Un ejemplo más de la técnica de dibujo con pluma. Difícil tarea por que no admite equivocaciones. Q ue quede como testimonio de mi publicación para el mes de Octubre de 2012. Espero sea de su agrado
Escritos de las ideas del autor sobre temas diversos como son: psicología clínica, antropología, versos, anécdotas, pinturas o dibujos y comentarios de ellas, etc.
sábado, 2 de octubre de 2021
CABEZA MAYA
REFLEXIONES SOBRE EL PASAJE AL ACTO: EL SALTO ÉPICO, EL PASAJE AL ACTO Y EL ACTO ADVERTIDO
Es indudable, al menos para mi, que la temática del pasaje al act fue por entero productiva y dio para escribir diversos temas. Es por ello que doy a la publicidad un documento m´s, para el mes de Octubre de 2021.
Coacalco de Berriozabal, Estado de México, a 30 de Enero del
2021
REFLEXIONES SOBRE EL PASAJE AL ACTO: EL SALTO ÉPICO, EL
PASAJE AL ACTO Y EL ACTO ADVERTIDO.
MTRO. PS. ALEJANDRO FABELA ALQUICIRA
C.P.R.S. Ecatepec
jaliscoafa@yahoo. Com.mx
blogsb86@gmail.com
El 30/01/21, se llevó a cabo una sesión de trabajo
más sobre “Lecturas en voz alta”, haciendo de manera personal un comentario en
relación a el pasaje al acto, el salto épico y el pasaje al ato advertido, como
afirma llamarlo Alberto Sladogna, coordinador de la actividad. En tanto que en
el texto, al último se le denomina pasaje al acto esclarecido. Los tres
indudablemente tiene como factor común, el tener consecuencias en su ejecución
al realizarlos. Pero ¿cuáles son estas? El primero, el pasaje al acto, es la
realización de una conducta, que como ya se ha visto puede ser impredecible
pero no indeterminada. Es decir que siempre esta matizada por la presencia del
inconsciente, según las reflexiones personales. Por ello en otra ocasión
cuestionaba la existencia de pasajes al acto sin intervención del inconsciente.
En dicha ocasión se afirmaba que el no saber, el observador o el analista el
determinante inconsciente, no equivale a la indeterminación inconsciente. En
esos casos lo que ocurre es que al no haber cuestionado o entrevistado al
sujeto, parece que son “espontáneos”. Provocando en los observadores asombro o
pensamiento de que uno no se hubiera atrevido a realizarlos, por sus
características y riesgos, que pueden poner en peligro la vida del ejecutante.
Lo que en realidad faltaría en dichos casos es el análisis de tales
comportamientos, que permitan conocer su significación. Un ejemplo parece ser
el homicidio de una mujer en la persona de su concubino. Pero como ella fue
analizada en detalle, concluía, después de varias sesiones, que había matado a
su concubino porque este había amenazado con matarla. Antes de que ello
ocurriera, ella se había adelantado y ultimado al concubino. Su primer defensa
era que no se acordaba de nada, pues ella había estado consumiendo alcohol y
drogas. Ampliando el análisis de su vida, se obtienen datos dramáticos de la
misma. De niña había sido violada múltiples ocasiones por su padre. A ella la
deja sin nuevas violaciones, pero sabe que ha violado a otra de sus hermanas.
Cuando el padre intenta violar a la menor de las hermanas, tal vez de diez años
de edad, ella enfrenta al padre, abandona la casa y momentáneamente evita la
violación de su hermana menor. Siendo joven, es violada por un sujeto en un
lugar deshabitado por la noche. Ella regresaba a su campamento, uno de tantos
establecidos por el gobierno federal, para los damnificados del sismo de 1985.
No solo es violada sino también golpeada en todo el cuerpo y arrastrada de los
cabellos entre alambres de púas. Esto último, el motivo de varias cicatrices en
ambas piernas. Habiendo quedado embarazada, inicia relación en unión libre con
su violador. Continuando con el maltrato del mismo y agregando el maltrato de
la madre de su agresor. Sic. “Ahora me trataban pero que al perro entre los
dos”. Tiempo después, su concubino la induce al alcohol, la marihuana y la
cocaína. De esta manera, cuando se intoxicaba, su concubino la vendía a otros
hombres. Involucrándose de esta manera en la prostitución. Era su concubino
quien le llevaba los “clientes” y la intoxicaba. Manteniendo su relación sexual
con su concubino, lo hacía siempre bajo el efecto de sustancias. De esta
manera, había tenido una vida personal dramática con los hombres. Por eso el
día de los hechos, se atreve a acribillar a su concubino, quien le recordaba al
padre, quien también había amenazado con matarla. Porque no, ese día solo mato
simbólicamente a su padre. Lo interesante es que un homicidio al parecer sin
consciencia de los hechos, tenía su explicación psicodinámica. Explicación
alcanzada después de tal vez seis meses de análisis. Las últimas noticias con respecto
a ella, es que había obtenido su liberación anticipada por buen comportamiento.
Había dejado de ser conflictiva en su encarcelamiento y se afirmaba que se le
veía tranquila y estable; en abstinencia de drogas.
Durante la sesión del 30/01/21, se retoma el salto
épico desde el texto revisado de Jacque Alan Miller sobre el pase al acto, La
inglesa asesina presentaba un homicidio al parecer inexplicable, Por su estado
mental hablaba, pero no se entendía a la misma ni el ¿por qué de su acción? El
psiquiatra que entrevistaba, elucida signos y síntomas, sin llegar a la
comprensión del caso y solo a su diagnóstico clínico. Es de interés, cuando se
hace notar, que dicho psiquiatra deja de preguntar y se dedica a escuchar a la
paciente. En ese caso se decía que efectivamente el psiquiatra había dado un
salto épico en su profesión, dejando de preguntar y procediendo a escuchar lo
que decía la paciente. Escucha que llevaría posteriormente a conocer la
significación de la conducta de la sujeto.
Por lo que respecta al pasaje advertido, es de
interés porque se procede al objetivo que creemos es el análisis, escuchar al
paciente y prepararlo para pensar y lograr esclarecer la significación de sus
actos. No es de importancia el
esclarecimiento por parte del analista sino de que a ello pueda ser ayudado a
llegar por este al analizado. Pero hablar de un acto advertido es de
importancia, pues anuncia a través de él, del riesgo para la vida del sujeto.
En las comunicaciones es frecuente que el sujeto anuncie la evolución y
conclusión de la vida del analizado. Tal vez por ello refería Sladogna, sobre
un caso en la cual el paciente llama a su analista evidenciando los riesgos de
suicidio. Esto es lo que denomina el pasaje al acto advertido. De inmediato se
traslada al lugar donde esta el analizado, para dar una sesión que evite el
pasaje al acto en el cual perdería la vida el sujeto. Así es como recuerdo la
experiencia señalada. Lo cual inevitablemente promueve el recuero de las
tentativas suicidas de las histéricas, que con frecuencia solo son tentativa y
fracasaron. Un ejemplo es el de la paciente que grita a su pareja de que se va
a matar o consume grandes cantidades de somníferos. Como fue observada, recibe
la atención médica y su obligatorio “lavado” de estómago, para evitar la
disolución en el cuerpo del medicamente que podría conducirla a la muerte. Pero
también de aquella que cierra todas las ventanas y puertas, abriendo las llaves
del gas, para morir por inhalación de gases tóxicos. En dos casos, uno en el
cual la paciente consume los somníferos, pero llegan a tiempo sus familiares y
pueden salvarla a tiempo. La segunda, se aseguro de no dejar abierta ventana o
puerta alguna, para que no se escapara el tóxico y no pudieran salvarla a
tiempo. Pero “sin darse cuenta” olvida una sola ventana, por la cual se
introduce el familiar y la salva a tiempo. Un tercer caso, se refiere a un
hombre histérico, quien se arroja contra un ventanal en un intento por caer de
cabeza un piso abajo. El cálculo le falla y rebota al chocar con su cabeza en
un travesaño de la ventana, por la que se intentó arrojar. Un intento suicida
fallido. Algo que había sido avisado con anticipación, pero a lo que no se le
dio credibilidad. Siendo hora de salida del trabajo y con prisa para retirarse
del centro de trabajo, se le aviso al coordinador del área de psicología acerca
de su petición de apoyo para atención en el área médica. Cuestiones de trabajo
determinan que dicho coordinador lo envié a su dormitorio y que lo atenderá al
día siguiente. Comentario que fue escuchado por el interno. Por ello, en su
“desesperación” se arroja hacia la ventana. Escuchado el ruido, se le atiende y
al día siguiente es comunicada dicha situación a su psicólogo responsable de su
caso. Situación ya esperada por las características del sujeto, pero no
aceptadas por el coordinador. Situación que indudablemente provoco alarma en el
área de psicología, con otros internos y el área de vigilancia. De manera
similar, en otro caso, a regreso de vacaciones, el psicólogo responsable de la
guardia vacacional, dice a otro psicólogo, tu interno, no recuerdo su nombre,
dio muchos problemas en vacaciones. El psicólogo responsable de caso dice el
nombre y el otro psicólogo indica, que como sabía quien había creado
conflictos. El psicólogo había advertido de tal situación pero no creyéndole,
no dieron la atención requerida y con tiempo. El psicólogo responsable del
caso, en conocimiento de las características del interno, podía predecir o
“adivinar”, los hechos ocurridos. El asombro del psicólogo responsable de la
guardia era inmenso, pero no para el psicólogo responsable del caso. ¿Para el
primero un al acto del interno? ¿Para el segundo un paso al acto advertido?
De ello derivan comentarios con respecto al
quehacer de los analistas, específicamente dentro de lo permitido y lo negado
en la sesión analítica. Por eso se señalaba que entonces la actitud con
respecto al quehacer del analista era prejuiciada. A partir de la relación
transferencial/contratransferencial, se insinuaba que no se podía llegar a la
relación con la analizada. Algo que debe respetar el analista. Cuestión que con
frecuencia se ha dado y de los que hay casos renombrados; por ejemplo el de
Frida Fromm-Reichman y Fromm. Primero paciente y analista y después colegas y
pareja sexual. Dicha experiencia de vida es frecuente pues la vida amorosa de
un hombre y una mujer o del mismo sexo se puede dar y estar presente en la
relación terapéutica o analítica. En la sesión del 30 de Enero de 2021, solo
comentaba la anécdota de Galileo ante la Santa Inquisición. Cuando fue
enjuiciado por hereje al postular sus teorías de que la tierra giraba alrededor
del Sol y no como en esa época se sostenía, en especial por la Iglesia Católica,
de que la Tierra era el centro del Universo. Acepta ante el Santo Oficio, que
él ésta equivocado, pero al salir del recinto donde se le enjuiciaba afirmo, y
sin embargo se la tierra gira alrededor del Sol. Ya nadie lo escuchaba
seguramente porque no fue de nuevo enjuiciado o castigad por su “herejía”. Ahora pienso ¿por qué de tal comentario? Creo
que lo planteaba en doble sentido y como parafraseando la anécdota de Galileo.
Por una parte en razón de que el Inconsciente existe y funciona, siendo eficaz
y eficiente, a pesar de que se le niegue. Y en segundo lugar, que la excitación
y la conclusión de una relación de pareja entre analista y analizado es posible,
aunque no se le quiera ver. En algún momento, una analista relataba sobre su
paciente, mujer, con una estructura histérica por cierto, que era una mujer muy
atractiva, con una estructura corporal excelente. Tenía una cicatriz al lado
del ojo derecho, considerable, producto de una caída en motocicleta. Misma que
no desfiguraba el rostro ni le restaba belleza al mismo. Los compañeros de
trabajo del analista, increpaban a este, de manera burlona o irónica, que
habían visto a su paciente, con mejor arreglo en su persona (peinado,
maquillaje y vestimenta). Lo cual era real y seguramente era por agradar a su
analista. Como analista se pensaba ¿y por qué no ir más allá, después de todo
es una mujer, atractiva y bien dispuesta? ¿Había entrado en acción la
contratransferencia? La respuesta es afirmativa y seguramente comandaban esos
pensamiento del ¿y por qué no? El analista esclarece esa negación a realizar
deseos sexuales con la paciente. Por el estilo de vida de la paciente, lo cual
no quería para él. Una vida de conflictos, alcohol, drogas y promiscuidad
sexual. Buenas razones para no complicar una vida. Pero ¿si ella estimula el
interés intelectual? ¿o si su nivel social es similar a la del analista
enamorado? Tal como pudo ser el caso de Fromm o Breuer. ¿No importaban las
complicaciones que seguramente generarían una vida de una neurótica “grave”? Una
respuesta más intelectual o científica, sería, porque se establecio un encuadre
analítico que excluye la relación de pareja. Después de todo, para el mismo
analizado esta la regla de la abstinencia. Y la recomendación de no tomar
decisiones de importancia en la vida del analizado durante el tratamiento,
aunque ello puede implicar varios años. Toda ellas excelentes
racionalizaciones. Tanto para cumplir la contratransferencia como para no
llevarla acabó. Con esto retomamos la pregunta de ¿si debe o no hacer esto el
analista? Alguien que dijo que no debería ser ese el comportamiento de un
analista, fue calificada de prejuiciosa. De nuevo hay que parafrasear a
Galileo: Y sin embargo se dan dichas relaciones. Por eso no se trata de
enjuiciar en un proceso inquistorial, pero si esclarecer esos acontecimientos.
Si es un pase al acto, lo es del analista, como un ser humano, con una psíque y
un inconsciente funcionando y determinando los actos del analista. Prejuicios,
quien enjuicia desde otro marco referencial de vida, pero sin ética
profesional, pues ese nunca ha sido el objetivo del análisis. Y el
psicoanálisis no es “buzón de corazones rotos” ni “club para enamorados”. El
lugar de conformación de parejas es en otro lugar y tiempo. En tanto que el
análisis es un lugar de escucha y reflexión sobre la vida cotidiana “Normal” o
“enferma”.
Concluyendo con esto, es inevitable recordar la
lectura del Márquez de Sade, en sus ciento veinte días de Sodoma, donde expone
a aquellos perversos, para quienes la excitación sexual solo es posible si la
pareja es enferma o minusválida. Esa condición personal de la pareja es
necesaria para consumar una relación sexual. Donde con frecuencia, el miembro o
parte del cuerpo afectada puede funcionar como un fetiche. Un analizado decía
que primero se sintió desconcertado aunque después lo olvido, cuando se dio
cuenta de que su pareja carecía de un pie. Ella tenía una prótesis que él nunca
vio. Solo supo de su falta del pie, cuando su pareja se desnuda para tener
relaciones sexuales. En realidad le resta importancia a ese hecho, pero al
retraer ese recuerdo en el análisis, se evidencia la importancia de esa parte en
su vida. El nunca pregunto ¿qué le paso? y ella no tuvo necesidad de decirlo[1].
Pero él estaba en reclusión por delito de violación, según su versión final en
el análisis, era responsable del ilícito porque había obligado a una mujer para
tener sexo en el asiento trasero de su taxi, pero el tenía la certeza de que
ella se prostituía en el área donde la había subido a su taxi. Así mismo
pensaba que lo había acusado de violación porque no le quiso pagar y le dio un
puntapié en los glúteos. El análisis le permite reconocer que esa era la
segunda vez que hacía lo mismo.
Esto conlleva el análisis de un punto de interés
personal. Al leer el “Texto del libro negro del psicoanálisis”[2],
retomaba la vieja consigna de Freud de ¿Pueden los legos ejercer el
psicoanálisis? Texto publicado por Freud en 1920. Cien años después, en el Face
Book encuentro la misma pregunta en Argentina, adjudicando dicha práctica a los
médicos y porque al parecer en la época de Juan Domingo Perón, así lo
determinaron sus políticos. La respuesta a dicha publicación en redes sociales
fue. Que esa pregunta había sido resulta cien años antes por el mismo creador
del psicoanálisis, Sigmund Freud, por lo cual si resurgía la pregunta, había
que releer el texto mencionado. Vigente a la fecha. Considerando que los
políticos no saben en realidad de psicoanálisis. En pocas palabras, la crítica
a dicho documento, “El libro negro del psicoanálisis” (Mayer, Borch-Jacobsen y
Van Rillaer, versión en internet), se centraba, en dos argumentos primordiales.
Son los psiquiatras-analista quienes tratan de sustentar las equivocaciones de
Freud en el psicoanálisis y la práctica analítica. Siendo ahora más freudianos
que el mismo Freud. Además de que quienes ahora criticaban son los mismos
detractores del psicoanálisis en 1920, los médicos. Y es segundo argumento, es
la crítica de los Terapeutas comportamentales (cognitivos conductuales), quienes
poseen un marco referencial totalmente diferente del psicoanalítico. La crítica
de estos últimos se centra sobretodo, en afirmar que su teoría es mejor y
exponer la misma y su práctica terapéutica. En ello no hay cuestionamiento del
pensamiento freudiano. Mismo que esta negado por uno de sus fundadores,
Skinner, quien solo decía, que no le interesaba que ocurría en la “caja negra”,
el cerebro y a lo que se dedica después Freud. Dicho autor no niega el
psicoanálisis y su campo de estudio, solo no se interesa en eso[3].
Interesante este breve recorrido, porque en el 2012 José Atall cita en su texto
”A título de qué? La tercera proposición de Octubre de Lacan”, lo siguiente:
“Sin ir más lejos, se deja entrever lo que está en juego: e1médico
y analista están en equivalencia. Se es analista como se es médico. Recordemos
sin embargo lo que Lacan denuncia, justamente, en la primera versión de la Proposición:
<<Esta mistificación que dobla la antigüedad del estatuto médico es
aquí lo que bastó para abrir el lugar donde desde entonces se alojó el
psicoanalista>>” (pág. 50)[4].
A mi juicio, se retoma en la proposición de Octubre
de 1967, la polémica de quien debe o no ejercer el análisis, pero resuelta de
una manera diferente por Lacan (1967). Él no se preocupa de quien lo ejerza o
lo transmita, sino lo que sería el acto analítico. Es su reinvención con cada
practicante del análisis. Antes de abandonar las presentes reflexiones es
pertinente comentar lo siguiente: Escuchar el análisis de los psicoanalistas
actuales provoca la impresión de una teorización, en especial del caso, y no la
descripción del mismo. Parece más un trabajo acabado que el proceso de análisis
que se siguió. Cuando se da la descripción de casos, surgen cuestionamientos en
lo encuestado durante las entrevistas o sesiones analíticas. Y ante las
formulaciones teóricas, ocurren otras que se podrían pensar más adecuadas o
diferentes. Lo que dificulta entender o visualizar porque el analista en
cuestión da tales interpretaciones. Tampoco es inusual encontrar preguntas,
como en un ejemplo: El psicoanalista advertía su dificultada para saber si lo
que el paciente relataba era una alucinación o una ilusión. El relato del
síntoma era el siguiente: Por la noche iba cercas de un cementerio. Pensando
entonces que un murciélago lo seguía y quería morder su cuello para chupar su
sangre, lo cual lo hizo estar ansioso. Por ello se pide que se amplié la
información vertida. De manera espontánea el analista abre la mano y coloca la
palma de esta hacia abajo, con un movimiento de arriba abajo, para señalar que
el paciente se refería al murciélago que volaba de manera parecida. Que esa era
la impresión el movimiento de las ramas por donde el transitaba. Con esto podía
bastar, para saber que lo que ocurría era una ilusión y no una alucinación.
Había un estímulo que era distorsionado. Al existir dicho estímulo, se
contradecía y se descartaba la alucinación. La cual por definición es
percepción sin estímulo a percibir. Además se podía observar, a partir de una
distorsión del estímulo, el involucramiento de otros procesos psíquicos como
son la imaginación y la interpretación. Situación muy diferente a otro
paciente, quien refería escuchar un ruido en su oído derecho de manera
constante. Como la lámpara del consultorio tenía un zumbido constante, se le
hace ver esto al sujeto. A lo cual responde, que escucha muy bien dicho
zumbido, pero lo que presenta es muy diferente al de la lámpara. Indudable, es
que en este segundo caso si había una alucinación auditiva. En otro caso,
relacionado con una ideación deliroide, el paciente afirma que esta acusado de
lesiones y daños en propiedad ajena. Posterior a una entrevista detallada, se
concluye que además de drogas, el sujeto padece de una esquizofrenia paranoide.
El día de los hechos camina en contra flujo con un microbús en una determinada
calle. Ve venir al microbús y piensa que le quieren hacer algo. Se inclina y
levanta una piedra, la cual arroja al parabrisas delantero del microbús, el
cual al romperse se astillo y lesiona al cacharpo que iba recargado en el
parabrisas. Muy bien sentenciado el interno y esclarecido el motivo de su
acción. Solo responde a una ideación deliroide. Un ejemplo diferente de tales
intervenciones clínicas problemáticas sería, el relato de los conflictos de una
adolescente contra su madre de manera agresiva en especial verbalmente. El
clínico interpreta que esto tiene que ver con el celo hacia la madre y por el
período que atraviesa, la adolescencia. Pero al escuchar los reclamos de la
paciente e insinuándose la posibilidad de un duelo patológico no resuelto de
tipo melancólico, se observa la posibilidad de mecanismo melancólico de los
autorreproches. Mismos que según Freud podrían ser una inversión del
autorreproche por el reclamo a la persona amada y su enojo por el abandono de
esta. Cabrían ambas opciones en la interpretación del caso, pero solo el
análisis detallado podría definir la opción cercana a la dinámica del sujeto. ¿Por
qué hablar de la adolescencia como motivante de la patología?
[1]
Tal vez sin importancia, pero en entrevista con su esposa, ella menciono que él
no lo sabía, pero ella le había sido infiel durante la reclusión de este con otro
hombre.
[2] Meyer,
C., Borch-Jacobsen, M., Cottraux Didier, J., Van Rillaer, P. J. El Libro Negro
del Psicoanálisis: Vivir, pensar y sentirse mejor sin Freud. file:///C:/Users/alex/Documents/LIBROS%20Y%20ESCRITOS/libro%20negro%20del%20psicoan%C3%A1lisis%20%E2%9C%93L%C2%AE.pdf
[3]
Fabela A. (2020). Critica al “libro negro del
psicoanálisis”. México, inédito.
https://www.blogger.com/blog/post/edit/6736471220288410763/1035589248523746829
[4]
Attal, José. (2012) El pase: ¿A título de qué? La tercera proposición de
Octubre de Lacan. México. Grapas + == mé cayó el veinte. Ecole Lacannienne de
psychanalyse