisa y el pantalón.
Posteriormente, ella es quien lo besa y subiéndose en el interno permite la
penetración por vía vaginal. Sic. “era ella la que se movía y yo la veía
extrañado, preguntándole como es que sabía tanto y quien le había enseñado.
Pero ella solo decía que se callara por que le quitaba la concentración o le
tapaba la boca para que no hablará, mientras tenían relaciones sexuales.
Durante varias sesiones el interno mantiene la temática de su interés por
investigar sobre el tema de la violación era su desconocimiento de ello. Sin
embargo, es de notar que su búsqueda no se da en el lugar correcto. La
tipificación del delito de violación no se da en los libros de anatomía sino en
el de leyes; no consultando estos últimos. De igual manera el afirma su
desconocimiento de la sexualidad, pero no toma en cuenta que el ya había tenido
relaciones sexuales con varias mujeres, incluyendo a la víctima; ni tampoco era
su primer relación sexual. De esta manera se mantenía una pregunta con respecto
a su caso ¿a que conocimiento o desconocimiento se refiere? En avances
recientes en Julio del 2005, el interno acepta de su responsabilidad con
respecto al delito. Dicha situación parece ser autentica y sin
convencionalismos. Sin embargo, ello aún deja pendiente el motivo de su
búsqueda de información sobre el delito de violación en un texto de anatomía o
biología del cuerpo humano. Tampoco esto aclara el motivo de la sorpresa al ver
el aparato urinario de la mujer y del hombre[10].
Con respecto
a Oswaldo C. R., afirma que el tenía ya relaciones sexuales con una novia que
tenía a sus diecisiete años. De igual manera que en otros casos niega la
comisión delictiva. Afirma de manera inicial que el había tenido relaciones
sexuales con la menor por que ella lo había permitido, lo había deseado y se le
había insinuado. Posteriormente modifica dicha versión señalando que en
realidad solo la había acariciado pero no había habido tales relaciones
sexuales. Esto había pasado a pesar de que él había entrado en la casa de la
menor cuando ella se encontraba a solas; cuestión posible por que la menor lo
había permitido. Sin embargo, ante el rechazo de ella y la negativa a tener una
relación sexual, se habían salido a la puerta de la casa de esta y ahí fue
donde se dieron las caricias. Con ello negaba la versión jurídica del delito,
en la cual se menciona que el interno, en compañía de otros dos hombres, sus
primos, habían intoxicado a la menor y habían abusado sexualmente de ella. La
victima había acudido al domicilio donde se lleva a efecto el delito, por que
había ido a dejar la gorra de un bebe, al que ella cuidaba y que era hijo de
uno de los victimarios. En dicho momento, ellos le ofrecen una bebida con lo
cual ella pierde el sentido. La edad de la victima parece de importancia en
este caso, por la descripción de las características que se hace de la menor
por el interno. Su comportamiento y actitudes no parecen corresponder a una
mujer de trece años de edad. Cambiando parte de su versión, el interno
acepta haber estado con la menor, aunque sin tener relaciones sexuales con ella
(sin penetración). Solo afirma que se desnudaron a medias y el la toca con su
miembro erecto pero sin llegar a más. Ante esto, dice que tal situación ocurrió
en el mes de Diciembre, pocos meses antes de su detención y del cumplimiento de
sus dieciocho años de edad[11].
Siendo ese el motivo por el cual el fue recluido y sentenciado como adulto e
internado en un reclusorio. Según parecía, el padre de la menor tuvo
conocimiento de los hechos ocurridos entre su hija y el interno; por lo cual,
al acusar a los primos del interno, lo incluyen a él cuando ya había cumplido
la mayoría de edad.
De acuerdo a
los casos presentados, podemos suponer que la presencia de la sexualidad de los
pacientes esta presenta pero esta tiene características particulares. En ellas
hay poca iniciativa, o la mujer con la cual se involucran son quienes parecen
llevar tal iniciativa. Dicha situación parece ser más una actitud femenina
dentro de la relación de pareja por parte de los pacientes mencionados. Además,
tiene las características de lo que (Ey, 2006) denomina sexualidad neurótica.
Continuando
el análisis del texto, el autor afirma con respecto a las fantasías de los
masoquistas lo siguiente: “..el contenido
manifiesto es el mismo: ser amordazado, atado, golpeado dolorosamente, azotado,
maltratado de cualquier modo, sometido a obediencia incondicional, ensuciado,
denigrado…”. Al respecto sobresalen dos comentarios:
1. Casi
de manera invariable, cuando se sabe que se es trabajador de un reclusorio, los
interlocutores muestran curiosidad por la vida de reclusión. Puede ser que
directamente y en primera instancia o después de cierto rodeo, se pregunte de
si es cierto que los violadores son agredidos sexualmente por los demás
internos, al ser recluidos; además de si son golpeados o maltratados
físicamente[12]. Un
interno (Margarito A.C.), menciona su temor a ser descubierto durante su
reclusión con respecto a su delito, mismo que fue en agravio de una sobrina
menor de edad y de la cual decía sorprendió teniendo relaciones sexuales con
otra persona. En pocas palabras, el afirma que pensó que la joven no diría nada
y que por tal motivo aceptaría las relaciones sexuales con él, sin decir nada.
Más el calculo le fallo, por lo cual fue acusado de violación y encarcelado.
Algo que parece indudable en este caso, es la condición de aprovecharse de una
situación de aparente secreto por su inadecuación. Pero volviendo a su temor,
siempre evitaba que se supiera el motivo de su reclusión. Efectivamente
fantaseaba y temía el hecho, de que si ello se supiera, fuera agredido física o
sexualmente. Cuando alguien le preguntaba por su delito, evadía el tema o
inventaba otro delito; estrategía muy común entre los sujetos acusados del
delito de violación. Al respecto, en sesión terapéutica se le cuestiona el
hecho de que nunca tuvo una agresión y de si ello era, porque realmente los
demás internos desconocían su delito. El interno concluye, de que en verdad era
probable que supieran de su delito de violación[13],
por lo cual la motivación para no ser agredido era otra. Pero en nuestro caso
nos interesa más ese temor injustificado después de varios años de prisión. El
mismo debe y puede interpretarse como
una fantasía de agresión, como lo indica la cita: ser “…golpeado dolorosamente, azotado, maltratado de cualquier
modo,..denigrado…”.
2.
La realidad, con gran frecuencia los internos acusados
de violación son a su vez violados por otros internos; usando para ello su
propio pene o algún objeto, como por ejemplo un palo de escoba, con el cual son
penetrados analmente. El argumento de algunos reclusos para tal acto, es que
los mismos piensan en sus madres, esposas, hijas o demás familiares mujeres,
quienes según ellos pudieron haber sido victimas de violación. Con frecuencia,
la posibilidad de que el sujeto que ahora es violado, no tiene o nunca tuvo la
menor posibilidad de relación o contacto con dicho personaje, el actual
violador, o sus familiares mujeres. Tal cuestión parece ser más una fantasía de
los internos, ¿acaso para justificar la violación que comenten? O ¿tal vez para
encubrir de manera desplazada su propia excitación homosexual?
3.
Al decir de los internos, consideran como el peor de
los delitos, el de la violación. Consideración que genera en el interno con tal
delito, ocultar el mismo, sic. “incluso
si ello implicara la compurga de su sentencia”. Situación que se mantiene
con respecto a los psicólogos y a pesar de la insistencia de la
confidencialidad del tratamiento psicológico. Otro interno (Carlos O. O.),
afirmaba que si él tenía que aceptar su delito de violación ante los demás, se
le dijera para que entonces dejara de participar en las diferentes áreas del
tratamiento institucional. Para otro (Israel), la aceptación implicaba que
sería el “peor de los hombres” y que
tal vez perdería el apoyo de su novia o de su familia. Con ello se negaría a sí
mismo toda oportunidad de ser una persona adecuada o feliz. En este último
caso, son de interés las justificaciones, para afirmar que él no había cometido
el delito. Mencionaba que no se dio la violación, en agravio de una mujer mayor
de edad, por que ella le había prometido, que después de tener relaciones
sexuales con otro hombre las tendría con él; además, de que al caer el suelo,
ella no tomo una piedra, de las que había a su alrededor, para golpearlo y
defenderse.
4.
Un punto más que sobresale, en relación al ser “...ser amordazado, atado, golpeado
dolorosamente, azotado, maltratado de cualquier modo, sometido a obediencia
incondicional, ensuciado, denigrado…”, puede ser el trato recibido y reportado durante la detención. Ellos
mencionan que desde en momento que se presentan los judiciales son golpeados o
insultados, incluso antes de ser informados del delito del cual se les acusa.
Hasta el momento solo se consideran dos excepciones. Un abogado quien afirma no
cometió el delito y se presenta voluntariamente al ministerio público para
conocer la imputación que se le hace. Después de que le dicen que tiene un gran
problema le informan que el delito es de violación y comienzan a insultarlo; el
no refiere haber sido golpeado. El segundo caso es Carlos O. O. Quien dice que
desde la detención acepta el delito y que tal vez por ello no lo agreden. Aquí
n hay que olvidar, que la autodefensa de los violadores incluye lo inadecuado
de la detención, que casi nunca coincide con la ejecución del delito. De hecho
enfatizan en la detención no en las características del delito[14].
Partiendo de
estos cuatro comentarios, surge una hipótesis de trabajo en la pregunta
siguiente: ¿acaso el violador esperaba ser “…golpeado
dolorosamente, azotado, maltratado de cualquier modo, … denigrado…”? ¿Acaso
es asumir tal actitud feminista de las fantasías del masoquista? Al menos de
momento, no podemos excluir, que el violador no supiera lo que le podría pasar
de ser apresado y acusado por violación. Es probable que el también conociera,
lo que la demás gente piensa que le ocurre a los violadores que son
encarcelados. Sin embargo en el momento de la violación, tal conocimiento no
era de importancia. De momento no se puede afirmar que si existiera tal conocimiento,
ello implicara la búsqueda del cumplimiento de la fantasía al cometer el
delito. Es decir, dinámicamente se buscaba esta opción de encarcelamiento, para
obtener un castigo por tales fantasías, el cumplimiento de las fantasías
femeninas u homosexuales. De tener tal conocimiento, es más un manejo
omnipotente de no ser atrapado en el delito. Partiendo de un probable
pensamiento omnipotente en el violador, se le puede relacionar con la
omnipotencia y la protección de un secreto. Dentro de este último, el frecuente
ocultamiento de la observación de las relaciones sexuales de los padres o los
adultos. Conocimiento que tiene el niño, pero del que no, nada saben los
progenitores. Por ejemplo, en el caso de Juan B, nadie supo que había visto a
sus tíos teniendo relaciones sexuales con una misma mujer y de manera
simultanea[15], lo
cual ocurrió entre sus seis u ocho años de edad. O como en el caso de Pedro Z.
M., quien escucho como tenían relaciones sexuales sus padres, en la misma cama
en que él y sus hermanos dormían. Cuestión que él no descubría, ni podía
descubrir por que podría haber sido golpeado por el padre. Por ello se hacia el
dormido, estando de espalda a sus padres y no se movía en la cama. Un último
rasgo a destacar con relación a la sexualidad del violador es su relato breve y
rápido de su sexualidad infantil o adulta. Poco se detienen en ella haciendo el
relato de la misma de manera concreta. Con respecto a la presencia de ciertos
contenidos sexuales, no relacionados directamente con el delito, hay que
destacar el caso de Adrián S. S., quien al analizar su delito con
posterioridad, durante el tratamiento como sentenciado dice: Que durante su
participación en el área educativa se interesa por el tema de la sexualidad e
intenta saber más de ella. Le preocupa como se da la relación sexual, como son
los órganos reproductores masculino y femenino. Señalando específicamente que
ahora sabe que hay unas trompas, una matriz y otras partes del aparato
reproductor femenino. Al cuestionársele con respecto a dicha investigación y su
relación con su delito, inicialmente no sabe que contestar. Pero, ¿qué es lo
que busca con la revisión de dichos temas y por que específicamente sobre los
órganos reproductores masculino y femenino, estos últimos en especial? Con
respecto al tema, parece ser que se investiga a fin de encontrar el
justificante de que no había cometido un delito. Si su hijastra había aceptado
las relaciones sexuales, ¿como es que lo acusaban de violación?. Esta parecía
ser la pregunta que él se hacía. En ese sentido la solución era fácil, ya que
la victima tenía dieciséis años de edad. La minoría de edad es lo que permite
la tipificación del delito sin mayores argumentaciones. Dicha cuestión es
aceptada sin dificultad por el interno, no así el por que el interesaba la
búsqueda de información con respecto al aparato reproductor ni la relación de
ello con el delito[16].
Desde una
perspectiva diferente, la lectura de la cita de Sigmund Freud, hace que emerja
una comparación o analogía con una de las características de los internos con
delito de violación: Su obediencia y cumplimiento en lo que se les indica. Es
bien conocido entre los que trabajan en reclusorios, que los que tienen tal
delito, por lo regular asisten a todas las áreas que se les indican; muchos de
ellos acumulando el 100% de asistencias. Por ello se les conoce como “cumplidores”, Características que se
acompaña con frecuencia del comentario siguiente: sic “estamos en sus manos y solo debemos cumplir lo que se nos indica”,
Y efectivamente así lo hacen, con “obediencia
incondicional”, raras veces se observa incumplimiento en los señalamientos
que se les hacen. De ser así, tenemos una actitud más de la fantasía
inconsciente relacionada con el masoquismo femenino. Por otra parte, el que el
interno acusado de violación no pueda decir cual es su delito y en caso de la
agresión física o sexual no pueda denunciar esto, parece que cumple otras de
las características de las fantasía masoquistas como es: el “ser amordazado, atado…”. Esto es válido
a pesar de que se diría, que el interno no pude denunciar por que esa es la “ley”
en reclusión y que existe un acuerdo implícito entre ellos (Fabela, 2013)[17].
En todo caso, hay que pensar, que en el trasfondo de la actitud de los otros
internos, a pesar de su agresividad, también hay un componente del masoquismo
femenino que los “amordaza o ata”. Su agresividad podría interpretarse
tentativamente como una defensa contra tal actitud masoquista y feminista,
¿acaso como formación reactiva? Pero no es ocioso destacar, que lo que somete,
amordaza o ata es una “ley”, lo cual simbólicamente es representante de
la figura paterna y con lo cual llegaríamos a otro punto de la cita analizada,
que dice lo siguiente: ”…las fantasías
masoquistas…ponen a la persona en una situación características de la
feminidad, vale decir, significan ser castrados, ser poseídos sexualmente o
parir…”. Para que ello se de, al ubicarse el interno en posición feminoide,
que es poseído o castrado por alguien, que debe ser, así lo suponemos el padre,
representante de esa “ley”, No se
puede negar que el interno es biológicamente masculino, esto aún si hubiese
sido castrado, por ello decimos feminoide y no femenino. Pero lo importante es
que consideramos una parte de ese padre que es la homosexualidad. Es decir, no
por que el otro este castrado y ahora carezca de pene, o por que el asume una
actitud activa y masculina, no tiene una relación homosexual. Situación de
interés, ya que la ley es representante del padre pero a la vez el articulo que
la precede es “la” en femenino,
conjuntándose ambas posturas en ella. Por otra parte, la representación de la
ley, no se hace con una figura masculina, sino precisamente con una mujer, en
la cual se destacan sus atributos femeninos
a través de su toga. Esto nos es de importancia, ya que con frecuencia
el ejecutor de la “ley del reclusorio” contra los violadores es ejercida
por uno o varios hombres. Con lo cual se da la ejecución de una consigna de
manera homosexual. Si bien ello podría decirse que se transforma en la regla o
norma de la vida en reclusión, debemos volver al señalamiento de los tipos de
violación que pueden ser perpetrados. Los ejemplos hasta el momento indicados,
corresponderían al tipo de los neuróticos (Ey, 2006). Con respecto a la
violación psicótica[18]
solo agregaremos de momento que ellas es cruenta, salvaje, agresiva, impulsiva
e inmotivada con gran frecuencia. Pero existe la que denominamos “perversa”
o sociopática. Entrecomillamos el primer término por que no lo enfocamos en el
sentido psicoanalítico[19]
del concepto sino de manera figurada. Un ejemplo de este caso el siguiente: Un
interno, que por lo regular se negaba a acudir a tratamiento, solo cambia dicha
actitud cuando esta casi por concluir su sentencia. Según al decir del mismo,
para lograr con tranquilidad la compurga de su sentencia y asegurar la misma.
Extraoficialmente por el trabajo clínico, se podía concluir que era un intento
de tener la certeza de que no habría motivo alguno de retención o negación de
su libertad. Sin embargo, poco tiempo antes de que sea liberado por la compurga
de su sentencia es procesado por delito de violación en grupo de otro interno;
este último realiza la denuncia de hechos y se procede a la apertura de un
juicio. Tiempo después el interno es externado sin culpa sobre el delito
cometido en la reclusión. Al parecer dicho sujeto y otro de los involucrados
son absueltos por que un tercero acepta la culpabilidad del delito de manera
personal. ¿Por qué ocurre de esta manera el caso descrito? La respuesta parece
ser que el interno al que finalmente se le imputa el delito tenía otras
sentencias que cumplir, que una más no le “afectaba” ya; las
posibilidades de alcanzar una libertad con las sentencias anteriores eran
nulas, la nueva sentencia no modificaba la situación del inculpado en nada.
Además no se podía negar a tal situación sino bajo el riesgo de ser aniquilado
por los que si tenían opciones de libertad[20].
Pero, ¿qué había ocurrido con el interno a punto de ser liberado y que se
involucra en la violación? Teniendo el conocimiento del caso por la historia
clínica del mismo, se podía concluir que presentaba características de tipo
sociopáticas. Situación que implica la posibilidad de manejo de los impulsos y
del placer de manera inmediata, inadecuada e inaplazable[21].
Con tales características podemos inferir que el interno debía experimentar una
excitación sexual que requería de su satisfacción y que fue lo que ejecuto. En
el solo podía representar la presencia de una necesidad de descarga de la
tensión acumulada. Similitud que pareciera estar presente en el adolescente y
en relación a abuso sexual con sujetos menores que este y ¿acaso durante la
violación misma?
Relatemos
otros casos de violación, a fin de tener múltiples ejemplos de análisis, estos
son:
(José Luis), el cual es acusado junto con su
esposa, no solo por violación sino también por corrupción de menores, sus hijos
tanto varones como mujeres. El paciente, como es costumbre en casi todos los
violadores, niega la comisión delictiva. A pesar de sus varios años ya de reclusión,
mantiene que solo puede aceptar que tuvo relaciones con una de sus hijas y solo
en una ocasión, negando las demás y los demás cargos. En los antecedentes de la
familia, se refieren a la promiscuidad sexual del interno, que favorecía que la
esposa tuviera relaciones sexuales con otros hombres. Quizás de tal manera
surge la posibilidad de que las hijas sean involucradas en las relaciones
sexuales con los amigos del interno o parejas de la esposa. Es importante la
consideración del consumo de alcohol del interno, que a pesar de su negativa
parece que el mismo es un padecimiento grave. De tal manera y ante el
alcoholismo, se podría decir que el mismo sería un factor favorecedor de la
promiscuidad y la tolerancia de las relaciones sexuales e incluso de la
violación por otros hombres de sus hijos varones. Después de todo, parece ser
que como ocurre con frecuencia en el alcohólico, estando borracho no sabe lo
que ocurre en su vida o en su sexualidad o en su familia. Ejemplo de lo
primero, lo da Emile Zola, en su novela de la “Taberna”, donde uno de los personajes tolera que la esposa se
involucre en la relación sexual con uno de sus mejores amigos de parranda, pero
no alcohólico. Cuestión que el no sabía o que no le importaba mientras estaba
ebrio. El segundo caso se puede relacionar con el comentario de un paciente
alcohólico en tratamiento rehabilitatorio intrahospitalario, quien afirmaba:
sic. “mi gran preocupación es que al
tener lagunas mentales, no se si tuve relaciones sexuales con mujeres o con
hombres”. Y por último, en el tercer caso, nuestro interno José Luis. Se
decía que la familia de la esposa incluso se dedicaba a la prostitución. Un
antecedente más de tal interno es la existencia de relaciones sexuales del
mismo con su suegra durante una borrachera, situación que no fracturo o rompió
la relación de este con su esposa. Solo agreguemos como antecedente las
particularidades de la sexualidad en los casos de alcoholismo crónico, donde la
misma esta disminuida o incluso hay presencia de impotencia sexual. Desde el
punto de vista de la evaluación del caso, la impresión del paciente es de que
el mismo parecía un “teporocho”.. El
cumplimiento del mismo en las áreas, era tal que todas estas lo proponían para
una preliberación, con excepción del área de psicología.
De (Israel H. R.) destaca las circunstancias en
que se genera el delito. El mismo lo niega bajo el argumento de que la victima
había tenido relaciones sexuales con un amigo, al parecer en un lote baldío y
él la forzó , dándose la relación sexual. El interno dice que se encontraba
ebrio y tuvo tales relaciones por que el consideraba que nada pasaría, ya que
ella le había al parecer prometido que tendría relaciones sexuales por que el
le había llevado a su amigo; la primer persona con la que la victima tuvo
relaciones sexuales en ese día. El interno además, considera que no hubo
violación sino tolerancia de las mismas relaciones por la victima, puesto que
en caso contrario ella podría haberlo golpeado con una piedra de las que había
en el lugar donde cayeron y donde se efectuó la relación sexual: sic. “ o por que ella no se defendió”.
Además, menciona que el no tenía necesidad de una relación sexual, ya que el
siempre se ha comportado bien, tenía un buen trabajo y a su novia con la cual
pensaba casarse. Su forma de hablar y sus expresiones denotan cierto
amaneramiento. En información posterior[22]
el interno fue preliberado, por que se consideraba que su conflictividad se
había atenuado y los riesgos institucionales o para la sociedad se consideraban
bajos. Con esto, se suponía que las posibilidades de una reiterancia conductual
eran poco probables; es decir, se pensaba que no se involucraría en un nuevo
delito, en situaciones de riesgo o de conflicto[23].
Sin embargo, incidentalmente dos personas ajenas totalmente al mencionado
interno escuchan su conversación con terceras personas. En ella relataba las
condiciones en que se dio su delito y la manera en que fue sentenciado;
situación que por los elementos proporcionados permiten la identificación de su
caso, aún sin haberlo visto a este. Además de otros comentarios, el mencionaba
la injusticia que se había cometido contra el, por las condiciones en que se le
acuso del delito de violación. Amenazando a su vez con la posibilidad de buscar
venganza en la persona de la ofendida, a fin de saldar cuentas con ella por la
sentencia que se le impuso. La pregunta consecuente era ¿por qué externar tales
comentarios? ¿Acaso presumía de su delito y de su opción para ingresar al
reclusorio? El interno planeaba y así lo realizo, el entrar a la institución, a
pesar de saber que como preliberado el tiene prohibida la entrada. Su
justificación para efectuar tal acto, era que tenía un hermano (o medio
hermano) que había ingresado a la institución por el ejercicio de un delito,
encontrándose procesado por ello. El quería decirle como “moverse” o con
quien relacionarse en la cárcel para evitar los problemas; después de todo el
tenía una buena experiencia durante su reclusión. ¿Era un “experto”
puesto que incluso había logrado su preliberación? ¿Qué le ocurría ahora? ¿El
externamiento le daba valor para realizar lo que proyecto? ¿La reclusión no le
había afectado tanto como para no desear arriesgarse de nuevo a regresar a un
internamiento? ¿En el se mantenía un sentimiento de omnipotencia que no le
permitía ver los riesgos de entrar a la institución o de hablar abiertamente
sobre su delito ante desconocidos?. Por “mala”
fortuna de este fue escuchado y comentado por dos personas, con lo cual se le
podía identificar sin lugar a dudas. En asistencias subsecuentes continua
afirmando que se tiene un error con respecto de su persona y reconfirma que su
psicólogo esta equivocado, a pesar de que es el mismo que lo trato y lo conoce
con suficiencia. En otra sesión lleva a su tío, el cual se atreve a amenazar
veladamente de que se hostiga a su sobrino por algo que el esta seguro que no
hizo; certeza por supuesto que solo de “buena
fe” esta presente.
(Alfredo G. G.), es un interno adulto, que
comete el delito de violación en agravio de una menor de edad. Para esa época,
el tenía casi cincuenta años de edad. Niega la comisión del delito. De su
sexualidad destaca que mantiene relaciones sexuales por muchos años con una
mujer mayor que el; misma con la cual no procrea hijos por que le decía la
misma que el interno era estéril. Dicha situación se descubre que era falsa,
por que el interno tiene relaciones sexuales con otra mujer, la cual al parecer
se embaraza. Ello da pie al reclamo y al abandono de la misma. Otro antecedente
del mismo es su matrimonio con la misma mujer que favorece la denuncia de
violación en agravio de la hija de una vecina amiga de su propia hija. Dicha
relación de matrimonio se verifica con una mujer diecisiete años menor que el
interno y de la cual este desconfiaba por que tenía confirmado que había
mantenido cierta relación con un trabajador de la ruta 100, misma en la cual el
laboro por muchos años. En sus declaraciones en consulta clínica, destaca su
énfasis por la realización de un careo con la menor durante el juicio y con el
cual demostraría la falsedad de la declaración de la menor. Careo que al
parecer le fue otorgado y en el cual no dijo nada el interno.
(Juan B. V.), fue un interno, quien si refiere
que en reclusión fue agredido por varios internos, logrando los mismos penetrarlo
con un palo de escoba por el recto. En tal ocasión el se defiende,
solicitándoles a los otros un “ribete[24]”
con uno de ellos. Después de ello, no lo volvieron a molestar y era una persona
que respetaban en reclusión. Su delito, el cual acepta después de cuatro años
de negativa, se da en agravio de un menor de edad hombre. El interno dice que
los hechos ocurren cuando el estaba bebido en casa de una tía, la parte
acusadora y madre del menor. Afirma que estuvo tomando con la tía y sus amigas,
las cuales trabajaban en el mismo bar que el. Considera que lo excitaron pero
no pudo llegar a tener relaciones con ellas por que las mismas se negaron. Al
estar durmiendo en la misma cama que el menor, experimenta nuevamente
excitación y de esa manera intenta penetrar analmente al menor. Este grita y
por ello se despierta la madre y lo sorprende en el intento de violación.
Dentro de sus antecedentes se encuentran la observación de las relaciones
sexuales de sus tíos con otras mujeres. Recordando que ello ocurre en su infancia
y teniendo como uno de los recuerdos más claros, la ocasión en que una mujer
semidesnuda es penetrada por uno de sus tíos, estando la misma sobre el tío. En
ese momento dice que ve como otro de los tíos se acerca por la espalda de la
mujer y al parecer penetrándola analmente de manera simultanea con el otro tío.
El solo recuerda que le impresiona como la mujer grita y se desploma. En ese
momento el sale corriendo de su escondite y se va con su madre. Evento de
importancia y al parecer de trascendencia en la vida de este. De ello
probablemente se derive años más tarde la ejecución del delito que se le imputa
y que dinámicamente podría corresponder a una distorsión de valores y normas
con respecto a su sexualidad. Es un caso que podemos considerar afortunado por
el avance de su tratamiento. El mismo, cuando estaba seguro de su externamiento
es retenido por seis meses más en los cuales continua su tratamiento
psicológico[25].
Uno de los puntos de importancia abordados de manera inicial fueron las tres
versiones que había en su expediente y que el había reportado. Al intentar el
interno corregir ello retoma la versión jurídica, la cual representaba la cuarta versión del delito. Se
tranquiliza al interno en relación a su temor inicial de una reapertura de su caso
y en incremento de su sentencia o a la negación definitiva de su preliberación,
lo cual legalmente ya no era factible. Tiempo después se da la aceptación del
delito con un doble efecto: el primero en relación al relato de los hechos
delictivos que permiten que de cuatro versiones se haga una sola, que coincide
con la versión jurídica con mínimas variaciones. El segundo es la tranquilidad
del interno, que favorece el relato de su propia violación en la reclusión. El
efecto posterior incluye la aclaración con las diferentes áreas de su negación
del delito, empezando con trabajo social. Ante ella parece enfrentar un nuevo
problema, que consistía en su temor de la opinión de tal trabajadora. Al
parecer el consideraba que la misma era mujer y a la vez madre de familia. Al
fin de cuentas ello pudo ser superado y se dio la aceptación del delito ante
las demás áreas. El último paso consistió en la aceptación de la comisión
delictiva ante su esposa y su suegra. Ahora su temor era que al hablar con
ellas le retiraran el apoyo para un posible externamiento. Indudablemente un
riesgo que tenía que correr y que así lo decidió. Producto de ello fue el enojo
y regaño de su esposa, tanto por la negación del delito, como por el delito
mismo, pero con la posterior promesa de continuar con el apoyo y que no se
repitiera lo esto nuevamente. Tiempo después el interno es preliberado,
logrando en el exterior sus firmas semanales, quincenales y mensuales de manera
consecutiva y sin dificultad. Su evolución adecuada motiva la propuesta del
área jurídica de que el interno regrese a vivir con sus menores hijos y esposa
antes de que concluya su sentencia en prelibertad. Cuestión que por ley no se
podía permitir, pero que se procedió a ejecutar a fin de que se vigilase su
comportamiento ante sus hijos. El adecuado desempeño dio como resultado el
otorgamiento del último beneficio institucional que era la remisión y compurga
de la pena impuesta, liberándole definitivamente de la institución. Cabe
destacar, que fue un interno, que al día siguiente de su externamiento dijo a
su psicólogo, que había valido la pena sus últimos seis meses de retención.
Comentario contrario y no compartido con casi todos los sujetos que han tenido
alguna reclusión legal por cualquier delito. Ante ello emergía la pregunta de
¿qué significaba dicho comentario en el interno? Si se observa su evolución en
prelibertad, se pude concluir que ello representaba la tranquilidad del interno
y el motivo para haber externado tal comentario. En la reclusión, después de
ser un interno problemático que se caracterizaba por sus conflictos con el área
de vigilancia, esto había cambiado. Por otra parte había alcanzado su
preliberación y con ello apoyaba nuevamente a su familia, lo cual había deseado
hacer desde tiempo atrás. Y por último, podíamos afirmar, que había dejado de “sufrir”
por negar su delito. Ello se da a pesar de que la situación de la familia era
extrema[26];
valga como ejemplo de ello solo dos experiencia de la misma, que son: Su
asistencia a la central de abastos para recolectar verduras y frutas tiradas
por los locatarios para proveerse de alimento para ellos; limpiaban tales
productos de regular estado para su sustento. El segundo ejemplo era la
preocupación de la familia, tres días antes, para la visita del interno. El
comentario del interno, a pesar de que el conocía dicha situación seguía siendo
valido y presente y tal vez con mayor valor.
Juan H. J. es otro interno que exhibe como
característica sobresaliente la deprivación sociocultural. Toda su vida, al
igual que sus padres se ha dedicado a ser vendedor ambulante. Afirma que el no
cometió el segundo delito que se le imputa de violación a dos sobrinas menores
de edad, de aproximadamente diez y once años de edad. Tal denuncia y el
posterior proceso se generan al parecer después de que el interno ya tenia
tiempo de estar compurgando su primer sentencia por violación e incesto, en
este caso a dos de sus hijas, menores de edad pero ya adolescente. Con respecto
al primer delito si se da ya la aceptación del mismo, aunque el niega que haya
realizado la penetración vaginal con las mismas. El indica que lo único que
hizo fue en dos ocasiones acariciar por encima de las ropas el cuerpo de una de
las menores, que la segunda participa en la denuncia de los hechos de manera
solidaria pero que con ella no ocurrió nada. Precisa que efectivamente su
esposa incluso sabía de lo que había ocurrido llamándole la atención en la
primer vez que ocurrieron los hechos. En la segunda oportunidad es cuando se da
la denuncia, participando en ello como denunciante la madre de las menores.
Años después la esposa visita al interno en su reclusión sin importarle los
hechos ocurridos, siendo persistente en ello, a pesar de que lo mismo le esta
prohibido por ley y por reglamento institucional. Ella lo había perdonado.
Tiempo después, a casi trece o catorce años de su reclusión y en la compurga de
la segunda sentencia, se conoce un dato de la historia de las victimas, que se
refiere a que las mismas no son sus hijas biológicas. Las mismas son hijas de una
primer pareja del la esposa del interno, siendo estas registradas por ellos
como hijas desde que estas tenían tres años de edad. Considerando las
características de las víctimas, debemos suponer que ya no hay un diagnóstico
clínico de pedofilia sino de parafilia, debiendo eliminarse estrictamente el
complemento diagnóstico de incestuosa. Aunque legalmente, por el reconocimiento
de igual tipo del parentesco filial, se mantendría el término de incestuoso. El
interno relata que el delito se da por que el presenta gran resentimiento hacia
la esposa y hacia las hijas. En el primer caso por que esta al parecer mantenía
una relación con otro hombre y lo cual había podido confirmar por que la había
seguido en alguna ocasión. Con las segunda su enojo estaba motivado por que las
mismas eran cómplices y tolerantes de tal relación a la cual incluso
acompañaban a la madre. Con la menor agraviada y reconocida por el mismo
interno, afirma que el es acusado por ella ya que estaba molesta por que el
interno le había reprendido con anterioridad por estar fuera de la casa con su
novio, lo cual ella no había tolerado. Por otra parte, cabe destacar un
argumento más del interno acerca de su delito que es como sigue: que el había
manifestado agrado por sus hijastras por que al fin de cuentas presentaban ya
un desarrollo corporal como mujeres adolescentes que eran. Con ello afirmaba
que antes de que se verificaran los hechos que se le imputaban ya había tal
atracción física. En este punto es relevante considerar un elemento como es la
deprivación y las condiciones socioculturales de tal familia. De origen rural.
Es frecuente saber que en las zonas rurales, la relación incestuosa del padre
con las hijas es frecuente. Esto ocurre cuando la madre y concubina ya ha
entrado en la etapa de la menopausia y es considerada como una mujer que “ya
no sirve” para producir hijos. Siendo sustituida por mujeres jóvenes como
lo son las hijas. En nuestro caso son aspectos de importancia para esclarecer
la dinámica de la comisión delictiva. No restringiéndonos a dar un diagnóstico
por los elementos de una versión jurídica de manera inequívoca. Tal diagnóstico
es factible, pero requiere desde el punto de vista clínico su confirmación con
la historia de vida del sujeto, lo cual daría peso a el diagnóstico emitido. Se
decía que el interno debía tener el diagnóstico de pedofilia o parafilia por
que había de por medio cuatro victimas. Al parecer desde lo jurídico se omitía,
que tales diagnósticos implican lo que en clínica se consideran perversiones o
desviaciones sexuales. Estado implícito y como requisito diagnóstico
indispensable la limitación del placer sexual hacia menores, niños o
adolescentes. De momento no parece ser concluyente la información con respecto
al interno que nos ocupa. En este punto se hará relevante el análisis del
concepto de tales diagnósticos e incluso del concepto de violación. En el caso
de una proporción importante de sujetos violadores de menores de edad, no
parece estar presente “...la limitación
del placer sexual hacia menores, niños o adolescentes...”. Ejemplo de ello
es Pedro Z. M., quien cometió el delito en agravio de una de sus menores hijas,
las cuales había procreado con su concubina; el acto se repitió en dos
ocasiones, enterándose de la primera vez la concubina, pero sin denunciarlo.
Supuestamente lo llama a la azotea de su casa y ahí le llama la atención. En la
segunda ocasión en que ocurren los hechos se verifica la denuncia y detención
del interno. Para entonces el había hecho una vida con dicha mujer, su
concubina.
Salvo uno de ellos, los casos
presentados, no fueron violados en reclusión, a pesar de que ellos cometieron
dicho delito. Sin embargo, no podemos negar que con frecuencia ello si ocurra.
Tal vez, en los casos señalados, excepto en dos, es importante la edad de los
victimarios: todos ellos adultos y por tanto denominados por los demás internos
como “tíos”. Término que denota la
presencia de cierta edad y que permite, de acuerdo al código entre internos, el
respeto hacia los mismo y el evitar las agresiones hacia ellos.
Dando continuidad al análisis,
anteriormente se indicaba la referencia a “la ley” de reclusión, discutiéndose
de manera particular dos puntos básicos que son:
1.
La bisexualidad contenida en el término, al asignársele
esta al padre, pero anteponiéndosele un artículo femenino, “la”.
2.
El planteamiento de que esa bisexualidad en la figura
del padre es inherente en todo ser humano, de acuerdo a la teoría.
Al concluir tales planteamientos y por los ejemplos se
destacaba que el ejercicio de dicha ley era ejecutada por hombres. Estos eran
los encargados de violara al violador, necesariamente de una forma anal, ya sea
utilizando su pene o algún otro objeto que lo sustituía. Con ello se podría
afirmar que lo que ocurría era la realización de una relación homosexual; donde
el violador es obligado a adoptar una posición pasiva o feminizada al ser
penetrado; en tanto que el ahora victimario asume una poción activa, pero al
fin y al cabo homosexual. Si se retoma la definición del Dr. Eduardo Gómez
Bernal (1989) de homosexualidad o inversión sexual, que dice
“Existe atracción por individuos del mismo sexo y la
satisfacción sexual solamente producida por la compañía o por el contacto
carnal con estas personas. En esta relación existe un individuo activo y otro
pasivo” (pág. 399)
En ningún caso se hace referencia
a la continuidad de la realización de tales conductas sexuales. Es decir, si
solo es una vez, no se podría considerar al ejecutor el ser un homosexual. Pero
es de mayor importancia, que ello no parece preocupar al victimario o a la
víctima. Ante ello preguntamos ¿por qué? En el segundo caso se podría inferir
que el “no la deseaba” ni la buscaba, por tanto no existía lo que Gómez
(1989) afirma, de que para ser homosexual debe existir “...una atracción...”.
El fue obligado a tener dicha relación e incluso se resistió a ello pero no la
pudo evitar. El recuerdo no se lo podría quitar pero tampoco tenía por que
cambiar su concepción al respecto. De ser cierto, ello es el motivo de que Juan
B. No experimentara malestar psíquico ni por que lo hubieran violado en
reclusión o por que el hubiese intentado la violación en un niño. Una segunda
alternativa podría se la manera en que el interno vivencia dicha la violación,
que es como sigue: Ella representa la forma de expiación de su propia culpa por
su acto de violación; con ello recibe su justo castigo pero con ello su
liberación de tal culpa. En este caso hasta puede ser justificado su
victimario. Quizás por ello no parece tener efecto alguno en el interno ahora
violado. Otra justificación parece tener que ver con el comentario de Henri Ey
(1978), de que las relaciones homosexuales son muy frecuentes entre las
personas que sufren una reclusión por actos criminales. Desapareciendo tal
conducta al ser externados y recuperar su vida heterosexual. Aunque no hay que
descartar que tal aparente carencia de efecto solo puede ser resultado de una
represión del afecto que iría ligado a ello. Por otra parte, en muchos de
dichos internos, no importa el haber tenido un evento o episodio homosexual ya
que ello continuaron con su vida heterosexual. En reclusión tramitaron su
visita íntima o tienen la visita de sus esposas o concubinas, sin llegar a las
relaciones sexuales. Hay que destacar, que los planteado hasta el momento es
que si los acusados de violación fueron violentados sexualmente, esto solo
parece ser en una y única ocasión y no de manera repetitiva. Con ello podemos
concluir, que la presencia de una vida heterosexual, aunque muchas veces
limitada, y la no repetición es sinónimo de no homosexualidad.
Otro aspecto que llama la
atención es que en la reclusión ya no opera la ley de que la persona que viola
debe ser violado, lo cual provoca extrañeza y la pregunta de ¿por qué? ¿acaso
por que en esta ocasión no esta involucrada una mujer? Lejos de ser un evento
aislado tales violaciones en la vida de reclusión son frecuentes, por la
proliferación de casos o por la repetición sobre determinados internos, como lo
son aquellos que afectan a los internos con padecimientos psiquiátricos o considerados
como “débiles”. En primer término hay que suponer que el ejecutor del
violador, aunque ahora también él es violador, no se ve afectado por la ley de
la reclusión. De lo contrario sería una cadena interminable de violaciones cada
vez que ingresa un violador. Y en todo caso, parece que lo que se castiga o
donde se aplica la ley de reclusión si es cuando se involucra a una mujer. Con
ello retomamos la importancia que los internos externan con respecto a sus
familias. Ello es lo más importante para ellos; esto al grado de tolerar lo que
sea contra ello, pero de jugarse la vida cuando se involucra a la familia. Por
ello es denominado como uno de los peores delitos a la violación. No importa si
es mujer adulta o menor de edad, siempre sigue la línea materna, a la que se
refieren los internos cuando dicen: “que todos tienen hijas, hermanas o
madres”.
Releyendo a Jacques Lacan
(1957-1958), el autor refiere:
“La función del padre en el
complejo de Edipo es la de ser un significante que sustituye al primer
significante introducido en la simbolización, el significante materno” (pág.
179).
Cita que no introduce en otra
explicación de la coincidencia de la bisexualidad en “la ley” a la que
nos referimos con anterioridad. Efectivamente en ella están contenidas los dos
polos de la bisexualidad al contener el significante de la madre y del padre.
Esta coincidencia no explica también el por que se ejecuta sobre un interno la
ley de reclusión si es acusado de violación, pero no así cuando la violación se
realiza dentro de la reclusión. En el exterior este delito implica la
trasgresión de una ley, que prohibe el acceso a la madre. Pero en la reclusión,
la violación homosexual no significa tal trasgresión o el acceso a la madre.
Ello implica una forma diferente del incesto. De un incesto directo o
simbolizado hacia la madre a un incesto de tipo fraterno pero no heterosexual
ya que si estuviera presente la representante de la madre sería la continuidad
de la línea materna.
Otro rasgo sobresaliente de los
internos acusados de delitos de violación o de tipo sexual es su “ferreá”
argumentación en la negación del delito. Ellos son muy persistentes en la
generación de justificantes con respecto a por que no debieron sentenciarlos y
las anomalías en sus procesos.
Por ejemplo, (Darío M. V. R.),
menciona que se le sentencia a pesar de existir tres proctólogos de lo más
prestigiado que niegan la existencia de la violación, por vía rectal de sus
tres menores hijos. Uno de los proctólogos era de su defensa, el otro de la
parte acusadora y el tercero uno en discordia. Coincidiéndose en la junta de
peritos que no había indicios de violación. A ello acompaña el comentario
frecuente de que los primeros médicos que realizaron el estudio proctológico en
relación al delito eran corruptos e incompetentes. Sin embargo fueron los que
realizaron el estudio pertinente a poco tiempo de haber sido denunciado el
delito. La junta de peritos se efectúa aproximadamente a los siete u ocho meses
de que se verificaron los hechos. Podríamos decir que ese es una argumento
técnico legal de peso incluso en la revisión del caso y con posibilidad de
lograr incluso una absolución del delito. Sin embargo, al plantearle tal
situación el se niega a ello, ya que dice que no posee recursos económicos[27]
para iniciar la querella correspondiente. Por lo cual, para él, sería más fácil
alcanzar una preliberación y entonces llevar acabo su caso a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, afirmando tener la seguridad de ganar y ser absuelto.
El segundo argumento utilizado, para ser sentenciado, injustamente como el lo
dice, fueron las características seductoras y los “favores sexuales” de
su ex-esposa y acusadora con los ministerios públicos y jueces. Después de todo
sic “ella es una mujer atractiva ya que fue ganadora de un certamen de
belleza y a pesar de su alcoholismo”. En el presente caso es de importancia
por dos situaciones más, que son:
El diagnóstico, el delito de acuerdo a la
versión jurídica es por demás espectacular y dramático. Quizás por ello se
insistía en que se diera clínicamente una etiqueta de coprofilia. A la vez se
planteaba la dificultad para el externamiento del interno ante tal
padecimiento. Poco frecuente al menos en paciente no psiquiátricos y tal vez si
“perversos”. Por ello es de importancia retomar dos vertientes fundamentales
que son:
La definición de la coprofilia. Gómez Bernal
(1989), afirma: “Coprofilia o coprofagía.- Satisfacción sexual por ingerir
excrementos” (pág. 405). ¿Que dice la versión jurídica al respecto? En ella
se señala que el interno penetraba analmente a sus menores hijos, en ocasiones
uno después de otro y en otras por separados, ensuciando su pene con el
excremento de los mismos. Ante ello, se los mostraba a las víctimas y los
invitaba a que lo besaran o lo colocaran en sus bocas. Experiencia que a decir
del expediente jurídico se había repetido en múltiples ocasiones durante el
período en que se verifico el hecho delictivo. ¿En todo caso, por que aquí no
enfatizar en el diagnóstico de pedofilia? Gómez Bernal (1989), al respecto
indica: “La paidofilia.- del griego Piados = niño, y filia = cariño o
amistad. También llamada pedofilia es el acto o la fantasía de establecer
relaciones sexuales con niños pre-púberes para lograr la excitación sexual”.
En el presente caso al menos podría coincidirse con dos características que
son. Las víctimas eran niños menores de once años de edad. Y el interno era
diabético, por lo cual podría requerir de un medio para excitarse sexualmente
ante el decremento de su potencia sexual por la enfermedad que padecía y su
edad de aproximadamente cuarenta y cinco años. Otro diagnóstico probable que
parece ser omitido y que es de mayor seguridad, es el de que el delito fue en
todo caso una violación homosexual. Las tres víctimas eran varones, hijos de
sangre del ofensor. Solo se mantiene el de violación por equiparación, termino
que según Gómez Bernal (1989) implica: “...cuando esta (víctima) sea menor
de catorce años (por inmadurez psicofísica)” (pág. 417). Aunque aquí, el
texto de dicho autor parece solo hacer referencia a que la violación por
equiparación esta relacionada con el sexo femenino y no con las relaciones
homosexuales; salvo ello por la edad o por que existiera una enfermedad u otra
causa para que la víctima se defendiera como el ser menor de edad y que el
ofensor era el padre. Por último, en el caso se omite el término de incestuoso,
lo cual esta presente, ya que las víctimas eran hijos del victimario.
La asignación de un diagnóstico clínico. En este
caso hay que considerar, que si bien un juez encuentra elementos para una
sentencia, el clínico debe tenerlos presente pero esperar la confirmación de
los mismos pro la vida del sujeto y las experiencias del mismo. Es consigna en
el área de la salud mental, tener información presente de segundas y terceras
personas con respecto a un paciente, pero mantenerla en la reserva hasta no
alcanzar la confirmación por las verbalizaciones del mismo paciente. Nunca se
sabe cual es el motivo de que una segunda o tercera persona proporcione
información “valiosa” sobre un caso determinado[28].
La preliberación, ya que los argumentos
expuestos son de utilidad para una revocación de sentencia, un juicio
absolutorio, amparos, apelaciones o reaperturas y revisiones de casos, pero no
para lograr dicho benéfico legal. La preliberación no se basa en la
demostración de la equivocación de un juez o de un proceso legal, sino en la
modificación del comportamiento del sujeto sentenciado.
Complementando información de dicho caso, el
interno comunica que es imposible que el cometiera el delito como lo describe
la versión jurídica, dado que implica la penetración repetitiva en los menores
y por tiempo prolongado. Situación que en el no es factible dado que padece
desde hace veinte años de diabetes mellitus; enfermedad que le ha restado
potencia sexual para una erección prolongada. El interno afirma, que veinte
años atrás, a sus casi treinta años de edad, comenzó a experimentar el
decremento de su capacidad de erección. No importaba que tanto deseara a una
mujer o los atributos físicos de esta, su respuesta sexual ya no era la misma y
progresivamente se decremento al avanzar su padecimiento. Al llegar a la edad
en que se dio el delito, su potencia sexual estaba disminuida e incluso a ello
le atribuye indirectamente la terminación de la relación de pareja con otra de
sus esposas. Si ya nos las podía satisfacer sexualmente se dio la terminación
de la vida en común. Así mismo durante su reclusión casi no mantiene contacto
sexual por la misma razón. Solo hay que destacar la edad en que se inicia el
deterioro de su potencia sexual, a los treinta años, edad en la cual se goza de
juventud en el hombre. Como opción de interpretación no hay que descartar, que
el interno miente o falsea la información con respecto a su sexualidad; o bien
es una sexualidad inhibida y neurótica. A pesar de que el interno afirma que de
más joven tenía múltiples mujeres que incluso gozaban de belleza.
Otro caso (Miguel Angel E. O.),
inicialmente mantiene su versión de que no cometió el delito y que todo se
deriva de una venganza por que el le cobraba sus honorarios por trabajos de
albañilería a la víctima. Al negarse la misma, refería que efectivamente la
había golpeado, minimizando la magnitud de la agresión. Esta al ser investigada
en detalle confirma la golpiza que el interno le propino y que amerito al
parecer diversas intervenciones quirúrgicas en el rostro para favorecer la
reconstrucción y la eliminación de cicatrices. Negando que hubiese habido tal
intento de violación. El resentimiento provocado en la víctima le hace
comentar, sic. “que si ha de llorarse un muerto en su casa, ella prefiere
que lo sea en la de él”; situación motivada ante la inminente preliberación
del interno. Una vez aceptado el delito el interno refiere que su imposibilidad
para aceptar públicamente su delito era la vergüenza que experimentaba pro las
características y la agresión con que cometió el delito.
Con Juan B. V., otro caso que ya
hemos referido, inicialmente afirmaba que todo era debido a la “mala fe”
de su tía, madre del menor agraviado, por que el no había querido mantener
relaciones sexuales con ella; la cual había trabajado con el en el mismo bar y
quien en diversas ocasiones se le había insinuado sexualmente
Alfredo G. G., con insistencia
decía que la niña agraviada estaba aleccionada, argumento con gran frecuencia
planteado por los acusados, por los padres y los abogados. Cuestión que ellos y
los abogados defensores notaban por los palabras que emitían los menores
acusadores, durante el relato de los hechos o bien durante los careos con los
victimarios. Otro argumento de este interno era que nadie de los vecinos, de la
unidad habitacional donde vivían y donde ocurrió el ilícito, se había dado
cuenta de los hechos o de que la menor hubiese salido de su casa. Después de
todo el los considera tan “chismosos” que siempre se enteran de todo. El
menciona que le parecía que fuera una casualidad que ahora ninguna de sus
vecinas se hubiese dado cuenta.
Por otra parte, Angel H. A., nos
dice que no es posible que se haya verificado la violación por diversos motivos
como son:
- Por que en el lugar en que se da el ilícito, una
casa en remodelación, había otros niños jugando en la planta baja y ellos
podrían haberlo visto y por tanto denunciado. Lo cual no ocurrió. O tal
vez la menor podría haber gritado y entonces escuchada por los demás
niños. Tal vez aquí hay que destacar que la menor agraviada padece de
retrazo mental, habiendo recibido con anterioridad educación especial,
según información de trabajo social. Avanzando en este caso, en posteriores
sesiones, el interno busca nuevas argumentaciones. A el se le confronta
con sus argumentos y con la versión jurídica en la cual se afirma que hubo
penetración vaginal. De manera inicial el interno afirma que no se le
practico a el ningún examen que corroborara que el había sido el agresor,
a pesar de que así lo solicito. Después, retoma la versión del delito para
explicar lo que pudo haber ocurrido para que se hubiera dado la
penetración en la menor. Ahora decía que el vio que los niños andaban ahí,
en la obra, jugando con la niña; insinuando que tal pudo pasar algo entre
ellos. Después de posibles “salvadores” de la menor o posibles “denunciadores”
del delito pasaban a ser agresores y violadores, aunque fueran menores de
edad. Dado que esto lo plantea de manera cuidadosa y velada, se le
confronta al interno con dicha situación explicitando tal contenido. Esta
estrategia terapéutica provoca el abandono rápido de tal argumentación.
Más ello da paso a una segunda versión. Refiere que el vio que la menor jugaba
en una bicicleta, el día de los hechos, pero que esta carecía de asiento,
lo cual no le había importado a la menor. Con esto el interno aludía al
hecho de que tal vez ella se había autopenetrado vaginalmente con el tubo
del asiento de la bicicleta. En este caso se le confronta de nuevo con el
hecho de que si esto hubiese ocurrido así, el tipo de lesiones en el
aparato genital y reproductor de la menor habrían sido detectadas en el
peritaje medico legal respectivamente practicado a la menor. Ello no se corroboraba
médicamente. Ante la confrontación el interno solo se mantiene en silencio, faltando a las dos
sesiones próximas (grupal e individual).
- Por que si el padre de la menor estaba conciente de
que se había cometido la violación, no hizo nada contra él. Ya que el
considera que si hubiese estado en la situación de este cuando menos lo
hubiera golpeado si no es que matado. Sin embargo en su caso no le dijeron
nada e incluso estuvieron hablando cierto tiempo acerca de la remodelación
que realizaba en la casa. El pudo recoger tranquilamente su herramienta e
irse a su casa sin problemas. En este caso el interno señala que el
problema del que se deriva la acusación es no querer pagarle sus
honorarios por las reparaciones de albañilería realizadas. Cuestión que
hizo más fácil la acusación de violación que el liquidar el adeudo
económico. En el caso de Rafael, ya se decía algo similar, con respecto a
que a su esposa le había sido más fácil denunciarlo a él que a su propio
hermano al mantener relaciones este con su sobrina e hija de su esposa.
- Un argumento más es con respecto al tiempo en que
se da la detención, la cual es frecuente que no se de inmediato al momento
del ilícito sino varios días semanas o incluso meses después. Para ellos
tal tiempo les resulta sospechoso al igual que la pasividad de los padres
de las víctimas. Una actitud más que ellos ven como sospechosa es la
negativa de la víctima, los padres de estas o del mismo juez, para
permitir el careo de víctima y victimario. Al respecto no hay que olvidar
que es uno de los derechos de la víctima, la evitación de tal careo.
- Por último, este caso es productivo, ya que nos da
a conocer una actitud más del sujeto acusado de violación. Ello se refiere
a que con frecuencia argumentan su buen comportamiento con anterioridad,
lo cual pude ser constatado por familiares, amigos y compañeros de
trabajo. La ausencia de una necesidad ya que los mismos con frecuencia
están casados teniendo hijos y una vida sexual activa. Una modalidad
diferente de esto es que no es posible que ellos perpetren tal delito, ya
que ellos tienen hijas, madres o hermanas. Todo ello parece conllevar a
hablar de una “buena vida”, pero a la vez a la evitación de la misma en
detalle o profundidad. Hablar de la adecuación parece limitar que a través
de la asociación libre[29]
se incursione en las fantasías sobre la vida y la sexualidad del sujeto.
En el caso de Angel A.H. La
justificación, compartida incluso por la familia, era la fama o la calidad
moral de la víctima. En pocas palabras, se decía que era una mujer de dudosa
reputación por que al parecer tenía más de una pareja sexual y se sospechaba de
que ejercía la prostitución. Aquí el argumento distractor era poner en tela de
juicio las características de la víctima, como si ello fuera lo importante. En
el presente caso era la ofendida una mujer adulta. Al respecto Gómez Bernal
(1989) es claro cuando en su texto de “Tópicos Médicos Forense” afirma:
“Igualmente la violación se puede dar dentro del matrimonio y también en las
prostitutas” (pág. 416). Esto en caso de que nuestra víctima lo fuera. De una
manera diferente el interno argumentaba, que era sospechoso en ella que la
violación se hubiese dado a las cinco de la mañana, cuando según ella venía de
la iglesia del lugar. El sabía que no había misas a esa hora por lo cual su
versión no era creíble. Nuevamente, ¿parece que para el interno lo importante
era poner en duda la credibilidad de la víctima?
En la introducción señalábamos la “casualidad” con
que supuestamente es descubierto el violador para continuar avanzando en
nuestro análisis. Entrecomillamos tal término para decir que ello es un decir,
ya que desde el psicoanálisis no hay tal “casualidad”. También ello debe
estar plenamente determinado. Esto nos introduce en el hecho de si cuando se da
la violación no había un antecedente de la misma. ¿Acaso surgió el impulso o el
deseo de manera espontánea, sin una historia previa? En realidad alguno de los
sujetos han reportado que en diversas ocasiones ya habían estado a punto de
realizar el delito. Así Carlos O decía que incluso cuando surgió el deseo por
su hijastra el trato de evitar acercarse a la misma. Antes de esto la ayudaba a
realizar las tareas escolares y estaba muy cercano a la misma. ¿Por qué no se
verifico el delito en tales ocasiones? No fue por falta de oportunidad, sino al
decir de los mismos, parecía que algo había faltado o ellos se habían podido
resistir a tal impulso. Como en el mismo Carlos O. O., llego el momento en el
cual se encontraba intoxicado con bebidas embriagante lo cual dice favoreció
que no se reprimiera y realizara el acto sexual con su hijastra. En la segunda
ocasión, nuevamente había bebido, pero agregaba como motivo para llevar a cabo
su nueva relación, que la menor no lo había rechazado y no había comunicado lo
ocurrido a su madre. De ello podemos concluir, que cuando ocurre el delito,
este no se dio por un impulso inmediato o espontáneo. Es posible rastrear una
historia en ello. Así, en otros ejemplos, como en Angel H. A., no era la
primera vez o el único día en que había tenido acceso a la victima; o en Juan
H. J. Quien afirma que ante su enojo, por la supuesta infidelidad de su
concubina y la complicidad, también supuesta, de su hijastra, empezó a observar
a esta como una mujer, a sus once o doce años de edad. Dicha situación
planteada es de importancia si retomamos el diagnóstico de pedofilia, que se asigna a los violadores de menores de
edad. Si se considera al mismo como un trastorno de mayor gravedad, no se le
puede suponer que no tenga una historia de desarrollo o de gestación. Tal
historia es valida si se hace referencia también al diagnóstico de abuso sexual
o de violación sin el involucramiento del diagnóstico de pedofilia. ¿En que
consiste ello? Pues bien, en que no hay padecimiento agudo o crónico que no tenga
una historia, aunque si hay diferencias entre ellos. Si se habla de un
padecimiento agudo, debería señalarse que este pude remitir, es decir
desaparecer, o atenuarse. La ausencia del trastorno por determinado tiempo
impide que se de tal diagnóstico posteriormente. Así, en el caso de Juan H. J.
o Darío M. V. R. Después de doce años o seis años después de que se cometieron
los delitos de violación respectivamente, ya no se podía afirmar que hubiera
que las características de la pedofilia estuvieran presentes. Al menos en ellos
ya no estaba el deseo por el acercamiento y la obtención de placer de manera
exclusiva con menores de edad, en forma constante y repetitiva. No parecía
haber acercamiento de dichos internos hacia los niños, lo cual se podría haber verificado
de manera atenuada o disfrazada los días de visita con niños de sus familias o
de los familiares de otros internos; quizás ello a la manera en como la
justificaba otro sujeto, quien decía: sic. “que a el le gustaba mucho jugar
con los niños y trataba de ser como ellos”, pero del cual un día se decía
que al menos en una ocasión expuso su pene ante una menor de edad y le permitió
que se lo tocara. O bien, como en otro interno acusado de violación, Eduardo R.
L. decía que en la visita jugaba con los niños, lo cual el prefería, pero sin
tocarlos. Incluso ello de manera similar estaba presente antes de su reclusión,
pero era a la vez cuidadoso de llegar más allá; por eso cuando la madre de las
menores, sus hijas, las bañaba el se salía a la calle para no verlas desnudas.
Este último caso es de importancia, por que en el si parece que permanecía esa
“...obtención de placer...” de manera constante y permanente, aunque atenuada
pero signo esencial de una pedofilia. Esta a su vez no parecía representar un riesgo
para los menores, por lo cual se decía que los impulsos se habían sublimado y
permitía el cuidado de los menores sin riesgo para ellos. En general son dos
casos diferentes, uno en el cual hay rastros del impulso pedofilico y otro en
el cual no parece ya estar presente después de varios años. Esto es de
importancia para el diagnóstico, ya que el primero no se le podría asignar la
etiqueta de pedofilico pero al segundo sí. Como en los dos casos ya no se daban
violaciones o abusos sexuales en menores de edad se podía decir que el cuadro
pedofilico como trastorno había desaparecido, pero la presencia de rastros del
mismo, aunque atenuados o sublimados nos obliga a pensar en el diagnóstico de
rasgos pedofilicos. Ello implicaría la permanencia de tal trastorno, pero sin
riesgos para terceros; involucrando a la vez la posibilidad de la reactivación
del mismo, si las circunstancias de nuevo fueran favorables para ello. Por otra
parte, la carencia de la característica de “exclusividad”, contradice la
asignación del trastorno de pedofilia. Muchos de los sujetos involucrados en
abuso sexual o violación en menores de edad, mantienen relaciones con otras
personas de su mismo sexo o del contrario; por ello tienen esposas o concubinas
y han procreado hijos. Si bien su sexualidad puede que no sea la más activa o
la más adecuada, carece de tal “exclusividad” dirigida hacía los menores
de edad, de los cuales extraería un placer sexual. Ejemplo de ello nuevamente
es Juan H. J. quien antes de su delito mantenía escasa relaciones con su
concubina por que la misma las evitaba; ella dormía con su hija y el con su
hijo en diferentes camas para la pareja. De manera importante es considerar en
el caso de Darío M. V. R., con respecto a sus características personales el
siguiente suceso acaecido: En la ausencia de su psicólogo, por cuestiones de
salud, esparce el rumor de que eso no era cierto, sino de que el había mandado
golpear a su psicólogo; y que por ello no había asistido a su trabajo por
cierto tiempo.
Una de las características más
sobresaliente del interno con delio de violación, casi siempre, es su obediencia y con ello el cumplimiento en lo que se le
indica. Pero por supuesto no es la única. Muy de la mano esta su intento por
generar una imagen favorable o de adecuación ante los demás. Acompañado ello de
múltiples promesas de comportarse adecuadamente o “bien”; para lo cual enfatiza
con frecuencia de que no generaran problemas durante su reclusión.
Por las características de la
obediencia de los sujetos con imputación del delito de violación, se estaría en
la tentación de asignarle a la misma el calificativo de “ciega”. Pero ello se
daría solo por que el interno obedece casi sin
replica. En realidad, tales internos inician su reclusión poniendo todo su
atención para saber que tienen que hacer a fin de lograr sus beneficio. Pero
habría que preguntar ¿si ello es de inmediato?. No lo creo. Esto lo aprende
conforme pasa el tiempo y aprende a vivir en reclusión. Con el tiempo el se
entera de que hay opciones para no tener una compurga de su sentencia. Al
interactuar con otros internos investiga y pregunta de lo que el seguramente va
escuchando. Sin mencionar su delito llega a conocer que todos por igual tiene
la oportunidad de preliberar. Información que posteriormente es confirmada
cuando participa en las diferentes áreas de la institución. De esta manera
inicia su proceso de generación de los requisitos para una preliberación. Pero,
¿quiénes son los internos con delito de violación que no cumplen con tales
características? Aparentemente son aquellos que tienen una combinación con
otros tipos de trastornos, como podrían ser la sociopatía, el retrazo mental o
la psicosis. Algo que sobresale en los que tienen tal obediencia parecen entrar
más en la concepción del carácter neurótico. Decimos casi sin replica, por que
la podemos restringir a su presencia ante el psicólogo o a las diferentes áreas
técnicas. Ello no es seguro que en ausencia de estos, la obediencia se
mantenga. Son internos que aprenden a
detectar donde deben “quedar bien”, enfatizando sus esfuerzos para lograrlo.
Por eso, tal vez, en el caso de Angel H. A., a quien le solicita el director
del centro, realizar trabajos de albañilería para la edificación de locutorios,
lo acepta. Ante ello el interno se dedica por completo a tal trabajo,
descuidando su participación en las demás áreas, lo cual nunca había hecho. Su
pretexto, se requería su presencia de tiempo completo, tanto para vigilar los
materiales de la construcción, la herramienta y en especial las varillas;
evitando así el robo y la posterior fabricación de “puntas”. Sin
embargo, en entrevista con el mismo se le indica, que de continuar así, se duda
de una propuesta favorable de preliberación, con excepción del director. Lo
cual debe de meditar detenidamente. Ante ello el interno afirma que pensó que
podría ser algo que le ayudaría para salir, pero que si no era así dejaría tal
trabajo y regresaría nuevamente a las diferentes áreas, lo cual llevo acabo sin
demora.
Continuando el análisis de las
características de personalidad de los internos acusados y sentenciados por el
delito de violación toda abordar una nueva, que es la desconfianza. Sobresale
ella tanto de manera individual y de manera grupal. Abraham (1994), afirmaba en
los años veintes, en sus estudios psicoanalíticos, lo siguiente:
“...hemos aprendido en el psicoanálisis de pacientes
neuróticos que los procesos excretorios son empleados con fines sádicos, y
hemos descubierto que la psicología de los niños confirma este hecho. También
vimos que un rasgo de carácter aislado –la desconfianza, por ejemplo- suele
proceder tanto de fuentes sádicas como de fuentes anales. Pero estas
observaciones y otras parecidas no nos han hecho comprender la razón de esa
combinación de las actividades sádicas y anales...” (pág. 324)
Nos interesa de la presente cita
la mención de dicho rasgo, la desconfianza, por que es una de las
características que con gran frecuencia se exhibe entre los internos, sean
estos sentenciados o procesados. Inicialmente se les adjudica con razón, ya que
ellos realizan trasgresiones de las normas y limites sociales. Su
comportamiento es constantemente prohibido, por lo cual se justificaría tal
desconfianza. De lo contrario sería la evidencia tal comportamiento y por lo
mismo la justificación de ser castigados. De esta manera, la desconfianza se
encadena con un interés por evitar el castigo por la trasgresión. Por esto no
es inusual observar en la aplicación de pruebas psicológicas proyectivas, la
presencia de rasgos que aluden a tal desconfianza, como lo serían: en el test
de la figura humana, miradas de desconfianza o suspicacia; destacamiento de los
ojos por el trazo realizado; figuras de perfil, que indicarían la evitación o
las tendencias a la evasión; elaboración de los dibujos en el cuadrante izquierdo
de la hoja, como indicador de las tendencias a la reserva con respecto a las
cuestiones personales y en relación a las personas que lo rodean (situación que
se puede repetir en las diferentes pruebas proyectivas de lápiz y papel). Desde
una perspectiva diferente, tal característica es observable en el tratamiento
de los sentenciados, en especial; que son los internos en quienes se lleva a
cabo un proceso terapéutico. Cabe destacar que tal carácter persiste sin
importar que tiempo o acceso se haya dado a la psicoterapia. Una pregunta para un posterior trabajo sería: ¿cómo se vence
o se trasciende tal desconfianza? Retomando el tema, en la psicoterapia,
al inicio y periódicamente en el proceso terapéutico, se requiere de analizar
la desconfianza. El interno justifica la misma por las condiciones de
reclusión, sic “no se puede hablar libremente aquí, por que no se pude tener
la garantía de que no se transmite lo que se dice al resto de la población o a
las demás áreas”. De hecho, también entre los internos, en sus dormitorios,
es frecuente que ellos recomiende que cuiden lo que dicen a las áreas, fin de
no dar información que tal vez les perjudique o que sea el motivo para que no
los dejen ir en caso de una “preliberación”. En el caso de interno aún
en proceso, la desconfianza se agudiza, pues tal vez de ello dependa su
proceso, incluso la absolución de su delito. Es de hecho una situación en la
cual el interno se encuentra atrapado, ya que se le dice que confié y ellos
será necesario para lograr realizar el trabajo con ellos en el aspecto de
tratamiento. Al inicio del tratamiento es la parte más difícil, pero de cuando
en cuando se agudiza tal desconfianza y es necesario señalárselas nuevamente.
¿Que provoca tales reiterancias de la desconfianza? ¿Cuál es el efecto de tal
desconfianza? En la psicoterapia grupal,
se da la pasividad del grupo y la limitación de ocurrencias o de dialogo[30].
Analizando dicha característica en los internos, cabe pensaren la extrapolación
de la misma hacia los internos con sentencias especificas por delito de
violación. ¿acaso es diferente en ellos? Por supuesto que no. La aparente y
casi “ciega” obediencia del interno violador esta en realidad
condicionada. Por lo regular no se presenta cuando se refiere al delito o al
análisis de su sexualidad. Es obediente en lo que se le solicita pero no en la
información relacionada con el delito.
Ante ello nos topamos con una férrea resistencia que impide la
aceptación de su delito y que limita la incursión en su sexualidad. Con
frecuencia retoma su argumento de que solo debe obedecer y hacer lo que se le
pide ya que esta sentenciado y esta “en las manos de los técnicos”. Pero
¿que significa esta última expresión? Creo que podemos suponer de momento que
es el retorno de su pasividad. Pasividad que en relación a su vida pude estar
presente en el interno que se le adjudica una violación y que condiciona su
enorme paciencia para esperar, incluso por varios años a que se llegue su
liberación. Esto a pesar de todas las actividades que realice cuando las diferentes
áreas le encomiendan actividades que son requisitos para una preliberación.
Pero ¿en ello se pude hablar de un cambio, requisito planteado por el
tratamiento institucional? En realidad representa una adaptación y el
acatamiento de las disposiciones que se les plantean. Acatamiento sin replica y
pasivamente. Retomar esta pasividad, nos lleva nuevamente a las características
del interno acusado de violación, que ya se han discutidos. Además, de que es
de sobra conocida otra característica de tale internos, que es su obstinación.
Considerando las características de personalidad asociadas, las podemos
relacionar con el carácter obsesivo y anal. Con tales internos es entonces que
se desarrolla una “feroz” lucha contra su carácter, su negación del
delito o de su sexualidad y sus resistencias. De esta manera se elaboran
múltiples racionalizaciones acerca de la violación e incluso se le adjudica a
las victimas el carácter de seductoras del violador, tal como lo refiere
Abraham (1994). No debe dudarse de que tal situación no este presente en la
dinámica personal e intrapsíquica de la víctima de violación, lo cual
reforzaría los planteamientos de Abraham (1992) y de Sigmund Freud, con
respecto al determinismo psíquico. El último autor indica que no es azaroso que
determinados individuos sean propensos a los accidentes, que incuso en casos
graves implican lesiones de consideración, mutilaciones o incluso la muerte.
Por otra parte apoyaría la clasificación de víctimas que se hace en el área de
la victimología y que indica que con frecuencia hay personas que deberían tener
responsabilidad en la generación de un delito (Neuman,1989)[31].
Retomando otro aspecto de la
cita, es de importancia el señalamiento de las fuentes anales. Tal vez la
relación de momento sea de manera manifiesta pero desarrollemos esto a fin de
avanzar en lo que hacemos. En los casos de violación, si pensamos es frecuente
que haya cierta preferencia por la relación anal, independientemente de la
vaginal u oral. Ejemplo de ello es Juan Carlos S. G. Quien realiza la
penetración en su victima las tres vías. Si ya se había dado por vía vaginal
surge la pregunta de ¿por qué por vía anal?, a menos por que ella nos interesa.
Si bien no en todos los casos, es frecuente que cuando se da la violación de
una mujer menor de edad, también ocurra la penetración anal. Por último, si la
violación fue en agravio de un varón menor de edad o adulto como lo indicábamos
en las violaciones entre internos, siempre es por vía rectal. En el caso de
menores de edad y aún en adultos, debemos pensar si el sujeto violador ¿sabe o
no de que podrá provocar un desgarro del ano o de la vagina?. Ya con
anterioridad se decía que cuando la violación e incluso el abuso sexual se da,
de un sujeto mayor sobre un menor, con frecuencia es una forma de intimidar a
esta víctima. Es una persona que por su edad puede ser dominada con facilidad y
que opondrá poca resistencia a acto que de que será objeto. Creemos que la
lesión del violador sobre su victima es conocida por este y en realidad se trata
del ejercicio de un acto de agresión sobre otro ser humano. Siendo el intento
de dominación o sumisión del otro solo una forma atenuada de un acto sádico.
Con ello llegamos a unos de los planteamientos freudianos (1924) de que todo
sádico fue en su momento un masoquista y a la inversa. Esto nos lleva al
replanteamiento de las actitudes del sujeto violador. Cuando este comete su
delito oscila en el polo del sadismo y cuando es recluido en el polo del
masoquismo. En el polo de la
pasividad para decirlo de otra forma.
Simbólicamente no hay que olvidar la relación que se hace de la pasividad y del
masoquismo con los componentes anales. Así, el sujeto que realiza una violación
parece oscilar entre los polos del sadismo y del masoquismo los cuales tienen
su determinación en los componentes anales de la sexualidad pregenital señalada
por Sigmund Freud (1905), en sus “Tres ensayos de teoría sexual”. Es
desde tal perspectiva que adquiere relevancia la cita siguiente:
“sólo se consigue una completa capacidad para el amor
cuando la libido ha llegado a la etapa genital. Tenemos así, por un lado,
procesos eróticos anales combinados con una conducta sádica, en especial con
emociones despiadadas y hostiles que son destructivas para su objeto; y por el
otro lado, un erotismo genital combinado con tendencias que son benévolas hacia
su objeto” (pág. 324)
Tal vez es por ello que los internos con delito de
violación son con frecuencia dóciles con la familia pero a la vez
extremadamente exigentes y demandantes con ellos. Su aparente docilidad llega
en ocasiones a disfrazarse de una aparente cordialidad a una solicitud casi
incondicional de amor por parte de la familia. Ello se da con facilidad cuando
es la madre la involucrada. Después de todo por el simple hecho de ser la madre
ya se condiciono ese amor como lo decía Erick Fromm (1979), en su texto del “Arte
de amar”. Pero la parte contraria el hijo se vuelve demandante y exigente.
Relativamente son benévolos ante los familiares. Tal benevolencia es exhibida o
declarada por el interno ante el psicólogo. Lo cual difiere de la relación real
que se establece entre ellos.
Jorge E. J., interno con sentencia por delito de violación
a una mujer adulta. El interno acepta el delito pero manifestando su
inconformidad por sus sentencia ya que hay múltiples irregularidades en su
proceso. Parece ser que la molestia es la consideración de una injusticia con
respecto a la magnitud de la sentencia y no por la misma sentencia. Sin
manifestarlo abiertamente, parece aludir a que debió tener una sentencia menor,
después de todo el acepta el delito. En este caso es relevante, ya que sin
importar la aceptación del delito, el sujeto realiza diversos comentarios que
parecieran exculparlo de su delito. Por ello dice que en realidad no fue una
violación, por que el no la amaga ni la forzó a tener relaciones sexuales. El
inicia la platica con la víctima cuando esta aborda su taxi, llegando el
momento en el cual le propone tener relaciones sexuales a lo cual sin mayores
problemas ella acepta al parecer a cambio de cincuenta pesos. Sin embargo,
posteriormente le pide mayor cantidad de dinero y al negarla el interno, él
cree que es de ahí donde se deriva la acusación del delito. El interno ve otras
anomalías, que parecen justificar su creencia de que la víctima miente y no se
le debería dar total crédito a su versión de la violación. Menciona que la
víctima tubo tiempo de huir si en realidad sospechaba del interno, ya que el no
tenía gasolina en su vehículo, señalando su marcador de gasolina casi vacío.
Por ello el se detiene frente a una gasolinera, cruzando la avenida
México-Texcoco, que es muy transitada, para traer gasolina en un garrafón de
plástico y vaciarlo en su tanque. Afirma que no introduce su vehículo a la
gasolinera por que había un camellón intermedio y el retorno para llegar a la
estación de gasolina estaba retirado. El calcula que no le alcanzaría la
gasolina para ir y regresar. Esto se lo comunica a la víctima, la cual esta de
acuerdo en esperar en el vehículo mientras trae la gasolina. Ese es el momento
que el refiere que la víctima pudo aprovechar para escapar si sospechaba del
interno, lo cual no ocurrió. Como prueba concluyente de sus palabras el interno
dice que ello es verificable por que el marcador de gasolina marcaba vacío, lo
cual podría ser verificado de manera directa. Sin embargo, el interno parece
olvidar que había mencionado que perdió su vehículo y no sabe donde quedo el
mismo. A tal argumento se aferra el interno por casi dos años sin observar que
puede haber múltiples formas de que el tanque de gasolina no tuviera
combustible y no precisamente su versión, cuestión que en el proceso de
tratamiento se le hace notar y ante lo cual desaparecen sus comentarios. Un
segundo olvido en este caso sería con respecto de que según el hecho la
gasolina que compro y que transporto en un garrafón de plástico, por lo cual el
marcador de gasolina no debería indicar vacío. Con respecto a por que la
víctima no huyó y permaneció en el vehículo mientras el compraba la gasolina,
se le hace ver que ello tan solo pudo no prever que se daría la violación y que
en realidad confió en el interno, pero que ello no es sinónimo de aceptación de
las relaciones sexuales. Sus comentarios son de interés, por que son fácilmente
desechables por argumentaciones lógicas. Su lógica de los hechos es poco
confiable y poco consistente, adoleciendo de deficiencias que permitan su
sostén o credibilidad. En los casos de violación las contra-argumentaciones son
similares, sin importar el nivel intelectual del victimario. Incluyéndose en
ello los supuestos racionamientos que concluyen con frecuencia en la incitación
o seducción por parte de la víctima. Desde esta perspectiva ¿cuándo se podría
considerara que la víctima tendría responsabilidad? Pues bien, parece ser más
en los casos donde se presentan rasgos, personalidad o neurosis de tipo
histéricas[32]. En
tales patologías es frecuente el comportamiento conciente o inconsciente de
tipo seductor. Pero no basta ello para que se pueda dar un delito de violación.
Este se debe acompañar de una baja tolerancia a la frustración o demora en el
victimario, con lo cual se completaría una díada sin la cual no se llevaría a
cabo dicho delito. Ante esto cabría cuestionar ¿si se podría exculpar al
violador de su acto, todo por que la víctima fue seductora? Por supuesto que
no, lo cual además sería extensivo, cuando la víctima se supone se expone
conciente o inconscientemente a la perpetración del delito. Es decir, que el
hecho de que la víctima se exponga a las circunstancias para que se genere el delito
no debe ser un atenuante para el victimario. Después de todo ello no se daría
si este tuviere tolerancia a la frustración o capacidad de demora. ¿o es que
acaso ahora todo sujeto susceptible de ser violado debe cuidarse para evitar
las circunstancias que favorezcan el delito. ¿Aquel niño que con mayor
facilidad que otros acepta seguir al violador en potencia debe de cuidarse o de
lo contrario tendría cierto grado de responsabilidad al ser objeto de un
delito? Ello no debería ser atenuante para el victimario, ya que ahora se puede
considerar que conciente o inconscientemente el es quien manipula elementos que
pueden generar la tentación en un sujeto y provocar su descuido, haciendo que
sea un candidato ideal para un delito. En este último punto, se ha omitido a
propósito señalar a sujeto víctima de la violación por que ello es similar en
otros delitos. Pero aquí interesa por los comentarios acerca de las víctimas
descuidas o con cierto grado de responsabilidad de que hayan sido víctimas de
un delito como la violación lo enfatiza Abraham (1994). En el caso de violación ocurre algo similar al siguiente
caso: En cierta ocasión, una mujer estuvo a punto de ser robada y estafada. Con
el viejo truco del billete de lotería premiado, entre dos sujetos la tratan de
convencer de que los lleve a su casa, les de algunos objetos u aparatos
domésticos a cambio del billete de lotería. El acoso era tan intenso, que
posteriormente la potencial víctima decía que llego el momento en que no podía
pensar ni medir las consecuencias de lo que estuvo a punto de hacer. Además,
habían tocado lo que ella llamó, su “ambición”, pues de inmediato pensó
en lo que podría realizar con el dinero que le ofrecían, como por ejemplo
comprar una casa que tanto deseaba, etc. Pero, como movilizar dicha “ambición”
es algo que por supuesto los ladrones conocían y hacia ello dirigieron el acoso
del cual hicieron objeto a la potencial víctima. Además, conocían el mecanismo
para despertar los deseos de la víctima y evitar que pensara en los riesgos que
ello implicaba. Teniendo deseos todo mundo, quien no puede ser objeto de un
delito entonces. Esto ocurre a pesar de que se sea cuidadoso o desconfiado. No
se es infalible de manera permanente. Si se remeditan los casos señalados por
Karl Abraham (1994) con respecto a los niños o niñas que son seducidos con los
dulces y que pueden después ser objeto de violaciones o abusos sexuales, debe
considerarse los tipos de deseos que son promovidos por el victimario y que son
los deseos orales. Al menos en los niños estos son vigentes y de gran fuerza,
por lo cual su movilización es factible. En ellos tampoco esta ausente el
mecanismo que impide prever los peligros a los cuales se expone el menor. Por
otra parte, dicho autor menciona los casos en los cuales el menor que fue
objeto de violación o abuso sexual no comunica este hecho a los adultos en
tanto que otros si lo hacen. Aunque el autor ya lo menciona, es de importancia
el sentimiento de culpa que se genera en estos, en relación a ser responsables
de la muerte de los padres si hablan de los hechos ocurridos. Ante ello emerge
una pregunta ¿Por qué tal amenaza tiene tanto efecto? De momento no hay que olvidar que en la infancia
es frecuente que el niño, de un modo u otro, haya deseado la muerte de los
padres; si ello ahora coincide con dicha amenaza, esto explicaría la intensidad
del temor a ser responsables de la muerte de los padres. Pero regresando al
victimario, no hay que pensar que este desconozca la capacidad de inducción de
un comportamiento por la presencia de los sentimientos de culpa o el temor a la
agresión sobre la propia persona, es decir el manejo del terror como inductor
de la conducta. Para finalizar con los planteamientos de Karl Abraham (1994)
habría que analizar con detenimiento la anécdota retomada por el autor, del
libro de “Don Quijote de la Mancha” del celebre Miguel de Cervantes y Saavedra,
al respecto se cita:
“Una mujer llevó a un hombre ante el juez y lo acusó
de haberla despiojado de su honor por la fuerza. Sancho la indemnizó con una
bolsa llena de dinero que tomo del acusado pero luego de que ella se hubo ido
dio permiso al hombre para que la siguiera y le sacara la bolsa. Ambos
volvieron luchando; y la mujer se jacto de que el villano no había podido
arrebatarle la bolsa. Al punto Sancho dijo: <<si hubieras luchado para
conservar tu virtud con la mitad del coraje que has desplegado para conservar
tu bolsa, este hombre no hubiera podido despojarte de aquella>>” (pág. 37 ).
Toda la discusión realizada por Abraham se parece concluir
en el hecho de que la persona misma pude querer inconscientemente o buscar de
esa manera el trauma, en nuestro caso la violación. Pero a la vez, sus
argumentaciones se parecen a los argumentos que dan los sujetos que cometieron
dicho ilícito; son muy similares a los recopilados por el autor, pero siempre y
de igual modo son fácilmente rebatibles. No son
consistentes. Por otra parte no debemos olvidar que hay situaciones que
podrían ser de mayor desagrado para una persona que la relación a fin de
cuentas en el caso de mujeres, heterosexual. Si se retoma la teoría
psicoanalítica, es de interés retomar la lucha y la defensa del la bolsa de
dinero que se señala en la trama del “Quijote de la Mancha”. Para ello debemos
recordar el simbolismo tanto del dinero[33]
como de la bolsa[34]. El
primero nos refiere a una sexualidad anal, que psicosexualmente[35]
es más primitiva que en relación a la relación heterosexual. Además, ya Sigmund
Freud[36]
afirmaba que uno de los temas de mayor dificultad para hablar en los neuróticos
que inician un análisis es el dinero y la sexualidad, en especial la anal y la
oral. Con respecto al segundo, la bolsa es un simbolismo del útero materno,
depositario de los “hijos” o lugar en el cual se contendrán después del
embarazo. Pero volviendo a nuestro tema de los sujetos que llevan a cabo el
acto de violación debemos decir, que es curioso como ante el permiso de la
autoridad, representada por Sancho Panza, el violador no duda en ir detrás de
la mujer e intentar recuperar su bolsa
de dinero. Tampoco parece exhibir temor por tener que regresar de nuevo
con la autoridad. Por ello se debe preguntar ¿por qué? ¿Tal permiso y apoyo de
la autoridad permite la confianza de ir a cometer un segundo ilícito sin temor
a un posible castigo? ¿O acaso el violador es más temerario o no le importa la posibilidad de recibir un castigo
por un comportamiento inadecuado? ¿ O es más importante para el recuperar su
dinero que ser acusado de un nuevo delito o que se recordara su delito de violación?
Al parecer en este sujeto, en relación al dinero, también el mismo adquiere
mayor relevancia. Dentro de la conceptualización mencionada como simbolismo, también el
violador se arriesga por un placer de tipo anal; recuperar su dinero sin medir
otras consecuencias como podría ser el encarcelamiento y la posibilidad de
enfrentarse a una violación homosexual en la prisión. Tales situaciones se
están en relación con algunos caracteres del violador que son frecuentes en su
evaluación y que se relacionan con los rasgos de personalidad obsesivos. Su
obstinación los hace actuar sin medir las consecuencias que a futuro le podrían
traer. Otra características de estos es su tendencias a controlar a los demás,
lo cual esta relacionado con el placer anal; control que es común intentarlo en
el proceso del delito de violación sobre la víctima. Si retomamos el ejemplo
dado en la trama de Sancho Panza, también parece recordar el planteamiento de
la antigüedad, donde incluso la mujer no tenía derecho a reclamar ante una
violación por el derecho que se otorgaba al hombre, como poseedor de la mujer y
sin derechos para esta. Vigente ello como en el caso de Israel H. R. quien
afirmaba que si la mujer que lo acusa de violación ya había tenido relaciones
sexuales por que no tenerlas con él, además de que así lo había prometido si él
le contactaba una cita con uno de sus amigos; con el cual mantuvo relaciones
sexuales previamente. En este caso, es de importancia referir que una vez
preliberado, sin hacer caso de los sufrimientos que tuvo en su reclusión, habla
de la víctima como alguien que lo perjudico en su vida y de la cual intentaría
vengarse posteriormente. Su alusión a la misma se da de manera abierta ante
desconocidos y expresándose de la víctima en términos despectivos.
El caso siguiente es de interés, por que las
características elucidadas en los sujetos con delito de violación persisten sin
importar las condiciones mentales de los internos. Así, por ejemplo, en Miguel
H. P., se le diagnóstica con retrazo mental y daño neurológico en el área de la
coordinación visomotora, de acuerdo a los criterios diagnósticos de organicidad
del Test Guestaltico Visomotor de Laureta Bender[37].
El interno menciona con insistencia que el “cuadraron” su delito los
judiciales en el ministerio público. El mismo niega haber cometido el delito en
agravio de un hombre, que al parecer tiene retrazo mental. Para reforzar la “mala
fe” de las autoridades, el interno hace referencia a como estas suelen con
frecuencia acusar falsamente a los ciudadanos de diversos delitos de los cuales
son inocentes. Discute que nadie pude probar y no es creíble la versión del
ofendido, ya que era de madrugada cuando el estuvo en la Central de abastos y
no había alguna persona que pudiera relacionarlo a el directamente con el
delito. Sin embargo, ello también implicaba que el tampoco podía comprobar que
no había ejecutado el ilícito. De ello no parecía darse cuenta. Su
comportamiento era contradictorio. De igual manera no puede contradecir sin
lugar a dudas que no haya realizado la penetración en la víctima, quedando como
defensa la palabra y la afirmación de el mismo. Solo al confrontársele con
dichos argumentos, el interno deja de usarlos y permanece en silencio,
disminuyendo su verborrea justificante de su negación de haber cometido en
delito. Es a partir de ese momento que su participación en las discusiones o
sesiones grupales o individuales disminuye.
Continuando con el caso de Jorge[38]
E. J. en la sesión del 10 de Noviembre del 2004. Refiere como posibilidad dos
eventos determinantes en su vida y los plantea factores predisponentes de su
delito. El primero se relaciona con las prostitutas y el segundo con un evento
homosexual. El interno dice que recuerda que siendo adolescente, aunque el lo
menciona como siendo niño, cuando se iba de su casa y vivía en la calle, que se
iba por el rumbo de la iglesia de la Soledad en el centro de ciudad de México.
Para ello describe las calles que se encontraban alrededor de dicha iglesia,
siendo una de ellas Corregidora y Anillo de Circunvalación. Esta era la
ubicación de la Soledad. Encontrándose en una esquina de la misma en su parte
posterior como un lugar en el cual se reunían mujeres prostitutas. Ahí fue
donde dice se le hizo el “vicio” de verlas cuando tenían relaciones
sexuales. Al parecer había un lote baldío o con un inmueble semidestruido, en
el cual las prostitutas y sus clientes se introducían y donde ellas tenían
relaciones sexuales. El interno y sus amigos se iban por la parte posterior,
donde había unos agujeros, y de esa manera llegaban donde estaban las prostitutas.
Posteriormente relata otro evento donde siendo mayor, probablemente en la
preparatoria, observa revistas pornográficas lo cual lo excitaba y por lo cual
se masturbaba. De tal recuerdo se encadena la situación de que al parecer
cuando observaba a las prostitutas también se masturbaba. El considera que tal
vez dicha experiencia es uno de los motivantes para que posteriormente realice
su delito de violación, aunque no señala la manera en que ello se da. Con ello
recuerda otro evento de su vida, que se refiere a un período en el cual conoce
al dueño de una paletería, quien le presta las paletas, le enseña a hacer una
caja y forrarla con papel para que las venda. Esto lo realiza cercas de donde
estaban las prostitutas. Después de algunos titubeos se hace referencia de su
asistencia por el mercado de Mixcalco, donde conoce un señor dueño de dos
locales. Este hombre, con el cual traba conversación lo invita a los baños
públicos. Ahí dice que es cuando descubre que era homosexual ya que el lo toca
y le acaricia los genitales. Además le insistía de que lo penetrara por el
recto. El interno dice que se niega a ello, tal vez por que le provocaba asco
pensar en ello. Sin embargo, ello no evita que asista a los baños en dos
ocasiones más. Como motivo para asistir dice que estaba de por medio la promesa
de comprarle cosas o ropa. Al salir en una ocasión del baño el le exige que le
compre los zapatos que le había prometido, lo cual cumple dicho hombre. En la
segunda ocasión al parecer ocurre algo similar. Pero en la tercer vez las cosas
cambian. Estando en el baño lo agarra a fuerzas recostándolo boca abajo. Esto
dice que lo logra por que era un hombre adulto y el solo un adolescente. Afirma
que no sabe que fue lo que ocurrió y no esta seguro de haber sido penetrado analmente.
Dice que solo recuerda que le dolió y que sentía en su recto una opresión como
cuando se esta muy estreñido. Es la última ocasión en que lo ve y solo años más
tarde regresa al mercado, siendo el adulto, y pregunta por dicho señor.
Entonces se entera de que ya falleció, surgiendo su curiosidad y temor del
motivo del fallecimiento. Señala que en esa época ya se hablaba del SIDA por lo
cual siente temor de una posible infección en el. Trata de investigar el motivo
de la muerte lo cual no logra. Al cuestionarle al interno de si sabía lo que
podría ocurrir al asistir con dicho señor a los baños menciona que lo
desconocía. Pero no puede explicar por que lo hace en las siguientes dos
ocasiones, cuando ya sabía lo que ocurría con el al estar a solas. El interno
afirma que estos hechos solo son conocidos por su anterior y su actual
psicólogo. De esta temática pasa al señalamiento el experimenta gran vergüenza
por el delito que cometió. Además de cuidarse en reclusión de que no sepan de
ello. Para esto, cuando le preguntan sobre su delito afirma que dice que fue
por homicidio o por comprar un automóvil robado. Se cuida mucho de que sepan
que en realidad esta preso por violación. Ante ello baja el tono de voz, de una
manera casi inaudible para referirse a lo que les pasa a los interno que tienen
dicho delito. Menciona que nunca lo ha visto; pero sabe que los mismos son
violados por otros internos o que les meten en el recto un palo de escoba. Sabe
el de un caso en el cual varios internos lo secuestran en la reclusión a un
interno con el delito de violación y entre varios lo penetran analmente. Como
aspecto significativo de este último relato, es que el interno se encuentra en
sesión individual y un consultorio donde no hay posibilidad de que una tercera
persona lo escuche. Sin embargo y a pesar de ello habla en voz baja. Como
último aspecto de su relato, recuerda que el la preparatoria se acerca un
hombre, al parecer un maestro, que con el pretexto de sus calificaciones, sus
estudios y su desarrollo académico se le declara abiertamente para que sea su
amante y a cambio le ofrece comprarle un automóvil si accede a sus peticiones;
sic. “pero a este si lo mande a volar”. Aunque de momento este caso
parece confirmar la hipótesis o “fantasía” de ciertos investigadores de que
el violador debió ser violado en algún periodo de su vida, no debemos apresurar
dicha conclusión. Ya que como lo indico el mismo interno, es probable que ello
haya influido en la generación de su delito, pero no tenemos la confirmación
clínica de esto. El mismo interno no da la relación entre ambos eventos. (Caso
Jorge E.J.) En una sesión diferente, el interno relata una de las grandes
dificultades que el tuvo en la infancia y la adolescencia, que era la enuresis
que presentaba y que le ocasionaba maltrato físico de sus tutores. A pesar de
los golpes, el orinarse en el sofá que le servía de cama no remito como
síntoma. Por ello mismo tenía miedo a
sus padrastros y era un motivante para las ocasiones en que abandono la casa.
Se le cuestiona si dicho síntoma desaparecía cuando el vivía en la calle.
Sesiones posteriores afirma que se quedo pensando en dicha cuestión y llega a
la conclusión de que el síntoma desaparecía casi en su totalidad. Esto le
parece curioso, ya que en las noches hacía frío o se dormía en el suelo, en
contacto con una superficie fría, que el ahora supone debía haberle generado
ganas de orinarse y continuidad de la enuresis. Refiere que solo en contadas
ocasiones le pasaba esto cuando estaba como niño de la calle. En cambio en su
casa era un evento diario o al menos muy frecuente. Como detalles hipotéticos
señalaremos dos cuestiones que son: El probable olor que debía tener el sofá en
el cual se dormía y del cual no se hace referencia; tampoco hay indicaciones de
que tal vez lo lavaran o lo sacaran fuera de la casa para que recibiera el sol
o el aire del exterior y con ello atenuar el probable olor a orines que debería
tener. Por otro lado, solo puntuaremos el significado simbólico del orinar, que
se relaciona con la excitación sexual.
En una nueva sesión el interno (Jorge E. J.) hace referencia a su delito.
En realidad dice que el insistió en la victima para que tuvieran relaciones
sexuales. La víctima se niega y según el interno tal vez por temor accede. Ella
temía que le fuera a hacer algo. Al inicio el interno si carga la gasolina en
el coche. Posteriormente se interna por caminos desconocidos para la pasajera
afirmando que era un camino más corto para llegar al destino solicitado.
Después de cargar la gasolina le dice a la víctima que se pase al asiento
delantero. Es ahí cuando el la empieza a acariciar hasta que acepta la relación
sexual. Afirma que ella le rogaba que no le hiciera nada y que pensara si el
acaso tenía hijas o una esposa. Sin embargo el interno no le hace caso. Solo cuando
este termina la relación el experimenta malestar y la deja ir. En dicha sesión
se inicia el diálogo cuestionándose por los motivos que lo llevaron a la
comisión delictiva; concluyendo solo que fue por falta de control en sus
impulsos. La pregunta sobre tales motivos fue de impacto para él, y el resto de
la semana estuvo analizando dichos posibles motivos. Al iniciar la presente
sesión, también hace referencia a la manera en que inicia la relación con su
actual esposa. A ella la conoce cercas de su casa, en el lugar donde el iba a
comer. El toma la iniciativa para hablarle y salir con ella. Posteriormente,
como a los dos meses de conocerse y ser novios le propone que tengan relaciones
sexuales a lo cual ella accede. Esto entusiasmo al interno pero el día de la
relación sexual se queda grandemente sorprendido por que estando en la cama se
da cuenta de que ella no tiene su pie derecho. Después supo que tuvo un
accidente de niña y por cual perdió su pie. La actitud del interno es de
asombro por lo que veía pero nunca le dijo nada, consumándose la relación
sexual planeada. De hecho el interno nunca le ha comentado a su esposa acerca
de la sorpresa que se llevo al observarla sin su pie. Cabe destacar que al
indicar tal situación, su expresión fácil es verdaderamente de asombro. Acto
seguido realiza diversos comentarios y abandona la temática de la ausencia del
pie en su esposa. Una vez casados el
maltrato y al parecer el trato con desprecio hacia su esposa se hace evidente.
En la sesión del ocho de Diciembre del 2004, el interno (Jorge E. J.) se
dedica de nuevo al repaso de su versión del delito. Partiéndose del
señalamiento de cual había sido la motivación para hacerle la petición a la
victima de las relaciones sexuales. El interno afirma que creyó que era posible
hacer tal petición, a cual ella se niega afirmando que no estaba bien lo que le
pedía. Después de ello se da el evento de cargar la gasolina, por lo cual la
victima si se queda sola sobre la vía México-Texcoco en el vehiculo. Como ella
no se fue, estando en una avenida transitada, parece que el supone hay
posibilidad de que ella accediera a sus deseos. Una segunda motivación se
deriva del hecho de que le dice que si ella no ha tendió relaciones con otros
hombres o con amigos, a lo cual ella responde afirmativamente, pero que solo de
manera ocasional. Con esto le cuestiona si no lo hace por dinero, a lo que se
le responde que solo de manera ocasional y por cincuenta pesos. Parece ser que
el presente desarrollo da pie a la propuesta siguiente, que es invitarla a que
se pase a la parte delantera. Después de algunos titubeos acepta y se cruza por
entre los asientos delanteros. Estos eran individuales en una Caribe. Por ello
no fue necesario que se bajara del vehiculo o que incluso se detuvieran. Dicha
situación crea una aceptación implícita de la relación sexual por parte de a
victima. Para el interno podría ser un argumento excelente para una defensa y
una absolución de su delito. Después de todo era una prostituta a pesar de sus
argumentos. Sin embargo, esto no explica el por que de la acusación legal y la
reclusión. El primer punto para solucionar este hecho parece ser el conflicto
de los cincuenta pesaos requeridos, ¿pero de que manera?. Hacia ellos se dirige
el análisis. Inicialmente no se trataba del dinero propuesto sino de que
después de la relación sexual le pide más dinero, hasta llegara a la cantidad
de ciento cincuenta pesos. Ante esto el interno se niega y dice: sic. “Ahora fue por orgullo y por defender mi
dinero...”. Se hace un análisis de los costos beneficio, ya que por solo
cincuenta pesos el tiene una sentencia de varios años. Se investiga la
solvencia económica que según el interno llegaría a un máximo de ochenta pesos,
que tampoco quiso dar. El motivo de esta última cantidad es que le había ido “mal” en su día como taxista. Sic. “así es este negocio, a veces nos va muy
bien otras no”. Sin embargo el cuestionamiento continúa en el sentido de
que había trabajado en todo un día y era demasiado poco lo que tenía como “cuenta del día”. Ante la insistencia
afirma que es lo que tenía en la caja donde lleva el dinero. Por ello se le
pregunta sobre aquellos lugares donde los taxistas traen dinero oculto para que
en casos de robo sea menor la perdida. Niega que esa opción hubiera estado
presente en él; manteniendo la carencia de dinero por un “mal” día de trabajo. ¿Verdaderamente parecía mantener su “...por orgullo y por defender mi dinero...”?.
Cabe destacar nuevamente que se reanalizan los costos beneficios del pago del
servicio solicitado y ejercido con la victima, aún cuando era mayor la cantidad
implicada. Ante esto se le dice que si l no podría se lo suficientemente “rollero”[39]
como convencer a la mujer de que solo tenía los ochenta pesos y que ella
quedara conforme. Frente al termino “rollero”
el interno se indigna y desvía el análisis inicial, afirmando que con su
terapeuta el no es “rollero” y que
siempre ha hablado con la verdad y solo la verdad. Se decide como terapeuta no
seguir dicha línea del análisis a fin de concluir la anterior. Se enfatiza en
cual fue el motivo que determina que el haya hecho la propuesta de la relación
sexual y su aparente concepción de que la victima era una prostituta. Esto
parece solucionarse por el hecho de que el interno recibe en su taxi a la mujer
en el área de Jardines de Morelos como a las 10:45 de la noche. Hora desusual
para que una mujer anduviera en las calles y sola, pensamiento que solo se da
de manera implícita y que requiere de confirmación. A modo de hipótesis, parece
ser que al interno acusado de violación
y recluido por no pagar un
servicio que ya había recibido. El comentario confirmatorio se relaciona con el
hecho, de que posteriormente y ante las circunstancia ya no quería pagar ni
siquiera los cincuenta pesos iniciales. Cuando ella le dice que cuando menos la
lleve a su casa el se niega, tratándola bruscamente para que abandone su coche.
De igual manera se niega a pagarle un taxi que la lleve a su casa. En el primer
caso lo hace por temor de que al llegara a su casa le pudieran hacer algo. Y en
el segundo por temor a que con su mismo dinero se pagara el taxi en el cual lo
seguirían. Pero ¿entonces como lo localizaron?. Por último, de la detención
también se derivo la perdida de su taxi, el cual no pudieron recuperar. Un
segundo caso en el que se pierde el vehiculo personal, el primero correspondió
a Fermín F. A. El caso de Jorge E. J. Es también de interés por que nos une con
el relato de “El Quijote de la Mancha”.
El interno defendió su “...orgullo y su
dinero...”, en tanto que el violador en la trama con Sancho Panza, recupero
la multa que le cobraron y con la que habían indemnizado a la victima de
violación.
En la sesión del 10 de Febrero del 2005 el interno (Jorge E. J.)inicia
señalando que en la sesión anterior se refirió a sus dificultades para estudiar.
Indicando que ello tiene un nombre, de cuya palabra no se acuerda.
Posteriormente resulta que la palabra olvidada era “justificaciones”. En este
sentido, la sesión anterior se había hecho alusión a los motivos o
justificaciones para no estudiar. Y en esta ocasión debemos suponer que se
refiere a los justificantes para orinarse hasta los catorce años de edad
aproximadamente. Menciona que el tenía un verdadero miedo de dormirse, por si
nuevamente se orinaba lo golpearían. Esto lo hacían su madre o su padre con un
cable de las planchas, con un palo de escoba o con un gancho de alambre
metálico. Pero en realidad se puede concluir que ello era la consecuencia del
orinarse y no la causa de dicho evento. Surgiendo tal planteamiento a partir de
una confusión en el paciente cuando se le pregunta ¿Qué generaba que se
orinara? Pregunta que se presta a una doble interpretación, tanto en el sentido
de causa como de efecto. Al intentar centrar el tema en las causas recuerda un
sueño frecuente, que consistía en la sensación de orinar y el orinar en el
sueño. Después de eso sic. “sentía calientito y era por que ya se había
orinado”. Como adulto el sueño se repite, pero al parecer el despierta antes de
orinarse. En el sueño también veía agua. Con esto menciona otros recuerdos, en
los cuales su padre se despertaba en la madrugada y le decía a su esposa que lo
fuera a ver si no se había orinado. Después de que su madre tocaba el sillón y
no se había orinado, lo despertaba para que fuera al baño. Aún parece
mantenerse una hipótesis de trabajo en relación al orinarse y la excitación
sexual. Con posibilidades de relacionarse con los padres. Esperaremos en el
avance del análisis y las asociaciones libres para confirmar la hipótesis o
deshecharla. Un aspecto a destacar en el interno, es que el mismo, mientras
realiza sus actividades de limpieza se mantiene pensativo por que dice que se
dedica a reanalizar lo que trabajo en las sesiones.
La sesión del 14 de Febrero del 2005 el interno (Jorge E. J.) se da por
solicitud de este. Menciona que han ocurrido cosas de importancia que desea
comentar. Indica que en la visita del fin de semana, su esposa le dice que
vinieron de Veracruz y le comunicaron que su madre biológica había fallecido.
Es algo que afirma le ha pesado y le hace sentir culpable. Ahora entiende que
tal vez su madre lo regalo por que no tenía como mantenerlo. Al menos el supo
eso. Afirma que otros familiares le decían a su madre biológica que lo regalara
cuando nació por que no tenía con que alimentarlo. A el le dijeron que de bebe
no le pudo dar el pecho y que solo le daba la mamila con el café negro. Tal vez
por ello fue que lo regalo. Ahora dice que siente tristeza por que su hermana
carnal ya falleció, su padre, aunque no lo trato también ya falleció. Su abuela
materna al parecer también ya no vive. Por ello ahora piensa en que es lo que
va a pasar, ya que ahora es el único que queda vivo de su familia de sangre.
Con ello ha penado en que ahora debe hacer algo y dejarse de pretextos. Que
para el le es muy importante una de las sesiones donde se le pide que haga un
avión de papel y el no supo como hacerlo. Cuando lo que debía hacer era pedir
material para ello o bien hacerlo con lo que tuviera, un pedazo pequeño de
papel. Sin embargo no hizo nada. Así fue como lo hizo con su carrera fallida en
medicina. El solo se quejaba de que nadie lo ayudaba o que por haberlo regalado
no tuvo oportunidad de llegar a hacer una carrera. Menciona que la tristeza que
experimenta se relaciona con el deseo de haberla visto para que si ella le
decía que lo perdonara, el pudiera decirle que no había nada que perdonar. Al
menos es lo que el hubiera haber querido escuchar en el lecho de muerte de su
madre. A pesar del contenido depresivo, solo hay ligeros indicios de llanto.
Con escases de afecto depresivo, con probabilidades de que su manifestación se
relacione con su tendencias a la vicitimización.
En la sesión del 15 de Febrero del 2005 el interno (Jorge E. J.), un día
después de la solicitada voluntariamente, y en relación a la muerte de la madre
biológica, el interno la inicia por lo que el dice fue su tarea. No hace
referencia a la sesión anterior. Se profundiza en el motivo del por que se
orinaba de chico y en la adolescencia. Esto desde la perspectiva no de cual fue
la consecuencia, que era que lo golpearan sino la etiología de tal síntoma.
Entre diferentes recuerdos retomados por el interno uno se relaciona con la
forma en que dormía el y sus hermanos, adoptivos. En realidad no siempre durmió
en el sillón a que se refiere y en el cual se orinaba. Por cierto tiempo el
dormía con todos los hermanos en una misma cama. El al parecer ocupaba el lugar
cercano a los pies de la cama. En dicha época tenía problema con unos de los
hermanos grandes precisamente por que se orinaba. Este lo golpeaba con los pies
y lo tiraba de la cama por haberse orinado. Incluso era el primero que lo
denunciaba con los padres por que se había orinado. Al observar la distribución de la casa, se
indica al respecto que había dos camas. Una correspondía a los hermanos y él,
quienes dormían en la misma cama y en forma atravesada. Hacia la cabecera había
un mueble, que servía de división con la cama de los padres. Dice que lo
recuerda por que veía su madre por la noche. Después de los problemas por que
se orinaba en la cama, lo trasladan al sillón en un cuarto a parte, donde el se
quedaba solo. Por otra parte recuerda cuando la madre se despertaba iba a
revisarlo y metía la mano entre las sabanas para tocar si estaba mojado. Para
ello pasaba la mano por el vientre y probablemente tocaba sus genitales. Ya que
no se había orinado, lo despertaba para que fuera al baño. Pero si estaba
orinado lo golpeaba y lo llegaba a tirar del sillón. Otro de sus recuerdos se
relaciona con la bacinica que había en el cuarto donde dormían. La misma era
usada por todos y el era el encargado de sacarla por la mañana. Tarea que al
parecer no era de su agrado. Se le cuestiona si también su madre la usaba, a lo
que responde afirmativamente. Al igual afirma que en alguna ocasión vio a su
madre orinando. A dicho comentario el interno encadena el recuerdo de cuando
siendo niño, cercas de la iglesia del Carmen observaba a las prostitutas
teniendo relaciones sexuales. A escondidas iba con otro niño al que considera
un vaguito, para a través de los agujeros de la barda observar a las mujeres
cuando tenían relaciones sexuales. Cuando eran sorprendidos los corrían. Pero
el recuerda que siempre las veía como iban con su cubetita y después de
terminar las relaciones sexuales se lavaban sus genitales. Sic. “Como dicen,
ellas se sentaban de <<aguilita[40]>>
y se echaban agua para lavarse, estaban como si orinaran”. Un segundo recuerdo
al respecto es como el sentía excitación. En una ocasión se masturbaba y de
repente sintió movimientos de “peristaltismo”[41]
y tuvo ganas de eyacular. El pensó que tenía ganas de orinar, pero en realidad
eyaculo. El interno refiere que todo esto nunca lo trato con la psicóloga
Guadalupe. Todo lo demás ella lo sabía por que el se lo relato. Pero esto solo
lo sabe su psicólogo actual. Cuando el interno realiza dicho análisis y
asociación libre, se mantiene con los ojos cerrados, por que dice que así puede
acordarse mejor de lo que relató. En diversos momentos realiza prolongados
silencios como si meditara lo que dice. Por otra parte, cuando se intenta
relacionar la posición de la cama, el interno intenta dar una visión de ello de
manera detallada, incluyendo medicas calculadas de la cama a l mueble y a la
otra cama. Como hipótesis de interpretación parece haber una observación o el
escuchar las relaciones sexuales de los padres, lo cual generaba excitación
sexual.
En la sesión del 01 de Marzo del 2005 el interno (Jorge E. J.), inicia la
sesión con referencia a sus malestares para dormir en la madrugada. Ello le
motiva a levantase a orinar y tener al parecer sueños diversos. Relata el
último sueño que tuvo y que desea platicar:
Soñaba que estaba en una cárcel
pero no está (la de Ecatepec). Nuestras celdas eran de alambrón. Soñé que tenía
hambre. Mucha hambre. Entonces se acercaban unos internos con comida. Pero yo
decía, me quiero ir libre… libre… libre… Pero al supuestamente tener la celda
decidí no comer e irme hacia la puerta de la libertad. Soñé que me encontraba
volando. Y en ese vuelo, a mis cuatro puntos cardinales no había nada… Iba volando.
Pasaba por una avenida. Veía a un globero, un señor vendiendo antojitos. En ese
momento me entraba una especie de depresión. Decía que… no podía bajar. Veía
como iban parejas con sus hijos. El señor y la señora iban abrazados. Sus caras
demostraban felicidad. Iba volando y veía muchas avenidas, supermercados. Y
decía, si hubieras enderezado tu vida irías con ellos, con tu esposa e hija y
le comprarías un helado. Pero yo estaba arriba. Me entro un sentimiento de
culpabilidad. Molestándome conmigo mismo. Todo lo movía y me culpaba. Yo mismo
me declaraba culpable. Ese sentimiento de culpabilidad me hizo despertar y me
ponía de un lado y de otro.
El interno dice no entender que le pasa, pero después tiene muchas ganas de
orinar. Posteriormente, cuando se le hace tal señalamiento, de que primero
hablo de su deseos de orinar, sus trastornos del sueño y el sueño relatado, lo
niega. Afirma que se entendió de manera equivocada por que el no lo dijo así.
Señala que relata el sueño y solo posteriormente habla de sus ganas de orinar.
El interno se aferra a dicha idea, manteniendo que su psicólogo es el
equivocado. Ante esto emerge en el psicólogo el recuerdo de la sesión pasada,
donde el interno afirma que el realiza su análisis, aunque por supuesto con
ayuda de su psicólogo. Pero en realidad considera que el es quien hace todo y
solo son escasas las intervenciones del psicólogo; aunque dice que tales
intervenciones son de importancia. Posteriormente al asociar sobre el sueño
inicialmente solo repite casi de manera idéntica, salvo ligeras modificaciones.
Al indicarle dichas modificaciones lo niega con vehemencia. Afirma de nuevo que
hay un error de su psicólogo. Ante esta nueva situación se le observa molesto e
intenta de nuevo repetir de manera fiel lo que había relatado inicialmente del
sueño. Se le solicita que confíe y crea en su psicólogo con respecto a las
modificaciones o las secuencias de su relato a lo cual se muestra insistente en
que el no dijo lo que se le señala o la manera en que se le indica que lo realizo.
En dicha ocasión se muestra enojado y molesto al retirarse de la sesión. Por
otra parte se le solicita la asociación sobre el contenido del sueño.
En la sesión del 08 de Marzo del 2005, el interno (Jorge E. J.) retoma su
sueño de la sesión anterior. Es de notar que su malestar por los señalamientos
que se le habían hecho en tal sesión, no estaba presente. Sobre el desarrollo
del tema de las ganas de orinar no se da información complementaria
significativa y solo la repite. Con respecto al agregado y modificación en el
segunda ocasión sobre el relato del sueño, confirma que efectivamente había
agregado los hot dog. Recuerda que hablaba de que veía a un señor con globos y
atro con venta de hamburguesas, señalando que por ello pensó que tal vez
también vendía hot dog. Para el este elemento se relaciona con la comida que
recientemente ha ingerido y que es dicho platillo. Afirma que esto ha sido
necesario por que la comida, el “rancho”,
que da la institución es de pésima calidad y escaso en cantidad.; provocando
que tenga hambre por las noches. De ahí por que sueña con los hot dog en la
noche. Por otra parte se refiere a su volar en el sueño, que a él le parece
increíble y donde se ve muy feliz. No sabe como empieza a volar, solo recuerda
que se dirigía a la puerta del reclusorio, por que iba en busca de su libertad
y después estaba volando. El supone que debía estar volando en algo por que si
no de que otra manera. Pero el no ve sobre que esta volando. Piensa que podría
ser una alfombra o tal vez un aparato, pero el no lo distingue. Desde las
alturas observa el supermercado y a la izquierda una avenida transitada por
vehículos, lo cual trata de precisar y detallar con exactitud. Ante estas
asociaciones se le plantea la pregunta sobre las sensaciones que podría experimentar,
no habiendo producción asociativa al respecto
Otras temáticas mencionadas son con respecto a los problemas que tuvo él
y la familia con su abogado. El primero que era particular les pide
aproximadamente treinta y ocho mil pesos para lograr su externamiento de
inmediato pero sin éxito. Ello no implico que le devolviera su dinero. Solo lo
apoya otra abogada, familiar del primer abogado. Esta recientemente le pide
dinero, el cual no le dan y por lo cual piensa que no le ponía interés a su
caso. El día de su última audiencia se presenta con mucho retrazo, por lo cual
el juzgado le designa un defensor de oficio sin posibilidad de cambiar a este
una vez más. Con ello, su abogada particular queda excluida en su defensa. Por
esto su abogada se molesta con el interno. El refiere su preocupación por que
su esposa y familiares se han endeudado económicamente y el sigue preso. Ante
esta situación el dice que esta entre extrañado, agradecido y sentirse culpable
por que si ha recibido gran ayuda de la familia, incluso de su madrastra o
madre adoptiva. Ella al parecer consiguió la mitad del dinero que le dieron al
primer abogado. Al respecto su asombro se relaciona con el recuerdo del
maltrato que recibió de niño y de adolescente y sin embargo ha obtenido gran
apoyo de sus padres adoptivos, sic “no me
han dejado”. Esa actitud dice que le ha provocado el deseo de querer
incluso abrazar a la madre adoptiva, pero a lo cual no se ha atrevido. Por
último, el interno ha mencionado sus recientes trastornos estomacales que cree
se deben al tipo de comida que se le da por la institución.
En la sesión del 16 de Marzo del 2005, el interno (Jorge E. J.), se dedica
de inicio a señalar lo “bueno” que va a ser. Con ello pretende tratar bien a su
esposa, trabajar, atender a su hijas, tal vez estudiar. En pocas palabras, como
su psicólogo le dijo en una ocasión, ser solamente una “buena persona”.
Considera que hacia ello dirige todos sus esfuerzos. Como dicha situación se le
cuestiona en relación a la regla de la asociación libre el interno parece
molestarse y señalar la pregunta, dirigida hacia su psicólogo de si este le
entiende. Cuando se le confronta con dicha indicación con la pregunta de si el
cree que no le entienda, el se disculpa y afirma que no quiso ser ofensivo. Se le
cuestiona en relación a ambos comentarios, ante lo cual parece defenderse por
que al parecer no hay entendimiento entre lo que el dice y su psicólogo. Se le
señala la regla de la asociación libre nuevamente pero el insiste y afirma que
no se le ha dado ninguna regla. Que el desconoce las reglas para trabajar. Así
mismo, que lo que el ha entendido del trabajo terapéutico es que el debe
manejar sus propios recursos para llegar a los motivos y para lograr su
curación con sus propios recursos. Que si bien son importantes los comentarios
o preguntas del psicólogo, no es lo esencial, ya que el debe lograr por el
mismo su análisis. No son de importancia a los recursos del psicólogo. Se le
necesita recordar de nuevo la regla de la asociación libre con su complemento.
A ello en una segunda ocasión se le recuerda el seguimiento de la misma y el no
seleccionar el material de la asociación libre. Se le confronta con su
intención de obedecer todo lo que se le indica, pero como esto no lo puede
llevar acabo con la regla de la asociación libre. De igual manera se le afirma
que el intenta efectivamente dar una imagen favorable de sí mismo e invierte
gran esfuerzo en ello. Sin embargo, omite el análisis de los motivos de su
comportamiento o de su negativa para acatar la regla de la asociación libre o
de seleccionar el material que comunica, siempre aquel que dice que intenta ser
una “buena persona”. Se compara dicha situación con la construcción de una casa
bonita, pero con cimientos deficientes, lo cual a futuro podría provocar que la
misma se derrumbara ante cualquier contingencia. Ante todo ello el interno
manifiesta su molestia y al final de la sesión alude a su temor por no lograr
su imagen favorable de sí mismo. Un último aspecto que sobresale es su pregunta
de por que recientemente se le aplican múltiples pruebas psicológicas. Por que
se le ha elegido a el. Situación que parece relacionar con su reapertura de
proceso y las recientes audiencias en su juzgado. No hay que olvidar que en la
sesión anterior también preguntaba ¿Cómo es posible que su estudio de
personalidad estuviera con el juez si a él no se le había aplicado las pruebas
psicológicas? Para ello el interno parece olvidar que su psicólogo lo conoce
por las diversas sesiones que se ha tenido con él. Además, no considera que ya
existe un expediente, que contiene información acerca de su caso. Cuando se le
señala esto se tranquiliza y se atenúa su desconfianza y suspicacia. A modo de
interpretación se observa que el interno se introduce en una
contratransferencia negativa. Así mismo emergen las resistencias para el
trabajo analítico. Todo lo cual parece sustentarse en una actitud ambivalente
hacia la figura paterna transferida. De ahí el conflicto hacia el terapeuta en
la sesión presente. Con respecto a su no intención de ser ofensivo, dice que
esa forma de preguntar si le entienden es un hábito que siempre ha tenido. Pero
que nunca es su intención la ofensa. Pero ello es la segunda ocasión, en
diferentes sesiones que así lo menciona. Comentario repetido de igual manera
como el hecho de que el solo logrará curarse o saber lo que le pasa. Sin para
ello importar lo que haga su psicólogo.
En la sesión del 29 de Marzo del 2005, el interno (Jorge E. J.), realiza el
aseo del cubículo de consulta. Durante ese tiempo se mantiene en silencio con actitud hosca y poco comunicativa. Al
legar para realizar el aseo se mantiene afuera del mismo esperando que se le
haga la indicación para que realice su trabajo. Al concluir e iniciar la sesión
mantiene su actitud. Iniciando sus comunicaciones de manera pausada y con
justificaciones. Sic. “tengo una gran preocupación y dudas… que no se como
decir. Pero bueno usted es mi psicólogo, lo considero como un amigo y así lo
quiero ver. Por eso creo que se lo debo decir primero a usted. Es mejor que lo
sepa usted por mí y no por otra persona. Por que es algo difícil, que no me
esperaba. No se que hacer con respecto a ello y creo que va a tener consecuencias de importancia en mi
vida”. Después de múltiples evasivas, a las cuales agrega con frecuencia pausas
de dos a cuatro segundos en promedio, inicia lo que serían sus “preocupaciones o confusiones”.
Posteriormente, cuando se le señala dicho último comentario, el interno lo
niega, afirmando que no esta molesto y que tampoco son preocupaciones que el
tenga. Antes de explicitar sus pensamientos agrega otros donde dice que el
seguirá luchando aunque no se crea en él. Que tiene por quien hacer las cosas y
esos son el y su pequeña hija. Que espera demostrar al final que el tenía razón
y que los demás se equivocaban. La primer indicación de sus pensamientos que ha
evadido explicitar se refiere a que el
ha tenido que llorar y que sus lagrimas no son por que el quiera victimizarse.
Llora, por que en verdad ha sufrido y le es necesario para deshogarse, pero que
nunca como un intento por parecer una victima. Guarda silencio por breves
minutos, tras los cuales afirma que nunca ha sido su intención dar esa imagen.
Después de repetir esto en varias ocasiones termina por afirmar que su
psicólogo esta equivocado y que el lo hará ver así más adelante. Agrega que no
pensó que se tendría dicha visión de él. Después de ello inicia el tema
central, que se relaciona con la plática que tuvo con su esposa y con su
abogada. Las cuales le comunicaron que había cierta información en su estudio
de personalidad[42]
que se consideraba que le perjudicaría. Según el interno esta seguro como le
dice su abogada que ello le afectará, dejando implícito que tal vez ello sea el
motivo de que su sentencia se eleve, por que el juez se basa en ello para dar
su sentencia. Además parece ser que la esposa le comunica la posibilidad de
vender la casa propia que el interno supone que esta inconforme por lo que vio
en el estudio de personalidad con respecto a el. Al parecer sin externalizarlo
directamente piensa en la posibilidad de ser abandonado por la esposa. Con
cierta actitud de enojo menciona que sobre todo no esta de acuerdo que en su
estudio de personalidad se diga que es bisexual. Recuerda que en sesiones
pasadas el refirió que efectivamente tuvo relaciones homosexuales, pero que
ello fue por unos zapatos y una camisa. Recuerda que ello paso, aunque no pude
precisar las edades, por que piensa que fue tal vez a los ocho, a los quince o
dieciséis años. Ante este señalamiento que le dijeron estaba en su estudio de
personalidad insiste y externa cierto grado de molestia afirmando que su
psicólogo esta equivocado y que eso no es posible en el. Afirma que hay muchas
cosas más que le duelen que se digan en su estudio de personalidad y cree que
se esta equivocado en ello. Otros ejemplos son la supuesta alta peligrosidad
reportada. El que se mencione que la posibilidad de cometer nuevamente el
delito este latente. Que no se tenga un buen pronóstico de él, o que al menos
se dude de este. Ante esto recuerda que el no es así, que es una persona
confiable, por eso ha comentado como en los dormitorios se fabrica “pulque”[43],
o como hay conflictos que se supone los técnicos del reclusorio no saben. El
menciona que esto que ha comentado le es de gran preocupación por que en la
última sesión de grupo, en la fila para recibir su pase[44]
para la próxima sesión escucho comentarios de otros internos que no le
agradaron. El interno señala que otros compañeros del grupo, inmediatamente
atrás de el decían que no era justo ni equitativo lo que el psicólogo había
dicho en la sesión. Que estaba en desacuerdo que las áreas tuvieran quienes les
dijeran lo que ocurre en los dormitorios o en el “pueblo”[45].
El sin voltear a verlos a los otros interno, esta seguro de que hacían señas de
que tal vez el era de los que transmitía información a las áreas. De ello esta
seguro, por que tal interno si bien poco hablaba con el si lo saludaba; pero
actualmente no lo saluda, aunque dice que ello es algo que no le preocupa. El
interno hace tal comentario sin considerar que esto no sería la excepción sino
la regla. Como trabajador en las áreas, se esta expuesto a que se piense que
ellos son los que transmiten información a las áreas, que sean como se les
dice, las “orejas”[46]
de las áreas o las “borregas”[47].
Además, agrega su molestia, la cual también parece que fue mencionada por los
internos a que se hace referencia, con respecto a que los internos que con
frecuencia se externan son personas problemáticas, por su consumo de drogas,
portación de armas diversas (punzo cortantes), fabricación de pulque o trafico
de drogas, robos, etcétera.. Casi en la parte final de la sesión el interno
enfatiza de manera abierta, que no esta de acuerdo con su estudio de
personalidad, que el no vio, pero que le fue comunicado por su esposa y su
abogada. Ante todo esto se le hace ver al interno su intento por decir como
debía ser su estudio de personalidad. Dándose con ello la unión con la cita
anterior donde se trabajaba su actitud ejemplificada cuando le decía a los demás
incluyendo ahora a su psicólogo, de si lo pueden entiende o si es claro en lo
que dice. En realidad el interno continúa en dicha fase tranferencial.
Agregándose a ello lo que casi al inicio de la sesión menciono, de que su
psicólogo era más que eso y l consideraba un amigo. En realidad no se un
psicólogo lo que plantea sino el amigo. Se le hace ver que efectivamente esta
preocupado por la posibilidad del abandono de su esposa o el incremento de su
sentencia como se lo dijeron, así lo supone el, su esposa, y directamente su
abogada. Es decir, que el estudio de personalidad y por lo tanto su psicólogo
sería el responsable de que ello se verifique en la realidad. Niega toda
posibilidad de que pudiera haber una reducción en la sentencia, opción de la
cual no quiere hablar. Ante la pregunta de que esperaba o deseaba el que se
hubiera dicho en su estudio de personalidad se niega a responder y se muestra
molesto. Con ello se le hace ver que las interpretaciones que se le han dicho
son de importancia pero que el no las considera ni las analiza. Esto da pie
para que enfatice en una serie de características personales que el mismo
considera son importantes y valiosas para el. Ejemplo de ello son sus rasgos
obsesivos, los cuales considera le han ayudado a superarse, por lo cual no los
debería cambia. Aunque ligado a ello esta el ser obstinado, piensa que es de
importancia tal carácter, por que le permite persistir e insistir en lograr lo
que cree. Pero no esta de acuerdo en que por ello sea un necio, que nunca lo ha
sido. Retomando de nuevo lo que debería decir su estudio de personalidad según
el y su frecuente comentario de si lo entienden o si se explica, el interno
retrae dos recueros del pasado. El primero se refiere a su padrastro, a quien
en alguna ocasión le decía de esa manera ante la posibilidad de hacer una
permuta en su horario de trabajo. Sic. “le
dije, pero si sabes lo que es una permuta”. Ante ello obtiene el reclamo de
su padrastro quien le afirma que después de tantos años de trabajo y de estar
en fábricas, por supuesto sabe lo que es una permuta. El segundo recuerdo, que
considera lo tenía olvidado, se relaciona con su escuela, al parecer en la
secundaria. Su madrastra es citada en la escuela, donde se le dice que tienen
problemas con el interno. Su profesor les dice que es una persona con adecuadas
capacidades, pero que tuvo problemas con un profesor, a quien le decía ciertas
cosa… que resultaron ser el hacerle ver a este que el sabía más que el
profesor; ante lo cual el profesor que lo cito le dice a su madrastra, que
nunca un alumno sabe más que un profesor. Ante esto se le hace ver al interno
que en realidad es una suposición que el siempre ha tenido. Que le sabe más que
los demás, por que efectivamente ha escuchado y visto más que los demás,
incluso lo que no debía haber visto o escuchado.
El estudio de personalidad al que se hace alusión en la sesión analítica en
su dinámica de personalidad es como sigue: Sujeto demandante y exigente, en
especial con la familia. Con respecto a su esposa se le refiere como celoso,
desconfiado y suspicaz. Con tendencias a dar una imagen favorable de sí mismo,
lo cual si le es cuestionado lo irrita y molesta. Sin embargo, con tendencias a
reprimir los afectos y la agresión:; así como con fallas en el control de los
impulsos. Con antecedentes de enuresis en la niñez y en la adolescencia. Con
violación homosexual a los ocho y a los doce años de edad. Mantuvo jugueteos
sexuales con hombre mayor que él. Con observación probable de las relaciones
sexuales de los padres adoptivos y de prostitutas. Sujeto que vivió como “niño de la calle”[48]
por cierto tiempo en la infancia. Asegura haber recibido maltrato infantil,
relacionado con la enuresis. Abandono por parte de los padres biológicos. Con
tendencias obsesivas presentes, que lo hacen ser una persona obstinada,
metódica, rígida y controladora. Con tendencias a la victimización y al llanto
fácil. Con riesgo social medio y riesgo institucional bajo. Con reiterancia
conductual probable y con pronostico reservado. Con diagnóstico de De trastorno
de personalidad obsesivo compulsivo (F50.5[49])
en eje II y trastorno sexual en relación con los demás (F54.9)
En la sesión del 04 de Abril del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
se muestra tranquilo, hablando de manera inicial en forma pausada. Refiere que
para el fue importante la sesión anterior donde recordó lo que ocurrió con su
padrastro cuando le pregunto sobre si el sabía lo que era una permuta. Así
mismo del recuerdo de su maestro. El considera que ello le ha hecho pensar
mucho. Llegando a la conclusión de que es un defecto de persona. Que
efectivamente ha sido una persona necia y que ello le ha dado problemas en la
vida. Así mismo, el cree que sabe más que los demás le ha hecho tal vez herir o
lastimar a los demás. Es algo que espera cambiar. Sabe que debe llevara acabo
cambios en su persona, a la cual compara con una árbol torcido el cual requiere
de ser enderezado. Así mismo hace la analogía con una columna vertebral, la
cual podría tener los discos vertebrales salidos o bien es como una lodosis. Esta la define como una
desviación de la cadera, termino médico. Ante ello pide una disculpa por su
hábito de utilizar términos que los demás no saben y que lo hace parecer más
que los demás. Con ello afirma que son muchas las cosas que debe cambiar y que
podrían ser negativas en su persona. Dando rodeos y evasivas evita decir que
características excepto la que se refiere al egocentrismo. Misma que al parecer
se consignaba en su estudio de personalidad. Considera que ello siempre le
agrado por que es como cuando lo demás gira alrededor de uno. Considera que
ello es agradable para la persona egocéntrica. Con ello se concluye la sesión,
para continuar con la aplicación del test proyectivo de frases incompletas de
Sacks. Al concluir la administración afirma que la prueba es interesante.
Señalando que hay frases que había que completar rápido por que así se le dijo
pero que en realidad deberían ser pensadas. Había varias de esa manera. Evade
por poco tiempo decir a que frases se refería. Señalando al final solo una que
es “Me gusta mi madre pero…”
En la sesión del 13 de Abril del 2005, el interno (Jorge E. J.), inicia la
sesión señalando que continúa con su análisis. Aunque se le vea serio o
trabajando esta pensando en las sesiones individuales y grupales. Hace alusión
a su estudio de personalidad con el cual no estuvo de acuerdo, pero piensa que
ello le sirve. Retoma nuevamente la versión del delito ya que ahora dice estar
conciente y aceptar que cometió un ilícito; una conducta antisocial. Se le
confronta en que consiste la misma. Afirma que hizo algo que no esta permitido,
además de que él esta casado. Con ello se reinicia el relato del su delito.
Afirma que efectivamente se peleo de manera fuerte con la víctima, pero solo
verbalmente. Incluso reconoce que la corrió con groserías. Con ella había hecho
el acuerdo de que solo le pagaría cincuenta pesos a cambio de las relaciones
sexuales. Pero al terminar ella quería que le diera ciento cincuenta pesos. El
se enoja mucho y por ello la agreden verbalmente. Como ella no cede el hace
movimientos como para sacar un arma con lo cual implícitamente la amenazaba
para que ella se bajara del coche y lo dejara en paz. Finalmente, dice que no
sabe el motivo real pero el piensa que es por miedo se baja del coche
insultándolo y diciéndole que le pesara lo que el hizo. Afirma que el noto que
se le quedaba viendo a su coche por lo cual supone que tomo el número de las
placas. Aunque ello tal vez no lo hizo correctamente por que en el ministerio
público estaban cambiados dos números. Además, su vehiculo tenía múltiples
golpes y una salpicadura picada, por lo cual era fácilmente reconocible. El
supone que por esa manera lo identifican. Efectivamente retoma el hecho de que
ante la actitud de la víctima el dijo “…ahora
por mis pantalones no le doy nada…”.
Dentro de ello incluye que la víctima le dice que ella tiene problemas
económicos y que por eso mantiene relaciones sexuales con los hombres que
quieran pero a cambio de dinero. Casi un mes después es detenido. En la declaración
se señala que había un testigo, al cual inicialmente no quería la víctima
involucrar, el cual era un hombre. Entonces recuerda que efectivamente el día
que la sube a su taxi al parecer había un hombre con ella. Estando en los “separos”[50]
es mostrado a la víctima a través de un cristal de una sola visión para su identificación. Uno de los judiciales
lo muestra y le da indicaciones para que se muestre desde diferentes ángulos
para que la víctima lo observe. Para ello se comporta de manera ruda con el hoy
interno. El interno dice que en dicha ocasión le llama la atención dicho espejo
y que al notarlo se quedo pensando en ello. ¿Qué significa esto?. Continuando
dos policías de alta estatura lo golpean en la cara, en los riñones y en la
zona genital mientras le preguntaban lo que había hecho. El pensaba que lo
acusaban de delito de daños a las vías de comunicación por que su taxi no
estaba reglamentado adecuadamente. Al menos eso le habían dicho. Después de los
golpes y ante el miedo que ello le provoca termina por decir que lo acusaban de
violación. Con esto le dicen que será consignado con seguridad por que la mujer
que lo señala es amante de uno de los judiciales[51],
compañero de ellos. Además le amenazan de que en el reclusorio los internos lo
agredieran al violarlo con el pene o con un palo de escoba, además de que lo
golpearan, sic. “…me dijeron…no sabes en
la que te metiste y como les va a los violadores en el reclusorio…”. Es por
ello que llega con temor al reclusorio. E inicialmente dice que va por robo,
por homicidio, por fraude y otros delitos pero no por robo. Ante ello se
muestra temeroso, sin embargo en el tiempo que lleva de compurga de la
sentencia no ha ocurrido nada e incluso tiene buena relación con otros
internos. Aunque inicialmente se muestra resistente, afirma que debe decirle a
su psicólogo lo que le ocurre. Recientemente
ante la reapertura de su proceso se enfrenta a amenazas y conflictos con
otros internos. Uno llamado Irineo y otro apodado “el pez”. Al segundo le solicita que le preste unos minutos de su
tarjeta telefónica para comunicarse con su familia. A lo cual dicho sujeto se
niega. Diciéndole que el ya sabe por que esta en el reclusorio y que no se haga
el tonto por que el sabe a que se refiere. Cuando esto ocurre el ya se había
mostrado extrañado por que los dos personajes mencionados le habían dejado de
hablar. El refiere que tenía una buena relación con ellos por que les vendía
cigarros y se los prestaba. Ahora ya no le quiere pagar los veintiocho pesos
que le debe y ni siquiera lo saluda. Posteriormente se da cuenta de que es
observado por “el pez” con una mirada
que al le impresiona como perversa. Es por ello que ahora teme por su
integridad personal. Aunque sabe que ello es un riesgo, afirma que no desea
cambiarse de celda por que en ese dormitorio lo respetan y lo conocen todos.
Además de que ya ha hecho antigüedad y ganado por esto de ciertos privilegios.
Recuerda que al inicio le fue muy difícil, cuando era “monstruo”[52]
y tenía que lavar los trastes o acarrear agua. En esa época recuerda que tenía
sus zapatos rotos o ropa en mal estado. Solo cuando deja de ser “monstruo”, puede trabajar con las áreas
técnicas y dedicarse a otras actividades que le reditúan dinero y con lo cual
mejora la calidad de su vestimenta. En eso afirma sentirse orgulloso por que ha
sido capaz de proveerse de lo necesario sin recurrir a la familia. Espera ante
esto cuidarse para evitar si le es posible evitar una agresión a hacia el por
el delito por el cual esta sentenciado.
En la sesión del 19 de Abril del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
comenta sobre los conflictos que se presentan en su área de trabajo y como las
ha enfrentado el. Una de estas situaciones la comento con el coordinador del
área de psicología. Esto se refería a la perdida de material de limpieza,
jaladores, escobas y jabón. El se encontraba preocupado por lo que considera
son sus implementos de trabajo y se estaban perdiendo. Ello motiva que en una
junta entre los internos, dedicados a la limpieza o estafetas, se acuerde de
que no debe haber más que tres de ellos que resguarden la llave de la bodega
donde concentran dicho material. Esto da motivo para tener conflictos con dos
internos, Ismael y Adrián. El segundo le pide las llaves de la bodega cuando el
realizaba la pruebas psico-métricas que le había asignado su psicólogo. Después
de treinta segundos de haberle dado las llaves, el interrumpe su psicometría y
se dirige a la bodega. Sorprende a los internos llenando un embase de jugo de
naranja con fab. Les reclama por que hacen eso si es su material de trabajo.
Reclamo que dirige en especial a Adrián por que el apoya en la limpieza y es
responsable de la llave de la bodega. El detergente era parea Ismael. Al verse
descubiertos el último interno se enfrenta a nuestro paciente diciéndole que
haga un “paro” por que es para otra persona y que sea el quien le de el jabón.
El interno se niega afirmando que eso no se hace y que en todo caso tendrán
ellos problemas. Le enfrenta diciéndole que para que lo pide si ya se lo
levaba. De ello señala las dificultades que ha tenido con Ismael desde tiempo
atrás. Este interno tenía amistad con otro ayudante de la limpieza (Ricaño),
quien tuvo dificultades con nuestro interno. Después de los conflictos, cuando
el llegaba al área, ellos se comunicaban entre ellos, señalando su disgusto por
el, con comentarios como por ejemplo: sic. “decían que ya había caído el pelo
en la sopa”. Tiempo después Ricaño es dado de baja del área de psicología por
motivos relacionados con una psicóloga que no le correspondía y la realización
de psicometría sin requerirla. Ante esto el interno se hace la pregunta de por
que habla de todos estos conflictos. De inicio le da risa, pero después cree
que se debe a que son conflictos que el ha tenido que enfrentar en la reclusión
y que considera que ha solucionado de una manera adecuada. De manera parecida
los conflictos que ha tenido en la población los ha podido solucionar, el no se
ha arriesgado por diez, veinte o cien pesos que le deban por la venta de sus
cigarros o café, la ropa que plancha o que ha lavado. El se cuida mucho de que
no lo agredan y lo ha logrado así. Como interpretación solo se remenciona su
pregunta ¿Por qué cuenta todo esto en la sesión? ¡acaso trata de mostrar como
ha solucionado problemas o como es que esta del lado de las áreas técnicas para
el cuidado de ellas? Tal vez el comentario al respecto del interno plantea el
motivo que cuestiona. El dice que reconoce que el debe cuidar el material que
le dan, pero que en ningún momento cree que eso sea de su propiedad. Que el
sabe que no le pertenecen a pesar de que son sus implementos de trabajo. Afirma
reconocer y no tratar de ser de las áreas técnicas por que el es solo un
interno más. La sesión dio inicio con sus señalamientos de cómo el continúa
analizando su caso durante su trabajo. Que ello le ha servido mucho para
conocerse. Además se refiere de manera específica a su necedad y obstinación,
lo cual le ha acarreado grandes problemas con compañeros de reclusión, con sus
padres, con su esposa, maestro y amigos. Cabe destacar, que cuando supo lo que
decía su estudio de personalidad el se mostró molesto por que entre otras cosas
en el se decía que era una persona obstinada. En esa ocasión discute de que no
era obstinado y que se confundía ello con su persistencia. El mencionaba que la
obstinación era positiva por que ello le había permitido incluso estudiar,
etcétera. Ahora parece aceptar que efectivamente es obstinado. También cabe
destacar que dentro de sus características de personalidad están los de tipo obsesivo.
A fin de complementar se reproduce a continuación la dinámica de la
personalidad del interno y su diagnóstico, basado en la entrevista e historia
clínica del interno, que es como sigue:
En la sesión del 03 de Mayo del 2005, el interno (Jorge E. J.), inicia la
sesión señalando la importancia de no contar con conocimiento especializado,
sino con la importancia de analizar su vida personal para saber quien es. A
pesar de ello indica que en la sesión grupal el pensaba hablar de cómo el
destino y la vida de una persona esta en sus manos. Así, por ejemplo, dice que
en la diabetes uno puede tener al padre y a la madre diabéticos. Por ello es
probable que uno como hijo desarrolle dicha diabetes, por que así esta
determinando por la genética Pero si uno se cuida, hace ejerció o busca la
manera, la diabetes no se desarrollaría. Eso quiere decir que uno puede
modificar lo que los padres le heredaron. De esta manera incursiona en el
comportamiento delictivo. El considera que a pesar de que por genética se determine
se puede cambiar si así se desea. No se tendría por que ser delincuente. De
ello emerge el señalamiento de su origen. Esto deriva en la consideración de
que el tenía dos madres, una biológica y otra de crianza (su madre adoptiva).
El afirma que esto le ha provocado el deseo de conocer lo que es una madre pero
que es algo que nunca ha experimentado. Señala el maltrato de su madre de
crianza. Como iba el a sentir lo que era tener una madre si lo maltrataba
física y verbalmente. Recuerda como le pegaba por que se orinaba en la cama o
en el sofá. Se le pregunta al interno sobre el por que cree que su madre de
crianza lo haya ayudado. ¿Acaso no habría sido más fácil deshacerse de el,
después de todo no era su hijo? Sin embargo, ella lo cuido pesar de el supuesto maltrato. Como segundo
punto al respecto se le señala que el es visitado por su madre de crianza. Es
decir no lo ha dejado. El interno corrige el hecho de que en la actualidad no
lo visita por problemas de salud. Al parecer el avance de su diabetes y la edad
que tiene le provoca insensibilidad en las piernas y con ello dificultades para
caminar o para sostenerse en pie. De ello emerge el recuerdo de que al momento
de la detención el no les avisa Nadie
sabía por que lo habían recluido ni el que estaba internado en la cárcel. Solo
tiempo después, al parecer su esposa los localiza y de esa manera lo visitan,
incluyendo su madre de crianza y su hermana “adoptiva”. Para el es una grata
sorpresa por la preocupación que manifestaron por lo que le ocurría y ofrecen
su apoyo. En tal ocasión observa el cariño de su madre adoptiva y la
preocupación de esta. Sin embargo, por varios años había permanecido alejado de
ella. Un buen día se sale de la casa y cuando regresa no los encuentra. No
sabía con certeza a donde se habían ido. Tiempo después al parecer su padre
adoptivo decidió vender la casa de la familia, por lo cual ellos se trasladan
al área de Chalco, estado de México. Ese era el motivo de que ello no se
encontraran en la casa que le era conocida. Hipotéticamente, el interno parece
aludir al posible abandono de la familia adoptiva, lo cual no era real pero que
el vivencia de tal manera. Se le hace ver como el tampoco se preocupo por
buscarlos. Si su esposa los pudo encontrar, el también los habría podido encontrar
si los hubiera buscado, lo cual no hizo. De igual manera, si la madre adoptiva
no lo quisiera, también podría haberlo dejado en la cárcel sin visitarlo.
Después de todo, nuevamente ya se había deshecho de el. Sin embargo lo visita y
lo atiende. Se observa que el interno es como aquellos pacientes a quienes no
les hubiera importado el maltrato infantil, pero siempre y cuando hubiera
tenido a su madre biológica. Se niega la posibilidad de tener a madre de
crianza por que no tuvo a la madre biológica. El afirma que le han dicho que su
madre biológica lo regalo por que no lo podía mantener y los conocidos de esta
le decían que se les iba a morir el interno. Esto lo supo muchos años después.
En la sesión del 10 de Mayo del 2005, el interno (Jorge E. J.), reinicia la
sesión con el tema anterior, las dos madres que el ha tenido, la biológica y la
de crianza. Nuevamente considera que ello es un problema para el, por que
siempre ha querido saber lo que es una madre y no lo puede sentir por su vida
al respecto. El interno toca de manera incidental diversos temas, que generan
la impresión de no concretar en ninguno de ellos. Se refiere a la importancia
de ser lo mas sincero posible con su psicólogo, de evitar las hipocresías.
Recuerda que al saber mayor información sobre su origen, es que su padre
adoptivo era al parecer primo de su madre biológica. Que fue este quien lo
trajo de Veracruz por que su madre no lo podía mantener. El lo llevo con su
madre adoptiva, la cual cree que no lo quería, por eso lo maltrataba. Solo sabe
que su madre dijo que tenía ya a su hermana adoptiva, la cual era pequeña. Que
la llegada del interno provoco problemas, por que su hermana ya se sentaba y no
se batallaba con ella en el baño. Al parecer deja de sentarse y se pierde el
control de esfínteres que ya se había logrado con ella. En la sesión anterior y
en la presente el interno refiere gusto por que le haya visitado dicha hermana
y lo haya tratado como su hermano. Esta al parecer padece de osteroporosis y
otra enfermedad producto de la edad. El interno hace alusión a lo que el
hubiera querido que fuera su vida. Se le confronta con la sinceridad, la
hipocresía y los sentimientos hacia sus madres. Mismas que comporten como
características el que una lo da en adopción y la otra lo maltrataba. El
interno menciona que quería afecto, sentir l que era una madre o que le
hicieran “piojito”[53]
cuando menos. De ello deriva justificaciones de los motivos por los cuales lo
golpeaba su madre adoptiva o el abandono de su madre biológica. Se inclina por que
ahora debe quererlas por lo que le dieron, una la vida y la otra la crianza. De
manera directa niega que experimente sentimientos hacia ellos, bajo el
argumento de que nunca pudo haber sabido que era una madre. De esta manera el
interno evita el hablar de sentimientos de enojo, resentimiento o agresión
hacia la actitud de sus dos madres. Manifestando de manera enfática solo el
afecto positivo o de amor que debería haber hacia las mismas. Ante esto
recuerda que no debe tener ya otros sentimientos por que el sabe que su madre
biológica ya falleció y cuando lo supo le dio tristeza y espero que ella le
hubiera dicho o pedido perdón por lo que hizo, dejarlo en adopción. Por último,
el interno intenta analizar el rol que su padre adoptivo jugo en su vida, quedando
pendiente dicha temática. Continuando con la teorización, es frecuente que el
interno con delito de violación señale la represión de los afectos. Al menos en
algunos de los casos analizados están presentes los rasgos de tipo obsesivos.
Es probable que ellos sean los determinantes de comentarios con respecto a lo
bien que podrían estar con la familia o el buen comportamiento que han
desarrollado dentro de la institución. Decíamos antes, son “cumplidores” y se ajustan a la normatividad. En el caso de Efraín,
en su sesión del 10 de Mayo del 2005, se reanalizaba un comentario de la sesión
anterior que concluyo con la sentencia siguiente: sic. “si yo estoy bien ellos
estarán bien”, refiriéndose a los familiares cercanos. Comentario que con
frecuencia escucha en las sesiones grupales. Pero no válido en el por que los
padres y los tíos no lo visitan o no saben de los conflictos que vive en la
reclusión. El significado de dicha sentencia es de importancia para el
mencionado sujeto, por que evidencia su apego a la normatividad y el querer
decir lo que las áreas técnicas dicen o deberían escuchar. Dándose con ello una
imagen positiva pero convencional. Aproximadamente, en las diez sesiones
anteriores su comportamiento era así, limitando el análisis personal. En los
dos casos mencionados es la evitación de sentimientos relacionados con la
agresión, el enojo o el resentimiento por el abandono.
En la sesión del 16 de Mayo del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
inicia la sesión con una discusión de su interés por dejar de utilizar
tecnicismos. Sin embargo, enfatiza en que el ha pensado mucho en su análisis y
que tiene un a teoría que explica el por que se orinaba con frecuencia. A ello
agrega la existencia de varios recuerdos, que son los siguientes:
- En una
ocasión, al parecer en un sueño ve agua y después tiene ganas de orinar
- Se me
quedo muy grabado como en una ocasión no me encontraban. Hasta que fue mi
papá y me busco debajo de un camión. Ahí estaba escondido y me acuerdo muy
bien como el hizo así y me vio (inclina medio cuerpo de la cintura para
arriba, con torsión hacia el lado derecho).
- Me
acuerdo que luego me iba como un parque, a donde había un kiosko. Ahí
había una tiendita y yo me escondía ahí. Había una puerta que se abría en
tres partes y atrás de ella (de una
hoja de la puerta) yo me quedaba ahí. Pero estaba todo sucio por que me
había orinado.
- En otra
ocasión, me da mucha pena pero debo decírselo. Había una cunita y ahí me
mandaron a dormir. No se por que. Yo estaba dormido y me dieron ganas de
orinar y de ir al baño. Me levante, pero no quería que se dieran cuenta.
Yo no se como fue pero se me hizo fácil hacer del baño (defecar) en la
esquinita de la cuna. Pero que bárbaro, no se como se me ocurrió pero ahí
me hice. Yo creo que no quería que se enteraran. Después me dormí. Y voy a
creer. No se en que pensaba. Ya dormido movía los pies y las cobijas; y ya
se imaginara que todo se ensucio. Las cobijas y todo. Pero cuando desperté
me dieron una buena. Tomaron el cordón de la plancha, que es como de esos
del grueso de mi dedo y con ese me dieron. Pero me dolió mucho. ¿Fantasía
de pegan a un niño donde el protagonista es el?
En otro momento de la sesión el interno relata su teoría del por que se
orinaba. Siempre se había preocupado de que fuera algo fisiológico, pero ahora
sabe que no era fisiológico. Por eso siempre ha tenido su teoría de que era por
llamar la atención. Si así era, ¿cómo se explica que se haya orinado detrás de
la puerta?, ahí no había de quien llamar la atención. Por otra parte el se llego
a orinar cuando estaba en la calle viviendo. En tales ocasiones a pesar del
frío y de no tener con que taparse, solo en contadas ocasiones se orinaba. Por
otra parte, al orinarse lo que conseguía era que lo golpearan. Aunque no hay
que olvidar que es una forma de llamar la atención a pesar del maltrato. De
ello se deriva lo que el llama una de sus grandes dificultades, que fue el no
poder hablar con su mamá. El siempre quiso preguntarle por que le pegaba. Se le
señala que una posible respuesta habría sido con facilidad que por que se
orinaba. Que tal vez le habría dicho que si no quería que le pegaran ella le
habría contestado que no se orinara para que no le pegara. Con ello se le
plantean la existencia de segundos motivos en su síntomas y en su petición a la
mamá; siendo diferentes al llamar la atención exclusivamente. Con ello se le
plantea el aplicar la regla de la asociación libre a cada uno de los recuerdos
expuestos y dejar de buscar tecnisismos para
lo que supone le ocurre.
El día posterior a la sesión (el día 17 de Mayo del 2005, se acerca al su
terapeuta. Después de un saludo, dice que ha estado pensando y no se le ocurre
que signifique el agua. Para ello acompaña a su terapeuta por el pasillo que
conduce a la exclusa[54]
del reclusorio. Solo se le ha ocurrido que se refiere a emisiones del cuerpo
humano. Cabe señalar que posterior a su saludo del psicólogo le toca con
cuidado la espalda.
En la sesión del 24 de Mayo del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
inicia la sesión pormenorizando el fin de la sesión anterior. En tal situación
trata de dar una descripción detallada y precisa. Se refiere a que se le dijo
que era importante el elemento del relato y del sueño significado por el agua.
Así mismo recuerda que al día siguiente hablo con su terapeuta y retomo dicho
elemento y su esfuerzo por saber el significado del agua. Concluyendo que se
refería a fluidos lo cual se le afirmo y es algo sobre lo que podría realizar
asociación libre. Desde esta perspectiva y tras breves titubeos piensa que se relacionan
con fluidos del cuerpo humano y unos de los cuales piensa son la orina y el
semen; por que ambos salen del cuerpo. El interno recuerda que en la sesión
anterior se le hizo un dibujo ovalado y alargado (casi como una salchicha),
señalando en el extremo derecho la punta de este: el resto del dibujo lo raya
verticalmente afirmando qu ello representa lo que se ha hablado en la sesión y
en las sesiones anteriores. Se le hace la indicación de que ello podría ser
correcto pero si habla de un a de sus temáticas, se debe observar que son dos
en realidad. Haciéndose la indicación en el dibujo en el extremo opuesto y
señalándolo con la palabra semen como la segunda temática de la que ha hablado
el día de hoy. Se le plantea cual es la relación. Después de diversas
interrogantes manifiesta que ambos son fluidos del cuerpo humano y que son
emitidos por el pene. De esta manera los dos polos del dibujo adquieren
sentido. Ahora bien al relacionar tanto el semen con la orina se sondea la
relación de estos con la eneuresis y las condiciones en que se da. El interno
hace señalamiento de que cuando el se orinaba experimentaba un calorcito que le
indicaba que se iba a orinar. Retoma sus recuerdos de cómo ello le pasaba
durante el sueño y cuando tenía dicha sensación el se despertaba y tenía ganas
de ir a orinar. En algunas ocasiones corría aguantándose las ganas para llegara
a un migitorio o un escusado y orinar. Se le señala que entonces en varias
ocasiones no se orinaba en la cama. Así mismo se le puntualiza esa sensación de
calorcito y se le inquiere por el significado de ello. Inicialmente lo niega
afirmando que el no lo había dicho de esa manera. Al final termina por
aceptarlo. Sin embargo, antes discute detalladamente sobre el proceso de
micción y la sensación de orinar. Indica que sentía el calorcito por que ya se
había orinado y se había mojado. Al iniciar la micción es posible ello, pero
después debería sentir frío. Sin embargo el habla de la sensación de calorcito
a pesar de que no se hubiera orinado. Después lo relaciona solo con la idea de
querer orinar. Al analizar esta relación se concluye que hay un punto de unión
inicial entre la orina y el semen, al retomar que el calor en el pene no es por
la sensación de orinar sino por la excitación. Al intentar el interno analizar
la eyaculación y la micción como procesos fisiológicos dice que hay una
sensación de calor en ambos procesos, cuando en realidad lo que ocurre en la
micción es la sensación de malestar en la zona de la vejiga o la sensación de
opresión, pero no de calor. Esta sensación de calorcito se relaciona más bien
con la erección del pene y la excitación. El interno intenta dar explicaciones
técnicas desde su conocimiento de medicina, ante lo cual se le dice que es más
importante reflexionar y escuchar lo que dice, que ponerle tecnicismo a lo que
dijo. Como mecanismo psíquico se le explica al interno que hay dos extremos,
como lo señalo en su dibujo, que están relacionados, pero el no puede ver dicha
relación. Relación que se significa por sus sueños, su relato de la presente y
anterior sesión y por un síntoma, la
eneuresis. Aún con sus conocimientos de medicina dice que el no sabe que
significa la enuresis, que jamás lo escucho. Considera que no lo sabía por que
solo estuvo en sus semestres iniciales de medicina y ahí no se veían las
patologías. De esto emerge como a partir
de un evento que ocurrió en su vida surge su curiosidad por el proceso de la
micción, el orinar y el de la eyaculación o del calorcito que experimentaba y
que se relaciona con la excitación. Fenómenos que al parecer intenta investigar
y que concluyen con su elección de la carrera de medicina. Después de todo, a
partir de ella podría saber lo que quería saber en relación a la micción, la
eyaculación y la excitación. Ante esto el interno señala que es curioso pero
cuando le dieron a elegir en su preparatoria las carreras que seguiría, el
tenía dos opciones, en realidad tres. La primera que pensó fue la psicología,
quedándose definitivamente con la de medicina. La otra opción que pudo haber escogido
fue la carrera de química. En sesiones anteriores había mencionado el interno
su interés por estudiar psicología al salir de la cárcel como su psicólogo de
reclusión. Aunque en determinados momentos el interno se defiende, evade y se
resiste, acepta las interpretaciones y los comentarios que se le dicen. Tal vez
por ello dice antes de retirarse que quiere decirle algo a su psicólogo, pero
quiere decirse a los ojos. Para ello espera cierto tiempo a que este se
desocupe y deje de escribir. Entonces dice: sic. “No es por nada ni por darle a
usted su lado, pero tengo el mejor psicólogo de este lugar, créamelo de
verdad”.como último punto de análisis dentro de la sesión se concluye, que de
ser cierto lo que se reviso en la presente sesión queda pendiente saber ¿qué
provocaba la excitación? Y ¿en que condiciones se daba esta? No hay mayores
avances al respecto y solo dice que, ¿que podría haber sido? ¿por qué lo
olvide?. O ¿por qué nunca lo pudo hablar con su mamá? Solo se le señala como
posibilidad que no podía hablarlo precisamente por que era su mamá o por que
era un tema prohibido y relacionado con lo que vio, escucho o fantaseo cuando
era niño probablemente. El termino de la fantasía se aplica aquí por que en la
sesión el lo utiliza. Se refiere a la mismas cuando el ser humano se excita
incluso solo al ver desnuda a una mujer o al soñar. No es necesario tener
relaciones sexuales con ella. Recuerda un caso que el conoció en el cual el
adolescente despierta y había eyaculado semen por la noche. Cuando aborda el
tema de la sexualidad recuerda sus relaciones sexuales en las cuales el
experimentaba pena y temor por que tenía la sensación de querer orinar. Ello lo
avergonzaba y pensaba como es que se iba a orinar en la mujer. Esto ocurrió el
a primera ocasión cuando el dice que no sabía en realidad de la sexualidad,
pero no en las subsecuentes. Con ello se da nuevamente el punto de unión entre
la sexualidad, la excitación y la eneuresis. El interno afirma que en realidad
así es y que después supo que no se orinaba sino que eyaculaba.
En la sesión del 06 Junio del 2005, el interno (Jorge E. J.), se
puede dividir en tres secciones que fueron:
- Análisis de síntomas y simbolismos. Comienza la
sesión señalando la tarea que se impuso a partir de los comentarios en la
sesión anterior. Dice que ha pensado cual podría ser la relación entre el
agua de los sueños, el semen y su eneuresis, la cual refiere a la orina.
Después de meditarla piensa que la relación es que tres son fluidos o
líquidos. De dos de ellos, el semen y la orina, tienen otro factor común
que es el pene. Se le esclarece que a el le da dificultades entender dicha
situación por que lo piensa como adulto y por su interés por la medicina.
Pero para llegara a comprender dicha situación debe pensar como serían los
niños. El interno había afirmado que el tenía una teoría sobre l que le
ocurría, pero niega dicha opción por que no es posible que un niño tenga
teorías. Que en realidad son hipótesis a lo que el se refiere. Se le hace
ver que como adulto y en su actual análisis efectivamente son hipótesis y
no teorías. Pero si se le considera como niño si sería una teoría
infantil; ya que ello representa un modo de explicarse lo que le ocurría.
Se esclarece que de tal manera, y dado que el niño en realidad no tiene
emisión de líquido seminal, un equivalente simbólico de ello es el
orinarsse. Al fin de cuentas es la misma sensación. Con ello se le hace
ver que hay una excitación y que lo que no se conoce es la manera en que
esta se dio. Se le remarca la importancia de la etiología. Avanzando en
ello hace referencia a que en otra ocasión se había hablad de su madre
biológica y su madre adoptiva. Por lo cual el mismo se cuestiona que si
tendrá que ver esto co ellas. Se le afirma que es muy probable que así
sea. Ante esto incursiona en el tema de la madre adoptiva y cuando la
misma estaba en la cama con su padre adoptivo sin saber el por que. Retoma
de sesiones anteriores que el dormía en una cunita que había en la
recamara de la familia y que solo fue después cuando durmió en el sillón.
Con ello menciona el hecho de que tal vez se dio cuenta de lo que sucedía
en la cama conyugal de los padres, aunque no lo especifica. Si platea que
tal vez sea de importancia el hecho de que ahí mismo estaba la cama de sus
padres, la cama de sus hermanos y la cunita en la cual el se dormía.
Continuando la asociación libre, el interno recuerda que en alguna
ocasión, tal vez a los ocho años de edad el le propone a una hermana
adoptiva jugar a los esposos. A lo cual ella acepto. La primera parte del
juego incluye el que ella lo alimentaba. Posteriorment4e le hace la
propuesta de que se metan a la cama, debajo de la colcha para continuar el
juego. De esta manera ellos permanecen cierto tiempo debajo de las
cobijas; afirmando que no hacían nada. Sin embargo, llega la madre y los
sorprende en su juego. Bruscamente los descubre y le inquiere en l que
hacen. El interno responde que nada, que solo juegan a los esposos. De
esta manera y ante el enojo de la madre, los reprende y los golpea con el
cable de la plancha. Nuevamente realiza la descripción de dicho cable con
las manos, por que este era muy grueso y con el lo azotaron varias veces.
Sic. “Al que se chingaron[55],
bueno perdone, fue a mi. A mi si me dieron fuerte y a mi hermana solo le
dieron unos golpes”. Al cuestionarle de cómo es que el sabía como
estaban los esposos debajo de las cobijas, afirma que probablemente lo
había visto con sus padres. Ante lo cual a manera de interpretación se le
reconfirma. Queda de ello pendiente el análisis de un punto, que se
relaciona con el relato de cuando defeco en la cunita.
- Los sueños. De manera consecuente incursiona en lo
que el dice que relato hace tiempo y el noto que no se le ponía atención.
Reafirma que en dicha ocasión el noto que cuando cuenta su historia no se le
dio importancia por su psicólogo. Cuestión que le llamo la atención y que
ahora recuerda. Inicialmente no se podía precisar a que se refería el
interno. Pero después de cierto tiempo el mismo lo comunica. Se
relacionaba ello con unos sueños comunicados tiempo atrás. Para explicarlo
realiza en una hoja u pequeño diagrama. Afirma que es un sueño que le
provocaba miedo y un verdadero pavor. Al parecer lo presenta en seis
ocasiones. Describe dicho sueño como repetitivo y con gran claridad así
como persistente. Esto es al grado que el solo recordarlo le provoca ese
miedo y pavor, sobretodo si cierra los ojos. El sueño se refiere a que
había unos puntitos que a el le parecían muy agresivos. Los cuales
atacaban a otro grupo de puntitos (en el diagrama del lado derecho). El
veía como los puntitos del lado izquierdo avanzaban y se abalanzaban sobre
los puntitos del lado derecho. Considera que estos últimos eran muy
pasivos y por eso eran agredidos por los otros puntitos. Mediante la
meditación el interno intenta dar una explicación a los elementos del
sueño. Piensa que los puntitos del lado derecho es el, que representan a
su yo. Duda de quien será la referencia de los puntitos del lado
izquierdo. Continuando la
asociación recuerda que su madre biológica consumió diversas sustancias
para provocarse el aborto. Su madre no quería tenerlo, que no existiera.
Por ello estuvo a punto de no existir. Continúa con el relato de un
segundo sueño, en el cual el ve una vaca que le quiere hacer daño. Sueño
que también le provoca miedo. Con mayor facilidad asocia la vaca con su
madre y con los intentos de aborto de esta. Refiere su agrado por el
trabajo terapéutico ya que lo induce a saber lo que le ocurre. Que ello
par el implica la búsqueda científica de su vida y no solo que se le de lo
que tiene, por que lo tiene y que hacer con ellos. En esta ocasión
concluye pensando que tal vez su sueño de puntitos y los intentos de
aborto de su madre y el sueño de la vaca que lo quiere dañar, se deben
relacionar con el orinarse. En este punto se le recomienda que asocie
libremente con cada uno de los elementos del sueño para avanzar en el
análisis de este y de su dinámica personal. Desde este punto surge la
última sección de la sesión.
- Elogios acerca de su psicólogo. El interno afirma
que una persona le pregunto quien era su psicólogo y dice que al enterarse
de quien era le afirmo que lo aprovechara por que era de lo mejor. Que
había caído en muy buenas manos. Posteriormente señala que esa persona el
la psicóloga Ariadna. De igual manera menciona que otro psicólogo le dijo
que tenía el mejor terapeuta, y que además el lo conocía como una persona
muy científica. Por ello le recomendaba continuar con su trabajo
terapéutico. El dice que coincide con dichas opiniones, por que sabe que
se le podría enumerar las cosas que le pasan, por que seguramente ya las
sabe su psicólogo, pero que esto no viene al caso. Que ello no le parece
lo adecuado. Que ahora sabe que el trabajo del psicólogo no es hablar todo
el tiempo sino observar y con lo poco que dice estimular el trabajo del
paciente, para que este llegue a la conclusión de lo que le pasa. Pero
piensa que con es eso suficiente. Sin embargo, sabe que no todos lo
entienden. Por eso en el grupo sus intervenciones se dirigen para que los
demás sepan como proceder en el análisis personal y grupal.
En la sesión del 14 Junio del 2005, el interno (Jorge E. J.), inicia la
sesión, con lo que el dice fue su tarea. Afirma que le ha “hechado muchas
ganas”, que se ha esforzado mucho por el análisis. A consecuencia de ello ha
dedicado durante su trabajo del aseo de las áreas técnicas tiempo para meditar
las sesiones que se ha tenido con el. Por otra parte, por las noches, al estar
en su camarote reflexiona sobre diversos aspectos del día de la sesión. Por
ello, en esta ocasión pensó mucho sobre su sueño de los puntos que peleaban
entre ellos. Recuerda que unos puntos iban hacia los otros y que eran muy
agresivos. Los otros puntos solo retrocedían y eran pasivos. Iban hacia atrás.
Pero de repente iban hacia delante y al parecer se volvían agresivos y sacaban
las garras. Con esto hacían que los otros puntos retrocedieran. En otro momento
de la sesión agrega que no sabe por que , pero al retroceder los otros puntos,
le entraba angustia, miedo y pavor, despertándose como consecuencia. Una vez
despierto se daba cuenta que ya se había orinado. El interno no sabe por que
ello le ocurría pero al parecer le paso en varias ocasiones. Por ello se
realiza el señalamiento de que si su interés era que no lo agredieran los
puntitos por que cuando los hacia retroceder llegaba la angustia, el miedo y el
pavor que lo despertaba. Se retoma que después de despertar era cuando se
orinaba. Diferenciándose de que esto no ocurría mientras estaba dormido. En
está sección se analiza la agresividad la cual parece tener un doble sentido.
Esto se da sobre todo cuando el relaciona unos puntos con el y los otros con su
madre. Enfatiza que con su madre biológica. Con ello retrae el recuerdo de
cuando la misma tomaba muchas “porquerías” por que se quería deshacer de el. A
el le parece que ese es el significado del sueño. Sin embargo ello no explica
por que si ya había ganado se despertaba con miedo y pavor. Además de que si ya
había logrado ganar o sobrevivir por que le daba esa emoción y por que tenía que
despertar. Se observa la posibilidad de que ello tenga un doble significado,
haciéndose una analogía con el significado de la orina y el semen. De manera
inmediata el interno se pregunta a través de la negación de que no cree que
ello tenga que ver con lo sexual. El otro aspecto que de manera inicial
recuerda es con respecto al sueño de la vaca, a la que veía cubierta con una
sabana. Por asociación se le pregunta si también la vaca era agresiva como los
puntos. Afirma que primero, a pesar de estar cubierta con la sabana caminaba
hacia el. Y efectivamente pensaba que si era agresiva. No hay mayores
asociaciones al respecto. También recuerda que en la sesión anterior se hablaba
de una silueta que se le decía que en realidad no lo era ya que describía
detalladamente una vestimenta de mujer. Afirma que en realidad lo que no veía
era el rostro y lo demás era distinguible de manera adecuada. Otra de las
temáticas abordadas en la sesión fue con relación a su trabajo como auxiliar
medico en el sismo de 1985. el participo activamente y recibió un curso de
primeros auxilios. Apoyando a los rescatistas, un medico le pide que el lo
ayude a aplicar formaldehído a los
cadáveres. Después de algunas explicaciones se equivoca al señalar que con ello
se trataba de que las células del cuerpo no murieran, cuando lo que en realidad
es que se trataba de preservar la descomposición o desintegración de las
células muertas. En este sector de la sesión emplea diversos términos técnicos
para señalar que con el formaldehído se pretendía ciciscolosis (muerte de
células por muerte del sujeto). Ante ello se da la discusión con respecto a si
el se refería a la muerte celular en un cuerpo ya muerto. El afirma que ello es
posible por que incluso después de la muerte en el cerebro humano o en los
centros nerviosos hay actividad eléctrica. Cuestión que fisiológicamente es
posible después e inmediatamente después de la muerte. Pero ello no es un
proceso permanente. Esto es válido para la muerte de las demás células del
cuerpo humano. Es por esto que la aplicación del formaldehído es para preservar
las células o el cuerpo pero no para evitar que las células mueran. De ahí
explica todo el proceso que se sigue en la descomposición de las células a la
muerte del ser humano. Como las células se desintegran en el proceso de
putrefacción, lo cual evita el formaldehído. En el interno ocurre un error, a
pesar de sus conocimientos de medicina y sus posteriores explicaciones
correctas. Por tal motivo, dicho error parece ser un acto fallido. En la
menciona explicación el interno señala que el formaldehído se aplica a los
cadáveres con una inyección en la zona supraclavicular, señalando ambos lados
del cuerpo, en la zona epigástrica, señalando en la región próxima al tórax, y
olvidando el nombre en la zona alrededor de los costados del abdomen.
Posteriormente dice que la tercer inyección de formaldehído se aplica en la
vejiga urial. Inicialmente no había dado dicho nombre sino en los costados del
cuerpo. Esto nuevamente parece un acto fallido corregido con posterioridad. No
recuerda haber dado otro nombre, pero el error se hace evidente por la
localización de l a zona en la cual dice se aplica la tercer inyección. Además
es significativo, cuando al finalizar la sesión se le inquieren por los nombres
técnicos de los lugares donde se inyecta el formaldehído. A ello responde con
cierto dejo de superioridad por que no se retuvo los nombres y se le solicitan.
Al dar dichos nombres hace una explicación breve de por que reciben tales
nombres. Utiliza sus términos de si se le entiende bien lo que dice. Pero no es
conciente de su error con respecto a la muerte de las células o el olvido del
nombre de la tercer zona en que se aplica el formaldehído y que después
cambiado de la zona del cuerpo. Al referirse a los muertes en el terremoto hace
referencias a las posiciones en que fueron encontrados los cadáveres, lo cual
hace con movimientos de su cuerpo. Al parecer la escena descubierta que más lo
impresiona, es el desenterrar a una familia. En ese caso estaba al parecer una
mujer de edad, sentada en un sillón, teniendo a sus lados y abrazando a dos
niños, hombre y mujer; además recargada en su regazo se encontraba incado un
hombre adulto. Hace referencia a como podían en ocasiones estar parados sobre
cadáveres que no veían por que estaban bajo los escombros. También señala su
temor a las enfermedades por los cuerpos en descomposición. Esto lo motiva a
que se ponga varios cubre-bocas y que use los guantes de electricista que le
dieron y que se ajustaba con cinta de hilar o plástico en la parte posterior. Falta el relato de un sueño breve, que al redactar el
contenido de la sesión se olvida.
En la sesión del 22 Junio del 2005, el interno (Jorge E. J.), como es su
costumbre, el interno inicia la sesión haciendo un breve recuento de los
elementos de la sesión pasada y que el considera fue su tarea. Dice que
recuerda bien su sueño de la vaca, que estaba cubierta con una sabana blanca.
La misma que era muy blanca y que es parte de los recuerdos que tiene muy
claros. Asociando al respecto se le cuestiona sobre como sabía que era una vaca
si esta estaba cubierta. Afirma que hay dos posibilidades, una por que le ve
las patas y la segunda por que la sabana era casi transparente, y se podía ver
la vaca a través de ella. Cuando al parecer por error se le afirma que la vaca
estaba acostada, el señala que no fue así, que nunca dijo tal cosa y que hay un
error. Sin embargo se lleva un poco más allá el análisis sobre las patas de la
vaca y la manera en que las ve. Al respecto dice que el se da cuenta que se ven
por que sobresalen a la sabana. Posteriormente asocia esto con los establos de
los, donde por la parte inferior se ve las patas de los caballos y que de igual
manera sería en la vaca. También realiza una asociación, con respecto a los
muertos, que son cubiertos por una sabana o por alguna prenda cuando ya
fallecieron. Recuerda que en la época en que vivió en la calle observo a mucha
gente como moría, algunos de ellos atropellados. En ocasiones tapan todo el
cadáver y en otras solo se le cubría el rostro o parte el pecho al respecto recuerda como en una ocasión,
mientras la gente esperaba a un camión, cuando este se acerca avientan a un
señor ya grande que cae entre las ruedas del vehículo y es atropellado. Señala
que esa persona era casi de la edad de su terapeuta, aproximadamente cincuenta
años de edad. Después de que lo atropellaron como no había una sabana se le
cubre el rostro con un suéter, quedando al descubierto las piernas del hombre.
También refiere que en ocasiones cuando el cadáver era una mujer se cubría todo
el cuerpo, pero en otras solo se tapaba parte del cuerpo quedando al
descubierto las piernas. En relación a la vaca, desde la sesión anterior había
asociado a la madre biológica con la vaca que le quería hacer daño. Sueño que
motiva que vea a la vaca que se le acerca , viendo con posterioridad a una
mujer que se le queda viendo fijamente y al parecer con una mirada amenazadora.
Ante ello despierta cuando esta cercas de él rostro de la mujer. Le provoca
miedo y se despierta, levantándose para ver a sus padres adoptivos. Los
despierta primero al padre, diciéndole que tuvo un sueño muy feo. Este sin
levantarse envía a su esposa para que lo vea y lo acueste de nuevo en su
sillón. El dice que guarda un muy bonito recuerdo de ello, por que es la única
vez en que recibió un beso de la madre adoptiva. No recuerda que algo similar
haya ocurrido en otra ocasión. Al relacionar se le pregunta que posibilidad
habría de que la vaca y su postura, sea en realidad un segundo momento de la
mujer que posteriormente ve, a lo cual responde de manera afirmativa. Continúan
diversas asociaciones y casi al finalizar la sesión y haciendo un recuento de
la misma se le hace ver de su afirmación, la cual no discute y no parece haber
mantenido en su registro conciente. En otra sección de la sesión el interno
enfatiza en el error de que no hablo de la vaca acostada y de que el sabía que
era una vaca. Al parecer un segundo error es suponer que el interno veía la
cara de la vaca, por que la misma tenía la sabana de tal manera que dejaba ver
los ojos; esto era similar a las mujeres de medio oriente que cubren la frente
y la boca pero no los ojos. En la corrección del interno dice que no era así.
Que si la compara con dichas mujeres pero no con las que mantienen descubiertos
sus ojos, sino con las usan un velo tan tenue o delgado que se puede ver su
rostro a través de el. Con los elementos expuestos en la sesión, parece que la
relación entre la vaca y la mujer se da. Por otra parte se retoma su
señalamiento de las piernas que están descubiertas y que pueden ser tanto del
hombre como de la mujer. ¿Alusión a la observación de
la escena primaria en los padres adoptivos? Al inicio de la sesión se
dio referencia a los puntos de su otro sueño, que el dice ha analizado durante
la semana, no procediéndose a mayores asociaciones con respecto a dicho sueño.
Cuando el interno hace referencia a las piernas de la mujer, da una alusión a
como las puertas se pueden abrir. También es significativo, como cuando intenta
cuestionar al su terapeuta dice: sic. “o no me entiende o no me doy a
entender”. Intenta dar explicaciones detalladas de lo que el dijo y de cómo se
manejarían los mecanismos psíquicos. Por ello se le recuerda que parece actuar
como cuando le dijo algo similar a su padre adoptivo. Por esto la respuesta
sería la misma: “crees que después de treinta años de se obrero no sepa lo que
es un cambio de rol de turno”. Ante este comentario, el interno permanece en
silencio sin realizar replica o continuar con su corrección.
En la sesión del 05 Julio del 2005,
el interno (Jorge E. J.), el interno refiere encontrarse enfermo de gripe y la
garganta por lo cual solicita no tener su sesión correspondiente. Menciona que
por la noche tuvo temperatura y experimenta malestares físicos.
En la sesión del 12 Julio del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
solicita e nuevo la cancelación de su sesión por que el día anterior comió
carnitas que le llevaron el fin de semana. El pensó que las mismas no estaban
en buenas condiciones pero aún así las comió. Por ello tuvo diarrea y dolor de
estómago, lo cual aún persiste.
En la sesión del 26 Julio del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
refiere que a pesar de que no tuvo sus sesiones anteriores el no deja de
reflexionar sobre sí mismo. Considera que es importante lo que el llama su
autoanálisis; y que de hecho es lo más importante para él. Por eso no importa
si lava los trastes o barre o realiza cualquier otra actividad el esta pensando
en su caso. Esto lo hace por que quiere salir muy bien de su tratamiento, sin
importar si es o no preliberado. Por ello quiere retomar lo que se quedo
pendiente de la última sesión para dar continuidad. Cabe señalar que en cierta
manera no fue el tema desarrollado lo que se vio en la sesión previa. En ella
se retomo su insistencia en que se había hecho de determinada manera su estudio
de personalidad; las características que en el mismo se decía que tenía y en
las cuales no estaba de acuerdo; o sobre las interpretaciones o comentarios y
las discusiones que ello generaba y con las que no estaba de acuerdo, por que
según el eran cosas que nunca había dicho el y que así las había entendido su
psicólogo. Sin embargo, la sesión la retoma desde los tres puntos que según el
se han analizado y que son el agua, el semen y su enuresis. La última palabra
no la pronuncia de manera correcta por que al parecer no sabe si la correcta es
eneuresis o enuresis, quedándose al
final con la segunda usada. A ello dice que recuerda que como a los cuatro años
paso algo que pudo recordar. Ello se refiere a que en alguna ocasión estaban
sentadas dos de sus tías y su mamá, cuando el le acaricia una vez la piernas a
una de sus tías. Cuando repite dicho acto, su tía le dice a su mamá que lo que
esta haciendo y que lo vea. El se queda extrañado de ello y no sabe lo que
ocurrió. No recuerda si le dijeron algo o lo regañaron. Cuando habla de las
mujeres mencionadas trata de describir en detalle como se encontraban
colocadas, en especial el lugar donde se encontraba su madre. Entre otros
recuerdos que emergen se relacionan a cuando el por ver la televisión se
acostaba en dos sillas, quedando en posición semifetal con las manos entre las
piernas. El primer recuerdo de ello concluye con el hecho de que al despertar
ya se había orinado. El segundo se relaciona con la sensación en su genital,
que le pareció muy agradable. Dice que no supo a que se debía, pero que años
más tarde cuando al parecer tuvo relaciones sexuales experimento la misma
sensación. Entonces supo que había pasado en su niñez y lo tuvo muy presente
por que la excitación sexual le recordó en ese momento lo que había sentido de
niño. En ello se desarrollo una discusión en torno al hecho de que no sabía que
le había ocurrido. Se le hace ver que si supo lo que pasaba, pero por su edad
no pudo interpretar dicha información o manejar la misma. Ello se da por que el
relaciona dicha sensación de la infancia con la excitación sexual que solo sabe
hasta la etapa adulta. Se le hace ver que tal vez no podía nombrar lo que le
pasaba o darle los términos técnicos por que era un niño. Parte de su confusión
se da por que el retoma dicho recuerdo como si hubiera sido un adulto
“chiquito”,pero con los conocimientos de los adultos. Lo cual no es posible.
Sin embargo ello no contradice la experimentación de sensaciones y el efecto de
las mismas. Años más tarde sabe lo que había ocurrido por que vio a las
prostitutas teniendo relaciones sexuales, el mismo las tuvo y ya había
estudiado medicina. Se remarca la importancia que tal sensación tuvo en su vida
para determinar la misma. Se sondea la relación con las tías y la madre. Por
asociación libre relaciona esto con lo que observo de niño en la iglesia Del
Carmen, donde veía a las prostitutas. Recuerda que el compraba por ese lugar
las paletas o los dulces que vendía. En una ocasión otro niño le dice que
fueran con el por otra barda para ver a las prostitutas con sus clientes. Así
lo hacen y el llega a ver como ellas tenían relaciones sexuales. Las veían a
través de un agujero en la pared. Al parecer uno de los recuerdos que lo
impresionan es como un hombre parado o recargado en la pared esta frente a una
de las prostitutas y esta al acercarse le agarra con su mano sus genitales por
sobre el pantalón. Esto parece ser que le provoca asombro. Nuevamente recuerda
como dichas mujeres, después de tener relaciones sexuales se ponían en
cuclillas con las piernas abiertas para echarse aguan en los genitales y de esa
manera lavarse. Durante la discusión del desconocimiento del niño con respecto
a la sexualidad emergen dos puntos de importancia. Uno es en relación a que los
niños experimentan solo sensaciones pero no saben lo que pasa. Lo cual se le
hace ver que ya es un conocimiento previo. El segundo es en relación a un
lapsus donde dice que los niños solo pueden reconocer algo, cuando lo que el
quería decir es que los niños no saben o son ignorantes. Al confrontar dicho
lapsus acepta, no sin discutir que si había un conocimiento previo y que por
ello hablaba más del reconocer que del desconocer. Al insistírsele en el hecho
de tal conocimiento previo alude a lo que se puede ver. Por ello se le insiste
que es importante lo que vio y que fue lo que vio. De ahí se deriva el hecho de
que el tal vez vio a su madre o a sus tías teniendo relaciones. Sin embargo,
ello lo modifica con rapidez, diciendo que solo recuerda como su mamá lo bañaba
a el y sus hermanas desnudas en una tina grande de metal. Incluso que tal vez
de esa manera vio desnuda a su madre. En las asociaciones iniciales de lo que
según el había quedado pendiente, relaciona el análisis que se había hecho en
relación a los pies y piernas o patas de mujeres o de la vaca. Un recuerdo más,
son los programas que veía cuando se quedaba dormido en las sillas, que eran de
la época de los años sesenta, como combate o perdidos en el espacio. Recordando
incluso el nombre del actor protagonista de combate. Otra de las discusiones
del interno es su negación de que alguna vez se haya masturbado o incluso que
lo hubiera pensado. Al menos, al parecer la posición que adoptaba al dormirse
en las sillas parecía que efectivamente se masturbaba.
En la sesión del 09 Agosto del 2005, el interno (Jorge E. J.), el
interno en la presente sesión afirma que ha estado meditando acerca de lo que
le ha ocurrido en su vida. Refiere que ha tenido pendiente lo que se le quedo
de tarea acerca de de si pudo haber observado las relaciones sexuales de sus
padres. Con alta probabilidad el complemento de la tarea fue o si llego a
escuchar las relaciones sexuales. Además de que tal vez haya relacionado esto
con su orinarse por las noches. Desde esta perspectiva su tarea la cumple
parcialmente. Señala que no recuerda nada a pesar de que por la noche realiza
ciertos ejercicio para lograr retraer algún recuerdo relacionado con ello. Sic.
“No he podido tener ninguna imagen sobre de ello”. Continuando la sesión dice
que ha tendido un recuerdo en relación a su madrastra. El siempre refiere haber
tenido problemas con ella por que siempre lo maltrataba y no lo dejaba en paz.
De hecho solo dice tener un único recuerdo agradable, que fue el día en que
tuvo el sueño de la “vaca” y cuando ella se acerco a y le dio un beso en la
frente. O al menos así lo cree el. En esta ocasión no esta totalmente cierto de
que así haya ocurrido. Afirma que una segunda forma que tuvo de hostigarlo y
agredirlo fue en relación a su sexualidad; incluso le llego a decir que era un
homosexual. El le contó a ambos padres lo que había ocurrido cuando un hombre
lo manosea en el baño. Refiere que esto ocurrió como a los ocho años de edad. Esto crea cierta confusión
por que al parecer dicha experiencia había ocurrido a los quince años. Se
procede a la ampliación de dicho detalle. De esta manera surge la información
de que no fue violado a los 15 años ni en el baño público sino que la violación
se verifico a los ocho años. En tal ocasión el
se había salido de su casa y vivía con los niños de la calle vendiendo
dulces. Entonces dormía en la vieja estación de los camiones de segunda que
iban a Guerrero. Esta se ubicaba por el área de San Antonio Abad, donde ahora
esta la estación del metro, un poco más l norte de donde se encuentran los
talleres de las costureras en la dirección sur norte de la calzada de Tlalpán.
Incluso cuando años tarde pasaba por dicho lugar se acuerda de tal estación y
ve que aún quedan las rodadas de los autobuses para salir de la estación. El
día en que es violado el se levanta de donde dormía con otros niños y va al
baño para orinar. Es ahí donde entra un hombre adulto que lo intenta tocar. El
le dice que se este quieto y que lo deje en paz. No le hace caso y le pega, con
la mano, en la cabeza. Esto le da mucho miedo, además de que le dice que se
calle por que traía un cuchillo. Lo jala de la mano y le decía que ahora si se
lo iba a “coger”. Después de esto lo jala y lo mete en un apartado del baño
donde se encuentran los excusados, específicamente en el último. En tal lugar
lo acuesta sobre el excusado teniendo para ello que meter cabeza debajo del
deposito del agua. De tal manera es penetrado por el recto. El recuerda que no
salió de inmediato y que permaneció cierto tiempo en dicho lugar, tal vez por
que le dolía mucho el ano, pero también por que le daba vergüenza. Cuando salía
del baño dice que sentía que todos lo sabían y que incluso las paredes lo
sabían. Es de notar, que el interno no hace referencia a gritos o su defensa
por no ser violado. Complementando la información con el dueño de unos de los
locales del mercado de Mixcalco, señala que el nunca lo violo. Solo se fue a
bañar con el y ya en ese lugar, mientras lo bañaba le tocaba todo. El se
resistió pero dicho hombre le decía que no se preocupara, que no le pasaría
nada y en cambio el le podría dar unos zapatos, una camisa o un pantalón. El le
propone emplearlo en su negocio e incluso decirle a su esposa que se fuera a
vivir con ellos. De esta manera el no tendría que andar en la calle vendiendo.
El día que se fueron al baño el vio que le dijo a una empleada que luego
regresaba. La segunda vez que lo va a ver el le pedía que le diera una camisa,
a lo cual el señor no accedió. Lo invita de nuevo al baño y le dice que lo
espere. El se introduce en su negocio diciéndole a su empleada que tenía que
ver unas facturas y que después regresaría. Ese momento el interno lo aprovecha
para irse y no volver a verlo. Reconfirma que en esa experiencia no se dio
ninguna violación. Al regresar a la casa de la familia que lo había adoptado,
les platica lo que había ocurrido con el señor de Mixcalco y es la que su
madrastra le recuerda por la cual le dijo que era un homosexual. Este recuerdo
parece provocar molestia y enojo en el interno contra su madrastra y al parecer
lo despierta el señalamiento en el estudio de personalidad de que el era
bisexual. Por ello también se enoja cuando lo ve en el mencionado estudio. El
interno continúa afirmando que el no es homosexual y que en ello hay un error.
Con respecto al señor de Mixcalco concluye que lo conoce por que en esa época
vendía cacahuates y garapiñados en los camiones, pero como ahí le pegaban, le
daban de coscorrones, lo pateaban e incluso uno de los más grandes le tiro su
caja de paletas, a el se le ocurrió ir a todos los negocios y vender ahí sus
mercancía. Co ello le fue muy bien económicamente. De este modo llega a conocer
al señor del mercado de Mixcalco. Con dicho relato, se concluye que la primera versión
de la violación, en realidad fue un recuerdo desfigurado o que contenía otros
recuerdos de manera simultanea. Estos eran: La violación a los ocho años, el
tocamiento en el baño por el señor de Mixcalco (aproximadamente a los diez
años), el insulto de que era un homosexual por parte de su madrastra y el
señalamiento de la bisexualidad en el estudio de personalidad. Queda pendiente
la edad de los quince años. Inicialmente niega algún evento de importancia. Sin
embargo, refiere que en esa época se sale de nuevo de la casa por que tenía muy
malas calificaciones. Se sale tres días y se va con un primo que estudiaba
psicología. El le dijo que su lugar era con los tíos y que se debía regresar,
aunque el lo aceptaba que se quedara. Hace referencia a dicho primo, que por
parentesco biológico en realidad es su sobrino; pero por adopción resulta ser
su tío. El ha estudiado y al parecer es catedrático en algunos de las ENEP, de
la UNAM. Al parecer ha incluso alcanzado su grado de doctor. La primer versión
de su violación es a la vez un recuerdo encubridor y una condensación de
recuerdos. Otros de los aspectos indicados es su resistencia a llorar por que
en el estudio se le veía como a una persona que se hace el mártir y el no
quiere que se piense de el eso. El dice que aprecia mucho a su psicólogo y
ha aprendido mucho de este. Tiene
presentes muchas palabras que se le dicen y el sabe que son palabras con muchos
caminos que hay que saber cuales son. También señala que el ha escuchado
comentarios desfavorables entre los internos acerca de su psicólogo y el lo ha
defendido.
En la sesión del 16 Agosto del 2005, el interno (Jorge E. J.), el interno
hace un breve resumen de los puntos analizados en la sesión anterior. A ello
agrega un recuerdo relacionado con el gran resentimiento y odio que llego a
sentir hacia su madrastra. Recuerda que el día que le platico que había ido a
bañarse con el señor del mercado de Mixcalco, ella le dijo que era un
“maricón”. Dice que se le quedo muy gravado que le hablará de tal manera. Y le
preguntaba por que le decía así. Ella le responde que por que se fue a bañar
con un hombre y eso no se hace. En este relato el interno cambia el supuesto
insulto de la sesión anterior. En ella decía que le había dicho homosexual.
Otro recuerdo que el tiene de tal época, fue cuando su madrastra lo obligo a
ponerse unos zapatos de su hermana. Cuestión que le dio mucha vergüenza. En esa
ocasión, por jugar fut bol, en un baldío muy grande cercas de su casa, perdió
los zapatos. El se los quito para jugar, estando como portero. Coloca cada uno
de los zapatos en lo que correspondían a los postes de la portería y no sabe
como paso pero no los encontró al intentar regresar a su casa. Llega a la misma
sin ellos y recibe una golpiza por tal perdida. Al día siguiente su madrastra
lo obliga a usar los zapatos de su hermana e ir a la tortillería. El interno
dice que fue una anécdota que ahora le da risa. El estaba parado en la ”cola”
de las tortillas y trataba de ocultar sus pies. Sin embargo, no pudo evitar que
una niña se estirara y le observara los pies. El dirigía la punta de sus pies
hacia el lado opuesto de la calle para evitar que se los viera la niña. Lo que
más le preocupaba es que estos zapatos tenían al parecer una flor, como los
zapatos de las niñas. No sabe cuanto tiempo los tuvo que usar, pero se las
ingenio para quitarles dicho mocho. Con ello dice que fue el acabose por que le
quitaron todo. Por último, para finalizar la sesión dice que el tiene mucho
miedo a ser atropellado; o de morir de tal manera. No sabe si esto es por que
durante su niñez el vio muchos accidentes de transito y de atropellados.
Algunos de ellos incluso implico que observará como le habían destrozado con
las llantas el cráneo del occiso. Tal es su miedo, que teme que el día que
salga tal vez de inmediato, como ya no se acuerda bien de la ciudad, no vaya a
ser atropellado y muerto así. Relaciona incluso su miedo cuando en su celda,
con otro interno, al que llama el señor Tito, ven una película de Rambo, del
actor Silvester Stalone, que se encuentra debajo de un camión. No sabe como se
detenía en el vehiculo, pero si que al entrar a un lugar se detiene y se rueda
para salir de debajo del camión. El al ver eso sentía ganas de decirle que se
apurara por que si no lo iban a atropellar. Queda dicha temática para un
análisis posterior.
Saturnino A. M. Es otro caso en el cual se combina la presencia de
tendencias de tipo voyeristas, que consiste en la filmación de la esposa cuando
ella se encuentra desnuda. Para esto afirma que realiza arreglos en su casa.
Coloca un espejo tras el cual se puede ver. Colocando en dicho lugar una cámara
de video-grabación. Siendo su oficio carpintero ello le es fácil de realizar.
Según el interno esto lo hacia de común acuerdo con su esposa y con el
consentimiento de la misma. Como posibilidad refiere que ella mostraba agrado
por ser filmada al parecer en el momento que tenía relaciones sexuales con el.
En este punto cabe aclarar, que la cámara de video estaba colocada en el baño y
no el la recamara de la pareja. Las video-grabaciones son de importancia, por
que durante el proceso son utilizadas para inculpar al interno. Estas fueron
entregadas y presentadas por la esposa durante el proceso. Sin embargo dice que
fueron arregladas por que no había lo que estaba todo lo que estaba filmado.
Solo se encontró aquello que se relacionaba con su hija, quien era la ofendida
directa en el delito. El interno supone que lo demás fue borrado y no permitió
que se viera que su esposa estaba de acuerdo cuando la filmaban. Dicha aclaración
la realiza por que supone que no consideran como una situación normal la
filmación de su esposa en escenas íntimas. Aún cuando se le hace la pregunta
directa, el interno niega que el haya filmado u observado a su hija desnuda,
cuando la misma entraba en el baño. Dicho sujeto esta acusado de violación de
su hija de catorce años. Y como argumento para su detención, ya que niega la
comisión delictiva, es que su esposa le quiere quitar su casa, la cual compro
con grandes sacrificios.
Saturnino A. M., en una segunda sesión se observa un cambio en el relato
del interno. No se refieren las sesiones anteriores por que el contenido de las
mismas es mínimo. Se refiere a que su esposa lo quiso sacar de su casa y por
ello lo denuncia. Pero da la casualidad de que la casa que el refiere esta a
nombre de la esposa. De momento parece que el interno es denunciado por que
fotografío a su hija desnuda en el baño. A pesar de ello ya había mencionado
que la había manoseado e intentado sacar de la cama y violarla. En una más de
las sesiones retoma la versión del delito, afirmando que no tiene caso
analizarlo por que no se le cree, lo cual no ha pasado desapercibido para el
interno. Sin embargo se logra esclarecer un punto más. En realidad el se
refiere a que no violo a su hija ni lo intento por que ese mismo día fue cuando
lo detuvieron. Considera que no hubo tiempo para que pasara el motivo por el
cual se le acusa. Sin embargo alude a la posibilidad de que tal vez en la
versión jurídica haya sido reportado que en otras ocasiones intento o abuso de
su hijas. Esta tenía entonces diecisiete años. Al parecer hay una imputación
directa de la menor. El afirma haber solicitado el careo con la madre de la
víctima y con la misma víctima. Insistiendo que se diera con la primera, para desvirtuar
su versión. Se le hace ver que ello no hubiera sido efectivo ya que no es la
esposa quien denuncia los hechos sino su misma hija. Se puede suponer que a
ella no le constan los hechos, como en su momento no le constaban a los
judiciales que lo detienen. Estos dos aspectos eran los principales argumentos
para su defensa. Pero en realidad el interno no es sentenciado por dichos
argumentos, sino por la imputación directa de su hija. Ante ello el interno
afirma que en realidad no recuerda con exactitud como quedo la versión del
delito a pesar de que el la leyó. De igual manera, ante sus argumentos se le
plantea con la situación de que la denuncia no sea por los hechos ocurridos en
mismo día que lo detienen, sino por los hechos de días anteriores. Con ello
menciona que sabe que aunque compurgue la sentencia no podrá convencer a su
psicólogo de que el es inocente. Afirma que sus vecinos, su suegra y otros
familiares están enojados con su esposa por haberlo denunciado. El cree que
ellos creen en su inocencia. Incluso afirma que su esposa intento retirar la
demanda para que el fuera absuelto.
El caso de Raúl P. M. nos introduce en la sexualidad del mismo como
determinante de la psicopatología por más de treinta y dos años. La confusión
que se crea en la mente infantil es de importancia. En ello parece intervenir
el recuerdo de cuando con su hermana mayor y menor a él, se desnuda y se
observan. Con gran probabilidad se tocan sus genitales. Al menos la hermana
mayor parece que toca el miembro viril del interno y el vientre de las
hermanas. Una de ella tenía seis o siete años y la otra trece años. Por ello la
observación del incipiente busto y vello púbico parece impactar al interno.
Además retrae un recuerdo relacionado con la madre, con quien se llega a bañar desnudos,
el las hermanas y la madre. Todo ello sin “malicia y sin morbo” como dice el
interno, pero si con efecto sobre el sujeto. Efecto no previsto ni conocido por
su madre y hermanas, pero definitivamente de excitación. El día que se desnudan
el interno y su madre, ellos solo se cubren con una sabana en la cama, sic.
“pensando inocentemente que con ello no serían descubiertos”. Sin embargo, la
madre los descubre al arrebatarles la sabana y encontrándolos desnudos.
Consecuencia de ello son los golpes que recibieron por sus actos. Aparentemente
no estaba permitido, pero el se bañaba desnudo con la madre y las hermanas. En
la época de tal suceso, tal vez el interno contaba con ocho años de edad. En
tanto que lo que ocurre con la madre como mínimo se da a los seis años. Esto
parece enfrentar, sin “morbo o sin malicia” a algo que se dice que esta
prohibido, pero que se hace y le provoca una excitación. De ahí la confusión
del interno que posteriormente es canalizada por la rebeldía, la vagancia, el
consumo de drogas, los delitos, la reclusión y una sexualidad promiscua y
bisexual. El delito de este interno, en la actualidad de robo con violencia, el
cual aún niega. Y el anterior, de violación, el cual después de varios años
acepta y confirma con la versión de los hechos. Otro hecho de importancia que
parece cobrar sentido en su análisis es el comentario frecuente de que el
siempre requirió de la presencia de un hombre, como el padre o los hermanos y
que no tuvo. Todos ellos mayores y sin contacto real con el interno. Por su
edad y lugar de nacimiento entre mujeres, tuvo que vivir con ellas y se
influido por la sexualidad de las mismas. Efectivamente, esto determino su
vida.
OTROS CASOS DE VIOLACION
En la presente sección se reportaran otros de los casos tratados en la en
el presente escrito y que corresponden a su estudio de personalidad a partir de
la aplicación e interpretación del Test de Rorschach[56],
que son:
Caso E M O (apéndice I) del 16/01/05 Sujeto que en general
funciona y aprovecha sus recursos personales e intelectuales de acuerdo a la
madia poblacional, por lo cual su desempeño es normal y acorde al medio que lo
rodea. Se destaca dentro de dichas capacidades su interés por los detalles
finos, lo que hace que se desenvuelva como una persona detallista, que intenta
guiarse por lo obvio. Sin embargo, ello mismo no interfiere su capacidad de
abstracción. Correspondiendo su nivel de pensamiento al abstracto u
analítico-sintético; siendo para el de utilidad su capacidad de observación de
los detalles y lo obvio. En tal capacidad funciona ligeramente por arriba dl
común de la población. Con tendencias a aislarse de su medio ambiente, por lo
cual pude parecer como una persona reservada y preocupada por cuestiones
personales orientadas hacia sí mismo. Con intentos por ejercer control sobre
sus emociones y afectos, así como de sus impulsos. Con tendencias a manejar la
represión como mecanismo de defensa básico. Con tendencias a ser minucioso,
exacto y preciso, lo cual lo plantea como una persona con tendencias a la pedantería;
situación que lo hace pensar que es diferente de los demás y que su capacidad
es mejor que de las personas que lo rodean. Con tendencias a la devaluación de
los demás. Probablemente en ocasiones desperdicia su tiempo al intentar
analizar lo concreto y obvio. Con tendencias a la oposición, las cuales se ven
interferidas por sus tendencias obsesivas, las cuales están presentes como
parte de importancia en su personalidad. Sujeto con tendencias a ser impersonal
y buscar los hechos reales; situación que favorece el desarrollo de mecanismos
de defensa relacionados con la intelectualización y la racionalización, con los
cuales intenta tener control de sí
mismo. Con tendencias al infantilismo, las cuales son determinantes de
su dinámica personal y misma que trata de reprimir y controlar. Con
dificultades para interrelacionarse con los pares que lo rodean y a los cuales
intenta mantener a distancia. Al parecer sus capacidades intelectuales
adecuadas le permiten una mayor adecuación, la cual es relativa por la
presencia de una patología neurótica severa. Dichas capacidades le han
permitido el control de la emergencia de una psicopatología aguda o de una
mayor desadaptación personal. De acuerdo a la historia clínica, esta parece ser
canalizada a través del consumo de bebidas alcohólicas, las cuales han
permitido el control que ha fracasado ante la los mecanismos de defensa Un
probable segundo mecanismo de defensa se ha estructurado a partir de su
reclusión. Con presencia de tendencias inmaduras, poco concientes y de sus
impulsos básicos, los cuales dominan su personalidad y que intenta contener
mediante los mecanismo obsesivos. Con tendencias al aislamiento en especial de
los afectos y de la ansiedad relacionado con los impulsos básicos. Con grandes
necesidades de afecto y cariño, de lo cual es poco conciente o que al menos
intenta negar como una realidad personal de importancia para él. Con
necesidades de ser afirmado y aprobado por los demás, de quienes demanda
atención y afecto y que percibe no le es proporcionado por estos. Situación que
confirma la historia personal en relación a sentimientos de abandono por parte
de las personas importantes, en especial la figura materna. Con frecuencia, con
el manejo de sus mecanismos defensivos ha intentado el manejo y el conocimiento
de los determinantes de su ansiedad y malestar psíquico, pero sin éxito,
reforzando la negación y represión de los mismos. Dicha ansiedad o angustia
tiende a ocultarla a los demás. Con sensaciones de inadecuación intelectual,
probablemente relacionadas con la incapacidad para controlar lo que le ocurre o
para explicar las mismas. Con tendencias a manejar su pensamiento y la relación
con los demás de manera convencional y apegada a estos. La ansiedad, el control
excesivo sobre de sí mismo, sus tendencias a la represión y rasgos obsesivos
intentan mantener control sobre las tensiones internas y limitan el desarrollo
intelectual que de manera natural es bueno pero que no ha podido por lo mismo
alcanzar un desarrollo adecuado. Las presiones del medio ambiente le afectan
sin embargo intenta ocultar el efecto de las mismas, lo cual tiende a negar.
Sujeto con tendencias a la introversión que intenta mantener en control y dar
una apariencia de adaptación y normalidad ante los demás. Sujeto poco ambicioso,
probablemente en especial a lo
intelectual, ya que su dinámica relacionada con lo interno tiende a predominar,
por lo cual no enfatiza en el desarrollo de lo intelectual. Con escases de
intereses provocado esto por una desadaptación de importancia. Con
establecimiento de relaciones impersonales y controladas por la emergencia de
ansiedad y angustia que genera la figura paterna. Es al parecer en la figura en
la que establece mayor control y represión. Cauteloso en la concepción y
relación con dichas figuras de autoridad o parentales. En tanto que a las
figuras femeninas y maternas parece percibirlas como agresivas y dominantes,
contra las cuales parece intentar rebelarse y oponerse pero con poco éxito. Así
mismo con concebidas como vigilantes y controladoras. Al igual, con respecto a
la sexualidad se presenta la angustia, la cual intenta controlar de manera
importante. Siendo la relación con las figuras parentales y la sexualidad las
fuentes importantes de conflictos, tensiones, angustia y desadaptación en el
interno.
IMPRESIÓN DIAGNOSTICA: F42.8
Trastorno obsesivo compulsivo
F60.5 Trastorno obsesivo
compulsivo de la personalidad
Caso A H
A (Apéndice II) del 12/01/05 En el presente caso destacan la presencia
de capacidad de integración de los detalles en un todo, percibiéndose al sujeto
como incapaz de observar los detalles finos, cotidianos u obvios de su vida.
Aunque es potencialmente de la observación de los mismos los integra de manera
deficiente y con poco cuidado. Se le observa precipitación y bloqueos en sus
respuestas, lo cual limita la capacidad de producción. Con probabilidades de
que al enfrentarse a situaciones nuevas o poco conocidas experimenta ansiedad y
bloqueos psicógenos en las capacidades intelectuales. Situación que hace
suponer que el individuo tiende a mostrarse defensivo y evasivo en grado
excesivo. Aparentando de manera convencional una escasa productividad o con
decremento del desarrollo intelectual, el cual aparenta ser pobre o e baja
calidad. Sin embargo de manera potencial y en desperdicio de dicho recurso
intelectual se encuentras sus tendencias al pensamiento abstracto. Más bien el
paciente limita la capacidad de producción a fin de evitar la manifestación de
sus capacidades reales. Dicha capacidad se encuentra muy por arriba de la media
poblacional. Sus ambiciones no se relacionan con el desarrollo intelectual y el
aprovechamiento de tal capacidad. Se demuestra como una persona incapaz de
enfrentarse a los hechos reales cuando es necesario, con lo cual se muestra más
como una persona deficiente, pero con alta probabilidad de que ello lo haga de
manera propositiva o defensiva. Con limitaciones en la capacidad de establecer
relaciones interpersonales espontáneas, creativas y sensitivas, efectuando las
mismas de una manera estereotipada, convencional y superficial ante los demás.
De manera potencial se puede pensar en un sujeto inteligente, con capacidades
para aceptarse a si mismo y establecer buenas relaciones con los demás, sin
embargo ello no lo ejerce. Con limitaciones en la interacción afectiva, ante la
cual se muestra sensible, hipercrítico, cauteloso, e incapaz de reconocerlas
como presentes en el mismo. De esta manera se relaciona, aunque con poca
calidad con tendencias intelectualoides y racionalizadoras. Negador de las necesidades
afectivas. Con presencia de tendencias a la rigidez personal y con intentos por
ejercer el control y la represión de los demás, los impulsos y las emociones.
Con incapacidad de ver las cosas cotidianas de igual manera que los demás a
pesar de posee el potencial intelectual. Con capacidad para posponer la
satisfacción de sus necesidades inmediatas, a través del control de las mismas
por sus pensamientos. Sujeto resistente a la influencia del medio ambiente en
el cual se desenvuelve. Con tendencias a ejercer un control excesivo sobre de
sí mismo, dando con frecuencias respuestas superficiales y convencionales.
Sujeto con tendencias a ser introversivo y a intentar confiar en su mundo
interno, aunque con fallas en ello, ya que se ve amenazado desde el interior
por la presencia de ansiedad, emociones e impulsos. Sujeto que tiene a
mostrarse alerta, suspicaz y desconfiado. Con tendencias a mostrarse racional y
poco emotivo. Sujeto que ante las relaciones con las figuras femeninas o
maternas se muestra evasivo y defensivo, probablemente por la exigencia de
estas o las peticiones de intercambio afectivo, en lo cual el tiene serias
dificultades. Aunque se ve impelido a necesitar de la expresión afectiva y la
satisfacción de tipo emocional en la cual el probablemente no sea reciproco.
Acepta que se le de afecto pero limita el que el debe dar a los demás. Con
negación de las figuras paternas, ante las cuales experimenta ansiedad y temor.
Tiende a la victimización y reclamar afecto, ante el cual se muestra pasivo y
se muestra como una persona desvalida. Con tendencias a negar a las figuras
femeninas, con lo cual predominancia de impulsos de tipo homosexual. Sus
necesidades y peticiones de afecto son infantiles y regresivas, orientándose de
manera lúdica. Demandante y exigente a pesar de que en no da una
correspondencia similar a la que exige con respecto a las manifestaciones
afectivas.
DIAGNOSTICO: F60.9 trastorno de personalidad
pasivo agresivo
F60. 5 Trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad
El relato completo de casos de violación, permite confirmar que al menos en
estos sujetos investigados si hay alteraciones en la vida sexual, tanto adulta
como infantil. Cuestión que permitirá cotejar las características de sus
pruebas psicológicas y confirmar si en realidad en ellas aparecen los rasgos
que son característicos de una alteración en dicha área. De ser así, deberán
aparecer en el Test Guestaltico Visomotor de Lauretta Bender[57]
los rasgos siguientes:
1. Dificultad de cierre de ángulos en las
figuras 7 y 8.
2. Dificultad en la realización de las
figuras 7 y 8 (borrones, remarcar las figuras, distorsiones leves de la forma
de las figuras, remarcado de las partes agudas de las figuras).
3. Colocación de las figuras 7 y 8 en el
cuadrante inferior de la hoja o en el cuadrante izquierdo de la hoja (puede ser
que exista una combinación de ambos cuadrantes).
4. Colocación de las figuras 7 y 8 en el
cuadrante superior de la hoja o en el cuadrante derecho de la hoja (puede ser
que exista una combinación de ambos cuadrantes). En este caso deberán estar
combinadas con dos rasgos más, que son:
- Secuencia
rígida o semirrígida colocándose al final de la misma dichas figuras.
- Cambio
de la secuencia, quedando ambas figuras en la parte superior o una en la
parte inferior y la otra en la parte superior.
5. Colocación de las figuras 7 y 8 en una
segunda hoja o en la parte posterior de la hoja donde se realiza la prueba.
Y en el Test de la figura Humana de Karen Machover[58],
los críterios a considerar son:
Remarcado,
borraduras o dificultades para dibujar la zona genital del la figura humana.
Accesorios
como son la corbata, el sombrero, la pipa en la figura masculina.
Dibujar
cierre del pantalón de preferencia en la figura masculina, aunque puede ocurrir
en la femenina.
Pelo
enmarañado, en una o en ambas figuras.
Dificultad
para dibujar los pies o los zapatos.
Remarcado,
borraduras o dificultades para dibujar la nariz de la figura humana.
Agregar
objetos largos o puntiagudos.
BIBLIOGRAFIA
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en el habla, el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error).
(Trad. José Luis Etchevery). Buenos Aires. Amorrortu.
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20. Sullivan, S. N. (1959). La
entrevista psiquiátrica. Buenos Aires. Psique.Zola, Emile. La taberna. Ed. Bruguera
Mtro.
Ps. Alejandro Fabela Alquicira
jaliscoafa@yahoo.com.mx
[1] Freud, S. (1901). Obras completas:
Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla,
el trastocar las cosas confundido, la superstición y el error). (José Luis
Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortú. vol. 6.
[2] Freud, S. (1926). Obras completas: ¿Pueden
los legos ejercer el psicoanálisis? Diálosgos con un juez imparcial. (José
Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires. Amorrortu. vol. 20.
[3]
Relación de importancia y matizada de emotividad que involucra la calificación
de tal delito, como uno de los actos más reprobables dentro de nuestra
sociedad. Relación que involucra el tomar partido, casi siempre y en especial
con la víctima. Cuestión que se agudiza sobretodo cuando las involucradas son
de sexo femenino. Al respecto hay que considerar, que tal vez se muevan
aspectos personales que implican la solidaridad de sexo; o bien que movilicen
los componentes maternales, en caso de violación de menores de edad; o bien que
reediten la experiencia de la que una mujer pudo ser objeto desde la violación
o desde el abuso sexual. En el primer caso podríamos suponer que estarían los
sentimientos retaliativos o de venganza de las mujeres afectadas. No decimos de
los violados, por que tales pensamientos sobre los niños no los hemos
investigado o los hemos supuesto y asignados como adultos protectores de los
mismos. Esto sería una línea de investigación interesante a seguir. Por lo que
respecta a la venganza, parece que ello se podría relacionar manifiestamente
con la propuesta de algunas mujeres y solidariamente de algunos hombres, de que
el violador sea castrado o que le sea cercenado su miembro. Ambos aspectos los
diferenciamos, restringiendo el término castración a la extirpación de los
testículos, que suele ser una propuesta, sobretodo si el acto de la violación
da la posibilidad de la procreación de un hijo del victimario. Al respecto nos
preguntamos ¿si acaso quienes hacen tal propuesta se refieren a negar al
violador la posibilidad de engendrar descendencia aunque no de ejercer su
sexualidad al permanecer el pene? En relación a la extirpación del miembro
viril, nos llama la atención cuando algunos partidarios de tal opción, por lo
común mujeres, afirman tal opción de manera categoría, pero no sin emitir una
sonrisa al respecto. ¿Acaso no deberíamos de esperar una expresión de enojo,
dureza u otra similar, que reconfirmara su planteamiento? Pero, ¿una sonrisa o
“risilla”, no sabría de momento definirla si pícara, de complicidad, de
placer... esta presente? Algo más que habría que profundizar.
[4] Al
respecto es importante aclarar algo que podría prestarse a interpretaciones
incorrectas. No se hace en el presente trabajo una defensa de los violadores,
sino la consideración de los mismos como seres humanos que son susceptibles de
tratamiento y de investigación científica. En la impartición de la clase de
“Atención a víctimas” a nivel licenciatura de la carrera de psicología, la
pregunta obligada en cada semestre era: ¿por qué dar tratamiento a los
victimarios de un delito? Al parecer era claro y no había discusión si se
pensaba en los daños que presenta la persona que fue objeto de un delito,
independientemente de cual haya sido este. Pero ¿con el victimario? Solo
después de la explicitación de los conflictos a que se enfrenta en el proceso y
la reclusión del delincuente, si bien no en todos, se concluía que son seres
humanos que finalizan por tener un “sufrimiento”
y que con frecuencia son víctimas de las circunstancias de su vida y de su
dinámica de la personalidad. Por último, son personas que tarde o temprano se
reintegraran a su núcleo social y con ello al riesgo de una reiteracia
conductual que requiere de ser prevenida.
[5]
Debemos tener la certeza de que ellos han cometido dicho acto, pues de lo
contrario no lo podríamos asegurar. Es por ello que es importante la
confirmación en el caso del sujeto violador de que haya cometido tal acto.
[6]
Sexualidad inhibida que podría conceptualizarse como una alteración de la
sexualidad del neurótico que menciona Henri Ey (1978), en el carácter del
neurótico. Concepción de importancia, ya que hay que considerar que tal vez en
el abordaje de la temática de la violación, hay que referirla a una de tipo
neurótica, psicótica y “perversa” o sociopática.
[7]
García Márquez, en su libro “El amor en los tiempos del cólera”, relato la
primer experiencia sexual de Florentino Araiza. Este había prometido fidelidad
y abstinencia sexual a su amada, Ferminadaza. Incluso, por mucho tiempo el se
había abstenido de conocer a mujer alguna sexualmente. Pero un día, cuando
paseaba en un barco, alguien, en uno de los camarotes del mismo, lo jalonea y
lo introduce en este. La oscuridad le impide ver a la persona que lo toca y lo
estimula, provocándole una erección. Era una mujer, a la cual no podía
distinguir, pero que hace la penetre con su pene erecto. El no supo que hacer,
pero una vez que se concluyó la relación sexual, fue arrojado del camarote.
Para entonces, el había perdido su virginidad, tan celosamente guardada para su
amada. Había sido violado. Al día siguiente, al llegar al puerto el estuvo
observando el camarote en el que su experiencia sexual. Pero, no pudo saber,
con quién odió tal experiencia, De dicho camarote salieron tres mujeres
ricamente ataviadas. Y por más que las vigilo, jamás pudo saber, cual de ellas
fue el objeto de su primera experiencia sexual.
[8] Al
concluir su sentencia dicho interno, se decía que habían concretado su relación
homosexual de manera manifiesta, según su trabajadora social en preliberación.
[9]
Sentimientos que podríamos decir que el interno reprimía, pero que estaban
presente y que tal vez se relacionarían con acontecimientos posteriores, que
sin embargo no están confirmados. Al interno se le relaciona con trafico y uso
de drogas, fabricación, “renta” y venta de “puntas” (armas punzo
cortantes) y un probable homicidio de otro interno. No podemos afirmar esto, ya
que ello solo se deriva de comentarios de otros interno; aunque los mismos se
consideraran fuentes de información confiables.
[10]
Como hipótesis explicativa, el interno parecía sostener relaciones sexuales no
por el placer de la misma; sino para ver que había entre las piernas de la
mujer en cuestión. A pesar de esto, el no quedaba convencido, ya que surgía de
nuevo la duda y se requería de otra mujer para ver si era igual. La diferencia
entre ambas mujeres era solo la edad, una ,más joven que la otra. Por último,
se llega a la víctima, porque seguía dudando de si el aparato sexual era igual
entre las mujeres adultas y una menor de edad. Al menos en estos tres casos,
una vez que las mujeres abrían las piernas y el podía ver su genital externo,
parecía perder su interés por ellas y la continuación de la relación sexual era
un mero compromiso. Hipótesis formulada de acuerdo a su expresión al relatar
dichas relaciones sexuales y sus comentarios.
[11] Edad
que en la República Mexicana es considerada como la mayoría de edad para una
persona.
[12]
Más adelante, en el caso de Jorge E.J., se da un nuevo ejemplo de este temor en
el interno acusado de violación y las actitudes que ello genera.
[13]
En alguna sesión, refiere que cuando estaba en el penal de ingreso (Barrientos)
y era requerido por vigilancia, los custodios se paraban en la entrada del
dormitorio y desde ese lugar gritaban el nombre del interno y señalaban de
igual manera que tenía el delito de violación. Independientemente, de que suele
ser frecuente el interés de los otros internos por saber que delito tiene el
recién llegado. De esta manera ellos pagan para que alguien, con acceso a la
información les proporcione el delito que el nuevo ingreso tiene. Información
que puede emplearse para extorsionar a la persona recién ingresada o para
intimidarla.
[14] Ahora
bien, tal procedimiento de defensa incluso legalmente se mantiene, no es
exclusivo de los violadores. Ello esta presente en los demás delitos.
[15]
Aparentemente por la descripción del interno, dicha mujer fue penetrada vaginal
y analmente. El relata que cuando parece ser penetrada por el ano, se endereza,
se estira y gime. Lo cual provoca un gran impacto en el entonces menor de edad.
Acto seguido, sale corriendo de su escondite, se sienta junto a su madre en
silencio, pero afirmando que dicha imagen observada no se le borraba de la
mente. Años después la olvida consciente y selectivamente, pero inconscientemente
ella estaba presente y vigente en su psique.
[16]
Hipotéticamente y a partir de las asociaciones del interno, parecía que la
investigación del aparato reproductor femenino se enlaza con las teorías
sexuales infantiles (Freud, 1900) de ¿“como nacen los bebes”?, ¿“como se
introdujeron los bebes en el vientre materno”? y ¿” como esta constituido el
genital femenino”?. De esta manera pareciera que la determinación del
delito se da por tratar de resolver dicho enigmas. Decimos hipotéticamente, porque
es información que aún requiere de una corroboración sin lugar a dudas.
[17] Cita de
tesis de maestría.
[18] En este
caso se hace referencia a la violación cuando, el victimario es el psicótico.
Pero no hay que olvidar cuando el paciente psicótico ingresado a reclusión, es
objeto de violación. En el trabajo diario en el reclusorio, un servidor adopta
como norma el incluir a dichos pacientes en el padrón de riesgo institucional,
por casi invariablemente tales sujetos son objeto de múltiples violaciones.
[19] Freud, S. (1905). Obras completas: Tres
ensayos de teoría sexual. (José Luis Etchevery, trad.). Buenos Aires.
Amorrortu. vol. 7.
[20] Con respecto al acusador, por que a
través de él no se procedió a la consignación, probablemente por que ya se
había generado mayores problemas al denunciar el acto de que fue objeto.
Después de ello podría haber quedado en reclusión como un denunciante o “borrega”
como se les denomina en el argot penitenciario. Sujeto de desconfianza y de
riesgo de ser aniquilado por ello.
[21] Ey, E., Bernard, P. y Brisset,
[22] Octubre
del 2004.
[23] Los
criterios para riesgos (institucional o social) y de reiterancia conductual, se
encuentran definidos por los Centros de Prevención y Readaptación Social del
Estado de México, en la normatividad para la evaluación y diagnóstico y el
tratamiento del la población cautiva por estos.
[24] “Ribete”, termino en la jerga de los
internos para referirse a pelear entre ellos.
[25]
En este caso el tratamiento se dio con una técnica de tipo analítica como la
resumida descriptivamente por Sigmund Frued en su texto de “¿Pueden los
legos ejercer el psicoanálisis?”.
[26] O
de la consideración de que al haber sido el delito cometido en agravio de un
menor de edad era de su mismo sexo y por
la violación era de tipo homosexual; pudiéndosele asignar a el la existencia de
tales características en su persona. Dicha situación fue aceptad por el interno
sin protestas y con la conciencia de ello. Al parecer no era algo que lo
pudiera inquietar.
[27] Los
mismos los perdió durante su detención, proceso y reclusión.
[28] Solomón, P. (1972), Mackinnon (1973), Kolb,
L. (1976), Ey, H. (1978), Sullivan, ,H.
(19), Diaz Portillo, I. (2000)
[29] Regla
de tratamiento del psicoanálisis que consiste en que la persona externe sin
seleccionar todo pensamiento que llega a su mente (Freud, S. 1920)
[30]
Aunque en la presencia de dicha actitud en las sesiones grupales, no hay que
olvidar el señalamiento de Sigmund Freud (1925), acerca de las dificultades
para que se acate la regla de la asociación libre por el paciente durante el
análisis. Ello casi siempre se refiere al hecho de que el analizado se esta
preocupando y preguntando por la persona de su analista, el quisiera saber más
de este, aunque no externa dichas interrogantes. Y en su trasfondo latente,
parece haber un segundo contendido de tipo homosexual.
[31] Al
referirse a la tipología de las víctimas, en su índice temático, Elías Neuman
(1989) dice:
TIPOLOGIA DE LAS VICTIMAS
1)
Clasificación de las víctimas de Mendelshon
a)
La víctima enteramente inocente o víctima ideal
b)
La víctima de culpabilidad menor o por ignorancia
c)
La víctima es tan culpable como el infractor (víctima
voluntaria)
d)
La víctima más culpable que el infractor
i)
La víctima provocadora
ii)
La víctima por imprudencia
e)
La víctima más culpable o únicamente culpable
i)
La víctima infractor
ii)
La víctima-simulante
iii)
La víctima imaginaria
[32] Ey, E.
(1978).
[33] Sigmund Freud (1923[1922]) Una neurosis
demoníaca del siglo XVII. Vol 19
[34] Sigmund Freud (1900) La interpretación de
los sueños.
[35] Sigmund Freud (1905)
[36] Sigmund Freud (190 )
[37]Bender, L. (19 ) Test Guestaltico Visomotor. Ed. Paidos.
[38]
EJE I.- F42.8 Trastorno obsesivo-compulsivo.
EJE II.- F60.5 Trastorno
obsesivo compulsivo de la personalidad
Dentro de las
características sobresalientes del interno encontramos sus tendencias a la
racionalización e intelectualización, así como la presencia de rasgos de
carácter anal, caracterizados por la obstinación y la preocupación por el
dinero. Con manejo insistente de el pensamiento, prolijo en su relato, lo cual
implica la preocupación por los detalles. Cuidadoso y meticuloso, con sus ideas
y con su cuerpo, lo cual lo ha llevado a la ejercitación de su cuerpo para
estar preparado para las competencias de fondo o el maratón específicamente;
habiendo participado en los mismos en más de una ocasión. Metódico y rígido,
aunque expresivo en sus afectos, los cuales externa con cierta facilidad.
[39] “rollero”, término utilizado en el
argot popular para referirse a una persona que habla mucho, que se esfuerza por
convencer con argumentos a los demás.
[40]
<<de aguilita>>, término con el cual se denomina la posición en
semi-cuclillas de los seres humanos para realizar sus necesidades fisiológicas
(orinar o defecar), ante la carencia de un excusado o por encontrarse al aire
libre. En dicha posición las piernas permanecen separadas.
[41]
PERISTALTISMO: m. tipo de motilidad, observada especialmente en el intestino,
gracias al cual progresa el contenido intestinal. El significado del término es
de importancia tenerlo presente por su relación con los excrementos y su
alusión con la eyaculación. Con ello parece unirse la sexualidad de tipo anal.
En este punto hay que tener presente que el interno al ser violado en la
adolescencia, ocurrió por vía anal. Además de que el concepto se inserta en la
temática de la excitación y la eyaculación.
[42]
La elaboración de estudios de personalidad en relación a situaciones legales es
de importancia, por que ello evita que se mantenga la confidencialidad el
tratamiento. Sobre todo por que legalmente el interno tiene derecho a ver su
estudio de personalidad. Esto da pauta a la molestia de los interno, el enojo o
la discusión con respecto a los se consigno en el estudio. En casos de mayor
gravedad, no es infrecuente que el interno amenace al psicólogo que realiza el
estudio por consignar determinada información que ellos suponen les perjudica o
que según ellos su abogado así se los hizo saber. Esto crea limitaciones de
importancia por el manejo tranferencial que se tiene con los internos, que
están sujetos a situaciones legales. Si bien esto no ocurre en todos los casos
si se debe reconsiderar para tenerlo presente en el manejo del mismo interno.
Es algo que el inconsciente retoma y utiliza para manifestarse. Por ello es el
psicólogo o terapeuta o analista el que lo debe tener presente. Sobre todo si
es inevitable que l interno tenga acceso a su expediente. Es algo que se le
debe explicitar y señalar como parte del encuadre terapéutico inicial. Esto es fundamental, por que con ello se
tiene el riesgo por el mismo psicólogo, quien faltando a su ética profesional,
hace diagnósticos, clínicos o criminológicos (de riesgo y peligrosidad), como
lo decían algunos psicólogos: sic. “Por no tener problemas con los abogados o
los mismos interno”, “o “para que una autoridad superior los moleste o les
cuestione sus diagnósticos”. El psicólogo clínico no hace diagnósticos a
petición de segundos o terceros; sino por que es un especialista, que se ha
formado para ello. Además de que debe mantener su ética como profesionista.
Desde el punto de vista terapéutico, en especial desde el psicoanálisis, pero
valido para toda técnica de tratamiento psico-clínico, es de importancia, por
que al ser deshonesto, el tratamiento posterior puede considerarse un fracaso
antes de que este se inicie. No hay tratamiento en contratransferencia, sin
diagnóstico o con deshonestidad.
[43]
Bebida fermentada que se utiliza para provocar estado de embriaguez. Producto
de la fermentación de diversas sustancias.
[44]
Como técnica particular de trabajo, se les da a los internos un pase para
presentarse y recordarles la próxima sesión. Con ello se pretende que los
internos tomen responsabilidad mínima de su atención terapéutica. Que sean
ellos los que se preocupen por guardar sus pases, ya que de lo contrario
tendrán dificultades con el área de vigilancia para acudir a las sesiones de
psicología. En caso de extravió, que la recuperación de los pases o el lograr
asistir a la sesión implique un costo o un trabajo para cumplir. En caso
contrario, de no esforzarse, que ello sea de su responsabilidad; e incluso con
la consecuencia de que por ello se den faltas o conflictos con vigilancia que
le s impidan a futuro una preliberación.
[45] “El pueblo”, denominación dentro de la
jerga de los internos en un reclusorio, para referirse al total de la población
y la vida en los dormitorios
[46] “Las orejas” término de la jerga de los
internos, para referirse a los que escuchan e informad de lo que esta prohibido
en el reclusorio y que es ejecutado por los internos. A través de ello se
trasgrede la normatividad y disciplina del reclusorio.
[47] “Las borregas”, palabra en el argot
carcelario, para denominar a los internos que se comunican con las áreas
técnica o con vigilancia para alertar a estos de los conflictos entre los
internos.
[48] “Niño
de la calle”, denominación
utilizada para designar a los menores de edad que por diferentes motivos
abandonan el hogar familiar, viviendo en compañía de otros en las calles. Entre
ellos se hace cooperación para rentar alguna casa en donde vivir aunque no se
tenga mobiliario. Sin embargo es más frecuente que se alojen en casas
abandonadas, terrenos baldíos, en las calles o alcantarillado. Con frencuencia
sus cobijo se da con el uso de cartones o periódicos.
[49] Claves
que corresponden al DSM-IVR
[50]
“Separos”, denominación usada para designar el lugar donde son llevados
inicialmente los detenidos por la policía
[51]
“Judiciales”, referencia al personal de una corporación policíaca de seguridad
pública de la república mexicana
[52] “Monstruo”,
denominación para los
internos recién llegados a una celda y que deben ejecutar el trabajo pesado en
las mismas.
[53] “piojito”
referencia a una caricia
en la cabeza que consiste en rascar el cuero cabelludo de una persona
determinada, como si le rascaran por tener un piojo en la cabeza.
[54]
Exclusa, puntos de control dentro de las instalaciones del reclusorio que permiten
el control de la afluencia libre de los internos. En ellos se da la revisión de
los internos antes de asistir a determinadas áreas del reclusorio. En el lugar
de trabajo existen dos que separan los dormitorios de las áreas técnicas de
psicología, trabajo social, medicina y criminología.
[55]
“Chingaron”, expresión del argot popular para referirse a que fue golpeado.
[56] La
administración, calificación e interpretación de los test de Rorschach
referidos se basan en la técnica de Herman Rorschach.
[57] Dichos críterios
corresponden a la interpretación proyectiva del test, de acuerdo a Bender
(1975) y Hutt (1975)
[58]
Portuando, (). Test de la figura humana de Karen Machover. Páidos.