Coacalco de Berriozabal, Estado de México, a 07 de Noviembre de 2020
¿El salto o el salto épico?
MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
jaliscoafa@yahoo.com.mx
blogsb86@gmail.com
Una nueva sesión de ”Leer en voz alta” a través de
Internet, el 07/11/20, en relación al texto de Jaques Allan Miller, “”. Se
analiza un caso de una mujer que es procesada por un delito, homicidio. Donde
se señalaba tres meses que ella había esperado para decir el por qué había
cometido el ilícito. Suponiéndose que esos tre meses los dedica a hacer
consciente su motivación para el homicidio. Algo que en realidad no es inusual
sino el factor común con otros delitos e incluso homicidios. Casi siempre el
delincuente sabe el motivo pero no lo externaliza. Y emplea esos tres meses
para meditar como plantear su motivación con respecto al delito para que tal
vez se le declare inocente por falta de elementos o sea sentenciado como
inimputable. Su presentación de sus motivos y su actitud es la de un “loco”,
con el fin de ser declarado enfermo mental y con ello evitar el proceso y la
sentencia. En tales casos es de importancia evaluar la voluntad que se
encuentra de por medio, en la realización del ilícito. De esto se deriva de
nuevo la temática del salto o salto épico. Lo que llama la atención son algunos
comentarios con respecto a lo espectacular, peligroso o “imprudente” de un
acto, que se dice se hace sin pensar. Lo cual insiste en una vieja conclusión
de que hay actos sin participación del inconsciente o el pensar. A esas
calificaciones de “…espectacular, peligroso o “imprudente…”, hay que aclarar
las expresiones de quien analizaba antes dichos actos, como el de esquiadores
que se deslizan por montañas de gran altura y de alto riesgo, los suicidas o
los homicidas; estas son de asombro, temor, ansiedad y estupor por la ejecución
de los salto, que no se si decir épicos o no. Tales expresiones son de interés
pues hablan de una observadora, un entrevistador o un analista, quien es quien
se sorprende. Es por ello que surge la pregunta siguiente: ¿Es ese sujeto
observador quien da el salto? O ¿Dónde ésta el salto, porque no se involucra en
el sujeto que realiza dicha conducta arriesgada? Y ¿seguramente ese salto no
ésta relacionado con ambos sujetos, sino se dan con independencia? Claro que
tales actos arriesgados, en el observador puede generar emociones, de miedo,
temor expectación, pero ello no es un salto, ni tampoco la explicación del
salto de otro. Ni siquiera por contratransferencia. Es quien da el salto, el
único que podría decir con respecto a dicho salto, pero para ello tendría que
preguntársele o analizarse. De esa manera saldría a la luz el motivo para
atreverse a dar dicho salto. Motivo que puede ser el tan socorrido en los
deporte de alto riesgo, “el gusto por la adrenalina”, los sentimientos o
pensamientos de omnipotencia, etc. En tanto que el observador solo puede dar
cuenta de sus temores personales, que no explicaran el salto.
Atinadamente se analiza algo más de dicho salto, lo
cual se podría decir que es previo a este, la preparación para ese acto de alto
riesgo, concluyéndose que eso no es el salto. Por ello se pregunta ¿entonces
donde ésta el salto? Se agrega que puede ser en la trayectoria, que no se
preparo y ante lo inesperado de un obstáculo no previsto, se tiene que tener
una corrección de un obstáculo inesperado. Pero ello no es el salto, pues es
tal la preparación del deportista que la respuesta es automática, pero esta
influida por la previa preparación y lo inesperado no puede ser el salto.
Cuando se ejecuta el salto inicial, no se puede considera como el paso al acto,
el salto épico o simplemente el saldo, porque su realización medio por la
voluntad del sujeto para hacerlo. Peo esto se complica más aún cuando se alude
al análisis o la creación pictórica. En ambos casos, hay un tiempo, que se
relaciona con la preparación para ser analista o pintor, lo cual no tiene que
ver con el salto. Nuevamente surge la pregunta, ¿entonces donde esta el salto?
No lo ésta en la obra pictórica realizada ni el fin del análisis, como se
discutió. Solo se puede pensar, si tal vez el salto se relacione con el momento
de inspiración. Pero la inspiración también implica un proceso de pensamiento.
Por ejemplo, a veces la creación pictórica solo es el acomodar de una manera
diferente de los elementos que componen la pintura, pero que fue algo que se
medito, sobre lo que se reflexionó. Incluso, la simple pregunta para realizar
un cuadro pintado, tiene toda una historia. Esa pregunta solo puede ser la
conclusión de una reflexión. Retomando el análisis, desde la perspectiva de
aquello insólito o atrevido que se realizo y que cambio lo que se dio a futuro,
habría que suponer, ¿que Freud y Lacan, al conformar su teoría o
conceptualización deben ser considerados como personas con múltiples saltos?
Concluyendo, hay que pensar en ¿Quién dio el salto?
Y ¿Quién presencio el salto? En el primer caso, tengo dudas de que este se
realice sin pensar y sin intervención del inconsciente. En el segundo caso, la
impresión que se provoco en el sujeto observador, eso no es el salto