jueves, 3 de enero de 2019

NUEVAS REFLEXIONES SOBRE EL AUTOCONCEPTO


El presente documento se introdujo en la presente tesis de Maestría, por un interés personal. Habiendo incursionado en el tema del autoconcepto por segunda vez, quise que quedara planteado un tercer acercamiento a dicha temática.eso es lo que representa el APÉNDICE que se transcribe a continuación

APÉNDICE

NUEVAS REFLEXIONES SOBRE EL AUTOCONCEPTO.

Analizar la "amargura" (Alvarez e Iglesias, 2007), a esta se le puede ubicar como sinónimos la aflicción, según el diccionario de la lengua española. Este a su vez significa pesar o sentimiento. Los cuales a su vez significan sentimiento o dolor interior y arrepentimiento, en el caso del primero, en tanto que el segundo significaría conocimiento, estado afectivo, pena o aflicción (Ramón García-Pelayo y Gross, 2007). Desde esta perspectiva se introducen dos diferentes temáticas: el conocimiento y los sentimientos del hombre. Respecto a los segundos, se puede decir que son sentimientos que caracterizan a aquellos designados a la depresión[1] y a la vez nos refieren a lo interior del hombre, en otras palabras a lo subjetivo. En tanto que el conocimiento nos refiere a los procesos del pensamiento humano. Desde esta perspectiva se da una relación entre la "amargura" de Alvarez e Iglesias (2007) y el autoconcepto, entendiendo este como el conocimiento de lo subjetivo y los sentimientos del ser humano; de ese hombre que se mira en la sucesión de alteraciones a través de su vida. Pero, que a la vez, fue transformado. Esto es de interés, por el hecho de la permanencia, de lo que denominamos “las pasiones[2]”. Motivos, estas, de la metamorfosis en el texto de Ovidio.
En tanto que en relación al conocimiento subjetivo del ser, divino o humano transformado, es necesario ampliar su análisis a partir de un ejemplo. Y este se refiere a la mitología de Eco. Quien es una ninfa enamorada de Narciso; pero, por las características de este, condenada a ser despreciada en su amor y a amar sin ser correspondida. Fue castigada, por la diosa Juno, quien era distraída por Eco, con pláticas; para evitar que se diera cuenta, Juno, de las infidelidades del dios Júpiter, su marido. Por ello, a pesar de haber sido tan locuaz, no volvió a hablar ante nadie y nunca pudo callar después de que otro hablara; repitiendo solo su última palabra. Ella vivía oculta y no podía presentarse a los demás, excepto a Narciso; quien al rechazarla, provoco que esta se ocultara en el follaje y las grutas donde permanece. Su sufrimiento origino que su cuerpo se perdiera y solo permaneciera su voz, mientras sus huesos se volvieron piedra.
Esto permite concluir, que lo que permanece es la voz, o hay que decir, la palabra. Fundamental, por que es mediante ella, que una persona se describe o es descrita. Aunque lo físico o el cuerpo desaparezca, lo subjetivo no; y esto último, solo puede ser conocido por la palabra[3].
Eco, por su sufrimiento pierde su cuerpo y solo permanece su voz. En tanto que Narciso, al ver su reflejo en un lago y enamorarse de sí mismo, termina por fallecer. La relación con el autoconcepto se da, en el caso de Eco, por la voz, que podemos relacionarla con la palabra; misma que permanecen. En tanto que la imagen, en el caso de Narciso, puede fenecer, siempre y cuando la misma no sea descrita en palabras. De esta manera es posible que la imagen subjetiva no fenezca o desaparezca.
Si bien, como se decía de Freud (1900) y Lacan (2006) la imagen es más primitiva para la estructuración del autoconcepto, la palabra es la que da la permanencia del mismo. Las palabras han favorecido la transmisión oral del saber humano y mediante el sabemos de personajes y obras de la antigüedad. Recreándose con ello una imagen. Estas son plasmadas en palabras, permitiéndonos que mediante ellas imaginemos lo que ya, hace tiempo, incluso ha desaparecido. Al igual que Narciso y Eco desaparecen corporalmente. Pero en esta última permanece la voz, la palabra, y por ello, el mito de Narciso también.
Esto conlleva los puntos siguientes de importancia. El primero se relaciona con el autoconcepto. El mismo no tiene razón de ser si no es conocido por otro. Si no es comunicado a los demás, aunque sea a modo de eco. Y lo subjetivo, sin una comunicación, hacia los que lo rodean, no tiene sentido de ser. Ello incluso ocurre en el psicótico, quien verbaliza no para los demás, sino para los seres imaginarios en su ser. Aún Narciso, dialoga y habla consigo mismo, expresándose su propio amor. Pero, permanecer así, sería peligroso; en Narciso provoco su muerte. Por ello y por analogía, debemos decir que el autoconcepto, se genera en uno mismo, pero debe ser dado a conocer a los demás. Esos otros, que hablan del que se autoconceptua, confirman o rechazan lo que es su autoconcepto. Dejándonos conocer algo de ese ser, como así lo sabemos de la ninfa Eco. Con ello se leogra la trascendencia y permanencia.
Hablar de la imagen de Narciso y la transformación de Eco, retrae el recuerdo de Dorian Grey. En su cuadro hay cambios, incluso envejece, pero no el personaje de la novela. Esto significa que una imagen puede permanecer con menores e incluso sin modificaciones. Eliminándose aquello que no se quiere ver[4]. Así es la subjetividad y el narcisismo. Pero sin por ello importar, como en Dorian Grey, se evidencia lo interno y lo subjetivo de la naturaleza humana. Dorian Grey, no ve su imagen actual, jovial, pero si su maldad y perversidad. Es por ello, que la rechaza. No se niega a ver el cuadro, simplemente por que haya envejecido. Lo interior y subjetivo es aquí, como en el autoconcepto, fundamental para su estructuración. Así el único resto que de Eco queda, es la repetición. Es lo único que se sabe del ser castigado, el que fue condenado. Si analizamos esto, parece que nos sirve de apoyo para nuestra concepción del autoconcepto. Lo subjetivo, es fundamental, en la manera en como se concibe un sujeto a sí mismo. Y como determina su comportamiento. Y aunque es importante en ello, lo que dicen las personas que rodean al sujeto, el conocimiento de la interioridad, solo es posible por el mismo sujeto y mediante la palabra, aunque sea a modo de eco.
Por otra parte, no hay que dejar de lado otra línea de investigación. Al referir la "amargura", ya que se puede relacionar con diversos sentimientos que desde la psicopatología y ante su mayor intensidad estos se asignan a los cuadros clínicos denominados como la depresión, neurótica o psicótica, o la melancolía. Cuadros nosológicos en los que predominan dichos sentimientos y en los que también son frecuentes los autorreproches, las ideas de referencia del sujeto hacia sí mismo; y donde el sentimiento depresivo es considerado, desde el psicoanálisis, como la interiorización de la agresión por el mismo sujeto. La descripción de estos signos y síntomas los observamos en la psiquiatría (Bleur, 1960; Ey, 2006; Kolb, 1992; Fredman y Kaplan, 1975; Solomón y Vernon, 1972, etcétera) o en el psicoanálisis (Freud, 1917). Es necesario acotar aquí, una vez más, que al investigar la temática del autoconcepto ha surgido con frecuencia como temas, la adolescencia y la depresión.
Volviendo sobre dos preguntas anteriores de Alvarez e Iglesisas (2007), que son: ¿a que se refiere el autor con la "vejez perjuiciosa"? y ¿cual es el propósito de ese "mirarse"? A manera de respuesta de la segunda pregunta hay que retomar una cita de Alvarez e Iglesias (2007):

"...Y abandonado a esa condición miserable habrá de buscar (el hombre) una manera de salvación; explorará la existencia de algo que en ese hervor eternamente fugitivo tenga la posibilidad de la permanencia en el centro del derrumbe" (pág. IX).

La “exploración”, señalada por Alvarez e Iglesias (2007), es considerada como una función del yo, importante en la integración del autoconcepto. Y la “permanencia” que significa: sin cambios también se citan por Alvarez e Iglesias (2007) quienes dicen:

"...cambios evidentes para todos; cambios tan obvios en su aparición que pueden llegar a pasar inadvertidos a quien los presencia o los padece" (pág. XII).

Con ello se da una permanencia a la propia autoconcepción. Donde es importante el señalamiento de que son inadvertidos por que se esta “acostumbrado” a ellos o su cambio es mínimo[5]. Lento pero progresivo, que no es notado por la conciencia. Tal como pasa con el crecimiento del ser humano. Este cambio es mejor notado por los que están ajenos o lejanos a quien crece, que para aquellos que viven y conviven cotidianamente con el ser en crecimiento.
En su estudio introductorio, de la obra del filósofo Descartes, Francisco Larroyo (1984) aborda en la temática de la duda metódica, el tema de la autoconciencia, señalando que la misma es un "recurso filosófico" (pág. XIII) para investigar la verdad; más no da una definición particular de la misma. Sin embargo, por el contexto de su escrito y el pensamiento descartiano, este se refiere a la indicación de su silogismo "yo pienso, luego yo soy", en el sentido de que

"...Sí el hombre quiere investigar la verdad, debe examinar, en primer término, su propio intelecto, su razón..." (pág. XIII).

Debe reflexionar, examinar y analizar su persona y en particular su razón; debe someterse a sí mismo a la duda metódica antes de llegar a la certidumbre de su persona o de las cosas. Así, la autoconciencia significa la conciencia de su persona o de su razón; de aquello que según Descartes es la esencia del yo, los pensamientos.
La estructuración del autoconcepto inicialmente se da por imágenes[6] pero se concluye al final con las ideas y las palabras. Siendo las últimas las que darían mayor permanencia a la definición del autoconcepto. La imagen puede destruirse, olvidarse, desecharse o transformarse, pero la palabra le daría permanencia por más tiempo. Así, Eco, físicamente desaparece y Narciso también con su muerte. Pero la voz de Eco permanece, aunque sea como eco, y en la historia de Narciso también.
Con respecto a la permanencia del autoconcepto, no debe olvidarse que en A comprehensive dictionariy of psychological an psychoanalytical terms, afirmaba que “...en cualquier momento dado...”  esta presente el mismo. Lo cual permite suponer que el mismo no se pierde. No hay que construirla cada vez que se le requiera sino que esta permanece. Por supuesto para ello es importante tener presente a la memoria.
Otra conclusión que puede derivarse, es el hecho de que, lo que los demás afirman o dicen del autoconcepto de una persona es relevante, pero la interioridad o subjetividad también lo es.
De esta manera, aunque lo físico o el cuerpo desaparezca, lo subjetivo no; y esto último, solo puede ser conocido o permanecer a través de la palabra. Así adquiere sentido la historia de “Dorian Grey”, de Oscar Wilde (2008), donde el cuerpo o la imagen del cuadro cambiaba, pero no así lo “maligno o perverso”, que había en su semblante, reflejado y permanente en el rostro del cuadro.
Desde esta visión, el autoconcepto no tiene razón de ser si no es conocido por otro. Si no es comunicado a los demás. Lo subjetivo, sin una comunicación, hacia los que lo rodean, no tiene sentido de ser.
En conclusión, lo interior y subjetivo[7] es aquí, como en el autoconcepto y su desarrollo, fundamental para su estructuración. Dando con ello sentido o mayor garantía, de que lo referido al autoconcepto es real al definirlo, desde la perspectiva del mismo sujeto.
Una conclusión más, es que solo viviendo en sociedad se puede llegar a tener un yo social, que implica la identificación del yo con la sociedad en que vive.
Ampliando algunos conceptos, es importante para Díaz Portillo (1998) quien aborda diferentes problemas de la psíque humana, como la escisión que es de interés en relación al autoconcepto. Ella cita:

“...En la escisión encontramos una disociación entre las funciones del yo, gracias a la cual se oponen o se enfrentan unas a otras, debido a identificaciones con objetos contradictorios cuya unión traería por consecuencia su destrucción de uno u otro, siendo ambos necesarios para la sobrevivencia, o estabilidad psíquica del sujeto. Este es el mecanismo que subyace en la personalidad múltiple, en la cual emergen temporal y sucesivamente a la conciencia cada uno de los aspectos escindidos del yo...” (pág. 20).

El primer aspecto que resalta es:”...cada uno de los aspectos escindidos del yo...”, por la conformación de una unidad a partir de secciones diferentes pero articuladas entre ellas. Partes que se hacen evidentes en la “personalidad múltiple”. Si bien ellas no dan pauta a diferentes áreas de la vida del ser humano, si a diferentes partes dentro de sí mismo.
Al hablar del autoconcepto, se le divide por áreas en las cuales cada personalidad que Sybil “vive”[8], correspondería a diferentes áreas de su propio autoconcepto. Pero en el caso de la personalidad múltiple nos topamos con más de un sujeto mencionando o denominado dentro de la mente de un solo ser humano. Por ejemplo, en el caso de Sybil[9], sus personajes de Sybil, Pegy Ann, Pegy Lou, Marsha, etcétera, hasta llegar a dieciséis personalidades diferentes. Todas ellas con características diferentes, comportamientos, actitudes o incluso aprendizajes diferentes; ejecutados por cada personalidad pero desconocidos para las demás conscientemente. Es decir, que no se tienen muchos autoconcepto y que la concepción de lo mío de William James sigue siendo válido. Por mecanismo de defensa de disociación se pierde el conocimiento consciente de una parte de la persona o de su autoconcepto, pero ello no significa que las otras se hayan perdido. Según S. Freud (2006) estas permanecen en el Inconsciente, o de acuerdo a Ey (2006) en la memoria. A pesar de la disociación seguirían siendo míos, en el caso de Sybil los demás personajes, sin importar la conciencia sobre de ellos. Además de que no hay destrucción de esas partes disociadas aunque si una caracterización particular[10]. Dándose de esta manera una sobrevivencia o una estabilidad psíquica[11]. Desde esta postura Disociación y destrucción psíquica son fenómenos diferentes. En el caso de la confusión mental si se puede hablar de una destrucción pero no así en la disociación[12] como mecanismo de defensa.
Más que, de  “...destrucción...”, se debe hacer referencia a fenómenos de anulación, cancelación, neutralización, disociación, etcétera. Para eliminar la contradicción que se introduce en el texto y en la psíque humana.
Por otra parte Díaz Portillo (1998) da relevancia también a los aspectos verbales y no-verbales como parte del conocimiento del sí mismo o del autoconcepto.
La capacidad de “escrutinio”[13] del paciente que es sometido a una entrevista o a tratamiento  terapéutico es importante para Díaz Portillo (1998) quien afirma:

“...El contenido de la entrevista incluye para los autores, tanto los elementos verbales como los pre-verbales, así como las intervenciones específicas del entrevistador, las que son motivo de escrutinio, expresado a través del cuestionamiento de sí mismo. Por ejemplo, ¿porque formulé de tal manera esta pregunta?...” (pág. 27)

Con tales preguntas sobre la misma persona, de acuerdo a la técnica de entrevista señalada por la autora aquí, el paciente será llevado a generar un conocimiento de sí mismo. Fundamental para este, el autoescrutinio del autoconcepto, sea ello tanto en la salud o en la enfermedad mental. Aunque claro, ello con diferentes repercusiones y caracterizaciones[14]. Es decir, que lo verbal y lo no-verbal no tiene sentido sin esa labor de escrutinio, que pone de manifiesto el conocimiento de uno mismo. Esta parte es de importancia, por que en relación al autoconcepto no basta el verbalizar sobre las características o partes que lo integran, sino que es necesario llegar a una conciencia de los mismos y con respecto de uno mismo. Desde esta perspectiva, no basta tener claridad de conciencia, considerando a la misma como función intelectual superior, para tener una autoconceptualición, sino que es de importancia la capacidad de ser conciente de si mismo, en el sentido de conocerse y tenerse como objeto de reflexión a sí mismo. Darse cuenta de lo que es como ser humano.
Cercana a dicha labor de escrutinio, señalada por Díaz Portillo (1998) en la entrevista, está la función de autoobservación sobre la cual dice:

“El silencio... Tal conducta es indicio no sólo de la importancia que tiene determinadas personas en la conflictiva de motivo de consulta, sino también de la existencia de intensos mecanismos proyectivos y negadores, con la consecuente carencia de insight (conocimiento subjetivo experencial), de la existencia de conflictos psíquicos, que incluye la puesta en juego de las funciones  yoicas de auto-observación...” (pág. 72).
  
En especial, ante determinadas circunstancias, dichas funciones son puestas en acción por el sujeto, por ejemplo ante el silencio, que moviliza los mecanismos defensivos de proyección y negación. Mismos que obstaculizan la capacidad de conciencia personal de los sujetos. Capacidad que es de importancia para poder darse cuenta del mundo y de uno mismo. Las capacidades de conciencia y autoobservación[15] son de importancia y sin posibilidades de disociación para que se favorezca la conformación del autoconcepto. De esta manera la autora puede decirse que concluye afirmando:

“La conciencia es la capacidad de percatarse de sí mismo y del medio ambiente...” (pág. 168)

Antes de abandonar la anterior cita, se debe considerar un punto de análisis más. Esto se refiere al “cuestionamiento”, que el sujeto entrevistado se hace sobre de sí mismo durante la labor de “escrutinio”. Cuestionamiento que se relaciona con el preguntarse a sí mismo lo que le acontece o lo rodea. Ello es de importancia porque implica no solo el verbalizar sino el preguntar. Tales preguntas dan la posibilidad de trascender la simple autoobservación como medio de conocimiento de sí mismo. Lleva a la visualización o a la autoobservación interna. El ser humano se conoce porque se puede ver (autopercibir), pero también por que reflexiona sobre de sí mismo.
Desde una perspectiva diferente, pero permitiendo reflexionar sobre el autoconcepto, es de importancia la cita de Díaz Portillo (1998):

“Los enfermos psicosomáticos carecen frecuentemente de la conciencia de sufrimiento psíquico, necesaria para permitir una primera aproximación fluida y fácil (en el tratamiento)... El sufrimiento físico consciente, se mantiene aislado de los conflictos psíquicos que lo producen...” (pág. 66)[16]

Desde los padecimientos psicosomáticos también se puede enfocar uno de los aspectos que son difíciles de tratar en el tema del autoconcepto, el yo físico o el aspecto físico del sí mismo. Esto es retomado por Díaz Portillo (1998), como aquello de lo que no se tiene conciencia de sufrimiento, o de enfermedad, por estar “aislado de los conflictos psíquicos” del enfermo. Ello daría la dificultad dentro de la concepción del autoconcepto, porque lo aislado corresponde a lo psíquico. Así, por ejemplo, en el caso de los enfermos psicosomáticos se da el reporte de la dolencia física, pero no se le relaciona con los aspectos psicológicos del hombre. Se les encuentra divorciados de los mismos[17].
Aquí hay una separación (disociación) entre dos aspectos: la dolencia y la causa. Si se planteara a un paciente con colitis, se diría, que ha aprendido o le ha sido comunicado, que la causa de su dolencia es la irritación del intestino grueso; que provoca una inflamación dolorosa en la zona abdominal. Y tiene razón, si conoce la etiología física. Pero, sí se insiste en la causa que lleva a tal irritación, una segunda explicación sería, que es por la secreción de los jugos gástricos, que a cierto plazo lesionan las paredes o mucosas intestinales; manteniéndose de nuevo el aislamiento de la dolencia física y del motivo físico que la provoca. Solo si preguntamos cuál es el motivo de dichas secreciones, por cierto tiempo y en mayor cantidad de lo esperado, podemos acceder al hecho de que hay otra causa, como lo son los factores psíquicos.
De estos últimos, un motivo puede ser el estrés, la tensión o la ansiedad. Si bien ello es el motivo de la reacción psicosomática, también hay que preguntar cual es el motivo del estrés, etcétera. De ello se podría decir,  la vida actual. Pero indudablemente no el único.
Esto permite plantear, que si bien el autoconcepto es único y se le considera como una unidad, la conciencia del mismo siempre es parcial. El ser humano, no posee la capacidad de ser consciente de la totalidad de su autoconcepción. Dándose esto solo por la capacidad de la consciencia o bien por la intervención de los mecanismos de defensa, que parcializan la capacidad de consciencia[18].
Partiendo de los conceptos elaborados por Díaz Portillo (1998) es de importancia otro fenómeno que ocurre en el hombre y que tendrá impacto en la estructuración de su autoconcepto. Este es la “comparación”.
La “comparación” se puede dar de dos maneras diferentes, que si atendemos al desarrollo del presente capitulo se relaciona con lo interno o subjetivo y lo externo o social. Dentro de lo interno o subjetivo se puede considerar al superyó, el ideal del yo y el yo ideal (S. Freud, 1920), que implica las introyecciones que el sujeto ha hecho suyas y que se relacionan con sus vivencias en el desarrollo y en su interacción con las personas que lo rodean. Al hacerlas suyas conforman los modelos o imagos, de las cuales estructura el hombre su identidad o su autoconcepto. Su prototipo son las imagos paternas.
Sí se tiene presentes las imagos paternas, se da lugar al surgimiento de la segunda forma de comparación y que permite la emergencia de los que Díaz Portillo (2000) llama la “imagen social”, de una persona. Lo cual corresponde al yo social de Fitts (1965).
Esta última muy congruente con los que en psicoanálisis se conoce como contenido manifiesto, en tanto que lo subjetivo se complementaría con lo latente como contenido, que particulariza los manifestó. Contenidos, ambos que son cognocibles mediante el uso de la palabra. Que en la técnica psicoanalítica se da mediante el uso de la asociación libre.
Por otra parte, si bien es cierto que la imagen social influye o determina el autoconcepto, es importante señalar que la pertenencia pasiva al grupo no configura al mismo. Es desde la participación activa, inconciente y latente, como se integra dicha autoconcepción. Por esto es importante retomar la construcción de instrumentos psicométricos de acuerdo a Thorndike y Hagen (2006), pues con ellos se introduce nuevamente dos mecanismo de defensa, señalados por Fiorini (2006), que son la negación y la proyección. De importancia ellos, porque parcializan, distorsión o particularización del autoconcepto. Dando de tal manera el “Poner distancia” a que se refieren Thorndike y Hagen (2006) y la “deseabilidad social” Thorndike y Hagen (2006). Mediante la cual el sujeto dice lo que cree, quiere o le conviene decir. Creando las contradicciones entre el autoconcepto real y el personal. A lo cual el mecanismo de proyección contribuye también.
Avanzando, es de importancia retomar a José Luis Valdez (1991), quien cita:

"...la memoria necesaria para el uso del lenguaje... que organiza el conocimiento que una persona posee acerca de las palabras y otros símbolos verbales, si sus significados y referentes, acerca de las relaciones entre ellos y acerca de las reglas, de las formulas y algoritmos para la manipulación  de estos símbolos, conceptos y relaciones".

Si bien, es cierto que los conceptos, el lenguaje y las palabras, son fundamental también debe tenerse en cuenta su significado. Porque es algo de lo que da la dificultad para su evaluación y conocimiento. Desde esta perspectiva, al hablar del autoconcepto, no se puede omitir la consideración de los símbolos y los mecanismos de la formación e los procesos psíquicos descritos en la interpretación de los sueños por S. Freud (1900). Válidos para los procesos mórbidos y para los “normales”. Con ello se retoman los significados sociales y personales[19] de las mencionadas autoconcepciones.


[1] En el DSM-IV-R se les denomina como trastornos del afecto.
[2] Reild, 2002.
[3] Lacan, 2006. De manera similar, en el texto de “Dorian Grey” de Oscar Wilde (2008), el cuerpo o la imagen del cuadro cambiaba, pero no así lo “maligno o perverso”, que había en su semblante, reflejado y permanente en el rostro del cuadro.
[4] Informalmente, en la aplicación de prototipos del cuestionario o de los item para medir el autoconcepto, en especial en los reclusorios, encontramos como autodescipciones de ellos las siguientes: la honradez, la honestidad, la nobleza, ser trabajadores, ser buenos, la tranquilidad. Calificativos, que por el hecho de involucrase en un delito, sin profundizar en sus sus historias clínicas, no están presentes en ellos.
[5] Powell, 1975.
[6] O la visión, como lo indica el diccionario de la lengua inglesa, A comprehensive dictionariy of psychological an psychoanalytical terms.
[7] Díaz Loving, Reyes Lagunes y Rivera Aragón. (2002); José Luis Valdez (1997).
[8] De ahí el marco referencial externo de William H. Fitts (1965), pero también la alusión al marco referencial interno.
[9] Película y libro.
[10] Cuando Freud (1914) o Fiorini (2006) afirman que el análisis favorece la descomposición del síntoma, después de período de reelaboración se genera una nueva síntesis o una nueva unidad. Ella conserva restos de la unidad anterior, pero tiene lo nuevo de la reelaboración.
[11] Es congruente dicho planteamiento en relación de que la emergencia de la psicopatología es una forma de establecer un equilibrio aunque el mismo sea patológico. En psicoanálisis lo retoma S. Freud (1926) en las formaciones de compromiso, denominación que da a los síntomas, o Ackerman (1978) y Minuchin (1986) en los dinamismos o en la terapia familiar.
[12] Para comprender mejor esto, es de importancia retomar los señalamientos de Patiño (1980) quien afirma que en las psicosis y por supuesto en las neurosis, no hay una alteración de la capacidad de conciencia, sin importar la sintomatología que se presente. Para el, estrictamente, no hay alteración de la capacidad de conciencia como función. Sino que la alteración se da cuando la misma se relaciona con otras funciones. Para él, la conciencia da al ser humano la posibilidad de percatarse de sí mismo y de su medio ambiente. Es este percatarse lo que se ve afectado, cuando otras funciones del yo se ven alteradas y posibilitan que la información y el procesamiento de la misma sea de manera particular. Por ello el autor, a modo de ejemplo, dice. “Aunque en la esquizofrenia existe conciencia clara... toda afección que ataque los pilares de la conciencia... necesariamente perturba la posibilidad del hombre enfermo de percatarse de lo que ocurre en sí mismo y en el medio y reaccionar en forma adecuada ante lo que acontece” (pág. 104).
[13] Aunque usando términos diferentes, Fiorini (2006) hace una referencia similar en su conceptualización de los niveles y dinamismos del cambio. El afirma que el proceso de indagación y verbalización de lo vivido favorece el proceso de objetivación.
[14] Diversos autores (Nava, 1986; Gómez, 1992; Galindo, 1993) mencionan la importancia de la enfermedad mental o el etiquetamiento del sujeto en relación a su autoconcepto.
[15] Blos (1975), Mahaler (1980), Kernberg (1999), Reich (2006), Ey (2006).
[16] Dicha cita nos parece además de importancia si la relacionamos con la conciencia de enfermedad)
[17] Quizás aquí sea de importancia retomar a S. Freud (1916) en su “Introducción al narcisismo”; donde afirmaba, que ante la existencia de una dolencia física, toda la libido se retrae hacia ese malestar orgánico. Perdiendo interés con ello el mundo que rodea al sujeto y el mismo sujeto. Por supuesto que esto es, en relación a cualquier otra parte de si mismo que no sea su dolencia física. Pero una vez pasado dicho estado se cae fuera de conciencia el interés por el cuerpo. Solo si hay dolor intenso se mantiene el interés por el cuerpo. De lo contrario no hay interés por el mismo. Esto hace, que a pesar de parecer ser algo de mayor objetividad y aprehensibilidad no lo sea en realidad. O acaso hay que reflexionar en el hecho de que lo físico es lo primero que el ser humano conoce o autoconoce al diferenciarse su yo de su no-yo. Esto crea un mecanismo en el cual media el olvido. Ello es como cuando una persona aprende a manejar una bicicleta. Al mecanizar los movimientos, después los ejecuta sin tener que observarlos o tenerlos presentes en la consciencia.
[18] Tal como lo indica S. Freud (1920), en su descripción de múltiples fenómenos psíquicos del ser humano, al delimitar su tópica descriptiva del aparato psíquico.
[19] El código subjetivo de José Luis Valdez, 1997.

GUACAMAYO

La presente pintura en oleo, fue de los primeros ensayo al incursionar en la pintura.

GUACAMAYO
TECNICA: Oleo sobre tela
51cm. X 77cm.
FECHA: 1993
AUTOR. Mtro. Ps. Alejandro Fabela Alquicira



CUESTIONARIO DEL AUTOCONCEPTO AFA.- Primera parte




CAPITULO V.- TEORIA DE LA CONSTRUCCION DE INSTRUMENTOS PSICOMETRICOS.
El interés por conocer la conducta del ser humano y sus características psicológicas, genera la búsqueda de los medios para lograrlo. Al respecto Thorndike y Hagen (2006) afirman:

“…Las evaluaciones del estilo de vida, del temperamento o de la personalidad, constituyen algunos de los instrumentos psicométricos más variados, más interesantes y también más engañosos…” (pág. 14).

Por ello no solo se pretende la evaluación sino que esta sea de manera objetiva, limitando la subjetividad que daría información tendenciosa o equivocada. Alcanzándose con esto el objetivo de toda evaluación psicológica Thorndike y Hagen (2006), que sería:

“…El objetivo de los procedimientos de medición es proporcionar la información que permita tomar esas decisiones de manera más apropiada…” (pág. 9).

Decisiones que contribuyen a la elaboración teórica que explique la psicología del ser humano y que permita la evaluación y medición de la misma. Proporcionando con esto:

“…información acerca de lo que cada quien hace típicamente…” (pág. 14)

Que al ampliarse y conjuntarse permiten:

“…algunas decisiones, sobre todo aquellas que se relacionan con el entendimiento de la conducta humana,…medidas de… rasgos de los individuos. Estos son los constructos, es decir, los atributos de los individuos que construimos expresamente para ayudarnos a explicar o teorizar acerca de la conducta…” (pág. 14)

Uno de tales constructos, de acuerdo al interés de la presente investigación es el autoconcepto. El cual ya ha sido estudiado por otros autores como Fitts (1965), quien elaboro su escala de autoconcepto de Tennesse,  o Acevedo (1998), quien utilizo el test de autoestima de Coopersmith en la evaluación de sujetos internados en un centro penitenciario y con delitos de robo. Ambos autores emplean instrumentos de medición, basados en inventarios o cuestionarios autodescriptivos, sobre los cuales Thorndike y Hagen dicen:

“…los inventarios de autorreporte son especialmente importantes para evaluar intereses, actitudes, valores y características del temperamento y ajuste social…” (pág. 16)

Esto implica, que se puede elaborar un instrumento de evaluación o que ya existen los mismos, para medir el autoconcepto. Esto enfrenta a un investigador a una primer decisión al abordar la temática del autoconcepto: crear un instrumento psicométrico o emplear los existente. Al respecto Brown (1987) señala:

“…existen pruebas publicadas disponibles en la mayoría de los campos de la actividad psicológica… podemos utilizar con frecuencia una prueba existente, en lugar de construir otra nueva… las ventajas del uso de una ya existente es el ahorro de tiempo y esfuerzo de construcción de la prueba y la disponibilidad de información previa respecto a la eficacia de la prueba y el significado de sus calificaciones. El mayor inconveniente es el de que puede no haber pruebas publicadas que sean optimas para la situación dada” (pág. 20).

Otra de las pruebas existentes en la actualidad, en México, para evaluar el autoconcepto, es la escala suplementaria en la adaptación al español y actualización del MMPI-2 (Gómez, 1995) y el Diferencial Semántico de De la Rosa (1986). Sn embargo, es importante retomar que tal vez las existentes, no “…son óptimas para la situación deseada…”, como en el caso del presente estudio que propone la creación de un instrumento que mida el autoconcepto de los sujetos, procesados o sentenciados, recluidos en un Centro de Prevención y Readaptación Social. Considerando que la adaptación de una prueba psicológica es tan complicada como la creación misma de una de ellas, “…el ahorro de tiempo y esfuerzo de construcción de una prueba…” no es impedimento para emprender la tarea propuesta.
Es importante tener presente que la existencia de otros instrumentos de medición del autoconcepto, como los ya indicados, es importante porque indica la posibilidad de que dicho constructo, el autoconcepto, es medible; lo cual, según Brown, permite:

“…la comparación de la ejecución de un individuo con la de otros…” (pág. 5).

Específicamente, en el área de la psicología, uno de los procedimientos utilizados con frecuencia es el uso de las pruebas psicológicas, que son definidas por Brown (1987) de la manera siguiente:

“…prueba… procedimiento sistemático para medir una muestra de conducta…” (pág. 6).

De acuerdo a Thorndike y Hagen (2006) la medición y con ello la elaboración de un instrumento de medición:
  
“…la medición implica tres etapas: a) Identificación y definición de la cualidad o el atributo que se va a medir. b) Determinación del conjunto de operaciones por medio de las cuales se puede manifestar o percibir ese atributo. c) Establecimiento de un conjunto de procedimientos o definiciones para convertir las observaciones en enunciados cuantitativos de grado o cantidad.” (pág. 16)

Estas tres etapas implican por lo tanto, considerar que no se mide a las personas sino a los atributos que de ellas se han elegido, por quien construye un instrumento psicométrico. La definición clara, precisa y aceptada universalmente del o los atributos a evaluar es necesaria e indispensable, una vez que se decidió cual son los que se quieren medir. Con ello se puede determinar la manera en que se pretende llevar acabó dicha medición; que operaciones serán las aceptadas para considerar que se manifestó el atributo o atributos elegido para realizar su evaluación. Lográndose con esto la definición operacional del atributo a medir, que permita la uniformidad y estandarización de las condiciones en que se da la medición del atributo deseado. Dichas definiciones además delimitan el universo de respuestas que son aceptadas como representantes del atributo psicológico que se mide. Derivándose posteriormente de él, un muestreo (Brown, 1987) de respuestas que se consideran representativas, en nuestro caso del autoconcepto. Esto es necesario, ya que la totalidad de respuestas relacionas con el autoconcepto no es posible (Brown, 1987).
Y por último, conociendo el atributo que se mide, se puede elaborar un sistema de cuantificación de este. Finalizando con un medio para la futura interpretación de la información obtenida.
Contemplar las mencionadas fases por Thorndike y Hagen (2006), permitirá contar con las características ideales para un instrumento psicométrico elaborado; es decir, que sea confiable y valido. Que posea una consistencia interna, que permita saber que el atributo que se mide con un instrumento diseñado para ello es posible en repetidas ocasiones o con diferentes sujetos. Así mismo, que el atributo elegido para ser medido está presente y no es otro diferente.
Habiendo definido el atributo a medir, debe considerarse las diferentes maneras en que puede ser este medido. Para ello existe cuatro tipos de escalas como lo son: la nominal, la ordinal, la de intervalo y la de proporción o razón. La primera es considerada como la ideal para la medición de los atributos o variable psicológicas (Brown, 1987; Thorndike y Hagen, 2006 y Hernández Sampieri, Fernández y Baptista, 2006). Esta permite asignar a una persona a categorías cualitativamente diferentes; es decir, si posee o no características comunes. Siendo la utilizable para medir el autoconcepto, como en el presente estudio. La segunda, además de clasificar con respecto a una característica, da una magnitud de la misma. La tercera, permite una comparación al permitir la clasificación, conocer la magnitud de la característica evaluada y convertir a otras formas de medición, comparando ejecución en diferentes tipos e mediciones. Y en la cuarta, es de importancia cuando se puede fijar un cero absoluto para medir una ejecución, lo cual no existe en las características de tipo psicológicas.
La revisión teórica de una temática, permite la acumulación de conocimiento de las características del atributo a medir. Que en construcción de instrumentos psicométricos, permites la elaboración de los ítems que se consideran miden un atributo determinado. Pero también existe otra manera de obtener la información al respecto, en nuestro caso del autoconcepto. Esta corresponde, en buscar la manera de que sean los sujetos de la población objetivo, los proporcionen la información que se requiere para abordar el contenido del autoconcepto. Limitando con ello la interpretación, de que es lo que se busca medir, por el experto en el tema. Dejando que los sujetos a evaluar, en su propio lenguaje, indiquen lo que para ellos significa el atributo en estudio, como lo sería el autoconcepto.
Por esto es de importancia el señalamiento de Thornike y Hagen (2006) que dice:

“…Una formulación clara de objetivos sirve para guiar la evaluación… (definirlos) es clarificar lo que se espera…” (pág. 197).

De esta manera, los objetivos deben contar con las características (Thorndike y Hagen, 2006) siguientes:
1. Enunciarse en términos de la conducta esperada del evaluado.
2. Deben empezar con un verbo activo que indique la conducta que se debe mostrar.
3. Debe enunciarse en términos de conducta observable.
4. Debe enunciarse con precisión, usando términos con significados uniformes.
5. Deben ser unitarios, porque cada uno de ellos se relaciona con solo un proceso.
6. Deben representar los resultados esperados de la evaluación.
7. Deben ser realistas, en términos de la disponibilidad del tiempo para la evaluación.
Teniendo la definición del concepto o característica psicológica a medir y los objetivos que se pretenden con la medición, se puede delimitar el contenido de la temática de estudio y que se relaciona con el instrumento de medición que elaborará. El cual será una prueba psicológica, que evalúa atributos psicológicos, que contendrá solo una muestra de las conductas relacionadas con el contenido definido (Thorndike y Hagen, 2006).
Tal muestreo de conductas a evaluar, son los reactivos o ítems que integran el instrumento a construir. Los cuales pueden ser de dos tipos diferentes, como son:
1. Aquellos en los que el evaluado produce sus respuestas, que en el presente estudio son los ideales a utilizar.
2. Aquellos en los que el evaluado, selecciona su respuesta, de una serie de opciones proporcionadas por el constructor del instrumento de evaluación.
En la construcción de instrumentos de evaluación es inevitable la consideración de la cantidad de reactivos que se deben tener. Siendo aquí de importancia a indicación de Thorndike y Hagen (2006), que dice:

“El número total de reactivos incluidos en una prueba debería ser lo suficientemente grande para proporcionar una muestra adecuada de la conducta de los sujetos a lo largo de las áreas de contenido y de los objetivos de proceso” (pág. 209).

Reactivos, que al ser redactados deben reunir al menos las características siguientes:
1. Deben ser simples, con mismo nivel de dificultad de lectura y del tipo de vocabulario, de acuerdo al usado por los sujetos evaluados.
2. Deben tener una respuesta correcta y no entrar en controversias.
3. Su contenido debe considerar aspectos de importancia de la temática a evaluar, eliminado los aspectos triviales.
4. Deben ser independientes sus respuestas, no condicionando la respuesta de un ítem, la respuesta del siguiente ítem.
5. No debe contener preguntas o temas capciosos.
Una vez que se cuente con los reactivos elaborados, es aconsejable dar los mismos a uno o varios expertos en la temática evaluada y que tengan conocimiento de los sujetos que serán evaluados.
Otro aspecto de importancia a considerar es el nivel apropiado de dificultad de los reactivos, para lo cual es útil la tabla de Lord (1952)[1] siguiente:

Tipos de reactivo
Dificultad promedio
(porcentaje correcto)
Reactivo de completamiento respuesta corta
50
Reactivo de elección múltiple de cinco opciones
70
Reactivo de elección múltiple de cuatro opciones
74
Reactivo de elección múltiple de tres opciones
77
Reactivo de dos opciones o de falso verdadero
85

De acuerdo a dicha tabla, se cuenta con un parámetro de aceptación “…de los porcentajes permitidos para obtener respuestas correctas por adivinación y para los hallazgos típicos de que muchos reactivos difíciles suelen ser ambiguos y no discriminadores entre los sujetos evaluados…” (pág. 213), según Thorndike y Hagen (2006)[2]. Evitándose de esta manera el predominio de un solo tipo de respuesta, que es indicador de que el reactivo construido no es útil, porque la respuesta siempre y en todos los casos será la misma.
 Después de aplicar los reactivos construidos, hay que tener presente dos fenómenos importantes, que son:
1. La “adivinación” (Thorndike y Hagen, 2006), ya que en la elección de opciones de respuesta, estas mismas pueden ser igualmente atractivas si se desconoce la temática.
2. La “deseabilidad social” (Thorndike y Hagen, 2006), si las respuestas involucran estimaciones valorativas de características personales.
Dentro de las maneras de evaluar la personalidad o atributos de esta, se encuentran los siguientes:
1. El autorreporte.
2. La apreciación por medio de la opinión de los demás.
3. La medida de la conducta.
Siendo el primero de interés para el presente estudio. Este procedimiento incluye la entrevista y los cuestionarios, escalas o inventarios. Derivándose los últimos de un catálogo (Thorndike y Hagen, 2006) extenso de enunciados, acerca de la temática en evaluación, por ejemplo en nuestro caso, del autoconcepto. En ellos, el sujeto responde a los enunciados, mediante la indicación de si ellos corresponden a sus características personales. Ahora bien, la cantidad de reactivos que se pueden elaborar al respecto puede ser tan amplia, que su empleo practico de difícil. Esto implica, que se haga un muestreo representativo de los mismos. Eliminándose aquellos que generen dudas o sean ambiguos o de difícil redacción o lectura. Además, mediante el uso de procedimientos estadísticos, se puede concluir, de acuerdo a la tabla de Lord (1956) ya señalada anteriormente, que reactivos deben eliminarse, porque la tendencia de sus respuestas es siempre hacia una sola opción de ellas. Estos ítems no se consideran útiles, porque no hay discriminación de las diferencias individuales de los sujetos evaluados (Thorndike y Hagen, 2006).
Construido el instrumento de evaluación, estaría incompleto, si no se analiza su confiabilidad y su validez (Thorndike y Hagen, 2006). Es decir que además de tener los reactivos que permitan la evaluación de un atributo o característica psicológica. Debe conocerse si hay consistencia interna en la medición que se realiza; que tan exactas son dichas medidas. Y si el instrumento diseñado efectivamente evalúa aquello para lo que fue construido. Ambas son cualidades deseadas y esperadas de todo instrumento de evaluación.
A fin de evaluar la confiabilidad de un instrumento, obteniendo un índice de confiabilidad, se cuentan con diversos métodos como son:
1. Test-retest, que consiste en la repetición de la medida o prueba a los mismos sujetos evaluados en diferentes momentos de tiempo. Correlacionando sus resultados o medidas.
2. Pares y nones o mitades, que consiste en dividir la prueba construida en dos fracciones equivalentes. Correlacionando sus resultados o medidas.
3. Equivalentes o paralelas que consiste en la aplicación de una segunda forma de la prueba que sea equivalente a la primera. Correlacionando sus resultados o medidas.
4. Coeficiente alfa, que estima la confiabilidad a partir de los reactivos de la prueba. “…Este procedimiento depende de la consistencia del desempeño del sujeto de un reactivo a otro y está basado en la desviación estándar de la prueba y la desviación estándar de los reactivos por separado…” (pág. 84).
Por lo que respecta  a la validez del in instrumento psicométrico, esta puede ser de tres tipos diferentes que son:
1. Validez de contenido, también llamada validez racional o lógica, por el uso de tales funciones para analizar el contenido de los reactivos construidos. Esta validez se utiliza de manera importante en el análisis de medidas de aprovechamiento.
2. Validez de criterio, también conocida como empírica o estadística. Su evaluación requiere de contar con una medida de criterio, contra la cual comparar las mediciones de una prueba construida. Lográndose de esta manera predecir los resultados de los sujetos en evaluación.
3. Validez de constructo, donde el criterio de evaluación son las teorías construidas para explicar una característica o atributo psicológico. En el área de la psicología, es el tipo de validez utilizado con mayor frecuencia.
A fin de obtener resultados sobre la evaluación del instrumento construido y los alcances del mismo, se cuenta con procedimientos estadísticos para ello. Siendo los más importantes los referidos a pruebas estadísticas como:
1. Las medidas de tendencia central, que representan típicamente al conjunto de puntuaciones. Dentro de ellas se encuentran la moda, que se refiere a la puntación que se repite con mayor frecuencia. La mediana, que corresponde a un valor que separa en dos los datos obtenidos, una mitad superior y otra mitad inferior. y la media aritmética, que se obtiene por la suma de todas las puntuaciones, dividida por el número de puntuaciones.
2. Las medidas de variabilidad, que representan que tanto se dispersan  alrededor de la media las puntuaciones altas o bajas. Dentro de ellas se encuentran: el rango semiintercuartilar, que incluye al 50% de las calificaciones ubicadas entre el percentil 25 y 75. La desviación estándar, que se refiere a grado de separación de una calificación de la representada por la media.
3. Las medidas de relación, que expresan el grado de relación que existe entre dos series de puntuaciones. Sus valores fluctúan entre +1 hasta -1. Este tipo de medidas son de importancia porque permiten:
Determinar qué tan preciso y consistente es un procedimiento de medición.
Conocer qué relación hay entre dos medias diferentes, para evaluar una como predictora de la otra.
Comprender la manera en como se organiza la conducta al relacionar las variables que la representan.



CAPITULO VI.-METODO DE CONSTRUCCION DEL CUESTIONARIO DEL AUTOCONCEPTO.

        A.- PROBLEMA.
¿Se puede medir de manera confiable y válida las diferentes características del autoconcepto, de sujetos que estén recluidos en un centro de prevención y readaptación social del estado de México, por estar en proceso o sentenciados, por su participación en la ejecución de un delito, mediante un catálogo, con un mínimo de setenta y nueve afirmaciones descriptivas, dicotómicas de sí o no, sobre los caracteres físicos, psicológicos, familiares y sociales, sobre sí mismos; relacionando cada una de dichas áreas con los puntos referenciales del pensamiento, la emoción y la conducta. Es decir, desde lo que el sujeto indica que piensa o cree, como se “siente”[3] o el grado de satisfacción que experimenta, así como la conducta que realiza o lo que hace, en relación con la descripción de tales características personales?

        B.- DESCRIPCION DEL INSTRUMENTO
Se trata de un instrumento psicométrico estructurado de aplicación individual o colectiva que mide el autoconcepto, en sujetos recluidos en un C.P.R.S. del Estado de México, en proceso o sentenciados, por su participación en la ejecución de un delito. El cuestionario está formado por setenta y nueve (ANEXO X) afirmaciones descriptivas, dicotómicas, sobre los caracteres físicos, psicológicos, familiares y sociales, de sí mismos; explorando las áreas del pensamiento, la emoción y la conducta. Es decir, desde lo que el sujeto indica que piensa o cree, como se “siente”[4] o el grado de satisfacción que experimenta, así como la conducta que realiza. El cual es homogéneo, con una confiabilidad por consistencia interna en su estructura.

        C.- DEFINICION DEL AUTOCONCEPTO
Se considera al autoconcepto, como la descripción que la persona hace de sí misma, de sus características físicas, orgánicas o corporales, psicológicas, familiares y sociales. Todo ello a partir de lo que el sujeto piensa (o cree) de sí mismo, como se “siente” (o el grado de satisfacción que experimenta) y la conducta que realiza.

        D.- DEFINICIÓN CONCEPTUAL DEL INSTRUMENTO.
El instrumento cuenta con setenta y nueve afirmaciones (ANEXO X) descriptivas de sí mismo, con una conjugación gramatical en primera persona del singular. Siendo los ítems dicotómicos. Integrado por cinco áreas que forman el Marco Referencial Externo que son:
                              I.     Física: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con las características corporales, crecimiento y desarrollo físico y funciones orgánica (Fitts, 1965; García, Musito y Veiga, 2006; Jasper, 2006; Rogers citado por Libert y Spiegler, 2006; Catell citado por Cueli, Marti Lartigue, Menchaca y Reidl, 2008; Catell citado por Cueli, Marti Lartigue, Menchaca y Reidl, 2008; Newell, Hamming, Jurich y Jhonson, 2009; Clymer, 2009).
                            II.     Personal: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con actitudes, aptitudes, capacidad intelectual, emociones, afecto, funcionamiento mental (Diccionarios de la Lengua Inglesa, 1958, 1967, 1972, 1998; Fitts, 1965; Fleming y Whalen, 1990).
                          III.     Ético-moral: Son las descripciones, elaboradas por sí mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con conductas (éticas o morales), establecidas por la sociedad a que pertenece el sujeto, sin incluir  las encontradas en el ámbito carcelario; juicios de valor positivas o negativas hacia la propia persona (Diccionarios de la Lengua Inglesa, 1958, 1967, 1972, 1998; Fitts, 1965; Osgood, citado por La Rosa, 1986; La Rosa y Díaz Loving, 1991; José Luis Valdez y Reyes Laguna, 1993; José Luis Valdez, 1989, 1991 y 1994; Díaz Loving, Reyes Lagunes y Rivera Aragón, 2002; Díaz Guerrero, 2007).
                            IV.     Familiar: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con la familia primaria[5] y secundaria[6], rol de esposo, de hijo, hermano, padre, tío (Fitts, 1965; García, Musito y Veiga, 2006).
                              V.     Social: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con el rol y la participación en grupos sociales, funciones sociales (lúdicas y laborales), grupos de pertenencia, incluye los establecidos en el ámbito carcelario (Fitts, 1965; Elliot, Evan-Fernández, 1993; Doménech, 2003).
Y por tres subáreas, para cada área del Marco Referencial interno, con lo cual se integra el Marco Referencial Interno[7]:
A.         Pensamiento[8]: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, considerando las ideas, creencias y “el pensar” (Diccionarios de la Lengua Inglesa, 1958, 1967, 1972, 1998; Fitts, 1965; Fabela, 1984; José Luis Valdez, 1984; La Rosa, 1986; Rajabally, 2009).
B.         Emoción: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas, con las emociones (tristeza, alegría o euforia), afectos (amor u odio) y preferencias[9] (Fitts, 1965; José Luis Valdez y Reyes Laguna, 1993; Rogers citado por Libert y Spiegler, 2006; Catell citado por Cueli, Marti Lartigue, Menchaca y Reidl, 2008; García, Musito y Veiga, 2006; Rajabally, 2009).
C.         Conducta: Son las descripciones, elaboradas por el mismo sujeto sobre sí mismo, relacionadas con el comportamiento, conducta y “el hacer” (Fitts, 1965; Acevedo, 1998; Rajabally, 2009).

El cuestionario cuenta con cincuenta porciento de afirmaciones con estructura positiva y cincuenta porciento con estructura negativa.

        E.- DEFINICIÓN DEL INSTRUMENTO.
Es una prueba estructurada de ejecución típica dicotómica, sin control de tiempo de aplicación.
Su forma de aplicación es individual y/o colectiva; por su material es de lápiz y papel; para varones, con un mínimo de dieciocho años de edad y en máximo de sesenta y cinco años, recluidos en un C.P.R.S.

1.- EXTRACCION DE INFORMACION DEL AUTOCONCEPTO.

a) La extracción de información del autoconcepto, consistió en la obtención de las respuestas, de los sujetos evaluados, relacionadas con la manera en como  estos se describen a sí mismos en lo físico, personal, ético-moral, familiar y social (marco referencial externo); considerando sus pensamiento, emociones y conductas (marco referencial interno).
b) Elaboración del cuestionario abierto del autoconcepto. Con la finalidad de conocer la semántica, conocimiento y manejo del concepto del autoconcepto en los internos varones en un C. P. R. S., el aplicador redacto los reactivos correspondientes, ochenta y cuatro (ANEXO II). Dichos ítems se caracterizan porque permiten dar múltiples respuestas sobre el tema tratado y se describe, considerando el contenido del ítem y su relación con las diferentes áreas del autoconcepto, en la tabla siguiente:



TABLA 1.- CUESTIONARIO ABIERTO DEL AUTOCONCEPTO Y AREAS DEL AUTOCONCEPTO MEDIDAS
NOTA: La presente tabla contiene los ochenta y cuatro ítems que componen el cuestionario abierto del autoconcepto, que se aplicó para extraer información acerca del autoconcepto de los sujetos evaluados. Relacionando cada uno de ellos con las cinco áreas del marco referencial externo (Físico, Persona, ético-moral. Familiar y social) y con las tres áreas del marco referencial internos (Pensamiento, Emoción y Conducta) del autoconcepto. Al construirse el cuestionario, se contempló que subáreas del autoconcepto podrían favorecer determinadas respuestas.

MARCO REFERENCIAL EXTERNO
MARCO REFERENCIAL INTERNO
Físico
Personal
Etico-moral
Familiar
Social
Pensamiento
Emoción
Conducta
1.       ¿Cómo se describe a sí mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
2.       Descríbase usted mismo en todas las formas que pueda.
X
X
X
X
X
X
X
X
3.       ¿Qué quiere decir para usted: “la forma en que me describo a mí mismo es:?
X
X
X
X
X
X
X
X
4.       ¿Diga las formas en que puede describirse a sí mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
5.       ¿Cuáles son las partes que lo describen a sí mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
6.       ¿Cuáles son las palabras que lo describen a usted mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
7.       ¿Cómo elaboró las descripciones que tiene, de usted mismo?
X
X
X
X
X
X
X
x
8.       ¿De dónde obtuvo las descripciones que tiene, de usted mismo?



X
X
X
X
X
9.       ¿Desde cuándo siente, piensa o sabe que usted es así?
X
X
X
X
X
X
X
X
10.    ¿Quién le ha dicho que usted es así?



X
X
X
X
X
11.    ¿Describa cómo le afectan las descripciones que tiene de usted mismo?

X



X
X



12.    ¿Desde cuándo tiene las formas o las palabras que lo describen a usted mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
13.    ¿Desde cuándo ha sentido, pensado o creído que es, como se describe?
X
X
X
X
X
X
X

14.    ¿Cómo ha cambiado la forma en que se describe usted mismo, en sus diferentes edades?
X
X
X
X
X
X
X
X
15.    ¿Diga los cambios que ha tenido su forma de describirse a sí mismo, al crecer?
X
X
X
X
X
X
X
X
16.    ¿Diga cómo las situaciones que ha vivido, han modificado su forma de describirse a sí mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
17.    ¿Cuándo era pequeño como se describía a sí mismo?
X
X
X
X
X
X
X
X
18.    ¿Descríbase como pensaba que era usted cuando era niño pequeño?
X
X
X
X
X
X
X

19.    ¿Cómo cree que se describirá a si mismo en el futuro?
X
X
X
X
X
X
X
X
20.    ¿Qué otras maneras conoce de decir: La descripción que una persona hace de sí mismo es?
X
X
X
X
X
X
X
X
Continuación.- TABLA 1.- CUESTIONARIO ABIERTO DEL AUTOCONCEPTO Y AREAS DEL AUTOCONCEPTO MEDIDAS
21.    ¿Con que palabras se describe físicamente?
X



X
X


22.    ¿Cómo lo describen sus compañeros de reclusión?
X

X

X


X
23.    ¿Cómo se describe a sí mismo, por haber cometido un delito?


X

X
X
X
X
24.    ¿Cómo se describe a si mismo, por ser procesado por un delito?


X

X
X
X

25.    ¿Cómo lo describen físicamente las personas que lo rodean?
X


X
X
X


26.    ¿Con que palabras se describe, como parte de una familia?



X

X
X
X
27.    ¿Cómo lo describen, como parte de una familia, las personas que lo rodean?



X
X
X


28.    ¿Cuáles son los calificativos que usan en su familia, para describirlo?



X

X


29.    ¿Cuáles son los calificativos que usan o usaban sus amigos, para describirlo?




X
X

X
30.    ¿Cuáles son los calificativos que usan o usaban su conocidos, para describirlo?




X
X

X
31.    ¿Cuáles son los calificativos que usan o usaban sus compañeros de escuela, para describirlo?




X
X


32.    ¿Con que palabras se describe como parte de una sociedad?




X
X
X
X
33.    ¿Cómo lo describen, como parte de una sociedad, las personas que lo rodean?




X
X


34.    Describa sus características físicas lo más completo que pueda
X




X


35.    Describa sus características mentales lo más completo que pueda

X



X


36.    Describa sus características sociales lo más completo que pueda




X
X


37.    Describa sus características familiares lo más completo que pueda



X

X


38.    Describa sus características personales lo más completo que pueda

X



X


39.    Describa sus características emocionales lo más completo que pueda

X
X


X
X

40.    Describa sus características conductuales lo más completo que pueda

X



X

X
41.    Describa sus intereses lo más completo que pueda

X



X


42.    Describa sus habilidades lo más completo que pueda

X



X


43.    Describa sus aptitudes lo más completo que pueda

X



X


44.    ¿Con que palabras se describe de manera personal?
X
X



X


45.    ¿Cómo lo describen de manera personal, las personas que lo rodean?
X
X


X
X


46.    ¿Con que palabras se describe psicológicamente?

X


X
X


47.    ¿Cómo lo describen psicológicamente, las personas que lo rodean?

X


X
X


48.     ¿Con que palabras se describe mentalmente?

X



X


Continuación.- TABLA 1.- CUESTIONARIO ABIERTO DEL AUTOCONCEPTO Y AREAS DEL AUTOCONCEPTO MEDIDAS
49.    ¿Cómo lo describen mentalmente, las personas que lo rodean?

X


X
X


50.    ¿Diga cuáles son las aptitudes, que los demás piensan que usted tienen?

X


X
X


51.    ¿Cuáles cree que son las características personales que lo describen?

X



X


52.    ¿Cuáles cree que son las características físicas que lo describen?
X




X
X

53.    ¿Cómo “siente” que sea usted?
X
X
X
X
X

X

54.    ¿Cuáles son las emociones que lo describen a usted mismo?

X



X
X

55.    ¿Cuáles son los sentimientos que lo describen a usted mismo

X




X

56.    ¿Cuáles son las actitudes que siempre tiene usted?

X



X

X
57.    ¿Cuáles son las actitudes que a veces tiene usted?

X



X


58.    ¿Cuáles son las características personales que más le agradan, porque lo describen a usted?

X




X

59.     ¿Cuáles son las actitudes que lo describen a usted?

X



X


60.    ¿Cuáles son las conductas que lo describen a usted?

X



X

X
61.    ¿Cuáles son los sentimientos que lo describen a usted?

X



X
X

62.    ¿Cómo cree que es emocionalmente usted?

X



X
X

63.    ¿Qué partes han cambiado, en la forma que se describe ahora y como se describía antes?
X
X
X
X
X
X
X
X
64.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían físicamente?
X




X


65.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían familiarmente?



X

X


66.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían psicológicamente?

X



X


67.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían socialmente?




X
X


68.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían emocionalmente?

X




X

69.    ¿Cuáles son todas las palabras que cree lo describirían de acuerdo a su comportamiento o conducta?

X



X

X
70.    ¿Diga todas las palabras o calificativos que considera, lo describirían a usted?
X
X
X
X
X
X
X
X
71.    ¿Cuáles son sus calificativos preferidos para describirse a sí mismo?
X
X
X
X
X

X

72.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse físicamente?
X




X


73.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse emocionalmente?

X




X

74.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse mentalmente?

X



X


75.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse psicológicamente?

X



X


Continuación.- TABLA 1.- CUESTIONARIO ABIERTO DEL AUTOCONCEPTO Y AREAS DEL AUTOCONCEPTO MEDIDAS
76.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse como parte de una sociedad?




X
X

X
77.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse como parte de un grupo?




X
X

X
78.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse como parte de una familia?



X

X

X
79.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describirse como parte de una comunidad?




X
X

X
80.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir sus actitudes?

X



X

X
81.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir sus aptitudes?

X



X
X
X
82.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir sus conductas?

X



X

X
83.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir su comportamiento?

X



X

X
84.    ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir sus capacidades personales?

X



X

X

c) Análisis cualitativo del cuestionario abierto del autoconcepto. Realizándose la revisión semántica del formato y respuestas dadas de los ítems construidos de este cuestionario, como instrumento preparatorio para la extracción de información de los sujetos de la muestra de los C.P.R.S. del Estado de México.
1. Se seleccionaron a cinco psicólogos penitenciarios del Valle de México de los C.P.R.S. en el Estado de México. Psicólogos penitenciaros, por que laboran en los C.P.R.S. del Estado de México y cuentan con una experiencia laboral mínima de cinco años, A fin de realizar la revisión técnica del cuestionario abierto del autoconcepto.
2. Se les dieron instrucciones verbales y por escrito sobre el autoconcepto, para realizar: observaciones gramatical; de redacción ortográfica de los reactivos elaborados por el aplicador del estudio. Revisión cualitativa de los reactivos, proporciono los elementos necesarios para que el aplicador corregirá las preguntas abiertas sobre el autoconcepto, de acuerdo al conocimiento y lenguaje que los mencionados psicólogos tenían de la población objetivo; quedando de esta manera las indicadas en la tabla 1.
3. Corrección del cuestionario abierto del autoconcepto, para su administración a un grupo de internos procesados y sentenciados del C.P.R.S. de Ecatepec.
d) Aplicación del cuestionario abierto a una muestra dieciocho sujetos de la población en estudio, con el objetivo de probar su funcionamiento. Se solucionaron las dudas de los sujetos del estudio durante la aplicación del cuestionario abierto del autoconcepto. Se les indicó a los sujetos que subrayaran lo que no entendieran o donde tuvieran dudas o que modificaran las frases o palabras contenidas en el mismo cuestionario, procediendo a la corrección o sustitución por sinónimos conocidos por los sujetos en estudio, o términos que no comprendieran. Cuidando de no sugerir repuestas a las preguntas presentadas o señalamientos que pudieran realizar los sujetos del estudio.
1. En la extracción de información el aplicador encuestó individualmente a los sujetos del grupo evaluado, con las preguntas abiertas sobre el tema del autoconcepto. El objetivo de dicha encuesta abierta fue, el buscar, como ya se dijo, la semántica usada por la población estudiada y las dudas que tenían con el uso del lenguaje de ellos. Así mismo, obtener las respuestas significativas para la construcción del cuestionario abierto del autoconcepto, sin sugerir, las aclaraciones de las dudas o los usos de frases o palabras al responder dicho cuestionario abierto.
2. Corrección de la redacción de los ítems y ortografía, derivados de la aplicación del cuestionario abierto del autoconcepto y la  encuesta, con los sujetos seleccionados. El análisis cualitativo del contenido del cuestionario abierto del autoconcepto y reestructuración del instrumento. Lográndose con ello la mejoría de la redacción y lenguaje utilizado en la construcción de los ítems. Quedando de tal manera ochenta y cuatro preguntas abiertas sobre el tema del autoconcepto (ANEXO II), que se aplicaron a una muestra de diez y ocho sujetos.
e) Se realizó, por el aplicador, un análisis cualitativo de las respuestas de los evaluados en el cuestionario aplicado.
f) Corrección de la redacción de los ítems, derivados de la aplicación del cuestionario abierto del autoconcepto y la  encuesta. Quedando ochenta y cuatro preguntas abiertas sobre el tema del autoconcepto (ANEXO II), que se aplicaron a sesenta y cinco sujeto; treinta y un procesados y treinta y cuatro  con sentencias establecidas. De esta manera se contó con un cuestionario sencillo gramaticalmente, acorde al lenguaje de los sujetos de la muestra poblacional.
g) Selección de las respuestas, que mayor frecuencia presentaron en el grupo evaluado (ANEXO VI), más de cuatro. Quedando quinientas dos palabras claves (ANEXO VI), como base para la redacción de los ítems cerrados. Realizándose esto por una distribución de frecuencias de manera manual por el aplicador.
De la aplicación del cuestionario abierto del autoconcepto (ochenta y cuatro preguntas), a fin de depurarlo cualitativamente se observa que she presentaron dificultades en los internos, tanto procesados como sentenciados, para entender términos como habilidad, actitud, aptitud, psicológicamente, mentalmente, emocionalmente, etcétera; las cuales podrían ser consideradas como técnicas del área de la psicología. Motivo por el cual fueron excluidas en la elaboración de los ítems.
Específicamente, en los procesados se observa el manejo de lenguaje con groserías como: tonto, estúpido, idiota, pinche, etcétera, para describirse a sí mismos, en diferentes áreas. No así el interno sentenciado y que ya cuenta con varios meses o incluso más de un año de participar en el tratamiento institucional. Situación que particulariza su forma de pensar y de expresión, a lo que se podría llamar, convencional y acorde con ciertos preceptos de adecuación conductual que se solicita en las diferentes áreas de la institución[10]. En los sentenciados, fue inevitable el uso de algunos términos del argot carcelario, por ejemplo, “el formarle a todo…” (Cárdenas, 1977) para referirse al cumplimiento de las indicaciones en cualquiera de las áreas de tratamiento o trabajo institucional.
Se observó, mayor cantidad de respuestas, en el cuestionario abierto, en los primeros reactivos, disminuyendo en los últimos. Argumentándose por los encuestados, que ello ocurría porque algunas de las preguntas se repetían. Ejemplo de tales repeticiones eran ¿cómo se describe físicamente?, ¿cómo le dicen que es físicamente?, ¿cómo piensa que es físicamente?, etcétera. Esto se da a pesar de que ellos verbalizaban una dificultad para hacer definiciones o sinónimos.

2.- ELABORACION DE LOS REACTIVOS CERRADOS DEL CUESTIONARIO DEL AUTOCONCEPTO.

a) Redacción, por el responsable del estudio, de los ítems cerrados, con respuestas dicotómicas, derivados de la aplicación del cuestionario abierto del autoconcepto. Quedando de tal manera quinientos dos afirmaciones descriptivas del sí mismo (ANEXO VII). La redacción de los ítems cerrados, partió de las palabras claves obtenidas de los sujetos evaluados a las ochenta y cuatro preguntas del cuestionario abierto del autoconcepto (ANEXO VI[11]). Hay que señalar, que la redacción de los ítems del cuestionario abierto del autoconcepto, son preguntas abiertas, a fin de generar más de una respuesta a las mismas. Así, teniendo como palabra clave “responsable”, derivada de la pregunta ochenta y uno del cuestionario abierto del autoconcepto, ¿Diga todos los calificativos que usaría para describir sus aptitudes? Se redacta el ítem siguiente: “Los demás piensan que tengo aptitudes para ser responsable” (ítem número trecientos noventa y dos, del primer cuestionario cerrado del autoconcepto, para el primer piloteo, integrado de quinientos dos items). Como puede observarse, a redactar el item, se mantienen dos aspectos, que fueron: la palabra clave obtenida, “responsable” y el termino primordial contenido en la pregunta abierta, en este caso “aptitudes”. Al agregar a la redacción del ítem las palabras: “los demás”, se está incluyendo los aspectos sociales que corresponden al autoconcepto social (marco referencial externo); y al incluir “piensan” se integra a la redacción aspectos relacionados con el pensamiento del autoconcepto. (marco referencial interno). En el ANEXO VI se indican como los quinientos dos ítems se distribuyen entre las ochenta y cuatro preguntas del cuestionario abierto del autoconcepto.
b) Revisión cualitativa del cuestionario cerrado del autoconcepto (primera versión – quinientos dos items). Con ello se realizó una supervisión técnica-semántica de la construcción de los ítems cerrados del cuestionario del autoconcepto. Para ello se seleccionaron a cinco psicólogos penitenciarios del Valle de México de los C. P. R. S. en el Estado de México, expertos en el manejo y conocimiento de esta población. Con esto, el cuestionario del autoconcepto elaborado estuvo de acuerdo al conocimiento y lenguaje de la población objetivo.
c) Análisis y corrección del cuestionario cerrado del autoconcepto por el aplicador, a fin de mejorar la calidad de las preguntas, con lo cual se facilitó la lectura y la comprensión del mismo por los sujetos estudiados.
d) Primer piloteo del cuestionario cerrado del autoconcepto.- Se aplicó la primera forma del cuestionario cerrado del autoconcepto, de quinientos dos itemes (ANEXO VII), a un grupo de sesenta y dos sujeto; treinta y uno correspondieron a internos procesados y treinta y uno a internos sentenciados.
e) Se corrigieron semánticamente y se eliminaron los items, que, fueron respondidas con ambas opciones de respuesta o se omitió la misma. Considerándose que no era entendida por la población o no eran útiles para formar parte del cuestionario del autoconcepto.
f) Quedo un cuestionario cerrado del autoconcepto, con trescientas setenta y un ítems (ANEXO VIII).
g) Segundo piloteo del cuestionario cerrado del autoconcepto.- Se aplicó el cuestionario cerrado del autoconcepto de trescientas setenta y un ítems (ANEXO VIII) a sesenta sujetos; treinta procesados y treinta sentenciados.
h) Eliminación de los items, que se respondieron con ambas opciones de respuesta o se omitió la misma, porque consideraron que no era entendida por la población o no eran útiles para formar parte del cuestionario del autoconcepto.
i) Quedando un cuestionario cerrado del autoconcepto con doscientos noventa y dos ítems (ANEXO IX). Aplicándose a este cuestionario, el criterio en construcción de escalas de aprovechamientos mencionados por Adkins (2005), a fin de seleccionar y preparar que el cincuenta porciento de ítems se presentaran de forma negativa. De tal manera se controló la polarización de una respuesta sobre sí o sobre no. Un ejemplo de esto fue el ítem positivo 125.- Soy una persona honesta, cambio a 125.- soy una persona deshonesta.
En las aplicaciones de los cuestionarios del autoconcepto (quinientos dos, trescientos setenta y uno o doscientos noventa y dos items) se observó lentificación[12] en la ejecución de los internos, en especial en los procesados. En tanto que en los sentenciados se decrementan las observaciones o preguntas al aplicador. La lentificación de respuestas (hasta sesenta minutos) se mantiene en el cuestionario abierto y en el cerrado; argumentandoe a esto porque debían pensar en qué respuesta era mejor dar. Lo cual se resolvió invitando a los sujetos para que no se detuvieran a pensar demasiado las respuestas y dieran la primera que les pareciera era mejor de acuerdo a la frase y a su propia persona.
Hubo mayor cuestionamiento o preguntas por parte de los procesados, en comparación con los sentenciados, por lo que se da mayor consumo de tiempo en la aplicación del test. Su situación de recién ingreso a la institución y su interés por no comprometerse (Cárdena, 1977) en algo que podría afectar su situación legal o su proceso judicial, motiva sus cuestionamientos. Estos son un intento por mostrarse cuidadoso en sus respuestas.
En especial, con los procesados se refiere a, como es difícil el responder las frases relacionadas con el delito o la delincuencia o calificativos al respecto, porque ellos niegan su participación en un delito. En menor proporción esto estuvo presente entre los sentenciados. Tal decremento puede deberse a que los sentenciados tienen un mayor seguimiento de instrucciones ya que su situación legal ya ha sido resuelta desde hace tiempo por la autoridad competente.



[1] Citado por Thorndike y Hagen (2006).
[2] En la presente construcción del cuestionario del autoconcepto, la primera y la última opción presentada serán de utilidad.
[3] El término “siente” permanecerá entrecomillado, porque se le considera, como una forma figurada de hacer referencia a los aspectos afectivos o emocionales del ser humano. Considerando que de los mismos, el hombre solo puede hablar de ellos, no en el sentido de la sensación o la percepción, sino cuando las mismas son consideradas por el pensamiento y la interpretación de ellas.
[4] El término “siente” permanecerá entrecomillado, porque se le considera, como una forma figurada de hacer referencia a los aspectos afectivos o emocionales del ser humano. Considerando que, de los mismos, el hombre solo puede hablar de ellos, no en el sentido de la sensación o la percepción, sino cuando las mismas son consideradas por el pensamiento y la interpretación de ellas.
[5] Corresponden a los abuelos, tíos, padre,  madre, hermanos y el mismo sujeto.
[6] Incluye a la esposa o concubina, hijos y al mismo sujeto.
[7] Interno porque involucra procesos subjetivos del ser humano, como son el pensamiento, las emociones y la conducta.
[8] Pensamientos, se refieren a construcciones intelectuales que permiten la elaboración de conceptos, en nuestro caso sobre las características de la misma persona..
[9] Fitts (1965) las relacionaba con los “gustos” personales o “el querer”, en sentido figurado; ya que el primero no implica al sentido del gusto y el segundo no se refiere al amor, sino a las preferencias personales.
[10] Mismas que ya aprendido por dicha participación y por información de los demás internos. Entre ellos se comunican lo que se supone puede o no afectarles, en sus procesos jurídicos.
[11] En dicho anexo se encuentran: en la primer columna el número de reactivo del cuestionario abierto del autoconcepto; en la segunda columna las ochenta y cuatro preguntas del cuestionario abierto del autoconcepto redactadas; en la tercer columna, están los números de los ítems redactado para el cuestionario cerrado del autoconcepto en su versión de quinientos dos reactivos (dicho cuestionario corresponde al ANEXO VII);  en la cuarta columna, se localizan las palabras claves obtenidas a partir de las respuestos de los sujetos evaluados, en el cuestinario abierto del autoconcepto; en la quinta columna están  las frecuencias con que se repitieron las palabras claves que se usaron para redactar los ítems cerrados del cuestionario del autoconcepto, en su versión de quinientos dos ítems.
[12] Esta característica permanece en todas las fases del desarrollo y construcción del cuestionario del autoconcepto, donde se da la evaluación cualitativa de los ítems.