sábado, 2 de octubre de 2021

CABEZA MAYA

Un ejemplo más de la técnica de dibujo con pluma. Difícil tarea por que no admite equivocaciones. Q ue quede como testimonio de mi publicación para el mes de Octubre de 2012. Espero sea de su agrado

CABEZA MAYA
TÉCNICA: Tinta y papel Gilbert
24.7cm. X 38.1cm.
FECHA: Abril 04, 2021
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira


REFLEXIONES SOBRE EL PASAJE AL ACTO: EL SALTO ÉPICO, EL PASAJE AL ACTO Y EL ACTO ADVERTIDO

 Es  indudable, al menos para mi, que la temática del pasaje al act fue por entero productiva y dio para escribir diversos temas. Es por ello que doy a la publicidad un documento m´s, para el mes de Octubre de 2021.

Coacalco de Berriozabal, Estado de México, a 30 de Enero del 2021

REFLEXIONES SOBRE EL PASAJE AL ACTO: EL SALTO ÉPICO, EL PASAJE AL ACTO Y EL ACTO ADVERTIDO.

MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA

C.P.R.S. Ecatepec

jaliscoafa@yahoo. Com.mx

blogsb86@gmail.com

El 30/01/21, se llevó a cabo una sesión de trabajo más sobre “Lecturas en voz alta”, haciendo de manera personal un comentario en relación a el pasaje al acto, el salto épico y el pasaje al ato advertido, como afirma llamarlo Alberto Sladogna, coordinador de la actividad. En tanto que en el texto, al último se le denomina pasaje al acto esclarecido. Los tres indudablemente tiene como factor común, el tener consecuencias en su ejecución al realizarlos. Pero ¿cuáles son estas? El primero, el pasaje al acto, es la realización de una conducta, que como ya se ha visto puede ser impredecible pero no indeterminada. Es decir que siempre esta matizada por la presencia del inconsciente, según las reflexiones personales. Por ello en otra ocasión cuestionaba la existencia de pasajes al acto sin intervención del inconsciente. En dicha ocasión se afirmaba que el no saber, el observador o el analista el determinante inconsciente, no equivale a la indeterminación inconsciente. En esos casos lo que ocurre es que al no haber cuestionado o entrevistado al sujeto, parece que son “espontáneos”. Provocando en los observadores asombro o pensamiento de que uno no se hubiera atrevido a realizarlos, por sus características y riesgos, que pueden poner en peligro la vida del ejecutante. Lo que en realidad faltaría en dichos casos es el análisis de tales comportamientos, que permitan conocer su significación. Un ejemplo parece ser el homicidio de una mujer en la persona de su concubino. Pero como ella fue analizada en detalle, concluía, después de varias sesiones, que había matado a su concubino porque este había amenazado con matarla. Antes de que ello ocurriera, ella se había adelantado y ultimado al concubino. Su primer defensa era que no se acordaba de nada, pues ella había estado consumiendo alcohol y drogas. Ampliando el análisis de su vida, se obtienen datos dramáticos de la misma. De niña había sido violada múltiples ocasiones por su padre. A ella la deja sin nuevas violaciones, pero sabe que ha violado a otra de sus hermanas. Cuando el padre intenta violar a la menor de las hermanas, tal vez de diez años de edad, ella enfrenta al padre, abandona la casa y momentáneamente evita la violación de su hermana menor. Siendo joven, es violada por un sujeto en un lugar deshabitado por la noche. Ella regresaba a su campamento, uno de tantos establecidos por el gobierno federal, para los damnificados del sismo de 1985. No solo es violada sino también golpeada en todo el cuerpo y arrastrada de los cabellos entre alambres de púas. Esto último, el motivo de varias cicatrices en ambas piernas. Habiendo quedado embarazada, inicia relación en unión libre con su violador. Continuando con el maltrato del mismo y agregando el maltrato de la madre de su agresor. Sic. “Ahora me trataban pero que al perro entre los dos”. Tiempo después, su concubino la induce al alcohol, la marihuana y la cocaína. De esta manera, cuando se intoxicaba, su concubino la vendía a otros hombres. Involucrándose de esta manera en la prostitución. Era su concubino quien le llevaba los “clientes” y la intoxicaba. Manteniendo su relación sexual con su concubino, lo hacía siempre bajo el efecto de sustancias. De esta manera, había tenido una vida personal dramática con los hombres. Por eso el día de los hechos, se atreve a acribillar a su concubino, quien le recordaba al padre, quien también había amenazado con matarla. Porque no, ese día solo mato simbólicamente a su padre. Lo interesante es que un homicidio al parecer sin consciencia de los hechos, tenía su explicación psicodinámica. Explicación alcanzada después de tal vez seis meses de análisis. Las últimas noticias con respecto a ella, es que había obtenido su liberación anticipada por buen comportamiento. Había dejado de ser conflictiva en su encarcelamiento y se afirmaba que se le veía tranquila y estable; en abstinencia de drogas.

Durante la sesión del 30/01/21, se retoma el salto épico desde el texto revisado de Jacque Alan Miller sobre el pase al acto, La inglesa asesina presentaba un homicidio al parecer inexplicable, Por su estado mental hablaba, pero no se entendía a la misma ni el ¿por qué de su acción? El psiquiatra que entrevistaba, elucida signos y síntomas, sin llegar a la comprensión del caso y solo a su diagnóstico clínico. Es de interés, cuando se hace notar, que dicho psiquiatra deja de preguntar y se dedica a escuchar a la paciente. En ese caso se decía que efectivamente el psiquiatra había dado un salto épico en su profesión, dejando de preguntar y procediendo a escuchar lo que decía la paciente. Escucha que llevaría posteriormente a conocer la significación de la conducta de la sujeto.

Por lo que respecta al pasaje advertido, es de interés porque se procede al objetivo que creemos es el análisis, escuchar al paciente y prepararlo para pensar y lograr esclarecer la significación de sus actos.  No es de importancia el esclarecimiento por parte del analista sino de que a ello pueda ser ayudado a llegar por este al analizado. Pero hablar de un acto advertido es de importancia, pues anuncia a través de él, del riesgo para la vida del sujeto. En las comunicaciones es frecuente que el sujeto anuncie la evolución y conclusión de la vida del analizado. Tal vez por ello refería Sladogna, sobre un caso en la cual el paciente llama a su analista evidenciando los riesgos de suicidio. Esto es lo que denomina el pasaje al acto advertido. De inmediato se traslada al lugar donde esta el analizado, para dar una sesión que evite el pasaje al acto en el cual perdería la vida el sujeto. Así es como recuerdo la experiencia señalada. Lo cual inevitablemente promueve el recuero de las tentativas suicidas de las histéricas, que con frecuencia solo son tentativa y fracasaron. Un ejemplo es el de la paciente que grita a su pareja de que se va a matar o consume grandes cantidades de somníferos. Como fue observada, recibe la atención médica y su obligatorio “lavado” de estómago, para evitar la disolución en el cuerpo del medicamente que podría conducirla a la muerte. Pero también de aquella que cierra todas las ventanas y puertas, abriendo las llaves del gas, para morir por inhalación de gases tóxicos. En dos casos, uno en el cual la paciente consume los somníferos, pero llegan a tiempo sus familiares y pueden salvarla a tiempo. La segunda, se aseguro de no dejar abierta ventana o puerta alguna, para que no se escapara el tóxico y no pudieran salvarla a tiempo. Pero “sin darse cuenta” olvida una sola ventana, por la cual se introduce el familiar y la salva a tiempo. Un tercer caso, se refiere a un hombre histérico, quien se arroja contra un ventanal en un intento por caer de cabeza un piso abajo. El cálculo le falla y rebota al chocar con su cabeza en un travesaño de la ventana, por la que se intentó arrojar. Un intento suicida fallido. Algo que había sido avisado con anticipación, pero a lo que no se le dio credibilidad. Siendo hora de salida del trabajo y con prisa para retirarse del centro de trabajo, se le aviso al coordinador del área de psicología acerca de su petición de apoyo para atención en el área médica. Cuestiones de trabajo determinan que dicho coordinador lo envié a su dormitorio y que lo atenderá al día siguiente. Comentario que fue escuchado por el interno. Por ello, en su “desesperación” se arroja hacia la ventana. Escuchado el ruido, se le atiende y al día siguiente es comunicada dicha situación a su psicólogo responsable de su caso. Situación ya esperada por las características del sujeto, pero no aceptadas por el coordinador. Situación que indudablemente provoco alarma en el área de psicología, con otros internos y el área de vigilancia. De manera similar, en otro caso, a regreso de vacaciones, el psicólogo responsable de la guardia vacacional, dice a otro psicólogo, tu interno, no recuerdo su nombre, dio muchos problemas en vacaciones. El psicólogo responsable de caso dice el nombre y el otro psicólogo indica, que como sabía quien había creado conflictos. El psicólogo había advertido de tal situación pero no creyéndole, no dieron la atención requerida y con tiempo. El psicólogo responsable del caso, en conocimiento de las características del interno, podía predecir o “adivinar”, los hechos ocurridos. El asombro del psicólogo responsable de la guardia era inmenso, pero no para el psicólogo responsable del caso. ¿Para el primero un al acto del interno? ¿Para el segundo un paso al acto advertido?

De ello derivan comentarios con respecto al quehacer de los analistas, específicamente dentro de lo permitido y lo negado en la sesión analítica. Por eso se señalaba que entonces la actitud con respecto al quehacer del analista era prejuiciada. A partir de la relación transferencial/contratransferencial, se insinuaba que no se podía llegar a la relación con la analizada. Algo que debe respetar el analista. Cuestión que con frecuencia se ha dado y de los que hay casos renombrados; por ejemplo el de Frida Fromm-Reichman y Fromm. Primero paciente y analista y después colegas y pareja sexual. Dicha experiencia de vida es frecuente pues la vida amorosa de un hombre y una mujer o del mismo sexo se puede dar y estar presente en la relación terapéutica o analítica. En la sesión del 30 de Enero de 2021, solo comentaba la anécdota de Galileo ante la Santa Inquisición. Cuando fue enjuiciado por hereje al postular sus teorías de que la tierra giraba alrededor del Sol y no como en esa época se sostenía, en especial por la Iglesia Católica, de que la Tierra era el centro del Universo. Acepta ante el Santo Oficio, que él ésta equivocado, pero al salir del recinto donde se le enjuiciaba afirmo, y sin embargo se la tierra gira alrededor del Sol. Ya nadie lo escuchaba seguramente porque no fue de nuevo enjuiciado o castigad por su “herejía”.  Ahora pienso ¿por qué de tal comentario? Creo que lo planteaba en doble sentido y como parafraseando la anécdota de Galileo. Por una parte en razón de que el Inconsciente existe y funciona, siendo eficaz y eficiente, a pesar de que se le niegue. Y en segundo lugar, que la excitación y la conclusión de una relación de pareja entre analista y analizado es posible, aunque no se le quiera ver. En algún momento, una analista relataba sobre su paciente, mujer, con una estructura histérica por cierto, que era una mujer muy atractiva, con una estructura corporal excelente. Tenía una cicatriz al lado del ojo derecho, considerable, producto de una caída en motocicleta. Misma que no desfiguraba el rostro ni le restaba belleza al mismo. Los compañeros de trabajo del analista, increpaban a este, de manera burlona o irónica, que habían visto a su paciente, con mejor arreglo en su persona (peinado, maquillaje y vestimenta). Lo cual era real y seguramente era por agradar a su analista. Como analista se pensaba ¿y por qué no ir más allá, después de todo es una mujer, atractiva y bien dispuesta? ¿Había entrado en acción la contratransferencia? La respuesta es afirmativa y seguramente comandaban esos pensamiento del ¿y por qué no? El analista esclarece esa negación a realizar deseos sexuales con la paciente. Por el estilo de vida de la paciente, lo cual no quería para él. Una vida de conflictos, alcohol, drogas y promiscuidad sexual. Buenas razones para no complicar una vida. Pero ¿si ella estimula el interés intelectual? ¿o si su nivel social es similar a la del analista enamorado? Tal como pudo ser el caso de Fromm o Breuer. ¿No importaban las complicaciones que seguramente generarían una vida de una neurótica “grave”? Una respuesta más intelectual o científica, sería, porque se establecio un encuadre analítico que excluye la relación de pareja. Después de todo, para el mismo analizado esta la regla de la abstinencia. Y la recomendación de no tomar decisiones de importancia en la vida del analizado durante el tratamiento, aunque ello puede implicar varios años. Toda ellas excelentes racionalizaciones. Tanto para cumplir la contratransferencia como para no llevarla acabó. Con esto retomamos la pregunta de ¿si debe o no hacer esto el analista? Alguien que dijo que no debería ser ese el comportamiento de un analista, fue calificada de prejuiciosa. De nuevo hay que parafrasear a Galileo: Y sin embargo se dan dichas relaciones. Por eso no se trata de enjuiciar en un proceso inquistorial, pero si esclarecer esos acontecimientos. Si es un pase al acto, lo es del analista, como un ser humano, con una psíque y un inconsciente funcionando y determinando los actos del analista. Prejuicios, quien enjuicia desde otro marco referencial de vida, pero sin ética profesional, pues ese nunca ha sido el objetivo del análisis. Y el psicoanálisis no es “buzón de corazones rotos” ni “club para enamorados”. El lugar de conformación de parejas es en otro lugar y tiempo. En tanto que el análisis es un lugar de escucha y reflexión sobre la vida cotidiana “Normal” o “enferma”.

Concluyendo con esto, es inevitable recordar la lectura del Márquez de Sade, en sus ciento veinte días de Sodoma, donde expone a aquellos perversos, para quienes la excitación sexual solo es posible si la pareja es enferma o minusválida. Esa condición personal de la pareja es necesaria para consumar una relación sexual. Donde con frecuencia, el miembro o parte del cuerpo afectada puede funcionar como un fetiche. Un analizado decía que primero se sintió desconcertado aunque después lo olvido, cuando se dio cuenta de que su pareja carecía de un pie. Ella tenía una prótesis que él nunca vio. Solo supo de su falta del pie, cuando su pareja se desnuda para tener relaciones sexuales. En realidad le resta importancia a ese hecho, pero al retraer ese recuerdo en el análisis, se evidencia la importancia de esa parte en su vida. El nunca pregunto ¿qué le paso? y ella no tuvo necesidad de decirlo[1]. Pero él estaba en reclusión por delito de violación, según su versión final en el análisis, era responsable del ilícito porque había obligado a una mujer para tener sexo en el asiento trasero de su taxi, pero el tenía la certeza de que ella se prostituía en el área donde la había subido a su taxi. Así mismo pensaba que lo había acusado de violación porque no le quiso pagar y le dio un puntapié en los glúteos. El análisis le permite reconocer que esa era la segunda vez que hacía lo mismo.

Esto conlleva el análisis de un punto de interés personal. Al leer el “Texto del libro negro del psicoanálisis”[2], retomaba la vieja consigna de Freud de ¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis? Texto publicado por Freud en 1920. Cien años después, en el Face Book encuentro la misma pregunta en Argentina, adjudicando dicha práctica a los médicos y porque al parecer en la época de Juan Domingo Perón, así lo determinaron sus políticos. La respuesta a dicha publicación en redes sociales fue. Que esa pregunta había sido resulta cien años antes por el mismo creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, por lo cual si resurgía la pregunta, había que releer el texto mencionado. Vigente a la fecha. Considerando que los políticos no saben en realidad de psicoanálisis. En pocas palabras, la crítica a dicho documento, “El libro negro del psicoanálisis” (Mayer, Borch-Jacobsen y Van Rillaer, versión en internet), se centraba, en dos argumentos primordiales. Son los psiquiatras-analista quienes tratan de sustentar las equivocaciones de Freud en el psicoanálisis y la práctica analítica. Siendo ahora más freudianos que el mismo Freud. Además de que quienes ahora criticaban son los mismos detractores del psicoanálisis en 1920, los médicos. Y es segundo argumento, es la crítica de los Terapeutas comportamentales (cognitivos conductuales), quienes poseen un marco referencial totalmente diferente del psicoanalítico. La crítica de estos últimos se centra sobretodo, en afirmar que su teoría es mejor y exponer la misma y su práctica terapéutica. En ello no hay cuestionamiento del pensamiento freudiano. Mismo que esta negado por uno de sus fundadores, Skinner, quien solo decía, que no le interesaba que ocurría en la “caja negra”, el cerebro y a lo que se dedica después Freud. Dicho autor no niega el psicoanálisis y su campo de estudio, solo no se interesa en eso[3]. Interesante este breve recorrido, porque en el 2012 José Atall cita en su texto ”A título de qué? La tercera proposición de Octubre de Lacan”, lo siguiente:

 

“Sin ir más lejos, se deja entrever lo que está en juego: e1médico y analista están en equivalencia. Se es analista como se es médico. Recordemos sin embargo lo que Lacan denuncia, justamente, en la primera versión de la Proposición: <<Esta mistificación que dobla la antigüedad del estatuto médico es aquí lo que bastó para abrir el lugar donde desde entonces se alojó el psicoanalista>>” (pág. 50)[4].

 

A mi juicio, se retoma en la proposición de Octubre de 1967, la polémica de quien debe o no ejercer el análisis, pero resuelta de una manera diferente por Lacan (1967). Él no se preocupa de quien lo ejerza o lo transmita, sino lo que sería el acto analítico. Es su reinvención con cada practicante del análisis. Antes de abandonar las presentes reflexiones es pertinente comentar lo siguiente: Escuchar el análisis de los psicoanalistas actuales provoca la impresión de una teorización, en especial del caso, y no la descripción del mismo. Parece más un trabajo acabado que el proceso de análisis que se siguió. Cuando se da la descripción de casos, surgen cuestionamientos en lo encuestado durante las entrevistas o sesiones analíticas. Y ante las formulaciones teóricas, ocurren otras que se podrían pensar más adecuadas o diferentes. Lo que dificulta entender o visualizar porque el analista en cuestión da tales interpretaciones. Tampoco es inusual encontrar preguntas, como en un ejemplo: El psicoanalista advertía su dificultada para saber si lo que el paciente relataba era una alucinación o una ilusión. El relato del síntoma era el siguiente: Por la noche iba cercas de un cementerio. Pensando entonces que un murciélago lo seguía y quería morder su cuello para chupar su sangre, lo cual lo hizo estar ansioso. Por ello se pide que se amplié la información vertida. De manera espontánea el analista abre la mano y coloca la palma de esta hacia abajo, con un movimiento de arriba abajo, para señalar que el paciente se refería al murciélago que volaba de manera parecida. Que esa era la impresión el movimiento de las ramas por donde el transitaba. Con esto podía bastar, para saber que lo que ocurría era una ilusión y no una alucinación. Había un estímulo que era distorsionado. Al existir dicho estímulo, se contradecía y se descartaba la alucinación. La cual por definición es percepción sin estímulo a percibir. Además se podía observar, a partir de una distorsión del estímulo, el involucramiento de otros procesos psíquicos como son la imaginación y la interpretación. Situación muy diferente a otro paciente, quien refería escuchar un ruido en su oído derecho de manera constante. Como la lámpara del consultorio tenía un zumbido constante, se le hace ver esto al sujeto. A lo cual responde, que escucha muy bien dicho zumbido, pero lo que presenta es muy diferente al de la lámpara. Indudable, es que en este segundo caso si había una alucinación auditiva. En otro caso, relacionado con una ideación deliroide, el paciente afirma que esta acusado de lesiones y daños en propiedad ajena. Posterior a una entrevista detallada, se concluye que además de drogas, el sujeto padece de una esquizofrenia paranoide. El día de los hechos camina en contra flujo con un microbús en una determinada calle. Ve venir al microbús y piensa que le quieren hacer algo. Se inclina y levanta una piedra, la cual arroja al parabrisas delantero del microbús, el cual al romperse se astillo y lesiona al cacharpo que iba recargado en el parabrisas. Muy bien sentenciado el interno y esclarecido el motivo de su acción. Solo responde a una ideación deliroide. Un ejemplo diferente de tales intervenciones clínicas problemáticas sería, el relato de los conflictos de una adolescente contra su madre de manera agresiva en especial verbalmente. El clínico interpreta que esto tiene que ver con el celo hacia la madre y por el período que atraviesa, la adolescencia. Pero al escuchar los reclamos de la paciente e insinuándose la posibilidad de un duelo patológico no resuelto de tipo melancólico, se observa la posibilidad de mecanismo melancólico de los autorreproches. Mismos que según Freud podrían ser una inversión del autorreproche por el reclamo a la persona amada y su enojo por el abandono de esta. Cabrían ambas opciones en la interpretación del caso, pero solo el análisis detallado podría definir la opción cercana a la dinámica del sujeto. ¿Por qué hablar de la adolescencia como motivante de la patología?

Retomando las interpretaciones de los analistas y las exposiciones de caso clínicos en análisis, solo se me ocurre pensar que es un trabajo raro el que estos hacen. De esta manera, se hacia una analogía entre contenido manifiesto y contenido latente. Se afirmaba que el contenido manifiesto, podría ser un texto breve, como en los sueños, de acaso dos o tres renglones. Sin embargo, con el contenido latente se podría llenar sin grandes dificultades un libro de quinientas páginas. Hoy agregare y la interpretación del analista un libro de cien páginas o un escrito de cuarenta cuartillas. Por supuesto basadas estas en el contenido manifiesto. Lo que me parece característico es la cantidad impresionante de conceptos y formulas, en el caso del psicoanálisis lacaniano, para explicar a otros trabajadores clínicos el caso. Y la prescripción del analista para el analizado ser una consigna de ejecutar tal o cual conducta. Aunque esto no es generalizado y es frecuente. ¿Qué significa esto en la clínica? No estoy en desacuerdo en la cantidad de palabras usadas para darlas al analizado y que este continúe su trabajo psíquico de análisis. Es claro, en un caso, como después de casi una hora de asociación libre, solo se le afirma que: Es como un niño. Continúa la asociación libre, hasta que este se detiene y pregunta ¿Por qué dice que soy como un niño? La respuesta: porque se comporta como un niño. Se ausenta del tratamiento y ocho meses después regresa. Bien dispuesto en su asociación libre, hasta que pasados treinta minutos aproximadamente, se detiene y pregunta ¿por qué aquella vez usted me dijo que era como un niño? No hubo preguntas ni verbalizaciones mayores que las señaladas por su analista. En otro caso, donde si hubo múltiples preguntas e intervenciones hacia el sujeto, una de las más interesantes fue: ¿Donde? Ante el señalamiento de que un toro, en una fantasía le quería cornar. El primer señalamiento fue la cabeza y así subsecuentemente el cuello, el pecho y el vientre, hasta llegar a la zona genital. ¿Por qué tantas preguntas de adonde? Pues porque no había firmeza, las respuestas señaladas con un simple “aquí”, mostraban titubeo, excepto en la última. En esta baja la cabeza y entre tristeza y resignación señala el genital masculino. Solo entonces se le indica que es claro, que el toro lo quería cornar en el genital, porque el se quería quedar con la vaca; y la vaca es del toro. Lo piensa brevemente y pregunta ¿Si no se puede entonces quedar con la vaca? A lo que se le responde con un simple no. Posterior a dicha sesión, se observan cambios interesantes en su vida, que permitían una mayor adaptación en su vida o que hablaban de cambios adaptativos interesantes en su vida diaria. Diferente es la comunicación al analizado, quien a través de su asociación libre afirmaba que se podría ser amigo de su analista porque él y si analista son iguales. La interpretación a este fue de la manera siguiente: Parece que usted cree que ambos, analista y analizado, somos iguales, pero no es así. Somos diferentes. ¿Y quiere saber por qué? Ante su afirmación se le contesta, porque yo soy el que prohíbe y usted el que obedece la prohibición. Relatando el caso, se indicaba, que no se quiso centrar la diferencia entre analista y analizado, en el hecho de que este último era recluso y farmacodependiente. Contextualizando la intervención, esta se dio en un caso con una estructura histriónica.


[1] Tal vez sin importancia, pero en entrevista con su esposa, ella menciono que él no lo sabía, pero ella le había sido infiel durante la reclusión de este con otro hombre.

[2] Meyer, C., Borch-Jacobsen, M., Cottraux Didier, J., Van Rillaer, P. J. El Libro Negro del Psicoanálisis: Vivir, pensar y sentirse mejor sin Freud. file:///C:/Users/alex/Documents/LIBROS%20Y%20ESCRITOS/libro%20negro%20del%20psicoan%C3%A1lisis%20%E2%9C%93L%C2%AE.pdf

[3] Fabela A. (2020). Critica al “libro negro del psicoanálisis”. México, inédito.

https://www.blogger.com/blog/post/edit/6736471220288410763/1035589248523746829

[4] Attal, José. (2012) El pase: ¿A título de qué? La tercera proposición de Octubre de Lacan. México. Grapas + == mé cayó el veinte. Ecole Lacannienne de psychanalyse